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Aumentan las familias monoparentales¡Despertad! 2002 | 8 de octubre
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Aumentan las familias monoparentales
“Muchas noches oraba a Dios, y llorando le decía: ‘No sé lo que voy a hacer mañana’.”—GLORIA, MADRE SOLA DE TRES HIJOS.
LAS familias monoparentales se han convertido en un elemento permanente y claramente perceptible de muchas sociedades modernas.a Demógrafos y sociólogos de diversas partes del mundo se preguntan por qué razón la estructura tradicional de marido, mujer e hijos va siendo reemplazada por nuevas formas de familia.
Simon Duncan y Rosalind Edwards, profesores de Sociología, indican que “se están produciendo cambios a largo plazo en las formas de familia y en las relaciones hombre-mujer”. ¿Por qué? Algunos observadores afirman que se debe a las preferencias de la gente en cuanto a la manera de vivir su vida en un contexto de cambios económicos, culturales y sociales.
Analicemos algunos de estos cambios y las opciones elegidas. Las presiones de la vida constituyen un importante factor que afecta la vida de las personas. Lo que sucede puertas afuera influye en ellas desde que se levantan hasta que se acuestan. El tiempo que antes se pasaba con la familia se pasa ahora en Internet, frente al televisor, en el teléfono, en el automóvil o corriendo de un lugar a otro.
Las presiones económicas también afectan. Cada vez es mayor el número de padres y madres que trabajan, pues las comodidades modernas cuestan dinero. Al formar parte de una sociedad en movimiento, muchas personas viven y trabajan lejos de la red de apoyo que ofrece la familia extendida, y en algunos casos incluso lejos de su cónyuge. En muchos países, la cultura popular tampoco ayuda, pues tiende a derrumbar las instituciones que proporcionan un sentido de estabilidad, como el matrimonio y la familia.b
La nueva madre sola
La madre sola de hoy día no encaja necesariamente con el viejo estereotipo en los países desarrollados de una adolescente soltera que vive de la asistencia social. Ser madre soltera ha perdido mucho de su estigma e incluso ha sido idealizado por los famosos, a quienes se considera modelos de conducta. Además, muchas mujeres cuentan con una mejor educación académica y están mejor preparadas para mantenerse a sí mismas, por lo que el matrimonio ya no es un requisito económico indispensable para ser madre.
Algunas madres solas, especialmente las que son hijas de padres divorciados, prefieren no casarse porque no quieren que sus hijos vivan la angustia de ver marcharse a uno de sus progenitores. Otras lo son porque las han abandonado, no porque lo hayan elegido. “Normalmente, quienes crían solos a sus hijos no lo hacen por egoísmo ni porque lo hayan preferido así, y en las familias monoparentales, los hijos no están descuidados ni carecen de disciplina”, afirma la institución británica Joseph Rowntree Foundation.
De todas formas, el predominio de las familias monoparentales es preocupante, pues tanto los hijos como el progenitor están expuestos a estrés emocional, apuros económicos y carencias sociales. Tal vez haya quien se pregunte si una persona sola puede tener éxito en la crianza de sus hijos. ¿Cuáles son algunos de los problemas particulares a los que se enfrentan las familias monoparentales? ¿Cómo puede criar con éxito a sus hijos un cristiano sin el apoyo de un cónyuge?
[Notas]
a Los sociólogos señalan que el número de madres solas ‘es muchísimo mayor que el de padres solos’. Por ello, estos artículos se centran principalmente en las madres que no cuentan con el apoyo de un cónyuge. Sin embargo, los principios analizados son aplicables también a los padres solos.
b La serie titulada “Ser madre: ¿solo para supermujeres?”, de la ¡Despertad! del 8 de abril de 2002, analiza en detalle las dificultades generales de ser madre.
[Recuadro de la página 4]
Definiciones
En muchas partes del mundo se usan diversos términos para referirse a las madres que crían solas a sus hijos. La expresión madre soltera suele aludir a la mujer que ha tenido hijos sin estar casada, y madre sola abarca a todas aquellas mujeres —divorciadas, separadas, viudas o solteras— que crían a sus hijos solas, sin la figura de un padre en la casa.
En esta serie de artículos calificamos de “solo” o “sola” al progenitor que cría a sus hijos sin pareja.
[Recuadro y mapa de las páginas 4 y 5]
Las familias monoparentales: fenómeno imperante en muchos países
Estados Unidos. “La cantidad de madres solas pasó de 3.000.000 en 1970 a 10.000.000 en 2000; la cantidad de padres solos también aumentó a lo largo de ese mismo período: de 393.000 a 2.000.000.” (Oficina del Censo de Estados Unidos.)
México. Según el periódico La Jornada, las madres adolescentes representan el 27% de todos los embarazos del país.
Irlanda. El índice de familias monoparentales aumentó de 5,7% en 1981 a 7,9% en 1991. “Las rupturas matrimoniales continúan siendo una de las principales causas de que haya madres solas.” (Single Mothers in an International Context [1997].)
Gran Bretaña. “El porcentaje de familias a cargo de uno solo de los progenitores ha superado por primera vez el 25%, lo que refleja un enorme aumento en el número de madres solteras y un incremento significativo en el índice de divorcios durante los últimos treinta años.” (Periódico The Times, Londres, 2 de marzo de 2000.)
Francia. “Desde finales de la década de 1970, el porcentaje de familias monoparentales ha aumentado en más del 50%.” (Single Mothers in an International Context [1997].)
Alemania. “El número de progenitores solos se ha duplicado en las últimas dos décadas. Casi todas las familias monoparentales [...] están a cargo de la madre.” (Single Mothers in an International Context [1997].)
Japón. ‘Las familias con madre sola han ido en aumento desde la década de 1970.’ En 1997, el 17% de las familias estaban a cargo de una madre sola (Single Mothers in an International Context [1997]; The World’s Women 2000: Trends and Statistics).
Grecia. “Desde 1980, el número de madres solteras en [Grecia] ha aumentado en un 29,8%. Y según los datos proporcionados por la Unión Europea, en 1997, el porcentaje de niños nacidos fuera del matrimonio era de un 3,3%, mientras que en 1980 era solo de un 1,1%.” (Periódico Ta Nea, Atenas, 4 de septiembre de 1998.)
Australia. Casi una cuarta parte de los niños viven con solo uno de sus padres biológicos. La situación se produce normalmente debido a la ruptura del matrimonio o de la relación de pareja. Se calcula que en el plazo de veinticinco años, el número de familias monoparentales aumentará entre un 30% y un 66% (Australian Bureau of Statistics).
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Los múltiples problemas de los padres solos¡Despertad! 2002 | 8 de octubre
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Los múltiples problemas de los padres solos
“Me invaden muchas emociones. Paso las noches en el cuarto de baño llorando. No es nada fácil.”—JANET, MADRE SOLA DE TRES HIJOS.
SON muchas las situaciones que dan origen a una familia monoparental. Pudiera ser la guerra, una catástrofe natural o una enfermedad.
Algunas parejas con hijos deciden no casarse. Por ejemplo, en Suecia, casi la mitad de los niños nacen fuera del matrimonio. El divorcio también genera familias monoparentales. Los estudios indican que más del cincuenta por ciento de los niños estadounidenses vivirán en un hogar monoparental durante algún período de su infancia.
Tratemos de comprender los problemas
Las madres recién enviudadas tienen una carga singular sobre sus espaldas: tomar las riendas de la casa mientras todavía lloran la muerte de su esposo. Tal vez les tome meses, o hasta años, adaptarse a su nuevo papel en la familia, al tiempo que luchan con los problemas económicos y la responsabilidad de consolar a sus hijos. Asumir estas nuevas responsabilidades puede resultarles muy difícil, de modo que no cuidan a los hijos de forma adecuada en un tiempo en que estos necesitan desesperadamente que se les atienda y conforte.
Las madres solteras suelen ser muy jóvenes y carecer de experiencia. Muchas no han podido terminar sus estudios y, al no tener preparación laboral, es más probable que acaben en la pobreza y ocupando puestos de trabajo mal pagados. Si no cuentan con la ayuda de sus padres u otros familiares, también deberán buscar una guardería adecuada para sus hijos. Las madres solteras tienen que soportar además cargas emocionales, como los sentimientos de vergüenza y de soledad. Algunas tal vez teman que la presencia de un niño les impida encontrar algún día un buen esposo. Por otra parte, conforme los hijos crecen, estos también se ven atormentados por preguntas sobre su origen a las que nadie responde y por la necesidad de ser reconocidos por el padre ausente.
De modo semejante, los que se divorcian se ven sometidos a mucha tensión. Algunos están furiosos por el divorcio. Otros, debido a su baja autoestima y a la profunda sensación de haber sido rechazados, son incapaces de satisfacer las necesidades emocionales de sus hijos. A las madres que se ven obligadas a entrar en el mercado laboral por primera vez puede que les resulte difícil encargarse de la responsabilidad de administrar una casa. Tal vez crean que no tienen ni el tiempo ni las energías para satisfacer las necesidades particulares de sus hijos, quienes, a su vez, han de afrontar cambios drásticos tras el divorcio de sus padres.
Problemas singulares de los padres divorciados
Los progenitores solos reconocen que cada hijo tiene sus propias necesidades y que estas cambian continuamente. Los que son divorciados afrontan problemas singulares para poder ofrecer a sus hijos la guía espiritual que necesitan.
Por ejemplo, algunos padres divorciados que son testigos de Jehová no han recibido la custodia de sus hijos, de modo que procuran que su horario de visita coincida con un día en el que se pueda incluir la asistencia a alguna reunión cristiana. De esta forma, el niño mantiene un contacto regular con la congregación, lo cual es de gran beneficio para los hijos de padres divorciados.
Los padres divorciados que tienen menos contacto regular con sus hijos han de buscar maneras de reafirmarles su amor y cariño. Para tener éxito, deben tener muy presentes las cambiantes necesidades emocionales de sus hijos, en especial cuando llegan a la adolescencia y van interesándose más en las actividades sociales y las amistades.
Un buen padre, o una buena madre, también comprende las limitaciones, la personalidad y la manera de pensar de sus hijos (Génesis 33:13). Mantiene conversaciones íntimas y cariñosas con ellos, y su relación es estrecha y afectuosa. La comunicación es franca y abierta. Los hijos se interesan en el padre o la madre, y viceversa.
Hay que ser razonables
A los hijos de padres divorciados les hace bien relacionarse regularmente con ambos progenitores. Cuando estos tienen creencias religiosas distintas —digamos que uno es testigo de Jehová y el otro no—, la comunicación franca y regular ayuda a evitar conflictos innecesarios. “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes”, escribió el apóstol Pablo (Filipenses 4:5). A los niños se les debe enseñar a respetar el derecho que tienen ambos progenitores de practicar su religión.
Puede que el padre no Testigo se empeñe en que su hijo le acompañe a los servicios religiosos de su iglesia. ¿Qué puede hacer la madre testigo de Jehová? Explicar al hijo sus convicciones religiosas. Con el tiempo, este decidirá por sí mismo qué religión seguirá, como hizo Timoteo, quien aprendió los principios bíblicos durante su infancia, probablemente de su madre y su abuela (2 Timoteo 3:14, 15). Si el hecho de acompañar a su padre a los servicios religiosos de su iglesia hace sentir incómodo al niño, tal vez podría repasar el relato del personaje bíblico Naamán, quien después de hacerse adorador de Jehová, en el desempeño de sus funciones siguió acompañando al rey cuando este iba a la casa del dios Rimón para rendirle culto. Dicho relato de seguro tranquilizará al niño, pues verá que aunque esté presente en algunas ceremonias religiosas a las que no está acostumbrado, Jehová lo ama y comprende la situación (2 Reyes 5:17-19).
Un buen padre, o una buena madre, sabe moldear el pensar de sus hijos y entender sus sentimientos (Deuteronomio 6:7). Se comprende que una madre soltera, por ejemplo, tal vez se sienta avergonzada de su vida anterior. Pero debe recordar que los niños tienen dos progenitores y quieren saber de ambos. Además, necesitan sentirse queridos y no considerarse un simple accidente desafortunado. Al hablarles con respeto del padre ausente y ofrecerles datos que alguien de su edad pueda captar, o necesite conocer, la madre tranquilizará a sus hijos y les demostrará que los ama.
Todo progenitor debe reconocer que la relación que tenga con su hijo influirá mucho en las primeras impresiones que este se forme del amor, la autoridad y el poder. Si ejerce su autoridad y poder con amor, el progenitor cristiano ayudará al niño a amar a Jehová y respetar las disposiciones de la congregación (Génesis 18:19).
Es esencial que los hijos colaboren
Los hijos de familias monoparentales también tienen que entender que su colaboración es esencial para el éxito de la familia (Efesios 6:1-3). Su obediencia a la autoridad de su progenitor indica que lo aman y que respetan el esfuerzo adicional que hace para aportar seguridad y felicidad al entorno hogareño. Dado que la comunicación es una vía de dos direcciones, los hijos de familias monoparentales deben estar dispuestos a apoyar los esfuerzos de su padre o de su madre por mantener una buena comunicación en la familia (Proverbios 1:8; 4:1-4).
A menudo, estos niños tienen que asumir responsabilidades antes que aquellos que cuentan con ambos padres en el hogar. Pero si se les enseña con amor y paciencia, tanto niños como niñas adquirirán confianza en sí mismos y un sentido de autoestima al aprender a temprana edad una serie de aptitudes necesarias para defenderse en la vida. Además, se les pueden delegar ciertas tareas para que colaboren en la buena administración del hogar.
Esto no significa que el padre o la madre quiera convertir a sus hijos en pequeños adultos autosuficientes que no necesitan su dirección. No es nada aconsejable dejar a un niño pequeño solo o sin supervisión.
Muchos llegan a la conclusión errónea de que deben tratar a sus hijos como si fueran amigos de su edad. Si bien es necesario que haya una relación estrecha, los progenitores sin cónyuge deben tener presente que lo que el niño necesita es un padre o una madre, y que no es lo suficientemente maduro en sentido emocional como para convertirse en su confidente o ser tratado como su igual. Los hijos necesitan que los padres se comporten como tales.
Para que una familia monoparental tenga éxito, hace falta que tanto el padre o la madre como los hijos colaboren y se traten con cariño. En vista de que cada vez más niños se crían en hogares monoparentales, todos deberíamos ser conscientes de los problemas particulares que afrontan tanto los padres como sus hijos en dichas circunstancias y estar dispuestos a ofrecerles con afecto nuestro estímulo y apoyo.
[Ilustración y recuadro de la página 9]
Efectos en los niños
El padre o la madre de una familia monoparental suele tener menos tiempo para cada uno de sus hijos que en los casos en que ambos progenitores están juntos. A veces, él o ella cohabita con alguien que no es su cónyuge. Pero estas relaciones sentimentales son menos estables que los matrimonios, por lo que es muy posible que los niños crezcan en medio de un grupo cambiante de adultos.
Según ciertos estudios, “los niños de familias monoparentales tienen más probabilidades, como promedio, de llevar una vida menos sana que los niños de familias intactas”. Sin embargo, un análisis más detallado de dichos estudios indica que la falta de ingresos puede ser “el factor individual que más contribuye a las diferencias que se observan entre los niños procedentes de diversas formas de familia”. Esto no significa, por supuesto, que los niños que se crían en familias monoparentales estén condenados al fracaso. Con la debida dirección y educación, podrán superar los efectos negativos de criarse en ese ambiente.
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Los padres solos no están solos¡Despertad! 2002 | 8 de octubre
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Los padres solos no están solos
“Cuando mis hijos llegan a casa y me abrazan y me dicen que me quieren, me siento feliz de ser madre.”—DORIS, MADRE SOLA DE DOS HIJOS.
LOS padres solos encontrarán alentadoras las siguientes palabras bíblicas: “Los hijos que nos nacen son ricas bendiciones del Señor” (Salmo 127:3, Versión Popular). Y por el hecho de criarse en el seno de una familia monoparental, los niños no son de menos valor a los ojos de Dios. Nuestro Creador desea que estas familias tengan éxito. La Biblia dice de él: “Da alivio al huérfano de padre y a la viuda” (Salmo 146:9). Los padres solos pueden estar seguros de que Dios está presto a ayudarlos.
Los niños tienen el derecho de ser criados en un ambiente de amor y seguridad que les permita desarrollarse en sentido físico, emocional y espiritual. A los padres les corresponde el deber y el privilegio de ser usados por Dios para educar a sus hijos.
Muchos padres solos se han dado cuenta de que para tener éxito hacen falta muchas oraciones, la aplicación constante de los principios bíblicos y confianza absoluta en Jehová, lo cual concuerda con la exhortación que aparece en Salmo 55:22: “Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará”.
De vez en cuando, los abuelos, los ancianos locales y algunos padres experimentados de la congregación cristiana pueden ayudar a una familia monoparental a manejar situaciones difíciles. De todas formas, aunque la familia y los hermanos en la fe pueden hacer mucho para apoyar a los padres solos, Dios ha prescrito que la responsabilidad de criar a los hijos corresponde, en definitiva, a los progenitores.a
Afortunadamente, muchos padres solos han logrado afrontar con éxito los problemas singulares de su situación y criar hijos responsables, buenos y temerosos de Dios. ¡Despertad! habló con varios padres en dichas circunstancias, y estas son algunas de las cosas que tienen en común:
• Buena administración del hogar. Se esfuerzan por estar bien organizados y hacen todo lo posible por coordinar los horarios. Es esencial que haya buena planificación y organización. La Biblia dice: “Los planes del diligente propenden de seguro a ventaja” (Proverbios 21:5).
• Entrega. Una de sus mayores prioridades es la vida de familia. Siempre anteponen las necesidades de sus hijos a las suyas (1 Timoteo 5:8).
• Equilibrio. No minimizan ni exageran los problemas, sino que buscan soluciones. Aceptan las dificultades y tratan de afrontarlas sin caer en la autocompasión ni la amargura.
• Buena comunicación. Promueven la comunicación. Fomentan la expresión clara y abierta de ideas y sentimientos en la familia. Un padre que cría solo a sus hijos dice lo siguiente: “Aprovecho toda oportunidad para hablar con ellos. Disfrutamos de momentos agradables cuando preparamos la cena. En esas ocasiones ellos se confían a mí”.
• El cuidado de sí mismos. Pese a lo ocupados que están, reconocen la importancia de atender sus propias necesidades espirituales, emocionales y físicas. Ethel, divorciada y madre sola de dos hijas, explicó: “Trato de reservar algo de tiempo para mí. Por ejemplo, cuando una amiga da clases de música a las niñas, dispongo de una hora para mí. Me siento y no enciendo la televisión”.
• Una actitud positiva. Mantienen una actitud optimista tocante a la crianza de los hijos y la vida en general. Ven los aspectos positivos de las situaciones estresantes. Cierta madre sola dice: “He llegado a darme cuenta de que ser una madre sola no es totalmente desfavorable”.
Familias que han tenido éxito
¿Son eficaces estos principios? Sí, como lo demuestran muchos casos de padres solos que han salido airosos. Gloria, una mujer divorciada que vive en Inglaterra —a quien mencionamos en el primer artículo de esta serie—, crió sola a dos hijos y una hija al tiempo que trabajaba. Los tres llegaron a ser ministros cristianos de tiempo completo, es decir, dedicaron su vida a fomentar la educación bíblica. Gloria nos dice cómo lo consiguió: “El primer reto fue mantener interesante y regular nuestro estudio bíblico de familia. Yo quería que los niños fuesen felices, tuvieran paz mental, se sintieran contentos y estuvieran protegidos de los peligros. Encontré un empleo con horario nocturno y lo acepté, pues deseaba tener a mis hijos conmigo el mayor tiempo posible. Antes de ir a trabajar, orábamos en familia y los acostaba. Mi tía se quedaba en la casa mientras yo trabajaba”.
¿Qué hizo Gloria para ayudar a sus hijos a fijarse las prioridades correctas? Ella continúa: “Mi principal objetivo era poner las cosas espirituales en primer lugar. No teníamos mucho dinero, y era franca con ellos al respecto. Todo lo que les pedía que hicieran, lo hacía yo también, y los tres colaboraban”. Rememorando cómo mantuvo unida a su familia, Gloria dice: “El secreto radicaba en hacer cosas juntos. Nadie se aislaba en su cuarto. Cocinábamos, limpiábamos y decorábamos juntos. Equilibrábamos nuestras actividades. Siempre me aseguraba de que también tuviéramos algo de esparcimiento”.
Carolyn, madre sola de un muchachito llamado Joseph, está contenta de cómo responde este a la crianza que recibe. ¿Cuál es su secreto? “Leemos la Biblia juntos a la hora de acostarnos —dice—, y luego le hago preguntas sobre lo que ha aprendido. Además, analizamos ciertos párrafos concretos de publicaciones bíblicas y aplicamos la información a nuestra vida. Esto ayuda a Joseph cuando afronta problemas, como cuando otros compañeros se meten con él en la escuela.” Aunque Carolyn admite que su vida no es nada fácil, asegura que no se siente sola: “Es una lucha constante, pero noto que Jehová de veras me ayuda. También recibo mucho ánimo de la congregación cristiana”.
Los casos de miles de padres solos que han salido airosos, como Gloria y Carolyn, demuestran que se puede confiar en los principios bíblicos, de eficacia probada, para criar buenos hijos, fuertes en sentido espiritual (Proverbios 22:6). Sí, es posible tener éxito. Aunque ser cabeza de una familia monoparental presenta muchos retos, estos, a su vez, constituyen oportunidades para crecer como persona y dar de uno mismo. La mejor manera de sobrellevar las presiones de criar a los hijos sin el apoyo de un cónyuge es confiando plenamente en Dios y en su ayuda (Salmo 121:1-3).
[Nota]
a Para más información sobre cómo pueden tener éxito las familias monoparentales, véase el cap. 9 del libro El secreto de la felicidad familiar, editado por los testigos de Jehová.
[Ilustraciones de la página 11]
El estudio de la Biblia en familia ayudó a los tres hijos de Gloria a ser ministros cristianos de tiempo completo. Aquí se les ve con una carta y una foto del hijo mayor, que en la actualidad es misionero
[Ilustraciones de la página 12]
Carolyn y Joseph, su hijo
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