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EL SIDS... cómo enfrentarse al dolor que produce¡Despertad! 1988 | 22 de enero
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¡Despertad! preguntó a Doug qué les sostuvo a él y a su esposa durante su aflicción.
“Recuerdo que el discurso de funeral nos ayudó. Lo que más nos confortó aquel día fue nuestra esperanza cristiana en la resurrección. Sentimos muy profundamente la pérdida, pero la promesa de Dios a través de Jesucristo de ver a nuestra hijita de nuevo en la Tierra alivió nuestro dolor. En la Biblia hemos aprendido que los efectos de la muerte son reversibles. El orador mostró con la Biblia que Rachel no estaba en el cielo ‘como un angelito’ ni en ningún limbo, esperando salir de allí para ir al cielo. Simplemente estaba dormida en el sepulcro común de la humanidad.” (Véanse Juan 5:28, 29; 11:11-14; Eclesiastés 9:5.)
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EL SIDS... cómo enfrentarse al dolor que produce¡Despertad! 1988 | 22 de enero
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[Recuadro en la página 12]
Recomendaciones para ayudar a los padres afligidos
Lo que usted puede hacer
1. Ponerse a su disposición. Hacer comidas. Limpiar la casa. Hacer recados. Cuidar de los otros hijos.
2. Expresar sinceramente el pésame por el fallecimiento.
3. Dejar que los padres expresen sus sentimientos y dolor como crean conveniente.
4. Animarles a que sean pacientes y no pidan demasiado de ellos mismos.
5. Permitirles que hablen sobre el niño tanto como deseen, y hablar uno mismo de las encantadoras cualidades que el niño tenía.
6. Dar atención especial a los hermanos y hermanas del niño todo el tiempo que sea necesario.
7. Aliviar los sentimientos de culpabilidad. Asegurarles que han hecho todo lo que se podía. Recalcar cualquier cosa que se sepa cierta y positiva sobre la atención que se dio.
Qué no hacer
1. No evitar a los padres porque uno se sienta incómodo. Un abrazo cariñoso es mejor que nada.
2. No decir que uno sabe cómo se sienten, a menos que uno también haya perdido a un hijo.
3. No erigirse en juez ni decir lo que deberían sentir o hacer.
4. No callar cuando mencionen al niño que ha muerto. No retraerse de hablar del niño; ellos quieren oír cosas buenas acerca de su hijo.
5. No extraer conclusiones de lo que debe aprenderse de la pérdida del hijo. En su dolor, no hay nada positivo que pueda aprenderse de tal pérdida.
6. No recordarles que aún tienen otros hijos o que pueden tener más. Ningún niño sustituye o puede sustituir al que ha muerto.
7. No empeorar sus sentimientos de culpabilidad buscando fallos en la atención que se le dio al niño en casa o en el hospital.
8. No utilizar tópicos religiosos que culpan a Dios.
(Basado en parte en una lista preparada por Lee Schmidt, Parent Bereavement Outreach, Santa Mónica, California.)
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