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  • ¿Qué problemas pueden surgir?
    ¡Despertad! 2008 | julio
    • Problemas de comunicación

      ¿Qué errores deben evitarse para que la relación marital sea cada vez más sólida? Algunas parejas caen en la rutina de oír sin escuchar y hablar sin comunicarse. En lugar de tratarse con cariño, se limitan a hablar lo necesario, solo intercambian fríamente alguna que otra frase seca y cortante. Ya no entablan diálogos francos y con sentido; ahora discuten continuamente por todo sin ton ni son. Los malentendidos generan peleas y ataques verbales, y al final, ambos se refugian tras un muro de silencio.

      Lamentablemente, muchas personas no ven las cosas buenas que hace su cónyuge, y si las ven, no se las agradecen. Además, hay cada vez más parejas en las que ambos trabajan fuera del hogar, y no pocas mujeres se quejan de que cuando llegan del trabajo, casi todo el peso de las tareas domésticas recae sobre ellas; muchas también se lamentan de que su esposo no toma en cuenta sus necesidades emocionales.

  • Cómo lograr felicidad en el matrimonio
    ¡Despertad! 2008 | julio
    • ▸ Hable con respeto. “Las palabras desconsideradas hieren como una espada, la palabra de un sabio será el remedio.” (Proverbios 12:18, La Nueva Biblia Latinoamérica, 2005.) Los investigadores han descubierto que la mayoría de las conversaciones terminan tal como empezaron. De modo que si la conversación empieza con respeto, es más probable que termine de manera respetuosa. Y a la inversa, todos sabemos cuánto duele que alguien amado nos hable desconsideradamente. Por tanto, pida a Dios que le ayude en su esfuerzo por hablar con dignidad, respeto y afecto (Efesios 4:31). Haruko,b una mujer japonesa que lleva cuarenta y cuatro años casada, explica: “Aunque ambos vemos las debilidades del otro, siempre procuramos hablarnos y tratarnos con respeto. Eso ha contribuido mucho a la felicidad de nuestro matrimonio”.

      ▸ Cultive la bondad y la compasión. “Háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos.” (Efesios 4:32.) Cuando surgen grandes desacuerdos, es fácil que la ira de uno provoque ira en el otro. Annette, que vive en Alemania y lleva treinta y cuatro años felizmente casada, admite: “No es fácil mantener la calma cuando se está bajo presión. Se dicen cosas que ofenden a la otra persona, y lo único que se consigue es empeorar la situación”. Pero cuando uno trata de ser amable y compasivo, contribuye a allanar el camino para que haya paz.

      ▸ Sea humilde. La Biblia dice que “no [hagamos] nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores” (Filipenses 2:3). Muchos conflictos se deben a que los cónyuges, movidos por el orgullo, se culpan el uno al otro de los problemas en lugar de buscar humildemente formas de ayudarse. Cuando surge un desacuerdo, la humildad ayuda a reprimir el impulso de insistir en tener la razón.

      ▸ No se ofenda por cualquier cosa. “No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido.” (Eclesiastés 7:9.) No refute enseguida la opinión de su cónyuge ni se ponga a la defensiva si este le cuestiona algo que usted ha dicho o hecho. Procure más bien escuchar lo que le dice y demostrarle que comprende sus sentimientos. Antes de contestar, piense bien lo que va a decir. ¡Cuántas parejas aprenden demasiado tarde que es mucho más importante ganarse el cariño del cónyuge que ganar una discusión!

      ▸ Sepa cuándo callar. “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira.” (Santiago 1:19.) Buena comunicación... este es sin duda uno de los factores más importantes para la felicidad marital. ¿Por qué dice la Biblia, entonces, que hay un “tiempo de callar”? (Eclesiastés 3:7.) Porque la buena comunicación exige que haya momentos en los que uno calle y escuche con atención lo que el otro dice para averiguar lo que piensa y por qué piensa de ese modo.

      ▸ Escuche con empatía. “Regocíjense con los que se regocijan; lloren con los que lloran.” (Romanos 12:15.) La empatía es una cualidad indispensable para la comunicación eficaz, pues quien la posee es capaz de sentir las emociones más profundas de su cónyuge. También ayuda a crear un ambiente en el que las opiniones y los sentimientos de ambos se tratan con respeto y dignidad. “Cuando hablamos de nuestros problemas —confiesa Nella, que vive en Brasil y lleva treinta y dos años casada—, siempre escucho con mucha atención para llegar a entender lo que piensa y siente Manuel.” Cuando su cónyuge hable, recuerde que es “tiempo de callar” y escuchar con empatía.

      ▸ Acostúmbrese a ser agradecido. “Muéstrense agradecidos.” (Colosenses 3:15.) Algo que da solidez al matrimonio es que ambos se aseguren de que el otro se sienta apreciado. Pero en la rutina diaria hay quienes, pensando que el cónyuge ya sabe que se le valora, desatienden este aspecto esencial de la comunicación. “La mayoría de las parejas —señala la doctora Ellen Wachtel— podrían darse el uno al otro ese sentimiento de valoración si sencillamente se propusieran hacerlo.”

      La mujer, en particular, necesita que su esposo le demuestre que la ama y la valora. El hombre puede contribuir mucho a la salud del matrimonio y al bienestar de su esposa —y de él mismo— si se determina a expresar su agradecimiento por lo que ella hace y por las cualidades que manifiesta.

      Además de las expresiones verbales de aprecio, también son importantes las muestras de afecto no verbales. Un beso tierno, una dulce caricia y una sonrisa cariñosa le dicen mucho más a una mujer que las palabras te quiero. Esas acciones de parte de su marido la ayudan a sentirse apreciada y necesitada. Llame a su esposa por teléfono o envíele un mensaje electrónico para decirle que la echa de menos o para preguntarle cómo le va. Si nota que ahora, una vez casados, ya no está tan pendiente de demostrarle que la quiere como cuando eran novios, convendría que empezara a hacerlo de nuevo. Siga observando cuáles son los detalles que la hacen feliz.

      Entre los consejos que el rey Lemuel del antiguo Israel recibió de su madre, hallamos unas palabras muy oportunas para los casados. Tras mencionar las virtudes de la buena esposa, ella declaró: “Su esposo la alaba y le dice: ‘Mujeres buenas hay muchas, pero tú las superas a todas’” (Proverbios 31:1, 28, 29, Traducción en lenguaje actual). ¿Cuándo fue la última vez que usted, lector, alabó a su esposa, o usted, lectora, alabó a su esposo?

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