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Volumen adecuadoBenefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático
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Tenga presentes los ruidos que distraen la atención. En el ministerio del campo, no cabe duda de que las circunstancias determinan el volumen al que se debe hablar. Quizá haya de competir con el ruido del tráfico, el alboroto de los niños, el ladrido de los perros, la música alta o un televisor a todo volumen. Por otra parte, en las zonas donde las viviendas están muy juntas, el amo de casa puede incomodarse si le habla tan fuerte que llame la atención de los vecinos.
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Volumen adecuadoBenefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático
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Cómo mejorar el volumen. Algunas personas han de hacer un verdadero esfuerzo para que su volumen sea el adecuado. Tal vez hablen demasiado bajo porque tienen la voz débil; no obstante, con el debido empeño pueden aumentar la potencia, aunque probablemente su voz seguirá siendo suave. Si desea mejorar al respecto, practique la forma de respirar y la postura correctas. Mantenga el tronco y la cabeza erguidos, sea que esté sentado o de pie. Eche hacia atrás los hombros y respire hondo, de forma que llene de aire la parte inferior de los pulmones. Regulando bien la salida del aire podrá controlar el volumen de la voz.
En el caso de otras personas, el problema estriba en que hablan demasiado alto. Quizás han adquirido el hábito trabajando al aire libre o en un entorno ruidoso. También puede que se hayan criado en un ambiente en el que los gritos y las interrupciones son comunes, por lo que creen que el único modo de intervenir en una conversación consiste en hablar más fuerte que los demás. Conforme vayan aplicando el consejo bíblico de vestirse de “los tiernos cariños de la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y la gran paciencia”, irán ajustando el volumen de la voz en sus conversaciones (Col. 3:12).
La buena preparación, la experiencia que se obtiene de la participación constante en el servicio del campo y la oración a Jehová le ayudarán a hablar con el volumen conveniente. Sea que esté pronunciando un discurso desde la plataforma o hablando a alguien en el ministerio del campo, esfuércese por pensar en los beneficios que recibirán sus oyentes si escuchan bien lo que usted les dice (Pro. 18:21).
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