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  • ‘Manejemos la Palabra de Dios correctamente’
    La Atalaya 2003 | 15 de noviembre
    • ‘Manejemos la Palabra de Dios correctamente’

      “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente.” (2 TIMOTEO 2:15.)

      1, 2. a) ¿Por qué necesitan herramientas los trabajadores? b) ¿En qué obra están ocupados los cristianos, y cómo demuestran que buscan primero el Reino?

      LOS trabajadores necesitan herramientas para efectuar su labor. Sin embargo, no se trata de tener cualquier herramienta: debe ser la precisa; además, hay que usarla del modo adecuado. Por ejemplo, si al construir un cobertizo deseáramos unir dos tablas, no sería suficiente disponer de un martillo y unos clavos: tendríamos que saber cómo introducir los clavos en la madera sin que se doblaran, y si no supiéramos utilizar el martillo, nos resultaría difícil y hasta frustrante. Pero cuando las herramientas se manejan correctamente, los resultados son satisfactorios.

      2 Como cristianos, tenemos un trabajo que hacer, una labor de primordial importancia. Jesucristo exhortó a sus discípulos a ‘buscar primero el reino’ (Mateo 6:33). ¿Cómo lo logramos? Un modo es siendo celosos en la obra de predicar el Reino y hacer discípulos; otro es basando firmemente nuestro ministerio en la Palabra de Dios, y un tercer medio es nuestra buena conducta (Mateo 24:14; 28:19, 20; Hechos 8:25; 1 Pedro 2:12). Para cumplir nuestra comisión cristiana con felicidad y eficacia, hemos de tener las herramientas adecuadas y saber cómo manejarlas. A este respecto, el apóstol Pablo puso un ejemplo sobresaliente como obrero cristiano, y a sus hermanos en la fe los estimuló a imitarlo (1 Corintios 11:1; 15:10). Así pues, ¿qué podemos aprender de Pablo, nuestro compañero de trabajo?

      Pablo, celoso proclamador del Reino

      3. ¿Por qué podemos decir que el apóstol Pablo era un celoso trabajador del Reino?

      3 ¿Qué clase de trabajador era Pablo? Sin duda uno muy celoso, ya que difundió con ahínco las buenas nuevas en una amplia región en torno al Mediterráneo. Este incansable apóstol expuso una razón por la que predicaba el Reino con tanto entusiasmo: “Si declaro las buenas nuevas, eso no es motivo para que me jacte, porque necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarara las buenas nuevas!” (1 Corintios 9:16). ¿Era salvar su propia vida su único interés? De ninguna manera, pues no era egoísta. Más bien, deseaba que los demás también se beneficiaran de las buenas nuevas. Como él mismo escribió: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros” (1 Corintios 9:23).

      4. ¿Cuál es la herramienta más valiosa para los trabajadores cristianos?

      4 El apóstol Pablo era un trabajador modesto que comprendía que no podía confiar únicamente en su propia habilidad. Tal como el carpintero necesita un martillo, Pablo necesitaba la herramienta apropiada para inculcar la verdad de Dios en el corazón de sus oyentes. ¿Cuál fue su principal herramienta? La Palabra de Dios, las Santas Escrituras. De igual manera, la Biblia en su totalidad es nuestra principal herramienta para hacer discípulos.

      5. Para ser ministros eficaces, ¿qué hemos de hacer además de citar textos bíblicos?

      5 Pablo sabía que manejar la Palabra de Dios correctamente implicaba más que citar de ella. Él ‘persuadía’ a sus oyentes (Hechos 28:23). ¿De qué forma? Pues bien, empleaba con éxito la Palabra escrita de Dios para convencer a muchos de que aceptaran la verdad del Reino. Razonaba con ellos. Durante tres meses estuvo en una sinagoga de Éfeso “pronunciando discursos y usando persuasión respecto al reino de Dios”. Aunque “algunos persistieron en endurecerse y en no creer”, otros escucharon. A consecuencia de su ministerio en aquella ciudad, “la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo” (Hechos 19:8, 9, 20).

      6, 7. ¿Cómo glorificó Pablo su ministerio, y cómo podemos nosotros hacer lo mismo?

      6 Como celoso proclamador del Reino, Pablo ‘glorificó su ministerio’ (Romanos 11:13). ¿De qué manera? No le interesaba promocionarse, ni tampoco se avergonzaba de que todos supieran que era uno de los trabajadores de Dios. Más bien, consideraba su ministerio como el mayor honor. Manejaba la Palabra de Dios con habilidad y eficacia. Su fiel actividad motivó a otros, incentivándolos a servir a Jehová de modo más pleno, y también de esta forma glorificó su ministerio.

      7 Al igual que Pablo, nosotros podemos glorificar el trabajo que efectuamos como ministros empleando con frecuencia y eficacia la Palabra de Dios. En todas las facetas del ministerio del campo, nuestro objetivo debe ser transmitir algo de las Escrituras a cuantas personas nos sea posible. ¿Cómo podemos ser persuasivos al hacerlo? Veamos tres importantes maneras: 1) dirigir la atención a la Palabra de Dios de un modo que infunda respeto por ella; 2) explicar con tacto lo que la Biblia dice y mostrar su aplicación práctica, y 3) razonar con las Escrituras de forma convincente.

      8. ¿Con qué herramientas contamos hoy día para predicar el Reino, y cómo las ha empleado usted?

      8 Los actuales proclamadores del Reino contamos con herramientas que Pablo no tuvo a su alcance durante su ministerio. Entre ellas figuran libros, revistas, folletos, hojas sueltas, tratados, casetes y videocintas. En el siglo pasado también se emplearon tarjetas de testimonio, gramófonos, automóviles con equipo de sonido y programas de radio. Por supuesto, nuestra mejor ayuda es la Biblia, y tenemos que dar un uso apropiado a esta indispensable herramienta.

      Nuestro ministerio debe basarse en la Palabra de Dios

      9, 10. En lo que respecta al empleo de la Palabra de Dios, ¿qué podemos aprender del consejo de Pablo a Timoteo?

      9 ¿De qué modo podemos emplear la Palabra de Dios como una herramienta eficaz? Obedeciendo las palabras que Pablo dirigió a su colaborador Timoteo: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15). ¿Qué implica “maneja[r] la palabra de la verdad correctamente”?

      10 La palabra griega que se traduce “que maneja [...] correctamente” significa en sentido literal “que corta rectamente” o “que abre un camino recto”, y la única vez que aparece en las Escrituras Griegas Cristianas es en esta exhortación de Pablo a Timoteo. Este mismo término podría emplearse para definir la acción de arar en línea recta. Un surco torcido sería motivo de vergüenza para un labrador experto. A fin de que Timoteo fuera como un “trabajador que no tiene de qué avergonzarse”, se le recordó que no se desviara lo más mínimo de las enseñanzas verdaderas de la Palabra de Dios. No debía permitir que sus propias opiniones moldearan su enseñanza, pues tanto esta como toda su predicación tenían que ceñirse estrictamente a las Escrituras (2 Timoteo 4:2-4). De esta forma ayudaría a las personas de corazón honrado a tener la mente de Jehová en todo asunto en vez de adoptar la filosofía mundana (Colosenses 2:4, 8). Lo mismo es cierto hoy.

      Nuestra conducta debe ser intachable

      11, 12. ¿Qué papel desempeña nuestra conducta en el hecho de que manejemos la Palabra de Dios correctamente?

      11 No basta con manejar correctamente la Palabra de Dios proclamando sus verdades: nuestra conducta tiene que conformarse a ella. “Somos colaboradores de Dios”, así que no debemos ser obreros hipócritas (1 Corintios 3:9). La Biblia pregunta: “Tú, sin embargo, el que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú, el que predicas: ‘No hurtes’, ¿hurtas? Tú, el que dices: ‘No cometas adulterio’, ¿cometes adulterio? Tú, el que expresas aborrecimiento de los ídolos, ¿robas a los templos?” (Romanos 2:21, 22). Por consiguiente, un modo como los trabajadores de Dios de nuestros días manejamos correctamente la Palabra de Dios es siguiendo esta exhortación: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas” (Proverbios 3:5, 6).

      12 ¿Qué resultados pueden esperarse de manejar la Palabra de Dios correctamente? Veamos el poder que tiene la Palabra escrita de Dios en la vida de las personas sinceras.

      La Palabra de Dios tiene el poder de transformar vidas

      13. ¿Qué resultados produce en la persona la aplicación de la Palabra de Dios?

      13 El mensaje de la Palabra de Dios ejerce tal influencia en quienes aceptan su autoridad, que los impulsa a hacer notables cambios en su vida. Pablo había visto la palabra de Dios en acción y había sido testigo de su buen efecto en quienes se habían hecho cristianos en la antigua Tesalónica. Por eso les dijo: “Incesantemente damos gracias a Dios, porque cuando ustedes recibieron la palabra de Dios, que oyeron de parte de nosotros, la aceptaron, no como palabra de hombres, sino, como lo que verdaderamente es, como palabra de Dios, la cual también está obrando en ustedes los creyentes” (1 Tesalonicenses 2:13). Para aquellos cristianos no existía punto de comparación entre la endeble lógica humana y la suprema sabiduría divina, y, en realidad, todo verdadero discípulo de Cristo comparte ese parecer (Isaías 55:9). Los tesalonicenses se hicieron ejemplos para los demás creyentes, pues “aceptaron la palabra bajo mucha tribulación con gozo de espíritu santo” (1 Tesalonicenses 1:5-7).

      14, 15. ¿Cuánto poder tiene el mensaje de la Palabra de Dios, y por qué?

      14 La Palabra de Dios es dinámica, al igual que su Fuente, Jehová. Procede del “Dios vivo”, aquel por cuya palabra “los cielos mismos fueron hechos”, y esta palabra siempre ‘tiene éxito en aquello para lo cual Jehová la envía’ (Hebreos 3:12; Salmo 33:6; Isaías 55:11). Un biblista señala: “Dios no se aparta de su Palabra. No la repudia como si le fuera extraña. [...] Por tanto, [su Palabra] jamás es algo inerte, insensible a lo que se hace con ella, pues es un vínculo de unión con el Dios vivo”.

      15 ¿Cuánto poder tiene el mensaje que emana de la Palabra de Dios? Un poder enorme. Como Pablo escribió acertadamente: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).

      16. ¿Hasta qué punto cambia la Palabra de Dios a las personas?

      16 El mensaje de la Palabra escrita de Dios es “más agud[o] que toda espada de dos filos”. Por consiguiente, su formidable capacidad penetrante supera a la de cualquier instrumento o herramienta del hombre. La Palabra de Dios se abre paso hasta lo más recóndito de la persona y la cambia internamente, pues influye en sus ideas y afectos y hace de ella un trabajador piadoso al que Dios acepta. ¡Qué herramienta tan poderosa!

      17. Explique qué poder transformador tiene la Palabra de Dios.

      17 La Palabra de Dios saca a la luz lo que la persona realmente es por dentro, en contraste con lo que ella misma piensa que es o con lo que permite que los demás vean de ella (1 Samuel 16:7). Hasta los inicuos ocultan a veces su verdadera condición con una apariencia de benevolencia o piedad. Los malos motivos llevan a los malvados a esconderse tras fachadas falsas. Los orgullosos se disfrazan con una humildad fingida que encubre su anhelo de oír cómo los aplauden los hombres. Sin embargo, la Palabra de Dios pone al descubierto lo que en realidad hay en el corazón, impulsando con vigor a los humildes a quitarse la vieja personalidad y “vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:22-24). Las enseñanzas de la Palabra de Dios también pueden hacer que personas tímidas se transformen en valerosos testigos de Jehová y celosos proclamadores del Reino (Jeremías 1:6-9).

      18, 19. Basándose en estos párrafos o en una experiencia personal del servicio del campo, muestre cómo puede cambiar la verdad bíblica la actitud de las personas.

      18 El poder transformador de la Palabra de Dios ejerce una buena influencia en personas de todo lugar, como muestra el siguiente ejemplo. Algunos proclamadores del Reino de Phnom Penh (Camboya) predicaban dos veces al mes en la provincia de Kompong Cham. Cuando una ministra religiosa local escuchó a otros clérigos hablar contra los testigos de Jehová, hizo planes para reunirse con estos la próxima vez que visitaran la provincia. Ella les lanzó un aluvión de preguntas sobre la celebración de ciertas fiestas y escuchó con atención sus razonamientos basados en las Escrituras. Entonces exclamó: “¡Ahora sé que no es cierto lo que los otros pastores dijeron de ustedes! ¡Ellos los acusaron de no usar la Biblia, pero ustedes no han hecho otra cosa esta mañana!”.

      19 Ella siguió manteniendo conversaciones sobre la Biblia con los Testigos sin que las amenazas de destituirla de su puesto la detuvieran. Le habló de ello a una amiga, quien entonces aceptó un curso bíblico con los Testigos. La amiga estaba tan entusiasmada con lo que iba aprendiendo que en uno de los servicios de la iglesia a la que asistía se sintió impulsada a decir: “¡Vamos, estudien la Biblia con los testigos de Jehová!”. Poco después, también la ex ministra religiosa y otras personas empezaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová.

      20. ¿Cómo demuestra la experiencia de una mujer de Ghana el poder que tiene la Palabra de Dios?

      20 El poder de la Palabra de Dios también se hace patente en el caso de Paulina, una mujer del país de Ghana. Una proclamadora del Reino de tiempo completo le dirigió un estudio bíblico con ayuda del libro El conocimiento que lleva a vida eterna.a Paulina formaba parte de un matrimonio polígamo y veía la necesidad de cambiar su vida, pero su esposo y todos sus parientes se opusieron a ella violentamente. Su abuelo, juez de un tribunal superior y miembro destacado de su iglesia, trató de disuadirla tergiversando las palabras de Mateo 19:4-6. Pese al tono autoritario del juez, Paulina comprendió enseguida que él actuaba de modo parecido a Satanás cuando este torció las Escrituras para tentar a Jesucristo (Mateo 4:5-7). Ella recordó la clara afirmación de Jesús sobre el matrimonio de que Dios los creó macho y hembra, no macho y hembras, y de que los dos, no los tres, habían de llegar a ser una sola carne. Se mantuvo firme en su decisión hasta que, finalmente, se le otorgó el divorcio acostumbrado en casos de poligamia. Al poco tiempo era una feliz proclamadora bautizada del Reino.

      Sigamos manejando correctamente la Palabra de Dios

      21, 22. a) ¿A qué debemos resolvernos como proclamadores del Reino? b) ¿Qué veremos en el artículo siguiente?

      21 La Palabra escrita de Dios es sin duda un poderoso instrumento que nos permite ayudar al prójimo a hacer cambios en su vida a fin de acercarse a Jehová (Santiago 4:8). Como trabajadores hábiles que usan herramientas para lograr buenos resultados, resolvámonos con empeño a emplear hábilmente la Palabra de Dios, la Biblia, en la obra que Dios nos ha encomendado de proclamar el Reino.

      22 ¿Cómo podemos manejar las Escrituras con mayor eficacia en nuestra obra de hacer discípulos? Una forma es procurando ser maestros persuasivos. Pasemos, por tanto, al artículo siguiente, pues en él se sugieren maneras de enseñar el mensaje del Reino y ayudar al prójimo a aceptarlo.

  • Ayudemos al prójimo a aceptar el mensaje del Reino
    La Atalaya 2003 | 15 de noviembre
    • Ayudemos al prójimo a aceptar el mensaje del Reino

      “Agripa dijo a Pablo: ‘En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano’.” (HECHOS 26:28.)

      1, 2. ¿Qué llevó al apóstol Pablo a comparecer ante el gobernador Festo y el rey Herodes Agripa II?

      EN EL año 58 E.C., el gobernador romano Porcio Festo recibió en Cesarea a sus invitados el rey Herodes Agripa II y Berenice, la hermana de este, quienes llegaron “con mucha pompa, y entraron en la audiencia junto con comandantes militares así como varones de eminencia de la ciudad”. Cuando Festo dio la orden, trajeron ante ellos al apóstol cristiano Pablo. ¿Cómo es que este seguidor de Jesucristo llegó a estar de pie ante el gobernador Festo para ser juzgado? (Hechos 25:13-23.)

      2 Hallamos la respuesta en lo que Festo dijo a sus visitantes: “Rey Agripa, y todos ustedes los varones que están presentes con nosotros, ustedes contemplan a este hombre respecto de quien toda la multitud de los judíos junta ha recurrido a mí, tanto en Jerusalén como aquí, diciendo a voces que no debe seguir viviendo. Pero yo percibí que él no había cometido nada que mereciera la muerte. Por eso, cuando este hombre mismo apeló al Augusto, decidí enviarlo. Mas respecto a él no tengo ninguna cosa segura que escribir a mi Señor. Por eso lo traje ante ustedes, y especialmente ante ti, rey Agripa, a fin de que, habiéndose efectuado el examen judicial, consiga yo algo que escribir. Porque me parece irrazonable enviar a un preso y no significar también los cargos contra él” (Hechos 25:24-27).

      3. ¿Por qué acusaron a Pablo ciertos guías religiosos?

      3 De las palabras de Festo se desprende que sobre Pablo pesaban cargos de sedición, delito castigado con la muerte (Hechos 25:11). Pero Pablo era inocente. Aquellas acusaciones se debían a los celos de los guías religiosos de Jerusalén, quienes se oponían a la obra de proclamar el Reino que Pablo efectuaba y le habían cobrado profundo rencor por ayudar a otras personas a hacerse discípulos de Jesucristo. Fuertemente custodiado, el apóstol fue trasladado de Jerusalén a la ciudad portuaria de Cesarea, donde apeló a César. Desde allí fue conducido a Roma.

      4. ¿Qué sorprendente comentario hizo el rey Agripa?

      4 Imagine a Pablo en el palacio del gobernador ante un grupo en el que figura una persona que tiene a su mando una importante sección del Imperio romano. El rey Agripa se dirige a Pablo y le dice: “Se te permite hablar”. Cuando el apóstol lo hace, algo extraordinario ocurre. Sus palabras comienzan a hacer mella en el rey, hasta el punto de que este le dice: “En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano” (Hechos 26:1-28).

      5. ¿Por qué fueron tan eficaces las palabras que Pablo le dirigió a Agripa?

      5 ¡Figúrese! Con su hábil defensa, Pablo logró que el penetrante poder de la Palabra de Dios influyera en un gobernante (Hebreos 4:12). ¿Por qué fue tan eficaz su exposición? ¿Y qué podemos aprender del apóstol que nos ayude en nuestra labor de hacer discípulos? Cuando analizamos sus palabras, dos elementos sobresalen claramente: 1) fue persuasivo y 2) empleó con habilidad su conocimiento de la Palabra de Dios, como el artesano que maneja con destreza una herramienta.

      Cultivemos el arte de la persuasión

      6, 7. a) ¿Qué significa “persuadir” en la Biblia? b) ¿Qué papel desempeña la persuasión en ayudar al prójimo a aceptar una enseñanza bíblica?

      6 En el libro de Hechos repetidamente se emplean en conexión con Pablo las palabras griegas que transmiten la idea de persuasión. ¿Qué relación tiene esto con nuestra labor de hacer discípulos?

      7 En el idioma original de las Escrituras Griegas Cristianas, “persuadir” significa “prevalecer sobre o ganarse a”, inducir “un cambio de manera de pensar mediante la influencia de la razón o de consideraciones morales”, explica el Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento, de Vine. Aún más esclarecedor es un examen de su significado básico, el cual transmite la idea de confianza. Por consiguiente, si persuadimos a alguien de que acepte una enseñanza bíblica, nos hemos ganado su confianza, de modo que pone fe en la veracidad de esa enseñanza. Obviamente, para que crea y actúe en consecuencia no basta con decirle lo que la Biblia enseña. La persona debe convencerse de que nuestras palabras son ciertas, ya se trate de un niño, un vecino, un pariente o un compañero de trabajo o de estudios (2 Timoteo 3:14, 15).

      8. ¿Qué se requiere para convencer de una verdad bíblica a alguien?

      8 ¿Cómo puede usted convencer a alguien de que lo que proclama de la Palabra de Dios es la verdad? Pablo se esforzó por inducir un cambio en la manera de pensar de las personas a las que hablaba, y para ello se valió de razonamientos lógicos, argumentos sólidos y súplicas sinceras.a Por tanto, en vez de limitarse a afirmar que algo es cierto, usted debe aportar pruebas convincentes de ello. ¿Cómo puede hacerlo? Pues bien, asegúrese de que sus palabras se basen por completo en la Palabra de Dios, no en opiniones personales. A continuación, aporte las pruebas que respalden sus declaraciones sinceras y basadas en la Biblia (Proverbios 16:23). Por ejemplo, si señala el hecho de que la humanidad obediente disfrutará de la vida en un paraíso terrestre, apoye tal enseñanza con un texto bíblico como Lucas 23:43 o Isaías 65:21-25. ¿Cómo puede presentar pruebas que confirmen dicha verdad bíblica? Quizá recurriendo a ejemplos que le resulten familiares al oyente. Podría recordarle el placer sencillo y sin costo que nos produce la belleza de una puesta de sol, la fragancia de una flor, el delicioso sabor de una fruta o la contemplación de un ave que alimenta a sus polluelos. Ayúdele a ver que tales placeres son prueba de que el Creador desea que disfrutemos de la vida en la Tierra (Eclesiastés 3:11, 12).

      9. ¿Cómo podemos manifestar una actitud razonable en la predicación?

      9 Al tratar de persuadir de cierta enseñanza bíblica a una persona, tenga cuidado de que su entusiasmo no lo haga parecer irrazonable o dogmático, pues eso cerraría la mente y el corazón del oyente. El libro Benefíciese da esta advertencia: “Aunque recitemos una larga lista de textos bíblicos, no es fácil que alguien reciba con agrado una declaración directa de la verdad en la que expongamos la falsedad de una creencia que le sea muy preciada. Por ejemplo, si nos limitamos a condenar las celebraciones populares por su origen pagano, es probable que no cambiemos el sentir de nuestros oyentes. Un enfoque que apele a la razón suele ser más provechoso”. ¿Por qué debemos hacer un esfuerzo consciente por razonar con la persona? El mismo libro responde: “Un planteamiento que apela a la razón, además de ser muy persuasivo, estimula el análisis imparcial, promueve la posterior reflexión de quien escucha y abre la puerta a futuras conversaciones” (Colosenses 4:6).

      La persuasión que motiva el corazón

      10. ¿Cómo inició Pablo su defensa ante Agripa?

      10 Veamos ahora con más detenimiento la defensa de Pablo recogida en el capítulo 26 de Hechos. Fíjese en cómo inició su discurso. A pesar de que el rey Agripa mantenía una relación escandalosa con su hermana Berenice, Pablo encontró una base justificada para encomiarlo y la usó como introducción: “Acerca de todas las cosas de que soy acusado por judíos, rey Agripa, me considero feliz de que sea ante ti ante quien haya de presentar mi defensa este día, especialmente por cuanto eres perito en todas las costumbres así como también en las controversias entre los judíos. Por eso te ruego que me oigas con paciencia” (Hechos 26:2, 3).

      11. ¿Cómo demostró Pablo su respeto por Agripa, y con qué buen resultado?

      11 ¿Ha observado que Pablo usó el título de rey para dirigirse a Agripa, reconociendo el puesto encumbrado de aquel personaje? Así le demostró respeto y, con su acertada selección de palabras, le otorgó la honra debida (1 Pedro 2:17). El apóstol lo reconoció como un experto en las complejas costumbres y leyes de sus súbditos judíos, y dijo que se consideraba feliz de presentar su defensa ante un mandatario tan bien informado. El que Pablo fuera cristiano no hizo que se comportara como si se sintiera superior a Agripa (Filipenses 2:3). Más bien, rogó al rey que lo escuchara con paciencia, creando de ese modo un clima propicio para que tanto Agripa como los demás oyentes aceptaran lo que iba a decirles. De este modo colocó un fundamento, un terreno común sobre el cual levantar sus argumentos.

      12. ¿Cómo puede motivar el corazón de los oyentes al proclamar el Reino?

      12 Al presentar el mensaje del Reino, trate de motivar el corazón de la persona desde el principio, como hizo Pablo ante Agripa. Lo logrará si le muestra respeto sincero y se interesa por sus circunstancias particulares y modo de pensar (1 Corintios 9:20-23).

      Usemos hábilmente la Palabra de Dios

      13. ¿Cómo puede usted imitar a Pablo en cuanto a motivar a sus oyentes?

      13 Pablo deseaba motivar a sus oyentes a actuar en armonía con las buenas nuevas (1 Tesalonicenses 1:5-7). Para ello trató de llegar a su corazón figurado, el asiento de los motivos. Volvamos a su defensa ante Agripa y observe cómo ‘manejó la palabra de Dios correctamente’ al citar a Moisés y los profetas (2 Timoteo 2:15).

      14. Explique cómo se valió Pablo de la persuasión ante Agripa.

      14 Pablo sabía que, aunque fuera de nombre, Agripa era judío. Apelando a los conocimientos que el monarca tenía del judaísmo, explicó que con su predicación realmente no estaba “diciendo ninguna cosa salvo las que los Profetas así como Moisés declararon que habían de efectuarse” en cuanto a la muerte y resurrección del Mesías (Hechos 26:22, 23). Entonces le preguntó directamente: “¿Crees tú, rey Agripa, a los Profetas?”. Agripa se enfrentaba a un dilema. Si decía que rechazaba a los profetas, su reputación de judío creyente se derrumbaría. Pero si concordaba con el razonamiento del apóstol, se pondría en una posición de público acuerdo con él y se arriesgaría a que lo llamaran cristiano. Pablo respondió con habilidad a su propia pregunta diciéndole: “Yo sé que crees”. ¿Qué respuesta salió del corazón de Agripa? “En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano.” (Hechos 26:27, 28.) Aunque aquel rey no se convirtió al cristianismo, parece que el mensaje de Pablo hizo alguna mella en su corazón (Hebreos 4:12).

      15. ¿Por qué logró Pablo establecer una congregación en Tesalónica?

      15 ¿Se ha dado cuenta de que Pablo no solo proclamó las buenas nuevas, sino que también recurrió a la persuasión? Debido a que de esa forma ‘manejaba la palabra de Dios correctamente’, algunos de sus oyentes dejaron de ser simples espectadores y se hicieron creyentes. Así sucedió en la sinagoga de Tesalónica, donde el apóstol buscó a judíos y gentiles temerosos de Dios. Hechos 17:2-4 relata: “Según tenía por costumbre Pablo, pasó adentro a donde ellos, y por tres sábados razonó con ellos a partir de las Escrituras, explicando y probando por referencias que era necesario que el Cristo sufriera y se levantara de entre los muertos [...]. Como resultado, algunos de ellos se hicieron creyentes”. Pablo era persuasivo. Hacía razonar, explicaba y probaba con las Escrituras que Jesús era el Mesías que tanto habían esperado. Gracias a ello, se estableció una congregación de creyentes.

      16. ¿Cómo puede hallar mayor disfrute en proclamar el Reino?

      16 ¿Puede usted hacerse más diestro en el arte de la persuasión cuando explica la Palabra de Dios? En tal caso, hallará más disfrute y satisfacción personal en la obra de predicar el Reino de Dios y enseñar las verdades relacionadas con él. Esa ha sido la experiencia de los publicadores de las buenas nuevas que han puesto en práctica las sugerencias ofrecidas para utilizar más la Biblia en la predicación.

      17. Muestre los beneficios de usar la Biblia en el ministerio mediante una experiencia personal o comentando la esencia de las observaciones que se citan en este párrafo.

      17 Por ejemplo, un superintendente viajante de los testigos de Jehová escribió: “Bastantes hermanos llevan ahora la Biblia en la mano cuando van de puerta en puerta, lo que les ha permitido leer un texto bíblico a muchas de las personas que han encontrado. Esto ha ayudado tanto al amo de casa como al publicador a asociar la Biblia, y no solo revistas y libros, con nuestro ministerio”. Claro está, el hecho de que llevemos la Biblia en un lugar visible cuando predicamos dependerá de diversos factores, como las costumbres locales. Sin embargo, deseamos adquirir la reputación de usar hábilmente la Palabra de Dios para persuadir a nuestro prójimo de modo que acepte el mensaje del Reino.

      Veamos el ministerio como Dios lo ve

      18, 19. a) ¿Cómo ve Dios nuestro ministerio, y por qué debemos adoptar su punto de vista? b) ¿Qué nos ayudará a obtener buenos resultados al hacer revisitas? (Véase el recuadro “Cómo obtener buenos resultados al hacer revisitas”, en la pág. 16.)

      18 Otra forma de llegar al corazón de quienes nos escuchan consiste en ver el ministerio desde el punto de vista de Dios y ser pacientes. La voluntad divina es que hombres de toda clase “lleguen a un conocimiento exacto de la verdad” (1 Timoteo 2:3, 4). ¿Acaso no deseamos nosotros lo mismo? Además, Jehová es paciente, y esta cualidad les da a muchos la oportunidad de alcanzar el arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Por consiguiente, cuando encontramos a alguien que está dispuesto a prestar atención al mensaje del Reino, quizá sea necesario visitarlo una y otra vez para cultivar su interés. Ver crecer las semillas de la verdad exige tiempo y paciencia (1 Corintios 3:6). El recuadro titulado “Cómo obtener buenos resultados al hacer revisitas” ofrece sugerencias al respecto. Hay que recordar que las vidas de las personas —sus problemas y circunstancias— cambian continuamente. Tal vez las encontremos en casa solo después de muchos intentos, pero el esfuerzo vale la pena, pues queremos darles la oportunidad de oír el mensaje divino de salvación. Por tanto, pidamos a Jehová Dios la sabiduría necesaria para desarrollar las aptitudes de persuasión al ayudar al prójimo a aceptar el mensaje del Reino.

      19 Una vez que hallamos a alguien que desea adquirir mayor conocimiento sobre el mensaje del Reino, ¿qué más podemos hacer como trabajadores cristianos? Veremos la respuesta en el siguiente artículo.

      [Nota]

      a Para más información en cuanto a la cualidad de la persuasión, véanse las lecciones 48 y 49 del libro Benefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático, editado por los testigos de Jehová.

  • Prediquemos para hacer discípulos
    La Atalaya 2003 | 15 de noviembre
    • Prediquemos para hacer discípulos

      “Cuando lo oyeron Priscila y Áquila [a Apolos], lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios.” (HECHOS 18:26.)

      1. Aunque Apolos estaba “fulgurante con el espíritu”, ¿qué necesitaba?

      PRISCILA y Áquila, matrimonio cristiano del siglo primero, escucharon en la sinagoga de la ciudad de Éfeso un discurso de Apolos, quien con su elocuencia y persuasión había captado la atención de su auditorio. “Fulgurante con el espíritu”, estaba “enseñando con exactitud las cosas acerca de Jesús”. Sin embargo, era obvio que Apolos “conocía solamente el bautismo de Juan”. Lo que predicaba sobre Cristo era cierto, pero incompleto. Por tanto, necesitaba conocer mejor el papel de Jesucristo en el cumplimiento del propósito de Jehová (Hechos 18:24-26).

      2. ¿Qué desafío aceptaron Priscila y Áquila?

      2 Sin vacilar, Priscila y Áquila se dispusieron a ayudar a Apolos para que pudiera observar “todas las cosas” que Cristo había mandado (Mateo 28:19, 20). El pasaje muestra que “lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios”. Ahora bien, había ciertos factores en el caso de Apolos que podrían haber desanimado a algunos cristianos de enseñarle. ¿Qué factores? ¿Y qué aprendemos del hecho de que Priscila y Áquila se esforzaran por explicarle las Escrituras? ¿Cómo nos ayuda este relato histórico a concentrarnos en comenzar estudios bíblicos?

      Centrémonos en la gente

      3. ¿Por qué no impidieron los antecedentes de Apolos que Priscila y Áquila le enseñaran?

      3 De ascendencia judía, parece que Apolos se crió en Alejandría, en aquel entonces la capital de Egipto y un centro de estudios avanzados, muy famoso por su gran biblioteca. Puesto que la ciudad contaba con una numerosa comunidad judía en la que no faltaban eruditos, es lógico que la traducción al griego de las Escrituras Hebreas conocida como la Septuaginta se produjera allí. No sorprende que Apolos estuviera “bien versado en las Escrituras”. Por otra parte, Áquila y Priscila se ganaban la vida haciendo tiendas de campaña. ¿Los intimidaría la elocuencia de Apolos? De ninguna manera. Movidos por amor, pensaron en la persona, en sus necesidades y en cómo podían ayudarla.

      4. ¿Dónde y cómo recibió Apolos la ayuda que necesitaba?

      4 Sin importar lo elocuente que fuera, Apolos necesitaba una instrucción que no impartía ningún centro de estudios superiores, sino solo los miembros de la congregación cristiana. La información que estaba a punto de adquirir le aportaría un entendimiento más exacto del medio que Dios había dispuesto para la salvación. Por ello, Priscila y Áquila “lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios”.

      5. ¿Qué puede decirse en cuanto a la espiritualidad de Priscila y Áquila?

      5 Priscila y Áquila estaban fuertes en sentido espiritual, bien arraigados en la fe. Con toda probabilidad, se hallaban ‘siempre listos para presentar una defensa ante todo el que les exigiera razón de su esperanza’, fuera este rico, pobre, erudito o esclavo (1 Pedro 3:15). Áquila y su esposa “maneja[ban] la palabra de la verdad correctamente” (2 Timoteo 2:15). Es obvio que eran estudiantes concienzudos de las Escrituras, y su enseñanza basada en ‘la palabra de Dios, que es viva y ejerce poder’, conmovió el corazón de Apolos (Hebreos 4:12).

      6. ¿Qué muestra que Apolos valoró la ayuda que recibió?

      6 Apolos valoró el ejemplo de sus maestros y adquirió aún más habilidad para hacer discípulos. Empleó a plenitud su conocimiento en la obra de proclamar las buenas nuevas, en especial a los miembros de la comunidad judía. Apolos resultó excepcionalmente útil en persuadir a los judíos. “Siendo poderoso en las Escrituras”, pudo demostrarles que todos los profetas de la antigüedad anhelaron la llegada del Cristo (Hechos 18:24, Besson). El relato añade que Apolos fue a continuación a Acaya, donde “ayudó mucho a los que habían creído a causa de la bondad inmerecida de Dios; porque con intensidad probó cabalmente en público que los judíos estaban equivocados, mientras demostraba por las Escrituras que Jesús era el Cristo” (Hechos 18:27, 28).

      Aprendamos del ejemplo de otros maestros

      7. ¿Cómo se hicieron tan buenos maestros Áquila y Priscila?

      7 ¿Cómo se hicieron Áquila y Priscila tan buenos maestros de la Palabra de Dios? Además de estudiar con diligencia y asistir a las reuniones, sin duda les ayudó mucho su estrecha relación con el apóstol Pablo, quien durante dieciocho meses se hospedó en casa del matrimonio en Corinto y trabajó con ellos en la elaboración y reparación de tiendas de campaña (Hechos 18:2, 3). Podemos imaginar las profundas conversaciones espirituales que sin duda mantuvieron. ¡Cuánta fortaleza espiritual debió de infundirles la compañía de Pablo! “El que está andando con personas sabias se hará sabio”, asegura Proverbios 13:20, de modo que la presencia del apóstol tuvo un excelente efecto en los hábitos espirituales de aquella pareja (1 Corintios 15:33).

      8. ¿Qué aprendieron Priscila y Áquila al observar el ministerio de Pablo?

      8 Cuando Priscila y Áquila observaban el ejemplo de Pablo como proclamador del Reino, veían a un buen maestro en acción. El relato de Hechos señala que “todos los sábados pronunciaba un discurso en la sinagoga [de Corinto] y persuadía a judíos y a griegos”. Más tarde, con la llegada de Silas y Timoteo, “empezó a estar intensamente ocupado con la palabra, dando testimonio a los judíos para probar que Jesús es el Cristo”. Cuando los miembros de la sinagoga manifestaron escaso interés, Priscila y Áquila notaron que Pablo trasladó el centro de su predicación a un lugar más favorable, una casa contigua donde pudo ayudar a Crispo, “el presidente de la sinagoga”, a hacerse discípulo. Asimismo es muy probable que observaran el efecto profundo y productivo que aquella conversión tuvo en el territorio. El relato explica: “Crispo [...] se hizo creyente en el Señor, y también toda su casa. Y muchos de los corintios que oyeron empezaron a creer y a bautizarse” (Hechos 18:4-8).

      9. ¿Qué efecto tuvo en Priscila y Áquila el ejemplo de Pablo?

      9 Al igual que Priscila y Áquila, otros proclamadores del Reino imitaron el ejemplo de Pablo en el ministerio del campo. De hecho, el apóstol exhortó a sus hermanos cristianos: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1). En armonía con el ejemplo de Pablo, Priscila y Áquila ayudaron a comprender mejor las enseñanzas cristianas a Apolos, quien, a su vez, también ayudó a otros. Además, no hay duda de que el matrimonio contribuyó a hacer discípulos en Roma, Corinto y Éfeso (Hechos 18:1, 2, 18, 19; Romanos 16:3-5).

      10. ¿Qué ha aprendido del capítulo 18 de Hechos que le ayudará a hacer discípulos?

      10 ¿Qué lección se desprende de este repaso del capítulo 18 de Hechos? Pues bien, tal como Áquila y Priscila aprendieron de Pablo, nosotros nos haremos más hábiles en hacer discípulos si seguimos el ejemplo de buenos maestros de la Palabra de Dios. Busquemos la compañía de quienes están “intensamente ocupado[s] con la palabra” y “dando testimonio cabal” al prójimo (Hechos 18:5, Kingdom Interlinear Translation). Observemos cómo llegan al corazón con su enseñanza persuasiva, pues tal destreza nos ayudará a hacer discípulos. Si alguien estudia la Biblia con nosotros, podríamos sugerirle que invitara a los miembros de su familia o a sus vecinos a unirse al estudio. O también podríamos preguntarle si conoce personas a quienes pudiéramos ofrecerles un estudio bíblico (Hechos 18:6-8).

      Cómo crear oportunidades para hacer discípulos

      11. ¿Dónde pueden hallarse nuevos discípulos?

      11 Pablo y los demás cristianos procuraban hacer discípulos predicando de casa en casa, en el mercado o mientras viajaban —en realidad, en todo lugar—. ¿Podría usted expandir su actividad en el servicio del campo como celoso trabajador del Reino que procura hacer discípulos? ¿Podría aprovechar las oportunidades de buscar a los merecedores y predicarles? ¿De qué maneras han encontrado discípulos otros publicadores de las buenas nuevas? Veamos en primer lugar algunas experiencias de la predicación telefónica.

      12-14. Ilustre los beneficios de la predicación telefónica con alguna experiencia personal o con una de las relatadas en estos párrafos.

      12 Mientras predicaba de casa en casa en Brasil, una cristiana a la que llamaremos María entregó un tratado a una joven que salía de un edificio de apartamentos. Valiéndose del título a manera de introducción, le preguntó: “¿Le gustaría saber más de la Biblia?”, a lo que la joven respondió: “Me encantaría. El problema es que soy maestra, y las clases no me dejan tiempo para nada más”. Cuando María le explicó que podría llamarla para hablar de temas bíblicos, la joven le dio su número telefónico, de modo que esa misma noche se comenzó un estudio por teléfono con la ayuda del folleto ¿Qué exige Dios de nosotros?a

      13 Cuando participaba en la predicación telefónica, a una ministra de tiempo completo de Etiopía le asustó oír un gran alboroto de fondo al hablar con un hombre, quien enseguida le pidió que volviera a llamar más tarde. Así lo hizo ella, y él se disculpó por lo ocurrido explicándole que justo en aquel momento había tenido una acalorada discusión con su esposa. La hermana vio en este comentario una oportunidad para referirse a los sabios consejos de la Biblia para resolver las desavenencias en el hogar. Le dijo que a muchas familias les había ayudado el libro El secreto de la felicidad familiar, editado por los testigos de Jehová. A los pocos días de llevarle la publicación, la hermana lo llamó de nuevo por teléfono, y él exclamó: “¡Este libro ha salvado mi matrimonio!”. De hecho, hasta había reunido a la familia para hablarle de los buenos consejos que había leído en sus páginas. Como resultado, empezó a estudiar la Biblia y no tardó en asistir regularmente a las reuniones cristianas.

      14 Una proclamadora del Reino de Dinamarca que comenzó un estudio bíblico por teléfono comenta: “El superintendente de servicio me animó a participar en la predicación telefónica. Al principio me retraje, pues pensé: ‘Esto no es para mí’. Sin embargo, un día me armé de valor y marqué el número del primer amo de casa. Sonja contestó y, tras una breve conversación, accedió a recibir publicaciones basadas en la Biblia. Una noche que dialogamos sobre el tema de la creación, ella expresó que le gustaría leer el libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?b Le dije que sería estupendo que pudiéramos vernos y hablar del tema, y aceptó. Cuando llegué, ella estaba preparada para el estudio, y desde entonces hemos estudiado todas las semanas”. Nuestra hermana concluye diciendo: “Durante muchos años le había pedido a Jehová un estudio bíblico, pero no esperaba conseguirlo en la predicación telefónica”.

      15, 16. ¿Qué experiencias puede relatar que muestren los beneficios de estar alerta a distintas maneras de comenzar estudios bíblicos?

      15 Muchos publicadores están obteniendo buenos resultados por seguir las sugerencias que se han ofrecido para predicar dondequiera que haya gente. En un estacionamiento, una cristiana de Estados Unidos colocó su automóvil junto a una furgoneta comercial en la que había una mujer. Cuando esta la vio, la hermana comenzó a explicarle el carácter de nuestra obra de educación bíblica. La señora la escuchó y, saliendo de su vehículo, se acercó al de la Testigo y le dijo: “¡Qué bien que se detuviera a hablarme! Hace tiempo que no consigo ninguna de sus publicaciones. Además, quiero volver a estudiar la Biblia. ¿Estudiaría usted conmigo?”. Como vemos, nuestra hermana creó una situación favorable para compartir las buenas nuevas.

      16 Una Testigo de Estados Unidos tuvo la siguiente experiencia cuando visitó un hogar de ancianos. Tras abordar al director de ciertas actividades del centro, le dijo que le gustaría ofrecerse para satisfacer las necesidades espirituales de los residentes. Nuestra hermana agregó que con mucho gusto dirigiría un curso bíblico semanal gratuito con todos los que quisieran asistir. El director le dio permiso para visitar las habitaciones, y al poco tiempo, ella dirigía tres veces por semana un estudio bíblico con un total de veintiséis residentes, uno de los cuales puede acudir con regularidad a nuestras reuniones.

      17. ¿Qué método ha resultado eficaz para comenzar estudios bíblicos en los hogares?

      17 A algunos proclamadores del Reino les ha ido muy bien ofreciendo directamente un estudio bíblico. Cierta mañana, una congregación de 105 publicadores hizo un esfuerzo especial por ofrecer clases de la Biblia a todos los amos de casa que encontraron. Salieron al servicio del campo 86 publicadores, y al cabo de dos horas, se habían comenzado por lo menos quince nuevos estudios.

      Sigamos buscando a los merecedores

      18, 19. ¿Qué importante mandato de Jesús no debemos olvidar, y qué debemos resolvernos a hacer para ello?

      18 Como proclamadores del Reino, quizá deseemos probar las sugerencias ofrecidas en este artículo. Por supuesto, siempre es prudente tener en cuenta las costumbres locales al pensar en nuevos métodos de predicación, pero, por encima de todo, no debemos olvidar el mandato de Jesús de buscar a los merecedores y ayudarlos a hacerse discípulos (Mateo 10:11; 28:19).

      19 Para ello, ‘manejemos la palabra de la verdad correctamente’. Lo lograremos si somos persuasivos y nos basamos firmemente en las Escrituras. De ese modo llegaremos al corazón de las personas receptivas y las moveremos a actuar. Mientras nos apoyamos en Jehová mediante la oración, podemos tomar parte en ayudar a algunos a hacerse discípulos de Jesucristo, una labor sumamente remuneradora. Por lo tanto, ‘hagamos lo sumo posible para presentarnos aprobados a Dios’, honrando siempre a Jehová como celosos proclamadores del Reino que predican con el propósito de hacer discípulos (2 Timoteo 2:15).

      [Notas]

      a Editado por los testigos de Jehová.

      b Editado por los testigos de Jehová.

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