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Plantar y regar... pasos para hacer discípulosMinisterio del Reino 1991 | agosto
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Las semillas de la verdad que así se siembran encierran un gran potencial de producir nuevos discípulos. Pero ¿nos sentimos impulsados, como colaboradores de Dios, a visitar de nuevo a esas personas y cultivar su interés en temas bíblicos? Los publicadores de los Estados Unidos conducen como promedio 0,5 estudios bíblicos. Estamos seguros de que este promedio mejoraría si cada publicador analizara detenidamente su responsabilidad personal, fuera más allá del paso inicial de sencillamente plantar semillas de la verdad y se esforzara por conducir estudios bíblicos progresivos. Aunque algunos, debido a diversas limitaciones, quizás no puedan conducir uno o más estudios, es bueno que cada uno examine de nuevo sus circunstancias personales.
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Plantar y regar... pasos para hacer discípulosMinisterio del Reino 1991 | agosto
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La razón para conducir estudios bíblicos debe ser nuestro amor por las personas que responden favorablemente al mensaje del Reino que predicamos. Debemos tener el mismo interés amoroso que Jehová tiene por la gente y reconocer que su salvación se relaciona con el desarrollo espiritual. (1 Ped. 2:2.) Así como las plantas literales necesitan agua para seguir creciendo, las personas que muestran cierto interés en el mensaje del Reino no comenzarán a asistir a las reuniones a menos que mediante un estudio de la Biblia en su hogar se las dirija a la organización de Dios.
6 También está envuelta nuestra obediencia. Jesús dijo que los que están de parte de la verdad escuchan su voz. (Juan 18:37.) Mandó a sus discípulos a predicar y enseñar, y los preparó para efectuar dicha obra. Mediante su sobresaliente ejemplo como maestro y su profundo interés por las personas, Jesús suministró el modelo para que lo imitáramos al ayudar a otros. (Luc. 6:40; Juan 13:13; 14:12.) Nuestros esfuerzos pueden contribuir tanto a nuestra salvación como a la de aquellos a quienes enseñamos. (1 Tim. 4:16.)
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Plantar y regar... pasos para hacer discípulosMinisterio del Reino 1991 | agosto
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Puede que usted no esté haciendo revisitas ni conduciendo un estudio bíblico porque no se siente capacitado. Es probable que eso se deba a su actitud, más bien que a su habilidad. Jehová no envía a su pueblo a efectuar una obra sin antes equiparlo y capacitarlo adecuadamente. Mediante su santa Palabra y su organización Él nos prepara para “toda buena obra”. (2 Tim. 3:16, 17; 2 Cor. 3:5, 6.) Nos da lo necesario mediante su espíritu santo, la página impresa, la instrucción oral y las demostraciones desde la plataforma, sin mencionar los ejemplos vivientes de siervos hábiles y devotos que siempre están listos para ayudarnos. No necesitamos la educación avanzada del mundo a fin de conducir un estudio bíblico. Lo que se requiere es responder a la educación espiritual superior que Jehová da mediante su organización. (Compárese con Hechos 4:13.)
12 Hay que poner en práctica lo que se nos enseña mediante Nuestro Ministerio del Reino, la Escuela del Ministerio Teocrático, la Reunión de Servicio y otros medios de instrucción. El apóstol Pablo dijo claramente a los cristianos hebreos: “Porque, en realidad, aunque deberían ser maestros en vista del tiempo, de nuevo necesitan que alguien les enseñe desde el principio las cosas elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios”. (Heb. 5:12.) Se espera que alguien que haya trabajado por varios años en un oficio posea cierta habilidad en el uso de las herramientas que emplea. Nuestro progreso en cuanto a aprender a entablar consideraciones bíblicas se hará patente si mostramos verdadero interés y nos esforzamos diligentemente. (Pro. 12:24; 22:29.)
13 Visitar de nuevo a los que han mostrado interés en el mensaje del Reino y considerar con ellos temas bíblicos requiere tiempo y esfuerzo. Pero debemos reconocer que el que estemos en la verdad es una expresión del amor y la bondad inmerecida de Jehová. Eso se manifestó mediante el que alguien dedicara muchas horas a enseñarnos pacientemente la verdad. De igual manera, el amor debe impulsarnos a comprar el tiempo necesario y dedicarlo a la obra de hacer discípulos, que es mucho más importante. (2 Cor. 5:14, 15; Efe. 5:15, 16.)
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