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  • Desarrollo estructural de la organización
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • Se organizan para predicar las buenas nuevas

      Desde muy temprano el hermano Russell comprendió que la evangelización era una de las responsabilidades más importantes de los miembros de la congregación cristiana. (1 Ped. 2:9.) La Watch Tower explicó que no era solo a Jesús, sino también a sus seguidores ungidos por espíritu a quienes se aplicaban las palabras proféticas de Isaías 61:1, a saber: “Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas” (o, como vierte la versión Nácar-Colunga la cita que hizo Jesús de este pasaje, “me ungió para evangelizar”). (Luc. 4:18.)

      Ya para 1881 la Watch Tower publicó el aviso “Se solicitan 1.000 predicadores”. Esta fue una llamada dirigida a todos los miembros de la congregación para que emplearan el tiempo que pudieran (fuera media hora, una, dos o tres horas) en esparcir la verdad bíblica. Se animaba a hombres y mujeres que no tuvieran a nadie que dependiera de ellos y que pudieran dar la mitad o más de su tiempo exclusivamente a la obra del Señor, a emprender la obra de repartidor de literatura bíblica como evangelizadores. La cantidad oscilaba bastante de un año a otro, pero para 1885 ya había unos trescientos sirviendo de repartidores. Otros también colaboraron en aquella obra, pero a un grado más limitado. Se daban sugerencias sobre cómo podía el repartidor efectuar su trabajo. No obstante, el campo era inmenso, y, por lo menos al comienzo, ellos mismos escogían su territorio e iban de un lugar a otro según les parecía. Después, cuando se reunían en las asambleas, hacían los ajustes necesarios para coordinar sus esfuerzos.

      El mismo año en que comenzó la obra de los repartidores, el hermano Russell hizo que se imprimieran varios tratados (o folletos) para distribuirlos de manera gratuita. Un folleto sobresaliente fue Food for Thinking Christians (Alimento para cristianos pensadores), del cual se distribuyeron 1.200.000 ejemplares en los primeros cuatro meses. La Zion’s Watch Tower Tract Society (Sociedad de Tratados Torre del Vigía de Sión) se formó con el propósito de dar atención a los detalles necesarios para organizar la impresión y distribución de estas publicaciones. Para evitar que se interrumpiera la obra si moría el hermano Russell, y para facilitar la administración de las donaciones que se emplearían en la obra, él registró legalmente la Sociedad el 15 de diciembre de 1884. Así se creó una agencia legal necesaria.

      Según surgió la necesidad, se establecieron sucursales de la Sociedad Watch Tower en otros países. La primera de ellas, en Londres (Inglaterra) el 23 de abril de 1900. Se fundó otra en Elberfeld (Alemania) en 1902. Dos años después, se abrió una sucursal en Melbourne (Australia), en el otro extremo de la Tierra. Para el tiempo de escribirse este libro hay 99 sucursales en todo el mundo.

      Aunque se estaba organizando lo necesario para suministrar grandes cantidades de literatura bíblica, al principio se dejó que las congregaciones planificaran localmente su distribución pública. En una carta con fecha del 16 de marzo de 1900, el hermano Russell expresó cómo veía aquel asunto. La carta, dirigida a “Alexander M. Graham, y a la Iglesia de Boston (Massachusetts)”, decía: “Como todos ustedes saben, es mi intención dejar que cada compañía del pueblo del Señor administre sus propios asuntos, según su propio juicio; ofreceré sugerencias, pero no con el propósito de interferir, sino simplemente a modo de consejo”. Esto no abarcaba solamente sus reuniones, sino también su manera de efectuar el ministerio en el campo. Así, después de ofrecer a los hermanos algún consejo práctico, concluyó con el comentario: “Esto es sencillamente una sugerencia”.

      Algunas actividades requerían que la Sociedad diera más dirección. Respecto a la exhibición del “Foto-Drama de la Creación”, se dejó a cada congregación que determinara si quería y podía alquilar un teatro u otro local para presentarlo. Sin embargo, había que transportar equipo de una ciudad a otra y tener en cuenta los horarios; con relación a esto, pues, la Sociedad suministró dirección centralizada. Se instó a cada congregación a tener un Comité para el Drama que se encargara de los preparativos locales. Pero un superintendente enviado por la Sociedad daba atención cuidadosa a los detalles y se aseguraba de que todo funcionara sin contratiempos.

      Mientras transcurrían los años 1914 y 1915, aquellos cristianos ungidos por espíritu esperaban con anhelo ver realizada su esperanza celestial. A la misma vez, se les estimulaba a mantenerse ocupados en el servicio del Señor. Aunque creían que les quedaba muy poco tiempo en la carne, quedó patente que para efectuar de forma ordenada la predicación de las buenas nuevas necesitaban más dirección que cuando eran solo unos cientos. Esa dirección cambió de aspecto poco después de la elección de J. F. Rutherford como segundo presidente de la Sociedad Watch Tower. El número del 1 de marzo de 1917 de The Watch Tower anunció que, en lo sucesivo, la oficina de la Sociedad asignaría todo el territorio en que trabajarían los repartidores de literatura y los obreros pastoralese de las congregaciones. En lugares donde tanto repartidores como trabajadores locales participaban en el servicio del campo en la misma ciudad o condado, un comité de distrito nombrado en la localidad se encargaba de dividir el territorio entre ellos. Este método contribuyó a que en pocos meses —entre 1917 y 1918— se efectuara una campaña de distribución del libro The Finished Mystery (El misterio terminado) verdaderamente sobresaliente. También ayudó a lograr una distribución relámpago de 10.000.000 de ejemplares de un tratado que analizaba el tema de “La caída de Babilonia”.

      Poco después, miembros del personal administrativo de la Sociedad fueron arrestados, y el 21 de junio de 1918 fueron sentenciados a veinte años de cárcel. La predicación de las buenas nuevas casi se paralizó. ¿Sería entonces cuando por fin se les uniría al Señor en la gloria celestial?

      Unos meses más tarde terminó la guerra. Los representantes de la Sociedad fueron puestos en libertad al año siguiente. Seguían en cuerpos carnales. Aquello no era lo que habían esperado, pero llegaron a la conclusión de que Dios todavía tenía trabajo para ellos aquí en la Tierra.

      Su fe acababa de pasar por pruebas severas. Sin embargo, en 1919 The Watch Tower les fortaleció con estimulantes estudios bíblicos sobre el tema “Benditos son los intrépidos”. A estos les siguió el artículo “Oportunidades de servicio”. Pero los hermanos no se imaginaban los cambios extraordinarios que tendrían lugar en la organización en las décadas siguientes.

      Un ejemplo adecuado para el rebaño

      El hermano Rutherford reconocía que para que la obra siguiera progresando con orden y unidad, sin importar el poco tiempo que quedara, era fundamental que se diera el ejemplo adecuado al rebaño. Jesús había comparado a sus seguidores a ovejas, y estas siguen a su pastor. Por supuesto, Jesús mismo es el Pastor Excelente, pero también utiliza a ancianos como subpastores de su pueblo. (1 Ped. 5:1-3.) Esos ancianos deben ser hombres que participen en la obra asignada por Jesús y que animen a otros a hacer lo mismo. Deben tener un espíritu de evangelizador. Sin embargo, cuando se distribuyó el libro The Finished Mystery algunos ancianos se habían retraído de participar en aquella obra; algunos hasta habían instado abiertamente a otros a no participar en ella.

      En 1919 se dio un paso de gran importancia para corregir esa situación cuando se comenzó a publicar la revista The Golden Age (La Edad de Oro). Aquella revista se convertiría en un poderoso instrumento para dar a conocer el Reino de Dios como la única solución duradera para los problemas de la humanidad. Se invitó a todas las congregaciones que desearan participar en aquella actividad a solicitar que la Sociedad las registrara como una “organización de servicio”. Después la Sociedad nombró un director, o director de servicio como se le llegó a conocer, que no estaba sujeto a elecciones anuales.f Como representante local de la Sociedad su función era organizar la obra, asignar el territorio y animar a la congregación a participar en el servicio del campo. Así, pues, lado a lado con los ancianos y diáconos elegidos democráticamente comenzó a funcionar otro sistema de organización, uno que reconocía una autoridad fuera de la congregación local para hacer nombramientos y que ponía más énfasis en predicar las buenas nuevas del Reino de Dios.g

      En los años que siguieron, la obra de proclamar el Reino recibió un fuerte impulso, como procedente de una fuerza irresistible. Los sucesos ocurridos en 1914, y de ahí en adelante, habían demostrado que se estaba cumpliendo la gran profecía en la que el Señor Jesucristo describió la conclusión del viejo sistema de cosas. En vista de aquello, en 1920 The Watch Tower indicó que, como se predijo en Mateo 24:14, había llegado el tiempo de proclamar las buenas nuevas sobre “el fin del viejo orden de cosas y el establecimiento del reino del Mesías”.h (Mat. 24:3-14.) Después de asistir a la asamblea de los Estudiantes de la Biblia en Cedar Point (Ohio), en 1922, los concurrentes regresaron a sus hogares con el lema “Anuncien, anuncien, anuncien, al Rey y su reino” resonando en sus oídos. En 1931 se hizo aún más claro el papel que debían desempeñar los cristianos cuando se adoptó el nombre de testigos de Jehová.

      Quedó patente que Jehová había asignado a sus siervos un trabajo en el que todos podían participar. La respuesta fue entusiástica. Muchos hicieron grandes ajustes en su vida para entregarse de tiempo completo a aquella labor. Hasta entre los que dedicaban solo parte de su tiempo, una buena cantidad pasaba días completos en el servicio del campo durante los fines de semana. En respuesta al estímulo que dio The Watchtower y el Informant (Informador), durante 1938 y 1939 muchos testigos de Jehová se esforzaron concienzudamente por dedicar sesenta horas al servicio del campo cada mes.

      Entre aquellos Testigos celosos hubo muchos siervos de Jehová humildes y dedicados que eran ancianos de las congregaciones. No obstante, en algunos lugares durante los años veinte y principios de los treinta hubo una considerable oposición a la idea de que todos debían participar en el servicio del campo. A menudo los ancianos elegidos de forma democrática se expresaban abiertamente en contra de lo que La Torre del Vigía decía en cuanto a la responsabilidad de predicar a los que no eran parte de la congregación. El que se negaran a escuchar lo que el espíritu de Dios decía sobre esto a la congregación mediante las Santas Escrituras estorbaba el fluir del espíritu de Dios en aquellos grupos. (Rev. 2:5, 7.)

      En 1932 se dieron pasos para corregir esa situación. Lo que se tuvo en cuenta principalmente no era si se ofendería a ciertos ancianos prominentes o si se apartarían algunos de los que se asociaban con las congregaciones. Más bien, el deseo de los hermanos era agradar a Jehová y hacer su voluntad. Con ese fin, La Torre del Vigía de diciembre de 1932 y enero de 1933 (15 de agosto y 1 de septiembre de 1932, en inglés) analizó el tema: “La organización de Jehová”.

      Aquellos artículos mostraron con claridad que todos los que realmente eran parte de la organización de Jehová hacían la obra que su Palabra indicaba que tenía que hacerse durante este tiempo. Los artículos explicaban que el puesto de anciano no era un cargo para el que se pudiera elegir a alguien, sino una condición que se alcanzaba por madurez espiritual. Se dio énfasis especial al hecho de que Jesús oró que sus seguidores ‘fueran uno’, que estuvieran en unión con Dios y Cristo y, así, hacer la voluntad de Dios en unidad. (Juan 17:21.) ¿Qué resultado tendría esto? El segundo artículo contestó que “cada uno del resto tiene que ser testigo del nombre y [del] reino de Jehová Dios”. La supervisión no debía confiarse a los que no participaran a un grado razonable en la testificación pública o se negaran a hacerlo.

      Al finalizar el estudio de aquellos artículos, se invitó a las congregaciones a presentar una resolución indicando que concordaban. De ese modo se eliminaron las elecciones que se efectuaban anualmente en las congregaciones para escoger ancianos y diáconos. En Belfast (Irlanda del Norte), como en otras partes, algunos “ancianos electivos” abandonaron la organización; otros que compartían sus puntos de vista se fueron con ellos. Como resultado hubo una disminución en número, pero al mismo tiempo un fortalecimiento de toda la organización. Los que permanecieron estaban dispuestos a cargar con la responsabilidad cristiana de testificar. En vez de votar para elegir ancianos, las congregaciones —todavía por métodos democráticos— seleccionaban un comité de servicioi compuesto de hombres maduros espiritualmente que participaban de forma activa en la testificación pública. Los miembros de la congregación también elegían por votación un presidente para sus reuniones así como un secretario y un tesorero. Todos estos eran testigos de Jehová activos.

      La obra prosiguió entonces con menos dificultades ya que las congregaciones eran supervisadas por hombres que no estaban interesados en puestos, sino en hacer la obra de Dios —hablar de su nombre y su Reino— y que daban buen ejemplo al participar en ella. Aunque no lo sabían entonces, aún quedaba mucho por hacer, dar un testimonio mucho mayor del que se había dado hasta entonces y efectuar una recolección que no habían esperado. (Isa. 55:5.) Obviamente Jehová los estaba preparando para ello.

      Algunos que tenían la esperanza de vivir eternamente en la Tierra comenzaban a unirse a ellos.j Sin embargo, la Biblia predijo la recolección de una gran muchedumbre que esperaba sobrevivir a la venidera gran tribulación. (Rev. 7:9-14.) En 1935 se aclaró la identidad de la gran muchedumbre. Los cambios que se hicieron en los años treinta, relacionados con la selección de superintendentes, prepararon mejor a la organización para la obra de recoger, enseñar y adiestrar a esas personas.

      Para la mayoría de los testigos de Jehová fue emocionante este aumento de la obra. Su ministerio del campo adquirió nuevo significado. Sin embargo, algunos no estaban dispuestos a predicar. Se retraían y trataban de justificar su inactividad diciendo que no se recogería a una gran muchedumbre sino hasta después del Armagedón. Sin embargo, la mayoría percibió que esta era una nueva oportunidad de manifestar su lealtad a Jehová y su amor al prójimo.

      ¿Dónde encajaban los de la gran muchedumbre en la estructura de la organización? Se les mostró el papel que la Palabra de Dios asignaba al “rebaño pequeño” ungido con espíritu, y trabajaron gustosamente en armonía con lo que Dios había dispuesto. (Luc. 12:32-44.) Además aprendieron que, tal como los que habían sido ungidos con espíritu, ellos tenían la responsabilidad de compartir con otros las buenas nuevas. (Rev. 22:17.) Puesto que querían ser súbditos terrestres del Reino de Dios, aquel Reino debería ocupar el primer lugar en su vida, y ellos debían anunciarlo con celo a otros. Para encajar con la descripción bíblica de los que pasarían con vida a través de la gran tribulación y entrarían en el nuevo mundo de Dios, tenían que ‘seguir clamando con voz fuerte, y decir: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero”’. (Rev. 7:10, 14.) Cuando en 1937 empezó a aumentar la cantidad de estas personas y a hacerse manifiesto su celo por el Señor, se les pidió también que ayudaran a llevar la responsabilidad de supervisar las congregaciones.

      Sin embargo, se les recordó que la organización es de Jehová y no de un hombre. No podía haber división entre el resto de los que habían sido ungidos con espíritu y los de la gran muchedumbre de otras ovejas. Tenían que trabajar juntos como hermanos y hermanas en el servicio de Jehová. Como había dicho Jesús: “Tengo otras ovejas, que no son de este redil; a esas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor”. (Juan 10:16.) Se estaba haciendo patente la realidad de esas palabras.

  • Desarrollo estructural de la organización
    Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
    • [Recuadro en la página 215]

      Preguntas V.D.M.

      Las letras V.D.M. son las iniciales de las palabras latinas “Verbi Dei Minister”, o Ministro de la Palabra Divina.

      En 1916 la Sociedad preparó una lista de preguntas sobre asuntos bíblicos. Se pidió a los que hubieran de representar a la Sociedad como oradores que contestaran cada pregunta por escrito. De aquella manera la Sociedad podía conocer el modo de pensar, las opiniones y el entendimiento que tenían aquellos hermanos sobre verdades fundamentales de la Biblia. En las oficinas de la Sociedad, un grupo designado de hermanos examinaba cuidadosamente las respuestas escritas. El que recibiera aprobación como orador tenía que contestar bien al menos el 85% de las preguntas.

      Posteriormente muchos ancianos, diáconos y otros Estudiantes de la Biblia pidieron una lista de las preguntas. Con el tiempo se recomendó que sería bueno que las clases escogieran como representantes solo a los que hubieran satisfecho los requisitos como V.D.M.

      El que la Sociedad confiriera el grado de Ministro de la Palabra Divina no significaba que se ordenara a la persona. Sencillamente daba a entender que el grupo designado de las oficinas de la Sociedad que examinaba las respuestas había revisado la madurez de la persona en cuestiones de doctrina —además de, hasta un grado razonable, su reputación—, y había concluido que merecía que se le llamara Ministro de la Palabra Divina.

      Estas eran las preguntas V.D.M.:

      1) ¿Cuál fue el primer acto creativo de Dios?

      2) ¿Qué significa la palabra “Logos” con relación al Hijo de Dios, y qué significan las palabras Padre e Hijo?

      3) ¿Cuándo y cómo entró el pecado en el mundo?

      4) ¿Qué castigo Divino reciben los que han pecado, y quiénes son los pecadores?

      5) ¿Por qué era necesario que el “Logos” fuera hecho carne? ¿Fue Él una “encarnación”?

      6) ¿Cuál fue la naturaleza del Hombre Cristo Jesús desde su infancia hasta su muerte?

      7) ¿Cuál es la naturaleza de Jesús desde su resurrección, y cuál es Su posición oficial con relación a Jehová?

      8) ¿Qué labor ha efectuado Jesús durante esta Era del Evangelio, es decir, desde el Pentecostés hasta ahora?

      9) ¿Qué ha hecho hasta ahora Jehová Dios por el mundo de la humanidad, y qué ha hecho Jesús?

      10) ¿Cuál es el propósito de Dios con relación a la Iglesia, una vez que esté completa?

      11) ¿Cuál es el propósito de Dios respecto al mundo de la humanidad?

      12) ¿Qué les espera a los que son definitivamente incorregibles?

      13) ¿Qué recompensa o bendiciones recibirá el mundo de la humanidad por su obediencia al Reino del Mesías?

      14) ¿Qué pasos puede dar el pecador para entrar en una relación vital con Cristo y con el Padre Celestial?

      15) Después que un cristiano ha sido engendrado por Espíritu Santo, ¿qué derrotero toma, como se indica en la Palabra de Dios?

      16) ¿Se ha apartado usted del pecado para servir al Dios vivo?

      17) ¿Ha hecho usted una consagración completa de su vida y de todas sus facultades y talentos al Señor y a Su servicio?

      18) ¿Ha simbolizado esa consagración por inmersión en agua?

      19) ¿Ha hecho el voto de los I. B. S. A. [iniciales en inglés para Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia] de llevar una vida de santidad?

      20) ¿Ha leído por completo y con detenimiento los seis tomos de ESTUDIOS DE LAS ESCRITURAS?

      21) ¿Le han ilustrado y beneficiado mucho?

      22) ¿Cree que tiene conocimiento suficiente y permanente de la Biblia para ser un siervo más eficiente del Señor el resto de su vida?

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