En Pafos, un sacerdote y teólogo trató de hacer que tres personas dejaran de estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Cada una de estas personas, por separado, invitó a un hermano a considerar asuntos bíblicos con este teólogo. Nos alegra informar que estas tres personas se asocian ahora activamente con la organización de Jehová.” Esto, por supuesto, molestó al sacerdote, quien comentó: “No voy a considerar ningún otro asunto con los testigos de Jehová”.

◻ La siguiente experiencia de Chipre muestra que Dios bendice al que se mantiene íntegro frente a la oposición. El esposo de una señora murió en la guerra de 1974, y ella tuvo que criar a su hija. Aquella señora volvió a casarse. Desilusionada por la hipocresía del clero y la incertidumbre sobre el futuro, concordó en estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. No tardó en progresar, y empezó a contar a sus parientes las cosas buenas que aprendía. Ellos se le opusieron. Su mayor prueba vino cuando su hija de 15 años le dijo: “He perdido a mi padre, y si tú sigues estudiando con los testigos de Jehová te negaré como madre mía. Seré huérfana”. No obstante, la señora continuó estudiando.

Cierto día, su hija fue a visitar a un amigo en un hospital. En una cama cercana se hallaba un pariente de un Testigo a quien fueron a ver el Testigo y un sacerdote. El hermano y el sacerdote empezaron a conversar. El hermano se mantenía en calma y manifestaba prudencia, y usaba la Biblia para explicar su punto de vista. El sacerdote, por otra parte, era agresivo. Levantaba la voz, pero nunca abría la Biblia. La joven observó la escena y quedó impresionada por la bondad del hermano y por el hecho de que usaba la Biblia. Aquella misma noche, cuando llegó a la casa de ella el matrimonio que visitaba a su madre para estudiar la Biblia, la joven explicó lo que había sucedido en el hospital y les dijo: “¿Pudiera yo estudiar también?”. Ahora esta joven estudia dos veces por semana, y el esposo de su madre también estudia. La madre es publicadora bautizada.