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Estamos muy necesitados de consueloLa Atalaya 2000 | 15 de abril
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Veamos, por ejemplo, el caso de Svetlana, una joven de los Balcanes que nació en la más absoluta pobreza.b “Para conseguir dinero —cuenta—, mis padres me mandaban a mendigar o robar. La vida familiar se deterioró tanto que fui víctima de incesto. Encontré trabajo de camarera, y mi madre, a quien entregaba el dinero que ganaba, me dijo que se quitaría la vida si alguna vez perdía el empleo. Todo ello me llevó a la prostitución. Solo tenía 13 años. Con el tiempo quedé embarazada y aborté. A los 15 años aparentaba 30.”
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Hallemos consuelo en la fuerza de JehováLa Atalaya 2000 | 15 de abril
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Sentir el interés personal de Jehová resultó muy consolador para Svetlana, la joven prostituta del artículo anterior. Estaba a punto de suicidarse cuando le hablaron los testigos de Jehová. Entonces aceptó un estudio de la Biblia, el cual la ayudó a conocer a Jehová y verle como una persona real que se interesa por su bienestar. Este hecho le llegó al corazón y la motivó a cambiar su manera de vivir y dedicarse a Dios. También le dio la autoestima que necesitaba para perseverar a pesar de los problemas y para ver la vida de manera positiva. “Estoy convencida —dice ahora— de que Jehová nunca me dejará. He visto que las palabras de 1 Pedro 5:7 son verdad. Allí dice: ‘[Echen] sobre [Jehová] toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes’.”
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