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Su crianza no lo condena al fracasoLa Atalaya 2001 | 15 de abril
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Usted también puede, sin importar sus antecedentes, humillarse ante el Dios verdadero, Jehová, y manifestar una actitud reverente hacia él y su Palabra, la Biblia. Eso fue lo que hizo Nicholas, mencionado al principio, quien reconoce: “Aunque las drogas y la bebida me habían sumido en el caos, me interesaba la Biblia y anhelaba dar un propósito a mi existencia. Con el tiempo, conocí a los testigos de Jehová, cambié de vida y acepté la verdad”.
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Su crianza no lo condena al fracasoLa Atalaya 2001 | 15 de abril
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Desde niño, Nicholas sentía aversión por la autoridad. Aunque aprendió la verdad bíblica, tal debilidad le impedía servir a Jehová a plenitud. No le resultó fácil, pero con el tiempo consiguió vencer su tendencia. ¿Cómo? “Con la ayuda de dos ancianos comprensivos —explica—, reconocí mi problema y empecé a seguir sus amorosos consejos basados en las Escrituras. En ocasiones todavía brota un poco de aquel resentimiento, pero he dominado mi carácter rebelde.”
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