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SueciaAnuario de los testigos de Jehová 1991
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El primer automóvil causa sensación
En 1927, el hermano Rutherford autorizó a la sucursal la compra de su primer vehículo de motor, un flamante Ford, modelo A. Pero no era para que los miembros de la sucursal lo utilizaran como limusina personal para pasearse por las calles de la ciudad. Lo utilizarían dos hermanos precursores para desplazarse por caminos casi intransitables hasta pueblos lejanos, situados en lo más profundo de los bosques del norte, en Laponia. Desde abril hasta septiembre de 1930, viajaron 11.000 kilómetros y dejaron más de 2.000 libros y 4.000 folletos.
El Ford llamaba la atención en aquellos lugares tan remotos donde era muy raro ver automóviles, si acaso se habían visto alguna vez. Muchos lugareños se acercaban a los hermanos y les pedían publicaciones solo para poder ver de cerca esta maravilla mecánica y aspirar el olor a gasolina del tubo de escape, que debía parecerles perfume. Ayudaban con mucho gusto a sacar el automóvil del fango empujando, y ofrecían sus caballos para tirar cuando se atascaba en algún bache.
Un día, los dos hermanos ofrecieron algunos libros a un grupo de obreros que trabajaban en la carretera. Como no tenían dinero en ese momento, uno de ellos dijo: “Sigan por esta carretera hasta que encuentren una casa. Nos alojamos allí. Denle los libros a la patrona y díganle que saque mi monedero de debajo de la almohada y les pague”. Cuando los hermanos llegaron hasta allí y llamaron, nadie abrió. La puerta estaba cerrada. Al inspeccionar los alrededores de la casa, encontraron una ventanita abierta en la pared y les vino a la mente la profecía de Joel 2:9, que dice: “Por las ventanas entran como el ladrón”. Entonces, uno de ellos trepó por la pared hasta la ventana, entró, encontró el monedero y tomó el importe exacto de los libros. Volvió a colocar el monedero bajo la almohada, puso los libros sobre la cama y cautelosamente salió de la misma forma que había entrado. Nunca se enteraron de si aquel trabajador aceptó la verdad o no. Sin embargo, ¡consiguió sus libros!
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SueciaAnuario de los testigos de Jehová 1991
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[Fotografía en la página 141]
Las buenas nuevas llegaron hasta los lugares más recónditos de los bosques del norte de Suecia
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