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Vigilando los intereses de la gente mayorLa Atalaya 1987 | 1 de junio
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En Nigeria unos superintendentes hicieron una visita de pastoreo a un hermano de edad avanzada y descubrieron que estaba gravemente enfermo. Inmediatamente lo llevaron al hospital. Aquel hermano envejecido necesitaba extenso tratamiento médico, pero no podía pagarlo. Cuando la congregación supo esto, los publicadores juntaron suficiente dinero para pagarle los gastos. Dos superintendentes lo llevaron por turno al hospital, aunque esto requirió que sacaran tiempo de su trabajo. Pero tuvieron el regocijo de ver que el hermano se recuperó de su enfermedad y sirvió como precursor auxiliar hasta que murió cuatro años después.
En las Filipinas, una hermana de edad avanzada no tenía familia. La congregación se encargó de atenderla durante los tres años de su enfermedad. Le suministraron un lugarcito donde vivir, le prepararon sus alimentos cada día y la atendieron en asuntos de higiene.
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Vigilando los intereses de la gente mayorLa Atalaya 1987 | 1 de junio
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‘El dinero es una protección.’ (Eclesiastés 7:12.) Sin embargo, puede haber muchos hermanos o hermanas mayores en urgente necesidad financiera que no tengan parientes que estén prestos a darles ayuda. No obstante, por lo general en la congregación hay personas que se alegran de darles ayuda cuando se les hace saber que existe esa necesidad. (Santiago 2:15-17.) Los superintendentes también pueden investigar qué servicios gubernamentales o sociales, o pólizas de seguro, pensiones y arreglos similares pueden conseguirse. No obstante, en algunos países es difícil conseguir estos servicios, y quizás lo único que se pueda hacer es seguir el patrón que se da en el capítulo 5 de 1 Timoteo y dar los pasos para que la congregación como colectividad suministre socorro. (Véase Organizados para efectuar nuestro ministerio, páginas 122, 123.)
En Nigeria, como ayuda dada con regularidad a un precursor regular de 82 años y su esposa, los publicadores les hacían regalos materiales. Cuando el gobierno indicó que derribaría el edificio donde aquel matrimonio vivía, la congregación los invitó a mudarse a una habitación anexa al Salón del Reino hasta que pudiera conseguirse otro alojamiento.
En Brasil, una congregación contrató a una enfermera para que atendiera a un matrimonio de edad avanzada. Al mismo tiempo, asignó a una hermana para que mantuviera limpia la casa, preparara las comidas y atendiera a otras necesidades físicas. Mensualmente la congregación aparta algunos fondos para ellos.
15. a) ¿Hay limitaciones a lo que puede hacer la congregación para ayudar? b) ¿Cómo pudiera ser apropiado para los que se hacen excesivamente exigentes el consejo que se halla en Lucas 11:34?
15 Como en el primer siglo, estas provisiones son para personas merecedoras que realmente las necesiten. Los superintendentes no están bajo la obligación de satisfacer demandas inmoderadas ni de responder a exigencias irrazonables de atención. También la gente mayor debe mantener un ‘ojo sencillo’. (Lucas 11:34.)
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