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  • “¿No era ese un caso de conocerme?”
    Dios nos habla mediante Jeremías
    • “NO ME QUEDARÉ RESENTIDO HASTA TIEMPO INDEFINIDO”

      20. a) ¿Qué aspecto del modo de tratar Jehová a su pueblo subrayó Jeremías? b) ¿Qué tiene que ver ‘sentir pesar’ con el perdón de Jehová? (Véase el recuadro “¿Cómo ‘siente pesar’ Jehová?”.)

      20 Mucha gente considera los libros de Jeremías y Lamentaciones como simples denunciaciones de la maldad de una nación. Pero tal idea pasa por alto las afectuosas ofertas de perdón que Jehová le hace a su pueblo. Por ejemplo, él instó a los judíos: “Vuélvanse, por favor, cada uno de su camino malo, y hagan buenos sus caminos y sus tratos”. En otra ocasión, Jeremías los exhortó: “Hagan buenos sus caminos y sus tratos, y obedezcan la voz de Jehová su Dios, y Jehová sentirá pesar por la calamidad que ha hablado contra ustedes” (Jer. 18:11; 26:13). En la actualidad, Jehová sigue perdonando a todos los que se arrepienten sinceramente y dejan sus malos hábitos.

      21. ¿Cuál es el objetivo de Jehová al perdonar a alguien?

      21 Jehová no solo habla del perdón, sino que actúa en consecuencia. A Jeremías le mandó que instara al pueblo: “Vuélvete, oh renegada Israel [...]. No haré caer mi rostro airadamente sobre ustedes [...]. No me quedaré resentido hasta tiempo indefinido” (Jer. 3:12). Dios no guarda rencor ni animosidad contra ninguno de sus siervos a quienes ha perdonado. Aunque se haya cometido un mal, Jehová quiere restaurar las buenas relaciones. A pesar de los pecados cometidos, si la persona está verdaderamente arrepentida y busca el perdón, Jehová la ‘traerá de vuelta’, es decir, le otorgará su favor y bendición (Jer. 15:19). Estas palabras deberían animar a regresar al Dios verdadero a cualquiera que se haya alejado de él. ¿No es verdad que el perdón de Jehová nos acerca a él? (Léase Lamentaciones 5:21.)

      ¿CÓMO ‘SIENTE PESAR’ JEHOVÁ?

      La grandeza del perdón de Dios se percibe en la manera como trata a quienes han practicado el pecado pero luego cambian de actitud. Cuando ve que dan un giro a su vida y le obedecen, ‘siente pesar’ (Jer. 18:8; 26:3). ¿En qué sentido?

      Dios es perfecto y nunca yerra en sus juicios, de modo que no siente pesar en el sentido de que se arrepiente de haber dado un fallo erróneo, como le puede suceder a un ser humano. Más bien, siente pesar en el sentido de que modifica su manera de obrar, de acuerdo con el cambio de actitud que observa.

      No se trata simplemente de que Jehová anule la condena, sino que cambia sus sentimientos hacia los pecadores arrepentidos. Según algunos eruditos, el origen del verbo hebreo que se traduce “sentir pesar” en los versículos anteriores alude al acto de “respirar profundamente”, quizás hasta dando un suspiro. Esto puede dar a entender que cuando Jehová ve auténtico remordimiento en el corazón, respira profundamente, por así decirlo, dando un suspiro de alivio. Ahora puede mostrarle al arrepentido la afectuosa atención de la que disfrutan quienes tienen su aprobación. Es verdad que el pecador quizás tenga que afrontar ciertas consecuencias, pero a Dios le complace su cambio de actitud y amortigua “la calamidad”, o disciplina, que de otro modo merecería (Jer. 26:13). ¿Qué juez humano tiene esa disposición a reconocer el verdadero arrepentimiento? A Jehová le deleita hacerlo (Jer. 9:24).

      Ilustración de la página 152

      22, 23. Al imitar a Jehová en el tema del perdón, ¿cuál debe ser nuestra meta?

      22 ¿Imitamos a Dios cuando alguien nos ofende con palabras y acciones irreflexivas? Tocante a los antiguos judíos, Jehová dijo que ‘purificaría’ a quienes perdonara (léase Jeremías 33:8). Él es capaz de purificar en el sentido de que olvida el error de los que se arrepienten; hace como reza el dicho: borrón y cuenta nueva. Por supuesto, el que la persona obtenga el perdón de Dios no significa que se la limpie de la imperfección heredada y quede perfecta, sin pecado. Con todo, hay algo que podemos aprender de lo que Dios dijo sobre purificar a los hombres. Nosotros debemos esforzarnos por borrar el error de nuestro ofensor, lo que equivale, por decirlo así, a purificar el concepto que albergamos de él en el corazón. ¿Cómo hacerlo?

      23 Imaginemos que alguien nos regala un valioso jarrón antiguo. Si se manchase por alguna razón, ¿lo echaríamos a la basura automáticamente? No. Lo más seguro es que procuráramos limpiarlo con cuidado a fin de quitarle las manchas, porque lo que deseamos es que luzca bonito y brillante. De igual modo, debemos esforzarnos por eliminar cualquier rencor o animosidad que sintamos hacia un hermano que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a dar vueltas y vueltas a las palabras o acciones que nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la mente, purificamos la imagen y los recuerdos del hermano al que hemos perdonado. Una vez eliminados de nuestro corazón los pensamientos negativos, estaremos más dispuestos a volver a disfrutar de la estrecha amistad que nos unía.

      24, 25. ¿Qué beneficios obtendremos si llegamos a conocer a Jehová al mismo grado que el rey Josías?

      24 A medida que conocemos mejor a Jehová, salen a la luz sus cualidades y cómo las utiliza al tratar con su pueblo. Hemos examinado solo algunas, pero hemos visto que los beneficios personales de conocerlo íntimamente son una poderosa motivación para adorarlo como él acepta. Si lo llegamos a conocer al mismo grado que el rey Josías, nuestra vida rebosará de felicidad, que es otro aspecto de la personalidad de Dios.

      25 Conocer mejor a Jehová enriquecerá nuestra relación con el prójimo. Si nos esforzamos por imitar a Dios manifestando bondad amorosa, justicia y perdón, nuestras amistades en la congregación se profundizarán y nos llegarán a ser más preciosas. Estaremos incluso mejor capacitados para enseñar en las revisitas y lograr que progresen nuestros estudiantes de la Biblia. De hecho, las personas interesadas se sentirán más cómodas con nosotros porque habremos adoptado el modelo de conducta cristiana. Por tanto, estaremos mejor preparados para ayudarles a servir a Jehová de manera acepta, a seguir “el buen camino” (Jer. 6:16).

  • “¿No era ese un caso de conocerme?”
    Dios nos habla mediante Jeremías
    • La grandeza del perdón de Dios se percibe en la manera como trata a quienes han practicado el pecado pero luego cambian de actitud. Cuando ve que dan un giro a su vida y le obedecen, ‘siente pesar’ (Jer. 18:8; 26:3). ¿En qué sentido?

      Dios es perfecto y nunca yerra en sus juicios, de modo que no siente pesar en el sentido de que se arrepiente de haber dado un fallo erróneo, como le puede suceder a un ser humano. Más bien, siente pesar en el sentido de que modifica su manera de obrar, de acuerdo con el cambio de actitud que observa.

      No se trata simplemente de que Jehová anule la condena, sino que cambia sus sentimientos hacia los pecadores arrepentidos. Según algunos eruditos, el origen del verbo hebreo que se traduce “sentir pesar” en los versículos anteriores alude al acto de “respirar profundamente”, quizás hasta dando un suspiro. Esto puede dar a entender que cuando Jehová ve auténtico remordimiento en el corazón, respira profundamente, por así decirlo, dando un suspiro de alivio. Ahora puede mostrarle al arrepentido la afectuosa atención de la que disfrutan quienes tienen su aprobación. Es verdad que el pecador quizás tenga que afrontar ciertas consecuencias, pero a Dios le complace su cambio de actitud y amortigua “la calamidad”, o disciplina, que de otro modo merecería (Jer. 26:13). ¿Qué juez humano tiene esa disposición a reconocer el verdadero arrepentimiento? A Jehová le deleita hacerlo (Jer. 9:24).

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