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Cultivemos un carácter razonableLa Atalaya 1994 | 1 de agosto
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Examinemos el caso en que Pedro, uno de sus amigos íntimos, le negó tres veces la noche de su prendimiento y juicio. El propio Jesús había dicho anteriormente: “A cualquiera que me repudie delante de los hombres, yo también lo repudiaré delante de mi Padre”. (Mateo 10:33.) ¿Fue Jesús rígido y aplicó implacablemente esta regla a Pedro? No; después de resucitar, Jesús le hizo una visita, seguramente para consolar y tranquilizar a este apóstol, que se hallaba arrepentido y compungido. (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5.) Poco después, Jesús permitió que Pedro tuviera una gran responsabilidad. (Hechos 2:1-41.)
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Cultivemos un carácter razonableLa Atalaya 1994 | 1 de agosto
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[Ilustración en la página 15]
Jesús no tardó en perdonar a Pedro cuando este se arrepintió
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