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Los retos y gozos de criar ocho hijos en los caminos de JehováLa Atalaya 2006 | 1 de enero
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En aquel tiempo, la gente en general reconocía que la fornicación era un pecado. No obstante, muchos creíamos que solo lo cometían quienes se acostaban con diferentes personas. Por lo tanto, no pensábamos que un hombre y una mujer hicieran nada malo si tenían relaciones sexuales entre ellos solamente (1 Corintios 6:9, 10; Hebreos 13:4). Aquella idea contribuyó a que llegara a ser madre soltera de seis pequeños.
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Los retos y gozos de criar ocho hijos en los caminos de JehováLa Atalaya 2006 | 1 de enero
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Por aquel entonces, yo vivía con el padre de tres de mis seis hijos. Como no estaba casada con él y había aprendido en la Biblia que Dios condena las relaciones sexuales fuera del matrimonio, empezó a remorderme la conciencia (Proverbios 5:15-20; Gálatas 5:19). Cuanto más amaba la verdad, más deseaba vivir en armonía con las leyes de Dios. Así que finalmente tomé una decisión. Hablé con mi pareja y le di a elegir entre casarnos o romper nuestra relación. A pesar de que él no compartía mis creencias, nos casamos el 15 de agosto de 1970, cinco años después de que aquellas dos Testigos me hablaran por primera vez.
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