LA MANERA de adorar de los testigos de Jehová, que incluye su predicación pública, exige mucho trabajo en el campo de la traducción, la impresión y el envío de literatura bíblica. Todo este trabajo lo hacen voluntarios que dan de su tiempo, energía y aptitudes. En cada país, estos reciben alojamiento y alimento en un edificio llamado Betel, que significa “Casa de Dios”. En Francia, el primer hogar Betel fue establecido en el mismo París. Pero en 1959, después de varios traslados dentro y fuera de la ciudad, se construyó un nuevo hogar Betel, con oficinas e imprenta en Boulogne-Billancourt, en la periferia de París. En aquel entonces había apenas 14.000 testigos de Jehová en Francia.

A principios de la década de los setenta, la literatura bíblica de Francia se imprimía en Brooklyn, Nueva York, y se mandaba en barco a Le Havre, Normandía. Puesto que Louviers está convenientemente situado entre París y la costa de Normandía, se decidió abrir allí un almacén. Se inauguró en 1973, y el departamento de envíos y la pequeña imprenta fueron transferidos de Boulogne a Louviers. Para entonces la cantidad de Testigos franceses había aumentado a más de 48.000.

En 1975 el gobierno francés autorizó la circulación de La Atalaya. Más tarde, se trasladaron de Suiza a Louviers los archivos de suscripciones a La Atalaya y ¡Despertad! de Francia y otros 15 países de habla francesa. Esto incrementó de modo importante el volumen de revistas que pasaba por Louviers, lo cual hizo necesario aumentar el personal y construir más espacio para viviendas. De modo que se edificó una residencia de 34 habitaciones en Incarville, a solo unos centenares de metros de la imprenta de Louviers. Fue construida enteramente por Testigos voluntarios y fue dedicada en 1978.

Mayor expansión

En Francia se envían las revistas y otra literatura bíblica a las aproximadamente 1.200 congregaciones de testigos de Jehová de ese país mediante una flota de camiones. Para su mantenimiento y reparaciones se construyó en 1984 un amplio garaje enfrente de la imprenta de Louviers.

También a principios de los años ochenta, para permitir a los Testigos de Francia imprimir sus propias revistas en vez de tener que importarlas, el Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová de Brooklyn, Nueva York, decidió enviar a ese país dos prensas rotativas offset. Este aumento en la impresión hizo necesaria la construcción de un anexo de tres plantas para la fábrica de Louviers. El nuevo anexo, conectado a la pequeña fábrica de 1973, proporciona aproximadamente 13.000 metros cuadrados (140.000 pies cuadrados) de espacio útil adicional, lo cual significa que es seis veces mayor que el primer edificio de Louviers.

Ayuda generosa

Mientras todo este trabajo de construcción se llevaba a cabo en Francia, los testigos de Jehová imitaron a los siervos fieles de Dios de la antigüedad y ‘honraron a Jehová con sus cosas valiosas’. (Proverbios 3:9; Esdras 1:4; 7:15, 16.) Por ejemplo, cuando en la edición francesa de Nuestro Ministerio del Reino se dio un informe del progreso de la obra y se mencionó que se necesitaban puertas muy costosas a prueba de fuego para la nueva fábrica, Sara, de ocho años de edad, y su hermano Federico, donaron sus ahorros “para las puertas de la imprenta”. Algunos honraron a Jehová ayudando en la construcción durante los fines de semana, y otros permanecieron semanas y hasta meses.

Una firma comercial construyó el armazón de la nueva fábrica, pero todo el enmaderado, la fontanería, las instalaciones eléctricas y la decoración interior fue realizado por equipos voluntarios de Testigos. El excelente espíritu que manifestaron estos trabajadores impulsó al capataz, que no era Testigo, a exclamar: “¡Este es el mejor ambiente que jamás he visto en un equipo de construcción!”. Hasta uno de los obreros de la empresa constructora que no era Testigo se presentó para ayudar gratuitamente en su día libre.

Una inauguración feliz

El 4 de mayo de 1985 por la mañana, se dio a los invitados una gira por el nuevo edificio. Por la tarde se celebró el programa de dedicación y se transmitió a auditorios reunidos en ocho ciudades francesas, de modo que la asistencia total fue de 56.537 personas. M. G. Henschel, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, pronunció el discurso de dedicación. Recordó al auditorio que todos los edificios construidos para la adoración y el servicio de Jehová son prueba de su bondad.

La nueva imprenta de Louviers constituye tan solo un aspecto de la expansión de la obra de Jehová en Francia.

[Fotografías en la página 27]

La nueva fábrica de Louviers, Francia, y M. G. Henschel durante el discurso de dedicación