BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w89 15/8 págs. 21-24
  • Persecución en Burundi... ¡se viola una promesa de libertad religiosa!

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Persecución en Burundi... ¡se viola una promesa de libertad religiosa!
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
  • Subtítulos
  • El gobierno viola su promesa
  • Los testigos de Jehová y su lucha por reconocimiento
  • Estalla la persecución religiosa
  • Lo que usted puede hacer
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1989
w89 15/8 págs. 21-24

Persecución en Burundi... ¡se viola una promesa de libertad religiosa!

En muchos países occidentales se da por sentada la libertad de cultos. Sin embargo, la persecución religiosa que se lleva a cabo en el país africano de Burundi ilustra cuán frágil puede ser esa libertad. Hay que reconocer que si se pisotean los derechos humanos fundamentales de un grupo de personas no hay garantía de que no se hará lo mismo con los derechos de otros. Por lo tanto, instamos a nuestros lectores a examinar lo que está sucediendo en Burundi.

EL 16 de febrero de 1989 cayó sobre el país africano de Burundi la sombra de la edad del oscurantismo. En esa fecha el presidente de la República de Burundi, Pierre Buyoya, convocó una reunión de los gobernadores de las provincias. Después de aquella reunión los testigos de Jehová fueron sometidos a una cruel y extensa persecución religiosa. En poco tiempo, hombres, mujeres y hasta niños fueron objeto de arrestos ilegales, y se les golpeó y torturó y privó de alimento.

Por sí solas, atrocidades como esas son vergonzosas en nuestros días. Sin embargo, es particularmente detestable el que en Burundi se persiga hoy a estos cristianos. ¿Por qué? Porque con esa persecución se ha violado una promesa de libertad religiosa.

El gobierno viola su promesa

Burundi es una apartada nación africana precisamente al sur del ecuador. Sin embargo, en esta tierra montañosa se disfruta de un clima fresco y agradable. (Véase el mapa.) En el mundo pocas personas sabían de la existencia de Burundi hasta el mes de agosto de 1988, cuando ciertos sucesos de ese país llegaron a la atención de la prensa mundial. Lo que sucedió fue una lucha sangrienta entre sus dos principales grupos étnicos, los tutsis y los hutus. Sin duda, esto dejó una impresión indeseable de Burundi en la mente de muchos.

No obstante, pueden decirse muchas cosas buenas de este país progresivo. Su gente es industriosa, verdaderamente trabajadora. Un artículo de The New York Times Magazine añade que “de varias maneras se le hace obvio al visitante que Burundi, a pesar de ser pobre, es un país de trabajadores. Maurice Gervais, el representante del Banco Mundial en el país, lo llama ‘un país muy industrioso’”.

Sin embargo, lo que se observa en Burundi en el campo religioso amenaza con restar lustre a esa visión del país. Un 80% de la gente profesa ser cristiana, y la mayoría son católicos romanos. Sin embargo, los regímenes políticos han seguido un proceder perturbador de intolerancia religiosa. El 16 de octubre de 1985 la revista The Christian Century informó: “Durante el año pasado el gobierno de Burundi ha tomado una serie de medidas destinadas a debilitar la posición de la iglesia [...] Se han impuesto drásticas restricciones al derecho de adorar y orar en público y en privado. Las iglesias de ciertas organizaciones religiosas [...] han sido cerradas y proscritas; [...] docenas de cristianos han sido encarcelados; a algunos hasta se les ha torturado [...] todo porque ejercieron su derecho de practicar su religión”.

Por eso, se pensó que la situación mejoraría cuando, en septiembre de 1987, subió al poder en Burundi un nuevo gobierno, bajo el liderato del presidente Pierre Buyoya. El nuevo presidente prometió a su nación libertad religiosa, y se apresuró a tomar medidas para cumplir su palabra. Un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores de los Estados Unidos dice: “Durante su primer año en el poder el presidente Buyoya efectuó grandes cambios en la política del gobierno con relación a la religión organizada; puso fin a las restricciones sobre la expresión religiosa que caracterizó al régimen [anterior]. Buyoya puso en libertad a todos los que habían sido encarcelados por razones religiosas; abrió de nuevo las iglesias que habían sido cerradas; devolvió a las iglesias las propiedades que les habían sido confiscadas”. Esos actos acertados del presidente Buyoya le ganaron la estima de amantes de la libertad de todas partes del mundo.

Entonces, ¿qué ha llevado a que recientemente se haya hecho de los testigos de Jehová el blanco de la opresión religiosa?

Los testigos de Jehová y su lucha por reconocimiento

A través de los años la Iglesia Católica “se convirtió en una poderosa entidad económica y política”, informa el periódico The New York Times. En los días de la colonia se permitió que la iglesia “casi gobernara el país”, porque “era la que principalmente se encargaba de la sanidad pública y la educación”. No es extraño, pues, que el gobierno se sintiera amenazado por el establecimiento religioso.

Sin embargo, cuando los testigos de Jehová empezaron su obra pública de evangelización en Burundi, en 1963, no trataron de intervenir en los asuntos del Estado. Más bien, se limitaron a predicar “estas buenas nuevas del reino”. (Mateo 24:14.) Puesto que la Biblia dice que los verdaderos cristianos ‘no han de ser parte del mundo’, los testigos de Jehová en Burundi se mantuvieron neutrales respecto a la política, lo mismo que hacen los Testigos por todo el resto del mundo. (Juan 17:16.)

Debido a su conciencia, los Testigos se abstuvieron de unirse a los partidos políticos y de vocear los lemas de estos. A menudo los gobiernos han entendido mal esta postura de neutralidad; la han confundido con falta de patriotismo o hasta con subversión. Pero no es así. Por todo el mundo se conoce a los Testigos como ciudadanos ejemplares, observantes de la ley. Toman a pecho el mandato de la Biblia de ‘estar en sujeción’ a los gobiernos seglares. (Romanos 13:1.) Aunque no saludan ni dan reverencia de modo alguno a símbolos nacionales como las banderas, no tratan con falta de respeto tales emblemas. (Éxodo 20:4, 5.)

En 1975 los testigos de Jehová habían solicitado reconocimiento legal para su obra. Pero en 1976 un golpe de estado militar derribó el gobierno y puso en el poder al presidente Jean-Baptiste Bagaza. Él prometió libertad de cultos. Sin embargo, ¡en marzo de 1977 los testigos de Jehová fueron proscritos oficialmente! Testigos de Jehová de todo el mundo trataron de aclarar la situación a miembros del gobierno de Bagaza, pero nada tuvo éxito: ni las cartas, ni las visitas a las embajadas de Burundi en Francia y Bélgica, ni reuniones con funcionarios gubernamentales de Burundi. En 1987 unos 80 Testigos —hombres y mujeres— fueron encarcelados por meses. Uno de ellos murió en prisión.

Luego, en 1987, un golpe de estado puso en el poder al actual presidente, Pierre Buyoya. Poco después los católicos y los protestantes se beneficiaron de su tolerancia religiosa... pero no los Testigos.

Estalla la persecución religiosa

Después de una reunión del presidente Buyoya con los gobernadores de las provincias el 16 de febrero de 1989, por la radio se anunció que uno de los grandes problemas de Burundi era el aumento de los testigos de Jehová. Como si hubieran recibido una señal para actuar, los gobernadores de las provincias del interior lanzaron una ola de persecución. Aunque todavía no se tienen todos los detalles, los siguientes informes dan una idea de lo que está sucediendo:

Provincia de Gitega: El gobernador Yves Minani ordenó que la policía y la población se movilizaran para arrestar a todos los testigos de Jehová. Más tarde, agentes de la policía irrumpieron en el hogar de Ntibatamabi Edmond, un precursor especial que hace obra de evangelizador, y lo arrestaron. En la cárcel no le suministraron alimento, por lo cual muchas veces se desmayó. Lo torturaron para obligarle a confirmar el rumor de que los testigos de Jehová comen sangre humana... ¡lo cual es una horrible mentira!

Después del arresto de Edmond, otros dos testigos de Jehová, Ntikarahera Aaron y Ntimpirangeza Prime, fueron encarcelados en Gitega. A ellos también los sometieron a trato brutal.

Nijimbere Charlotte, la esposa de un superintendente de circuito o ministro viajante que visita a varias congregaciones, se enteró del aprieto en que se encontraban sus hermanos cristianos. Trató de llevarles alimento a la prisión, pero fue arrestada el 16 de marzo de 1989, y las autoridades la retuvieron como rehén con la intención de capturar a su esposo.

Provincia de Muramvya: El gobernador Antoine Baza convocó a todos los Testigos conocidos para que le contestaran algunas preguntas. El 4 de marzo un grupo respondió a la convocatoria. Aunque contestaron respetuosamente sus preguntas, rehusaron vocear lemas políticos.

Por eso, el gobernador incitó a la población local a atacar a los testigos de Jehová. El 16 de marzo la policía allanó los hogares de los Testigos conocidos y empezó a golpearlos —a hombres y mujeres— por negarse a vocear lemas políticos. Las autoridades se apoderaron del negocio de un Testigo y lo clausuraron, de modo que la familia ha perdido su medio de ganarse el sustento.

El 17 de marzo golpearon a cuatro mujeres por negarse a repudiar su fe. Las encerraron en una celda sin ventilación, aunque una de ellas tenía un bebé de 20 días de nacido.

El 20 de marzo una chusma entró con palos y antorchas en los hogares de algunas Testigos, las golpearon y las echaron de sus hogares. Entre estas mujeres estuvo una señora de 75 años de edad que estudiaba la Biblia con los testigos de Jehová, ¡y unas jovencitas de menos de 14 años!

Pierre Kibina-Kanwa, director de la escuela primaria Nyabihanga, trató de obligar a los alumnos que eran Testigos a saludar la bandera de la nación. Cuando no pudo, los expulsó. Veintidós Testigos de ese pueblo tuvieron que huir de aquella población y abandonar todas sus posesiones. Entre los detenidos estuvieron Ndayisenga Leonidas, Kanyambo Leanard, Ntahorwamamiye Abednego, Bankangumurindi P., Kashi Grégoire y Mbonihankuye Thadée.

Provincia de Buyumbura: El administrador del municipio de Muhuta, Nahimana Macaire, llamó a una reunión a Kavunzo Vincent, Ndabazaniye Sylvestre y Ndizwe-Nzaniye, todos Testigos. Entonces los acusó de haber estado implicados en el conflicto étnico de agosto de 1988. Aunque los testigos de Jehová no habían tenido nada que ver con aquello, las autoridades los golpearon y arrestaron.

Provincia de Bubanza: Dos Testigos fueron arrestados solo porque poseían literatura bíblica. Cuando se negaron a dar el saludo del partido, el gobernador Kimbusa Balthazar los envió a un campamento militar. Allí los sometieron a la tortura de aplastarles los dedos.

Lo que usted puede hacer

La mayoría de estos abusos han ocurrido en lugares del interior, lejos de la vista de observadores extranjeros. Sin embargo, más de 13 millones de ejemplares de este artículo se distribuirán por todo el mundo en 105 idiomas. Las atrocidades que se cometen en Burundi dejarán de ser un secreto. Las personas que aman la libertad se sorprenderán de que se estén violando tan escandalosamente los derechos humanos, derechos por los cuales han luchado miles de africanos.

Como se ve, es un riesgo para Burundi no adherirse a su promesa de suministrar libertad religiosa. Corre el riesgo de perder la reputación que ha tratado de ganarse, la de una nación progresiva y trabajadora. ¿Quiere Burundi el desdoro de ser vista como una nación de fanáticos que practican la persecución religiosa? No nos parece que quiera eso. Lo único que explica la situación es que los consejeros del presidente Buyoya le han suministrado información errónea, muy engañosa.

Las acusaciones hechas contra los testigos de Jehová son mentiras absurdas que tienen como propósito agitar pasiones irracionales. Los testigos de Jehová no representan amenaza alguna a la seguridad del gobierno de Burundi ni de ninguna otra nación. Son apacibles y observantes de la ley, y respetan los emblemas nacionales. Contrario al rumor que se ha esparcido, se abstienen por completo de sangre en cualquier forma... hasta a riesgo de perder la vida. (Hechos 15:28, 29.)

Por lo tanto, por todo el mundo los verdaderos cristianos orarán en unión por el bienestar de sus hermanos de Burundi. (1 Timoteo 2:1, 2.) Muchos lectores también querrán escribir directamente al presidente Pierre Buyoya y solicitar respetuosamente que se detenga la persecución religiosa y que se reconozca oficialmente a los testigos de Jehová como religión establecida. Burundi debe obrar razonablemente si desea redimirse a los ojos del mundo.

Su Excelencia el Comandante Pierre Buyoya

Presidente de la República de Burundi

Buyumbura

REPÚBLICA DE BURUNDI

[Mapas en la página 22]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

ZAIRE

RUANDA

BURUNDI

LAGO TAGANICA

TANZANIA

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir