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“Sigan pidiendo, y se les dará”La Atalaya 2013 | 1 de abril
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La primera ilustración se centra en la persona que ora (Lucas 11:5-8). Jesús pone el ejemplo de un hombre al que le llega un invitado a medianoche y no tiene comida que ofrecerle. Para el hombre es un asunto urgente, así que, a pesar de lo tarde que es, va a la casa de un amigo y le pide tres panes. Al principio, el amigo no quiere levantarse para no despertar a su familia. Pero el hombre sigue insistiendo, sin reparo alguno, hasta que el amigo finalmente se levanta y le da lo que necesita.a
¿Qué aprendemos aquí sobre la oración? Que tenemos que persistir: seguir pidiendo, buscando y tocando (Lucas 11:9, 10). ¿Cómo es eso? ¿Está diciendo Jesús que cuando oramos es como si estuviéramos golpeando la puerta de un Dios que no quiere escucharnos? Ni mucho menos. A diferencia del amigo de la ilustración, Dios desea conceder las peticiones de quien le ora con fe, siempre y cuando estén de acuerdo con su voluntad. La fe la demostramos con nuestra persistencia. Al pedir algo repetidas veces, mostramos que realmente necesitamos lo que pedimos y que estamos convencidos de que Dios nos lo puede conceder (Marcos 11:24; 1 Juan 5:14).
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“Sigan pidiendo, y se les dará”La Atalaya 2013 | 1 de abril
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a La ilustración de Jesús refleja las costumbres de la época. Los judíos veían la hospitalidad como un deber sagrado. Como las familias solo horneaban el pan que necesitarían para el día, si se les acababa, solían pedirle un poco a algún vecino. Por otra parte, en el caso de las familias pobres, todos dormían en la misma habitación, generalmente en el piso, por lo que si alguien se levantaba podría despertar a los demás.
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