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¡Estén firmes en la libertad cristiana!La Atalaya 1990 | 15 de noviembre
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Los gálatas sabían de la decisión que había expresado el cuerpo gobernante de que la circuncisión no era un requisito para los cristianos. (Hechos 15:22-29.) Pero los judaizantes procuraban esclavizarlos insistiendo en que se circuncidaran. Por eso Pablo recalcó el asunto de la libertad cristiana en la carta que escribió a los gálatas desde Corinto o Antioquía de Siria alrededor de 50-52 E.C. Por ejemplo, dijo: “Para [...] libertad Cristo nos libertó. Por lo tanto, estén firmes, y no se dejen restringir otra vez en un yugo de esclavitud”. (Gálatas 5:1.)
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¡Estén firmes en la libertad cristiana!La Atalaya 1990 | 15 de noviembre
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¡Estén firmes!
Por su muerte, Cristo ‘libró a los que se hallaban bajo ley’. Pero sus seguidores tienen que estar firmes en la libertad cristiana (4:1–6:18). De modo que los gálatas tenían que resistir a cualquiera que tratara de persuadirlos para que aceptaran un yugo de esclavitud. Además, no debían abusar de su libertad, sino evitar las “obras de la carne” y desplegar el fruto del espíritu de Dios. Los que procuraban esclavizarlos a la Ley querían “presentar una apariencia agradable en la carne”, evitar persecución y tener causa para jactarse. No obstante, Pablo mostró que ni la circuncisión ni la incircuncisión son nada. Más bien, “una nueva creación es algo”. Oró para que hubiera paz y misericordia sobre el Israel espiritual, los que pertenecen a esa nueva creación.
La carta de Pablo a los gálatas les ayudó a resistir a los que procuraban esclavizarlos espiritualmente.
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