BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Los panes y la levadura
    El hombre más grande de todos los tiempos
    • Jesús despide a las muchedumbres, sube a una barca con sus discípulos y cruza hacia la ribera occidental del mar de Galilea. Aquí los fariseos, esta vez acompañados de miembros de la secta religiosa de los saduceos, tratan de tentar a Jesús pidiéndole que despliegue una señal procedente del cielo.

      Jesús, que sabe que quieren someterlo a tentación, responde: “Al anochecer ustedes acostumbran decir: ‘Habrá buen tiempo, porque el cielo está rojo encendido’; y a la mañana: ‘Hoy habrá tiempo invernal y lluvioso, porque el cielo está rojo encendido, pero de aspecto sombrío’. Saben interpretar la apariencia del cielo, pero las señales de los tiempos no las pueden interpretar”.

      Dicho eso, Jesús los llama una generación inicua y adúltera y les advierte que, como había dicho antes a los fariseos, no se les dará ninguna señal excepto la señal de Jonás. Entonces él y sus discípulos se embarcan en dirección a Betsaida, en la ribera nordeste del mar de Galilea. Mientras viajan, los discípulos descubren que han olvidado traer panes; solo tienen consigo un pan.

      Jesús tiene presente el encuentro reciente que ha tenido con los fariseos y los saduceos que apoyan a Herodes, y aconseja: “Mantengan los ojos abiertos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Evidentemente la mención de levadura hace que los discípulos piensen que Jesús se refiere a que olvidaron traer pan, de modo que empiezan a discutir sobre ese asunto. Al notar que no han entendido bien, Jesús dice: “¿Por qué discuten sobre el no tener panes?”.

      Poco tiempo antes Jesús había provisto pan milagrosamente para miles de personas, un milagro que había efectuado quizás solo un día o dos antes. Ellos deberían saber que no está preocupado por la falta de panes literales. “¿No se acuerdan —les recuerda—, cuando partí los cinco panes para los cinco mil hombres, cuántas cestas llenas de trozos recogieron?”

      “Doce”, responden.

      “Cuando partí los siete para los cuatro mil hombres, ¿cuántas cestas de provisiones llenas de trozos recogieron?”

      “Siete”, responden.

      “¿Todavía no captan el significado?”, pregunta Jesús. “¿Cómo no disciernen que no les hablé acerca de panes? Mas guárdense de la levadura de los fariseos y saduceos.”

      Finalmente los discípulos entienden. La palabra levadura, que se refiere a una sustancia que causa fermentación y hace que suba la masa del pan, se usaba para denotar corrupción. Por eso ahora los discípulos entienden que Jesús está empleando un simbolismo, que les está advirtiendo que se guarden de “la enseñanza de los fariseos y saduceos”, una enseñanza que corrompe.

  • ¿Quién es en verdad Jesús?
    El hombre más grande de todos los tiempos
    • CUANDO la barca en que van Jesús y sus discípulos llega a Betsaida, la gente le trae un ciego a Jesús y le suplica que lo toque y lo sane. Jesús toma de la mano al hombre y lo saca de la aldea y, después de escupir en sus ojos, pregunta: “¿Ves algo?”.

      “Veo hombres —contesta él—, porque observo lo que parece árboles, pero están andando.” Jesús coloca las manos sobre los ojos del ciego y le restaura la vista, y el hombre puede ver claramente. Jesús entonces lo envía de regreso a su casa y le dice que no entre en la ciudad.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir