“Abran las puertas para que entre la nación justa que mantiene conducta fiel.” (ISAÍAS 26:2.)

1. ¿Por qué puede parecer sorprendente el que Isaías hable de una “nación justa”?

HOY día hay muchas clases de naciones. Algunas son democracias, y otras, dictaduras. Unas son ricas, otras son pobres. Sin embargo, todas tienen algo en común: forman parte del mundo cuyo dios es Satanás. (2 Corintios 4:4.) Por ello, puede que las siguientes palabras de Isaías sorprendan a algunos: “Abran las puertas para que entre la nación justa que mantiene conducta fiel”. (Isaías 26:2.)

En 1919, cuando se inició la predicación moderna del Reino de Dios, los Estudiantes de la Biblia, como se llamaba entonces a los testigos de Jehová, eran pocos, pero tenían una fe firme. Llegaron a ser el fundamento de ‘una ciudad fuerte, en la que se ha puesto la salvación por muros y antemural’. Cifraron su confianza en “Jah Jehová [que es] la Roca de tiempos indefinidos”. (Isaías 26:1, 3, 4.) Al igual que el Moisés de la antigüedad, proclamaron: “[Declararemos] el nombre de Jehová. ¡Atribuyan ustedes grandeza, sí, a nuestro Dios! La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él”. (Deuteronomio 32:3, 4.)

6. ¿Cómo ha bendecido Jehová a su pueblo en estos últimos días?

⁶ Desde entonces, las puertas del Reino de Dios han permanecido abiertas de par en par para recoger, primero, al resto de los 144.000 cristianos ungidos y, actualmente, a una gran muchedumbre de “otras ovejas”, que también participan en declarar los propósitos del Reino de Jehová. (Juan 10:16.) Por tanto, puede anunciarse alegremente: “Has añadido a la nación; oh Jehová, has añadido a la nación; te has glorificado. Has extendido a gran distancia todos los confines del país”. (Isaías 26:15.) Lo que está sucediendo en el campo mundial hoy demuestra la veracidad de estas palabras. Mediante el poder del espíritu santo, se ha dado un testimonio acerca del Reino entrante de Cristo “hasta la parte más distante de la tierra”. (Hechos 1:8.)