-
Ser generosos nos hace felicesLa Atalaya (estudio) 2018 | agosto
-
-
Ser generosos nos hace felices
“Hay más felicidad en dar” (HECH. 20:35).
1. ¿Cómo da prueba la creación de que Jehová es generoso?
CUANDO Jehová comenzó la creación, estaba solo. Pero, lejos de pensar únicamente en sí mismo, les regaló la vida a muchos seres inteligentes, tanto espirituales como humanos. Él es el “Dios feliz”, y le encanta dar cosas buenas (1 Tim. 1:11; Sant. 1:17). Además, como desea que también nosotros seamos felices, nos enseña a ser generosos (Rom. 1:20).
2, 3. a) ¿Por qué somos felices si damos con generosidad? b) ¿Qué vamos a examinar en este artículo?
2 Dios creó a los seres humanos a su imagen y semejanza (Gén. 1:27). En otras palabras, nos hizo para reflejar su personalidad. Por tanto, si queremos ser felices y sentirnos realizados, tenemos que seguir su ejemplo interesándonos en el prójimo y siendo generosos (Filip. 2:3, 4; Sant. 1:5). ¿Por qué? Dicho con sencillez, porque así es como Dios nos hizo. A pesar de nuestra imperfección, podemos ser generosos como él.
3 La Biblia nos enseña a dar con generosidad. En este artículo, vamos a repasar algunas cosas que nos dice la Palabra de Dios sobre este tema. Veremos que ser generosos nos ayuda a tener la aprobación de Jehová, así como a cumplir con la tarea que nos ha encomendado. También examinaremos qué relación hay entre esta cualidad y la felicidad, y por qué no debemos cansarnos de ser generosos.
CÓMO PODEMOS TENER LA APROBACIÓN DE DIOS
4, 5. ¿Qué ejemplo de generosidad nos han dado Jehová y Jesús?
4 Jehová quiere que lo imitemos, y por eso se siente feliz cuando somos generosos (Efes. 5:1). Es evidente que Dios desea que seamos felices. Se ve por cómo nos hizo y por la hermosa variedad de su creación (Sal. 104:24; 139:13-16). Así pues, lo honramos cuando nos esforzamos por hacer felices a los demás.
5 Los cristianos verdaderos imitamos a Jesús, que nos mostró a la perfección hasta qué grado puede ser generoso un ser humano. Él mismo dijo: “El Hijo del hombre no vino para que se le ministrara, sino para ministrar y para dar su alma en rescate en cambio por muchos” (Mat. 20:28). Por tanto, el apóstol Pablo dijo a los cristianos: “Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús”, quien “se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo” (Filip. 2:5, 7). Así que hacemos bien en preguntarnos: “¿Puedo seguir el ejemplo de Jesús aún mejor de lo que lo estoy haciendo?” (lea 1 Pedro 2:21).
6. ¿Qué lección nos enseñó Jesús en la parábola del samaritano? (Vea el dibujo del principio).
6 Podemos tener la aprobación de Jehová si copiamos el ejemplo perfecto que él y su Hijo nos han dado. Para ello, debemos interesarnos por el bienestar de los demás y buscar maneras de ayudarlos en lo que necesiten. En la parábola del buen samaritano, Jesús dejó claro que él espera que sus discípulos hagamos todo lo que esté en nuestra mano por los demás, sin importar sus antecedentes (lea Lucas 10:29-37). Recordemos que Jesús dio esta parábola porque un judío le preguntó: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”. Su respuesta indica que debemos estar dispuestos a ser generosos como el samaritano para tener el favor de Dios.
7. ¿Qué relación hay entre la generosidad y la cuestión que planteó Satanás en Edén?
7 Los cristianos tenemos motivos de sobra para ser generosos. Uno es que la generosidad está relacionada con la cuestión que planteó Satanás en el jardín de Edén. ¿Por qué decimos esto? Él afirmó que a Adán y Eva, y por extensión a toda la humanidad, les iría mejor si se centraban en sí mismos y anteponían sus intereses a la obediencia a Dios. Adán y Eva fueron egoístas. Ella quiso ser como Dios, mientras que él prefirió agradar a su esposa en vez de a Jehová (Gén. 3:4-6). Las consecuencias saltan a la vista. El egoísmo no nos hace más felices, sino todo lo contrario. Si somos generosos, demostramos que estamos convencidos de que la mejor manera de hacer las cosas es la que nos enseña Jehová.
CÓMO CUMPLIR CON LA TAREA QUE DIOS NOS HA ENCOMENDADO
8. ¿Por qué deberían haber pensado en otros Adán y Eva?
8 Aunque Adán y Eva estaban solos en el jardín de Edén, las instrucciones que Jehová les dio deberían haberlos hecho pensar en el bienestar de otros. Dios los bendijo y les dijo que se multiplicaran, llenaran la Tierra y la dominaran (Gén. 1:28). Así como el Creador se interesa mucho en su creación, ellos deberían haberse interesado en la felicidad de sus descendientes. Para que todos ellos disfrutaran del paraíso, tenían que extenderlo por el entero planeta. Ese inmenso proyecto requeriría la colaboración de toda la familia.
9. ¿Por qué hubiera hecho felices a los seres humanos extender el paraíso?
9 Extender el paraíso hubiera implicado que los seres humanos perfectos colaboraran estrechamente con el propósito de Jehová, y así entrarían en su descanso (Heb. 4:11). Solo podemos imaginar lo felices que se hubieran sentido. Además, Jehová los habría bendecido mucho por ser generosos e interesarse en los demás.
10, 11. ¿Cómo podemos cumplir con la misión de predicar y hacer discípulos?
10 Hoy día, Jehová ha encomendado a sus siervos una misión: predicar y hacer discípulos. Para cumplirla, debemos tener un interés sincero en el bienestar de los demás. Lograremos perseverar solo si tenemos la motivación apropiada, que es el amor a Dios y al prójimo.
11 En el siglo primero, el apóstol Pablo dijo que él y otros cristianos eran “colaboradores de Dios” porque plantaban y regaban la semilla de la verdad del Reino (1 Cor. 3:6, 9). Nosotros también podemos ser hoy “colaboradores de Dios”. ¿Cómo? Dando con generosidad de nuestro tiempo, recursos y energías para llevar a cabo la misión que Dios nos ha confiado. ¡Qué extraordinario privilegio!
Pocas cosas dan más satisfacción que ayudar a alguien a entender las verdades de la Biblia. (Vea el párrafo 12).
12, 13. ¿Cuáles diría usted que son las recompensas de la obra de hacer discípulos?
12 Nos hace muy felices dedicar con generosidad a la predicación nuestro tiempo y energías. Muchos hermanos que han tenido la oportunidad de dar clases de la Biblia reconocen que esta es una de las actividades que más satisfacción les causa. Es un placer ver cómo se le ilumina el rostro a una persona cuando comprende las verdades de la Biblia, cómo crece su fe, cómo hace cambios en la vida y cómo empieza a hablar con otros de lo que aprende. Jesús se sintió muy feliz cuando los 70 discípulos a los que envió a predicar “volvieron con gozo” por los buenos resultados de su labor (Luc. 10:17-21).
13 En todo el mundo, los publicadores se alegran de ver el buen efecto del mensaje del Reino en la vida de la gente. Pensemos en el caso de Anna, una joven soltera que se mudó a una zona de Europa oriental donde hacen falta más publicadores.a Ella escribe: “Me encanta que tantas personas quieran recibir clases de la Biblia. La predicación me hace muy feliz. Cuando llego a casa, no me queda tiempo para pensar en mí misma. Estoy centrada en mis estudiantes y en sus problemas y preocupaciones. Busco maneras de animarlos y ayudarlos. Me he convencido de que ‘hay más felicidad en dar que en recibir’” (Hech. 20:35).
Cuando visitamos todas las casas, damos a las personas la oportunidad de aceptar el mensaje del Reino. (Vea el párrafo 14).
14. Aunque pocas personas acepten el mensaje, ¿cómo podemos sentir gozo en el ministerio?
14 Aunque las personas no nos escuchen, nos hace sentir bien darles la oportunidad de aceptar las buenas nuevas. Al fin y al cabo, hoy nuestra misión es parecida a la que recibió el profeta Ezequiel. Jehová le dijo: “Tienes que hablarles mis palabras, sea que oigan o se abstengan” (Ezeq. 2:7; Is. 43:10). Incluso si algunas personas no aprecian nuestro mensaje, Dios sí valora nuestros esfuerzos (lea Hebreos 6:10). Un publicador dijo: “Hemos plantado, hemos regado y hemos orado con la esperanza de que Jehová haga crecer el interés” (1 Cor. 3:6).
CÓMO SER FELICES
15. ¿Cómo reaccionan muchas personas a nuestros actos de generosidad, y cómo debe influir eso en lo que hacemos?
15 Jesús quiere que seamos felices y por eso nos dijo: “Practiquen el dar, y se les dará. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio” (Luc. 6:38). Muchas personas reaccionan bien a la generosidad. Claro, no todos aceptan lo que les ofrecemos con generosidad, pero la gratitud de quienes sí lo aceptan puede motivarlos a ser generosos ellos mismos e iniciar una reacción en cadena. Por lo tanto, debemos seguir siendo generosos incluso cuando parezca que la gente no lo valora. No sabemos cuánto logrará un simple acto de generosidad.
16. ¿Con quién debemos ser generosos, y por qué?
16 Quien es generoso de verdad no espera recibir nada a cambio. Jesús tenía esto presente al decir: “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo” (Luc. 14:13, 14). La Biblia dice que el generoso será bendecido y que “cualquiera que obra con consideración para con el de condición humilde” es feliz (Prov. 22:9; Sal. 41:1). En efecto, somos generosos porque ayudar a los demás es un placer.
17. ¿Qué cosas podemos dar para ser felices?
17 Cuando Pablo repitió las palabras de Jesús de que “hay más felicidad en dar que en recibir”, no se refería solo a dar cosas materiales, sino también a dar ánimos, guía y ayuda a quien lo necesite (Hech. 20:31-35). El apóstol nos enseñó con palabras y con hechos a ser generosos con nuestro tiempo, energías, atención y amor.
18. ¿A qué conclusión han llegado muchos expertos?
18 Los sociólogos también han observado que dar nos hace felices. Según cierto artículo, las personas afirman que se sienten notablemente más felices cuando hacen buenas obras por los demás. De acuerdo con los investigadores, ayudar al prójimo nos transmite un sentido de logro porque satisface necesidades humanas que son fundamentales. De hecho, los expertos suelen recomendar el voluntariado como método para tener una salud mejor y una mayor sensación de felicidad. Esto no nos sorprende a quienes consideramos que la Biblia es la Palabra de nuestro cariñoso Creador, Jehová (2 Tim. 3:16, 17).
NO NOS CANSEMOS DE SER GENEROSOS
19, 20. ¿Qué motivos tenemos para ser generosos?
19 Vivir rodeados de personas egoístas puede hacer difícil mantener un espíritu generoso. Sin embargo, Jesús dijo que los dos mandamientos más importantes son amar a Jehová con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y amar al prójimo como a nosotros mismos (Mar. 12:28-31). Como hemos visto en este artículo, los que aman a Dios procuran imitarlo. Tanto él como su Hijo son generosos, y los dos nos recomiendan serlo porque nos hará felices de verdad. Nuestros esfuerzos por ser generosos con Dios y el prójimo traerán honra a Jehová y beneficios para nosotros y para los demás.
20 Seguro que ya estamos tratando de ayudar al prójimo, sobre todo a nuestros hermanos (Gál. 6:10). Si no nos cansamos, es muy probable que otras personas nos lo agradezcan y nos amen por ello, y nosotros seremos felices. Proverbios 11:25 dice: “El alma generosa será engordada ella misma; y el que liberalmente riega a otros, él mismo también será liberalmente regado”. Como es natural, hay muchas maneras y muchos campos de la vida y el ministerio cristiano en los que podemos ser generosos, amables y desinteresados. En el siguiente artículo, veremos algunos de ellos.
-
-
Colaboremos con Jehová todos los díasLa Atalaya (estudio) 2018 | agosto
-
-
Colaboremos con Jehová todos los días
“Somos colaboradores de Dios” (1 COR. 3:9).
1. ¿De qué maneras podemos colaborar con Jehová?
CUANDO Jehová nos creó, quería que cooperáramos con él en el cumplimiento de sus propósitos. A pesar de que ahora somos imperfectos, los siervos fieles de Dios podemos trabajar con él todos los días. Por ejemplo, la Biblia dice que “somos colaboradores de Dios” al predicar y hacer discípulos (1 Cor. 3:5-9). Es un inmenso honor que el Creador todopoderoso del universo nos vea dignos de ser sus colaboradores en una obra que considera tan importante. Ahora bien, hay otras maneras de trabajar con Jehová. En este artículo, vamos a ver algunas de ellas: ayudando a nuestra familia y a los hermanos, siendo hospitalarios, ofreciéndonos para trabajar para la organización y ampliando nuestro servicio a Dios (Col. 3:23).
2. ¿Por qué no debemos comparar lo que nosotros hacemos por Jehová con lo que otros hacen?
2 Mientras estudiamos el artículo, no comparemos lo que nosotros podemos hacer por Jehová con lo que otros pueden hacer. No olvidemos que la edad, la salud, las circunstancias y las habilidades de cada uno son diferentes. El apóstol Pablo dijo por inspiración divina: “Que cada uno pruebe lo que su propia obra es, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona” (Gál. 6:4).
AYUDEMOS A NUESTRA FAMILIA Y A LOS HERMANOS
3. ¿Por qué podemos decir que quienes cuidan de su familia colaboran con Jehová?
3 Jehová espera que sus siervos cuiden de sus familias. Por ejemplo, hay quienes tienen que trabajar para llevar el sustento. Muchas madres se quedan en casa para criar a sus hijos pequeños. Y algunos cristianos deben cuidar de sus padres envejecidos. Estas son cosas que es necesario atender. La Biblia dice: “Si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe” (1 Tim. 5:8). Si tenemos algunas de estas obligaciones, es probable que no podamos dedicar a las actividades espirituales todo el tiempo que nos gustaría. Pero no nos desanimemos. A Dios le agrada que cuidemos de nuestra familia (1 Cor. 10:31).
4. ¿Cómo pueden los padres anteponer los intereses del Reino a los suyos, y con qué resultados?
4 Los padres trabajan con Jehová cuando animan a sus hijos a ponerse metas espirituales. Con los años, muchos de esos niños se hacen siervos de tiempo completo y sirven lejos de su familia. Algunos son misioneros, otros son precursores en lugares donde hacen falta predicadores del Reino y algunos sirven en Betel. Claro, como viven lejos, sus familias no pueden verlos tanto como les gustaría. A pesar de ello, los padres abnegados animan a sus hijos a continuar en sus asignaciones. ¿Por qué? Porque les hace muy felices saber que sus hijos están poniendo el Reino en primer lugar (3 Juan 4). Muchos de esos padres tal vez se sientan como Ana, que dijo que le había prestado su hijo Samuel a Jehová. Esos padres hacen bien en ver esta manera de colaborar con Dios como un privilegio maravilloso que no cambiarían por nada (1 Sam. 1:28).
5. ¿Qué ayuda práctica podemos dar en la congregación? (Vea las fotos del principio).
5 ¿Qué podemos hacer si no tenemos responsabilidades familiares apremiantes? Tal vez podamos ayudar a hermanos mayores, enfermos o que tienen otras necesidades. También podríamos colaborar con los cuidadores de estos hermanos. ¿Por qué no echamos un vistazo a la congregación y pensamos en alguien a quien ayudar? Supongamos que una hermana cuida de un padre envejecido. ¿Por qué no pasamos algún tiempo con él para que la hermana pueda atender otros asuntos? O quizá podamos ofrecernos para llevar a alguien a las reuniones, a visitar a un familiar en el hospital, a comprar o a hacer encargos. De esta manera, podríamos estar cooperando con Jehová en responder las oraciones de estos hermanos (lea 1 Corintios 10:24).
SEAMOS HOSPITALARIOS
6. ¿Qué implica ser hospitalarios?
6 Los colaboradores de Dios son conocidos por mostrar hospitalidad. En las Escrituras Griegas Cristianas, el término que se traduce “hospitalidad” significa “bondad a extraños” (Heb. 13:2; nota). La Biblia contiene muchos relatos que nos enseñan a mostrar hospitalidad (Gén. 18:1-5). Hacemos bien en acostumbrarnos a aprovechar toda oportunidad que se presente de ayudar a otros, estén o no “relacionados con nosotros en la fe” (Gál. 6:10).
7. ¿Por qué deberíamos ser hospitalarios con los siervos de tiempo completo que visitan nuestra congregación?
7 Podemos colaborar con Dios siendo hospitalarios con los siervos de tiempo completo que visitan la congregación (lea 3 Juan 5, 8). Por lo general, esas visitas suministran la oportunidad de que haya “un intercambio de estímulo” (Rom. 1:11, 12). Veamos el caso de un hermano llamado Olaf. Hace décadas, cuando era joven, visitó su congregación un superintendente de circuito soltero, y nadie podía alojarlo. Olaf les preguntó a sus padres, que no eran Testigos, si podía quedarse en su casa. Le respondieron que sí, pero le dijeron que él tendría que dormir en el sofá. La experiencia valió la pena. Olaf recuerda que fue una semana maravillosa. Dice: “El superintendente de circuito y yo nos levantábamos temprano todos los días y hablábamos de temas muy interesantes mientras desayunábamos. El ánimo que recibí me despertó el deseo de servir a tiempo completo”. Olaf ha sido misionero en varios países durante los pasados cuarenta años.
8. ¿Por qué debemos mostrar bondad aunque parezca que no nos lo agradecen? Dé un ejemplo.
8 Es posible mostrar bondad a los extraños de muchas maneras, aunque al principio no agradezcan lo que hacemos. Veamos un ejemplo. En España, una publicadora daba clases de la Biblia a una señora de Ecuador llamada Yésica, cuando esta se echó a llorar desconsolada. La hermana le preguntó qué le pasaba, y Yésica le contó que antes de ir a España era tan pobre que un día no tenía nada de comer. Lo único que podía darle a su hija era agua. Mientras trataba de dormir a la niña entre sus brazos, se puso a orar. Poco después, dos Testigos llamaron a su puerta. Yésica las trató mal y hasta rompió la revista que le ofrecieron. Les gritó: “¿Esto le voy a dar a mi hija para que coma?”. Las hermanas trataron de tranquilizarla, pero no hubo manera. Un rato después, le dejaron en la puerta una cesta de comida. Ahora, se emocionaba al recordar la bondad de las hermanas, aunque se sentía culpable al recordar que Dios había contestado su oración y ella no le había hecho caso. Pero estaba decidida a servir a Jehová. Y todo gracias a la generosidad de las hermanas (Ecl. 11:1, 6).
OFREZCÁMONOS PARA TRABAJAR PARA LA ORGANIZACIÓN
9, 10. a) En el antiguo Israel, ¿cuáles fueron algunas ocasiones en las que hizo falta solicitar voluntarios? b) ¿Cuáles son algunas de las cosas que hay que atender hoy en la congregación?
9 En el antiguo Israel, hubo varias ocasiones en las que fue necesario solicitar voluntarios (Éx. 36:2; 1 Crón. 29:5; Neh. 11:2). Hoy también tenemos muchas oportunidades de ofrecer nuestro tiempo, recursos y capacidades para ayudar a nuestros hermanos. Si lo hacemos, seremos muy felices y recibiremos muchas bendiciones.
10 La Palabra de Dios anima a los varones a colaborar con Jehová esforzándose por ser siervos ministeriales y ancianos (1 Tim. 3:1, 8, 9; 1 Ped. 5:2, 3). Quienes lo hacen sienten el deseo de ayudar a sus hermanos tanto en sentido espiritual como de maneras prácticas (Hech. 6:1-4). ¿Nos han preguntado los ancianos si estamos dispuestos a ser acomodadores, a encargarnos de las publicaciones o los territorios, a colaborar en el mantenimiento o a realizar tareas parecidas? Los que se encargan de esas responsabilidades seguro que nos dirán que se disfruta muchísimo ayudando así a los demás.
Quienes participan en trabajos para la organización suelen hacer nuevos amigos. (Vea el párrafo 11).
11. ¿Cómo le ayudaron a una hermana las amistades que hizo durante la construcción de Salones del Reino?
11 Quienes participan en trabajos para la organización suelen hacer nuevos amigos. Veamos lo que le pasó a Margie, una hermana que ha trabajado durante dieciocho años en la construcción de Salones del Reino. A lo largo de los años, dio capacitación a varias hermanas jóvenes. Ella consideraba que esas eran ocasiones perfectas para animarse mutuamente en sentido espiritual (Rom. 1:12). Y, cuando pasó por momentos difíciles en su vida, todas esas amigas la consolaron mucho. ¿Nos hemos ofrecido alguna vez para trabajar en la construcción? Podemos hacerlo tengamos o no un oficio específico.
12. ¿Cómo podemos colaborar en las labores de socorro tras un desastre?
12 Los desastres ofrecen a los siervos de Dios la oportunidad de trabajar con él ayudando a los hermanos de maneras prácticas. Por ejemplo, pueden donar dinero para los afectados (Juan 13:34, 35; Hech. 11:27-30). También pueden participar en las labores de limpieza y reconstrucción. Una hermana de Polonia llamada Gabriela se quedó prácticamente sin casa por una inundación. Pero se sintió muy aliviada cuando fueron a ayudarla hermanos de congregaciones cercanas. Ella cuenta: “No quiero hablar de lo que perdí, pues al fin y al cabo son solo cosas materiales. Prefiero hablar de lo mucho que gané. Lo que viví me confirmó que formar parte de la congregación cristiana es un honor incomparable y una fuente de felicidad”. Muchos hermanos que han recibido ayuda después de un desastre dicen que la experiencia los ha enriquecido. Y quienes colaboran con Jehová dando esa ayuda se sienten muy satisfechos (lea Hechos 20:35; 2 Corintios 9:6, 7).
13. ¿Cómo fortalece nuestro amor a Jehová el que nos ofrezcamos voluntarios? Dé un ejemplo.
13 Una hermana llamada Stephanie y otros publicadores tuvieron la alegría de trabajar con Dios ayudando a Testigos que habían huido de sus países por la guerra y se habían refugiado en Estados Unidos. Colaboraron buscando y acondicionando casas para estos hermanos. Ella cuenta: “Nos conmovió la alegría y el agradecimiento que sintieron al ver el amor de la hermandad mundial. Ellos piensan que los hemos ayudado nosotros, pero en realidad ellos han hecho por nosotros muchísimo más. El amor, la unidad, la fe y la confianza en Jehová que hemos presenciado han fortalecido nuestro amor a Dios. Y esto nos ha hecho valorar mucho más todo lo que nos da mediante su organización”.
AMPLIEMOS NUESTRO SERVICIO A DIOS
14, 15. a) ¿Qué actitud tuvo el profeta Isaías? b) ¿Cómo podemos los cristianos imitar la actitud de Isaías?
14 ¿Nos gustaría colaborar más con Jehová? ¿Estaríamos dispuestos a mudarnos adonde la organización necesite más trabajadores? Es verdad que los siervos de Dios no estamos obligados a ir lejos de nuestra casa para demostrar nuestra generosidad. No obstante, las circunstancias de algunos hermanos les permiten mudarse lejos para servir a Jehová. Su actitud es la misma que la del profeta Isaías. Jehová preguntó: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”, a lo que él contestó: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí” (Is. 6:8). ¿Tenemos el deseo de dar esa misma respuesta cuando surjan la oportunidad y las circunstancias para hacerlo? ¿Qué necesidades hay en la actualidad?
15 Hablando sobre la obra de predicar y hacer discípulos, Jesús dijo: “La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega” (Mat. 9:37, 38). ¿Podemos servir de precursores donde hay necesidad de predicar más? O ¿podemos ayudar a otra persona a hacerlo? Para muchos hermanos, la mejor manera de demostrar su amor a Dios y al prójimo es sirviendo de precursores en lugares donde hacen falta más obreros. ¿Se nos ocurren otras oportunidades de ampliar nuestro servicio a Dios? Si las aprovechamos, seremos muy felices.
16, 17. ¿Qué otras oportunidades existen para los que desean hacer más por Jehová?
16 ¿Estaríamos dispuestos a servir en Betel o en una construcción, bien como trabajadores temporales, bien como voluntarios externos? Existe una necesidad constante de hermanos dispuestos a servir en cualquier lugar y en cualquier tarea que se les asigne. Esto tal vez signifique servir en un campo en el que se necesite ayuda aunque tengamos habilidades y experiencias en un campo distinto. En cualquier caso, Jehová valora a quienes se ofrecen de manera abnegada para hacer lo que se necesite (Sal. 110:3).
17 Si tenemos el deseo de recibir mayor capacitación para servir a Jehová, tal vez llenemos los requisitos para asistir a la Escuela para Evangelizadores del Reino. En ella se prepara a hombres y mujeres espirituales que son siervos de tiempo completo para que la organización de Jehová pueda usarlos en mayor medida. Los que solicitan asistir a este curso deben tener la disposición de aceptar cualquier asignación que reciban al graduarse. ¿Estaríamos dispuestos a asistir a esta escuela y así recibir mayores responsabilidades? (1 Cor. 9:23).
18. ¿Qué beneficios obtendremos si colaboramos con Jehová todos los días?
18 Los siervos de Jehová deseamos ser generosos, demostrar amor y bondad, e interesarnos todos los días por los demás. Esto nos hace sentir gozo, paz y felicidad (Gál. 5:22, 23). No importa cuáles sean nuestras circunstancias, podemos disfrutar de la alegría de imitar la generosidad de Jehová y de contarnos entre sus queridos colaboradores (Prov. 3:9, 10).
-