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¿Dejar una propina, o no?¡Despertad! 1986 | 22 de junio
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Considere el caso de Judith, una joven que vive en un pequeño pueblo de Alemania. Ella trabaja media jornada como especialista en un instituto de belleza para mantenerse en su carrera de ministra. Ella dice: “Nuestros salarios son muy bajos debido a que los patronos esperan que los clientes nos den propinas”. Debido al aumento del costo de vida, ella ha notado que la gente está dejando propinas cada vez más pequeñas, y muchos ni siquiera dan propina. Judith explica: “La mayoría de las personas nos dan propina porque hemos sido amigables con ellos, sin darse cuenta de que en realidad dependemos de las propinas para subsistir”.
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Sugerencias prácticas sobre el dar propinas¡Despertad! 1986 | 22 de junio
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ALEMANIA: En la República Federal de Alemania se añade automáticamente un sobrecargo de 10 a 20% por el servicio (generalmente llamado Trinkgeld en alemán) a la cuenta y luego se distribuye entre el personal. Sin embargo, los buenos modales dictan que uno generosamente redondee la suma cuando paga la cuenta. Este tipo de propina se considera como una “pequeña recompensa por los servicios rendidos”. Desafortunadamente, en el país vecino de Austria —de acuerdo con Lowell, quien vive en Luxemburgo y viaja con frecuencia— los alemanes visitantes tienen fama de dejar propinas muy pequeñas o ninguna en absoluto.
Respecto a dejar propinas en restaurantes, un conocido libro alemán sobre modales sugiere lo siguiente: “No sea tacaño; redondee el total para que el camarero no tenga que devolverle 2 ó 3 centavos de cambio”. Por un viaje en taxi, añada entre 3 y 5% al precio que indica el taxímetro.
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