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Una vida plena y feliz sirviendo a JehováLa Atalaya (estudio) 2024 | septiembre
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GALAAD Y EXPECTATIVAS QUE TARDARON EN CUMPLIRSE
Estando en Quebec me invitaron a asistir a la clase 26 de la Escuela de Galaad, que se celebró en South Lansing (Nueva York). Estaba emocionadísimo. Me gradué el 12 de febrero de 1956, y me enviaron a lo que ahora es Ghana,b en África Occidental. Antes de partir, tuve que regresar a Canadá hasta que estuvieran listos mis documentos para viajar. Esperaba que fueran solo unas pocas semanas.
Pero en realidad estuve en Toronto siete meses, mientras esperaba a que estuvieran listos mis papeles. Durante ese tiempo me hospedé donde el matrimonio Cripps. Ellos tenían una hija llamada Sheila, y nos enamoramos. Cuando estaba a punto de pedirle la mano, llegó mi visa. Sheila y yo le oramos a Jehová, y decidimos que yo me iría a servir pero que seguiríamos escribiéndonos para ver si podríamos casarnos en el futuro. Aunque nos costó tomar esa decisión, con el tiempo nos dimos cuenta de que había sido lo mejor.
Después de viajar un mes por tren, barco de carga y avión, por fin llegué a Accra, la capital de Ghana. Me nombraron superintendente de distrito, y tenía que viajar por todo Ghana, Costa de Marfil y Togolandia (ahora Togo). La sucursal me dio un todoterreno para desplazarme. Casi siempre iba solo, y disfrutaba mucho de estas visitas.
Los fines de semana tenía responsabilidades en las asambleas de circuito. No teníamos Salones de Asambleas, así que los hermanos hacían estructuras con bambú y hojas de palmera encima para cubrirnos del sol. Como no había un sistema de refrigeración para las comidas, los hermanos responsables tenían animales a la mano y los sacrificaban para darles de comer a los asistentes.
En las asambleas a veces pasaban cosas graciosas. Recuerdo una vez que otro misionero, llamado Herb Jennings,c estaba en pleno discurso cuando, de repente, un toro joven que se había escapado se atravesó a toda velocidad entre él y el auditorio. El animal estaba totalmente confundido y Herb se quedó sin palabras. Luego, cuatro hermanos fuertes lograron agarrar el toro y llevárselo de vuelta mientras todos aplaudían.
Entre semana mostraba la película La Sociedad del Nuevo Mundo en acción en los pueblos de alrededor. La proyectaba en una sábana blanca que colgaba entre dos postes o dos árboles. ¡A la gente le encantaba! Para muchos, era la primera vez que veían una película. Aplaudían con entusiasmo cuando veían escenas de personas bautizándose. La película los ayudó a ver que somos una hermandad mundial.
Cuando nos casamos, en Ghana en 1959.
Después de dos años en África, tuve la emocionante oportunidad de ir a la asamblea internacional de 1958 que se celebró en la ciudad de Nueva York. ¡Qué alegría encontrarme con Sheila! Ella estaba sirviendo de precursora especial en Quebec y había viajado de allí para la asamblea. Habíamos estado escribiéndonos por carta y, ahora que estábamos juntos otra vez, aproveché para pedirle la mano, y ella me dijo que sí. Le escribí al hermano Knorrd preguntándole si ella podía ir a Galaad y luego que la asignaran a África, y él aceptó. Cuando Sheila por fin llegó a Ghana, nos casamos en Accra el 3 de octubre de 1959. Sentimos que Jehová de verdad nos había bendecido por haberlo puesto en primer lugar.
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