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“Dádivas en hombres” que cuidan de las ovejas de JehováLa Atalaya 1999 | 1 de junio
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“Dádivas en hombres” que cuidan de las ovejas de Jehová
“Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas en hombres.” (EFESIOS 4:8.)
1. ¿Cómo se expresó una hermana cristiana con relación a los ancianos de su congregación?
“GRACIAS por preocuparse tanto por nosotros. Sus sonrisas, su afecto y su interés son auténticos. Siempre están allí para escucharnos con atención y compartir con nosotros palabras de la Biblia que nos elevan el ánimo. Pido a Dios que yo nunca dé por sentada su ayuda.” Estas fueron las palabras que escribió una hermana cristiana a los ancianos de su congregación. Es evidente que el amor de estos pastores cristianos la había conmovido (1 Pedro 5:2, 3).
2, 3. a) Según Isaías 32:1, 2, ¿cómo cuidan de las ovejas de Jehová los ancianos compasivos? b) ¿Cuándo puede considerarse a un anciano como una “dádiva”?
2 Los ancianos son una provisión de Jehová para cuidar de Sus ovejas (Lucas 12:32; Juan 10:16). Jehová ama a sus ovejas, las ama tanto que las compró con la sangre preciosa de Jesús. No es de extrañar, entonces, que a Jehová le complazca que los ancianos traten con ternura a Su rebaño (Hechos 20:28, 29). Veamos cómo se describe proféticamente a estos ancianos o “príncipes”: “Cada uno tiene que resultar ser como escondite contra el viento y escondrijo contra la tempestad de lluvia, como corrientes de agua en país árido, como la sombra de un peñasco pesado en una tierra agotada” (Isaías 32:1, 2). Sí, tienen que proteger, refrescar y consolar a Sus ovejas. Los ancianos que pastorean el rebaño con compasión procuran hacer lo que Dios espera de ellos.
3 La Biblia se refiere a estos ancianos como “dádivas en hombres” (Efesios 4:8). Cuando pensamos en una dádiva, pensamos en algo que se da para satisfacer una necesidad o para hacer feliz a quien la recibe. Se puede considerar que el anciano es una dádiva cuando emplea sus aptitudes para ayudar al rebaño y contribuir a su felicidad. ¿Cómo puede lograrlo? La respuesta, recogida en las palabras de Pablo de Efesios 4:7-16, magnifica el interés amoroso de Jehová por sus ovejas.
¿De dónde proceden las “dádivas en hombres”?
4. ¿Cómo ‘ascendió Jehová a lo alto’ en cumplimiento de Salmo 68:18, y quiénes eran los “dones en la forma de hombres”?
4 Cuando Pablo utilizó la expresión “dádivas en hombres”, citaba del rey David, que había dicho de Jehová: “Has ascendido a lo alto; te has llevado cautivos; has tomado dones en la forma de hombres” (Salmo 68:18). Cuando los israelitas llevaban ya años en la Tierra Prometida, Jehová ‘ascendió’ de manera figurativa al monte Sión e hizo de Jerusalén la capital del reino de Israel, y de David, su rey. Pero ¿quiénes eran los “dones en la forma de hombres”? Fueron los hombres tomados cautivos durante la conquista de la tierra. Algunos de estos se pusieron más tarde a disposición de los levitas para ayudarles en los trabajos del tabernáculo (Esdras 8:20).
5. a) ¿Cómo indica Pablo que Salmo 68:18 tiene un cumplimiento en la congregación cristiana? b) ¿De qué manera ‘ascendió Jesús a lo alto’?
5 En su carta a los Efesios, Pablo indica que las palabras del salmista tienen un cumplimiento mayor en la congregación cristiana. Pablo parafrasea Salmo 68:18 y escribe: “A cada uno de nosotros se le dio bondad inmerecida según la manera como el Cristo dio por medida la dádiva gratuita. Por lo cual él dice: ‘Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dádivas en hombres’” (Efesios 4:7, 8). En este pasaje Pablo aplica el salmo a Jesús como representante de Dios. Jesús ‘venció al mundo’ con su fiel proceder (Juan 16:33). También triunfó sobre la muerte y sobre Satanás cuando fue resucitado por Dios de entre los muertos (Hechos 2:24; Hebreos 2:14). En el año 33, Jesús resucitó y luego ascendió “muy por encima de todos los cielos”, es decir, por encima de toda otra criatura celestial (Efesios 4:9, 10; Filipenses 2:9-11). Como vencedor, Jesús tomó “cautivos” de las fuerzas enemigas. ¿De qué manera?
6. ¿Cómo empezó Jesús a despojar la casa de Satanás en Pentecostés del año 33, y qué hizo con los “cautivos”?
6 Cuando estuvo en la Tierra, Jesús demostró su poder sobre Satanás al liberar a los que estaban esclavizados a los demonios. Fue como si invadiera la casa de este, lo atara y le arrebatara sus bienes (Mateo 12:22-29). ¡Imagínese cuánto podía saquear Jesús ahora que había sido resucitado y había recibido ‘toda autoridad en el cielo y en la Tierra’! (Mateo 28:18.) A partir del Pentecostés del año 33, Jesús ya ascendido al cielo, estuvo en condición de despojar la casa de Satanás como representante de Dios, ‘llevándose cautivos’ a hombres que habían estado por mucho tiempo esclavizados al pecado y a la muerte, y bajo el control de Satanás. Estos “cautivos” se convirtieron por voluntad propia en “esclavos de Cristo, haciendo de toda alma la voluntad de Dios” (Efesios 6:6). Es como si Jesús los hubiera liberado del control de Satanás y, en nombre de Jehová, los hubiese entregado a la congregación como “dádivas en hombres”. Es fácil imaginar la ira y el sentimiento de impotencia de Satanás al ver cómo le eran arrebatados en sus propias narices.
7. a) ¿Qué funciones desempeñan en la congregación las “dádivas en hombres”? b) ¿Qué oportunidad ha dado Jehová a todo aquel que sirve de anciano?
7 ¿Encontramos en la congregación actual tales “dádivas en hombres”? Por supuesto. Los hallamos sirviendo de ancianos, laborando arduamente como ‘evangelizadores, pastores y maestros’ en las más de ochenta y siete mil congregaciones del pueblo de Dios por toda la Tierra (Efesios 4:11). A Satanás le encantaría que estos maltrataran al rebaño. Pero Dios no los ha dado mediante Cristo con este propósito, sino para el bienestar de la congregación, y tienen que rendirle cuentas por las ovejas que les ha confiado (Hebreos 13:17). Si somos ancianos, Jehová nos ha dado la maravillosa oportunidad de demostrar que somos dádivas o bendiciones para nuestros hermanos. Lo seremos si cumplimos cuatro importantes responsabilidades.
Cuando hay necesidad de ‘reajustar’
8. ¿De qué maneras se nos tiene que reajustar a todos en ocasiones?
8 En primer lugar, a las “dádivas en hombres” se las ha provisto “con miras al reajuste de los santos”, dice Pablo (Efesios 4:12). El sustantivo griego que se traduce por “reajuste” se refiere a la acción de “poner en debida alineación”. Como seres humanos imperfectos, todos necesitamos que se nos reajuste de vez en cuando, es decir, que se ponga nuestro modo de pensar, nuestras actitudes o nuestra conducta “en debida alineación” con el modo de pensar y la voluntad de Dios. Jehová ha provisto amorosamente las “dádivas en hombres” para ayudarnos a efectuar los cambios necesarios. ¿Cómo lo hacen?
9. ¿Cómo puede ayudar el anciano a reajustar a la oveja que se desvía?
9 A veces se pide a un anciano que ayude a una oveja que se ha desviado, que quizá ha ‘dado un paso en falso antes de darse cuenta de ello’. ¿Cómo puede ayudar el anciano? “[Tratando] de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad”, dice Gálatas 6:1. Por lo tanto, el anciano no regaña ni utiliza palabras severas cuando aconseja al que ha errado. El consejo debe animar, no ‘aterrorizar’, al que lo recibe (2 Corintios 10:9; compárese con Job 33:7). Es posible que la persona ya se sienta avergonzada, de modo que el pastor amoroso procura no aplastar su espíritu. Cuando es evidente que el consejo, e incluso la censura firme, están motivados por el amor y se dan con amor, probablemente reajusten el modo de pensar o la conducta del que ha errado, y logren restaurarlo (2 Timoteo 4:2).
10. ¿Qué implica reajustar a los hermanos?
10 Jehová ha provisto las “dádivas en hombres” que nos reajustan con el propósito de que sean refrescantes espiritualmente y dignas de que Su pueblo las imite (1 Corintios 16:17, 18; Filipenses 3:17). Reajustar a los hermanos no solo implica corregir a los que adoptan un mal proceder, sino también ayudar a los fieles a seguir en el buen camino.a Con tantos problemas que causan desánimo, muchos necesitan estímulo para seguir adelante. Es posible que algunos requieran ayuda tierna para alinear su modo de pensar con el de Dios. Por ejemplo, algunos cristianos fieles luchan con sentimientos de ineptitud o inutilidad. Estas “almas abatidas” quizá piensen que Jehová nunca podrá amarlas, ni siquiera aceptar sus mejores esfuerzos por servirle (1 Tesalonicenses 5:14). Pero este modo de pensar no está de acuerdo con lo que Dios verdaderamente siente por sus adoradores.
11. ¿Qué pueden hacer los ancianos para ayudar a quienes luchan contra sentimientos de inutilidad?
11 Ancianos, ¿qué pueden hacer para ayudar a estos hermanos? Compartan bondadosamente con ellos textos bíblicos que prueban que Jehová se interesa por cada uno de sus siervos, y recuérdenles que estos textos les son aplicables personalmente (Lucas 12:6, 7, 24). Ayúdenles a ver que Jehová los ‘ha atraído’ para que le sirvan, de modo que tiene que considerarlos de valor (Juan 6:44). Háganles ver que no son los únicos que se sienten así, que muchos siervos fieles de Jehová tuvieron sentimientos similares. En una ocasión el profeta Elías se sintió tan profundamente deprimido que quería morir (1 Reyes 19:1-4). Algunos cristianos ungidos del siglo primero pensaban que su corazón ‘los condenaba’ (1 Juan 3:20). Consuela saber que los siervos fieles de Dios de tiempos bíblicos tuvieron “sentimientos semejantes a los nuestros” (Santiago 5:17). También pueden repasar artículos animadores de La Atalaya y ¡Despertad! con los que están descorazonados. Su ayuda amorosa para que estos hermanos recuperen la confianza no pasará inadvertida al Dios que los ha dado como “dádivas en hombres” (Hebreos 6:10).
La “edificación” del rebaño
12. ¿Qué indica la expresión “la edificación del cuerpo de Cristo”, y cuál es la clave para edificar al rebaño?
12 En segundo lugar, se ha suministrado a las “dádivas en hombres” con miras a “la edificación del cuerpo del Cristo” (Efesios 4:12). Pablo utiliza en este pasaje una figura retórica. El término “edificación” nos recuerda una construcción, y el ‘cuerpo de Cristo’ se refiere a personas, a los miembros de la congregación cristiana ungida (1 Corintios 12:27; Efesios 5:23, 29, 30). Los ancianos tienen que ayudar a sus hermanos a hacerse fuertes en sentido espiritual. Su objetivo es ‘edificar’ al rebaño, no ‘demolerlo’ (2 Corintios 10:8). La clave para edificar al rebaño es el amor, dado que “el amor edifica” (1 Corintios 8:1).
13. ¿Qué significa tener empatía, y por qué es importante esta cualidad para los ancianos?
13 Una faceta del amor que ayuda a los ancianos a edificar al rebaño es la empatía. Tener empatía significa ponerse en el lugar de los demás, identificarse con sus pensamientos y sentimientos, y tener en cuenta sus limitaciones (1 Pedro 3:8). ¿Por qué es importante que los ancianos tengan empatía? Sobre todo porque Jehová, el que ha provisto las “dádivas en hombres”, es un Dios de empatía. Cuando sus siervos sufren, se pone en su lugar (Éxodo 3:7; Isaías 63:9). Tiene en cuenta sus limitaciones (Salmo 103:14). ¿Cómo, entonces, pueden demostrar empatía los ancianos?
14. ¿De qué maneras pueden los ancianos demostrar su empatía?
14 Cuando alguien desanimado acude a ellos, lo escuchan y toman en cuenta sus sentimientos. Procuran comprender los antecedentes, la personalidad y las circunstancias de los hermanos. De ese modo, cuando los ancianos dan ayuda bíblica edificante, a las ovejas se les hace fácil aceptarla porque procede de pastores que verdaderamente las entienden y se interesan por ellas (Proverbios 16:23). La empatía también motiva a los ancianos a tener presentes las limitaciones ajenas y los sentimientos que estas pueden ocasionar. Por ejemplo, tal vez algunos cristianos concienzudos se sientan culpables porque no pueden hacer más en el servicio de Dios debido a la vejez o la mala salud. Por otra parte, es posible que otros necesiten que se les anime a mejorar su ministerio (Hebreos 5:12; 6:1). La empatía hace que los ancianos hallen “palabras deleitables” y edificantes (Eclesiastés 12:10). Cuando se edifica y motiva a las ovejas de Jehová, su amor a Dios las impulsa a hacer todo lo que pueden en Su servicio.
Hombres que promueven la unidad
15. ¿Qué significa la expresión “unidad en la fe”?
15 En tercer lugar, se ha proporcionado a las “dádivas en hombres” para que “todos logremos alcanzar la unidad en la fe y en el conocimiento exacto del Hijo de Dios” (Efesios 4:13). La expresión “unidad en la fe” no solo significa unidad de creencias, sino también de creyentes. Esta es otra razón por la que Dios nos ha dado las “dádivas en hombres”: para promover la unidad en Su pueblo. ¿Cómo lo logran?
16. ¿Por qué es importante que los ancianos mantengan la unidad entre ellos?
16 Para empezar, deben mantener la unidad entre ellos. Si los pastores están divididos, es posible que descuiden a las ovejas. Quizá dediquen innecesariamente tiempo valioso, que podrían emplear en pastorear al rebaño, a largas reuniones y debates sobre asuntos de importancia secundaria (1 Timoteo 2:8). Los ancianos tal vez no concuerden automáticamente en todos los asuntos que tratan, pues pueden ser hombres con personalidades muy diferentes. La unidad no significa que no puedan tener opiniones distintas o incluso expresarlas de manera equilibrada durante una conversación imparcial. Estos mantienen la unidad escuchándose con respeto unos a otros sin prejuicios. Y mientras no se viole ningún principio bíblico, todos deben ser flexibles y apoyar la decisión final del cuerpo de ancianos. Su flexibilidad demuestra que están dirigidos por la “sabiduría de arriba”, que es “pacífica, razonable” (Santiago 3:17, 18).
17. ¿Cómo pueden los ancianos ayudar a mantener la unidad de la congregación?
17 Los ancianos también se esfuerzan por promover la unidad en la congregación. Cuando las influencias divisivas, como el chisme, la tendencia a imputar malos motivos o las actitudes contenciosas amenazan la paz, ofrecen con presteza consejo útil (Filipenses 2:2, 3). Por ejemplo, tal vez los ancianos vean que algunos hermanos son demasiado críticos o entremetidos en los asuntos ajenos (1 Timoteo 5:13; 1 Pedro 4:15). Los ancianos intentan ayudar a estos a reconocer que su proceder es contrario a lo que Dios nos ha enseñado y que cada uno debe “[llevar] su propia carga” (Gálatas 6:5, 7; 1 Tesalonicenses 4:9-12). Les explican con las Escrituras que Jehová deja muchas cosas a la conciencia individual, y nadie debe juzgar a otros por estos asuntos (Mateo 7:1, 2; Santiago 4:10-12). Para servir juntos en unidad debe existir un ambiente de confianza y respeto en la congregación. Estas “dádivas en hombres” nos ayudan a mantener la paz y la unidad ofreciendo consejo bíblico cuando es necesario (Romanos 14:19).
Protección del rebaño
18, 19. a) ¿De quiénes nos protegen las “dádivas en hombres”? b) ¿De qué otro peligro hay que proteger a las ovejas, y qué hacen los ancianos para protegerlas?
18 En cuarto lugar, Jehová suministra a las “dádivas en hombres” para protegernos contra la influencia de “todo viento de enseñanza por medio de las tretas de los hombres, por medio de astucia en tramar el error” (Efesios 4:14). La palabra original que se traduce por “tretas” significa “juego engañoso de dados” o “habilidad para manipular los dados”. ¿No nos recuerda eso la astucia con la que actúan los apóstatas? Mediante hábiles argumentos manipulan las Escrituras para desviar de la fe a los verdaderos cristianos. Los ancianos deben tener cuidado con esos “lobos opresivos” (Hechos 20:29, 30).
19 Las ovejas de Jehová necesitan además protección de otros peligros. En tiempos antiguos, el pastor David también protegió de los depredadores a los rebaños de su padre (1 Samuel 17:34-36). Hoy pueden surgir, asimismo, ocasiones en las que los pastores cristianos necesiten valor para proteger al rebaño de todo aquel que pueda maltratar u oprimir a las ovejas de Jehová, particularmente a las más vulnerables. Los ancianos deben echar con prontitud de la congregación a los pecadores voluntarios que deliberadamente se valgan de tretas, engaño e intrigas para perpetrar la maldadb (1 Corintios 5:9-13; compárese con Salmo 101:7).
20. ¿Por qué podemos sentirnos seguros bajo el cuidado de las “dádivas en hombres”?
20 ¡Cuánto agradecemos estas “dádivas en hombres”! Podemos sentirnos seguros gracias a su cuidado amoroso, pues nos reajustan con ternura, nos edifican con amor, mantienen la unidad de buena gana y nos protegen con valor. Pero ¿cómo deben ver su papel en la congregación estas “dádivas en hombres”? Y ¿cómo podemos demostrar que las valoramos? Estas preguntas se contestarán en el próximo artículo.
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Valoremos las “dádivas en hombres”La Atalaya 1999 | 1 de junio
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Valoremos las “dádivas en hombres”
“Respeten a los que trabajan duro entre ustedes y [...] [denles] consideración más que extraordinaria en amor por causa de su trabajo.” (1 TESALONICENSES 5:12, 13.)
1. ¿Qué produce el dar según Hechos 20:35? Ilústrelo.
“HAY más felicidad en dar que en recibir.” (Hechos 20:35.) ¿Recordamos la última vez que experimentamos la veracidad de esas palabras de Jesús? Posiblemente fue cuando hicimos un regalo a un ser querido. Lo escogimos con cuidado, pues queríamos que lo agradeciera de verdad. ¡Cuánto nos confortó ver la expresión de alegría en el rostro de ese ser querido! Dar con un motivo correcto es una expresión de amor, y expresar amor produce felicidad.
2, 3. a) ¿Por qué puede decirse que nadie es más feliz que Jehová, y cómo puede regocijar su corazón la provisión de “dádivas en hombres”? b) ¿Qué no debemos hacer con una dádiva de Dios?
2 ¿Quién, por tanto, puede ser más feliz que Jehová, el Dador de “toda dádiva buena”? (Santiago 1:17; 1 Timoteo 1:11.) Todas sus dádivas están motivadas por el amor (1 Juan 4:8). Así es también en el caso de las “dádivas en hombres” que Dios ha entregado a la congregación mediante Cristo (Efesios 4:8). La provisión de ancianos que cuiden del rebaño es una expresión del profundo amor que Dios le tiene a su pueblo. Estos hombres se escogen con cuidado, pues tienen que satisfacer ciertos requisitos bíblicos (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9). Saben que deben ‘tratar al rebaño con ternura’, pues así las ovejas podrán sentirse agradecidas por tales pastores amorosos (Hechos 20:29; Salmo 100:3). Cuando Jehová ve que sus ovejas sienten de corazón esa gratitud, no cabe duda de que su propio corazón se regocija (Proverbios 27:11).
3 De ningún modo deberíamos subestimar el valor de una dádiva de Dios ni verla con ingratitud. Por lo tanto, surgen dos preguntas: ¿Cómo deben considerar los ancianos su papel en la congregación? Y ¿cómo puede el resto del rebaño demostrar que valora las “dádivas en hombres”?
‘Somos sus colaboradores’
4, 5. a) ¿A qué compara Pablo la congregación, y por qué es una ilustración apropiada? b) ¿Qué muestra la ilustración de Pablo sobre cómo debemos vernos y tratarnos unos a otros?
4 Jehová ha confiado a las “dádivas en hombres” cierta autoridad en la congregación. Los ancianos no quieren abusar en absoluto de esa autoridad, aunque saben que es muy fácil que los seres humanos imperfectos incurran en ese error. ¿Cómo, entonces, deben verse a sí mismos en relación con el resto del rebaño? Repasemos la ilustración del apóstol Pablo. Después de explicar por qué se suministran las “dádivas en hombres”, Pablo escribió: “Por el amor crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo. De él todo el cuerpo, por estar unido armoniosamente y hacérsele cooperar mediante toda coyuntura que da lo que se necesita, conforme al funcionamiento de cada miembro respectivo en la medida debida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor” (Efesios 4:15, 16). De modo que Pablo compara a la congregación —los ancianos y demás miembros— a un cuerpo humano. ¿Por qué es apropiada esa ilustración?
5 El cuerpo humano tiene muchos diferentes miembros, pero solo una cabeza. Sin embargo, nada del cuerpo, ni un solo músculo, nervio o vena, es inútil. Todos los miembros son valiosos y contribuyen de alguna manera a la salud y belleza del conjunto. De igual modo, la congregación está compuesta de muchos miembros diferentes, y cada uno de ellos, sea joven o mayor, fuerte o débil, puede contribuir algo a la salud y belleza espirituales del conjunto de la congregación (1 Corintios 12:14-26). Nadie debe pensar que no tiene ninguna importancia. Por otro lado, nadie debe creerse superior, pues todos —pastores y ovejas— somos parte del cuerpo, y solo hay una cabeza, Cristo. Pablo representa así de manera gráfica y cariñosa el amor, la consideración y el respeto que debemos tenernos unos a otros. Reconocer este hecho ayuda a los ancianos a tener un punto de vista humilde y equilibrado de su papel en la congregación.
6. ¿Cómo demostró Pablo una actitud humilde, pese a su autoridad apostólica?
6 Estas “dádivas en hombres” no procuran controlar la vida ni la fe de sus hermanos. Aunque Pablo tenía autoridad apostólica, dijo humildemente a los corintios: “No que seamos nosotros amos sobre la fe de ustedes, sino que somos colaboradores para su gozo, porque es por su fe que están firmes” (2 Corintios 1:24). Pablo no deseaba controlar la fe ni la manera de vivir de sus hermanos. En realidad, no vio ninguna necesidad de hacerlo, pues tenía la confianza de que ya eran hombres y mujeres fieles que estaban en la organización de Jehová porque querían hacer lo que era correcto. Es como si Pablo hubiera dicho de sí mismo y de su compañero de viaje, Timoteo: “Nuestra tarea es colaborar con ustedes para servir a Dios con gozo” (2 Corintios 1:1). ¡Qué actitud más humilde!
7. ¿Qué reconocen los ancianos humildes sobre su papel en la congregación, y qué confianza tienen en sus colaboradores?
7 Las “dádivas en hombres” tienen la misma responsabilidad hoy. Son ‘colaboradores para nuestro gozo’. Los ancianos humildes reconocen que no les toca a ellos decidir cuánto pueden hacer los demás en el servicio a Dios. Saben que aun cuando pueden animar a sus hermanos a ampliar o a mejorar su ministerio, el servicio a Dios debe emanar de un corazón dispuesto (compárese con 2 Corintios 9:7). Entienden que si sus colaboradores tienen gozo, harán todo lo que puedan. Así pues, su deseo sincero es ayudar a los hermanos a ‘servir a Jehová con regocijo’ (Salmo 100:2).
Se ayuda a todos a servir con gozo
8. ¿De qué maneras pueden los ancianos ayudar a sus hermanos a servir a Jehová con gozo?
8 Ancianos, ¿cómo pueden ayudar a sus hermanos a servir con gozo? Pueden animarlos mediante el ejemplo (1 Pedro 5:3). Que se vea su celo y gozo en el ministerio, y los demás se animarán a imitar su ejemplo. Encómielos por la labor que realizan de toda alma (Efesios 4:29). El encomio afectuoso y sincero los ayuda a sentirse útiles y necesitados. Anima a las ovejas a hacer todo lo que pueden en el servicio a Dios. No hagan comparaciones negativas (Gálatas 6:4). Tales comparaciones producen desánimo y no motivan a mejorar. Además, las ovejas de Jehová son personas que se encuentran en diferentes circunstancias y poseen distintas aptitudes. Al igual que Pablo, confíen en sus hermanos. El amor ‘cree todas las cosas’, de modo que hacemos bien en creer que nuestros hermanos aman a Dios y quieren agradarle (1 Corintios 13:7). Cuando ‘mostramos honra a los demás’, obtenemos lo mejor de ellos (Romanos 12:10). Podemos estar seguros de que cuando se anima y refresca a las ovejas, la mayoría va a hacer todo lo que pueda para servir a Dios, y va a hallar gozo en ese servicio (Mateo 11:28-30).
9. ¿Cómo debe ver un anciano a los demás ancianos para servir con gozo?
9 El que nos veamos humildemente como “colaboradores”, nos ayudará a nosotros mismos a servir con gozo y agradecer los dones particulares de los demás ancianos. Cada uno de ellos tiene sus propios talentos y aptitudes que puede emplear para el beneficio de la congregación (1 Pedro 4:10). Uno quizá tenga el don de la enseñanza. Otro puede ser un buen organizador. Y otro tal vez sea muy abordable por su talante afectuoso y compasivo. El hecho es que ningún anciano tiene todos los dones al mismo grado. ¿Hace que un anciano sea superior a otro el que posea un don en particular, como el de la enseñanza? ¡De ningún modo! (1 Corintios 4:7.) Por otra parte, no hay por qué envidiar los dones de otros ancianos ni sentirse inferior cuando estos reciben encomio por sus aptitudes. Recordemos, nosotros tenemos dones que Jehová ve. Y él puede ayudarnos a cultivarlos y a utilizarlos para el beneficio de los hermanos (Filipenses 4:13).
‘Sean obedientes y sumisos’
10. ¿Por qué es apropiado expresar gratitud por las “dádivas en hombres”?
10 Cuando recibimos un regalo es propio dar las gracias. “Muéstrense agradecidos”, aconseja Colosenses 3:15. ¿Qué puede decirse, entonces, de las “dádivas en hombres”, el valioso regalo que Jehová nos ha hecho? Desde luego, primero damos gracias a Jehová, pues él es el Dador generoso. Pero ¿y las “dádivas en hombres” mismas? ¿Cómo podemos demostrar que las valoramos?
11. a) ¿Cómo podemos demostrar que valoramos a las “dádivas en hombres”? b) ¿Qué significan las expresiones “sean obedientes” y “sean sumisos”?
11 Podemos demostrar que valoramos a las “dádivas en hombres” acatando con presteza su consejo y decisiones basados en la Biblia. Esta nos aconseja: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que han de rendir cuenta; para que ellos lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes” (Hebreos 13:17). Observemos que no solo debemos “ser obedientes”, sino también “sumisos” a los que llevan la delantera. El verbo griego que se traduce por “sean sumisos” significa literalmente “estén cediendo bajo”. El biblista R. C. H. Lenski dice sobre las expresiones “ser obediente” y “ser sumiso”: “Obedecemos cuando concordamos con lo que se nos dice que hagamos, se nos persuade de su bondad y utilidad; cedemos [...] cuando nuestra opinión es contraria”. Cuando entendemos y estamos de acuerdo con la dirección de los hermanos que llevan la delantera, obedecemos de buena gana. Pero ¿y si no entendemos por qué se ha tomado una decisión en particular?
12. ¿Por qué debemos ser sumisos, o estar dispuestos a ceder, aun cuando no entendamos completamente la razón de alguna decisión en particular?
12 En ese caso es cuando quizá tengamos que ser sumisos o estar dispuestos a ceder. ¿Por qué? Por una parte tenemos que confiar en que estos hombres espiritualmente cualificados desean lo mejor para nosotros. Al fin y al cabo, saben bien que deben rendir cuentas a Jehová por las ovejas que se han puesto bajo su cuidado (Santiago 3:1). Además, hacemos bien en recordar que posiblemente no conozcamos todos los hechos confidenciales que los llevaron a tomar la decisión con conocimiento de causa (Proverbios 18:13).
13. ¿Qué puede ayudarnos a ser sumisos en cuanto a las decisiones judiciales de los ancianos?
13 ¿Qué puede decirse de ser sumisos en lo que respecta a las decisiones judiciales? Es cierto que tal vez no sea fácil, especialmente si se decide expulsar a alguien a quien amamos, sea un familiar o un amigo allegado. En este caso, de nuevo, lo mejor es ceder y aceptar el juicio de las “dádivas en hombres”. Estos hermanos están en condición de ser más objetivos que nosotros, y puede que conozcan mejor los hechos. Para ellos suele ser muy difícil tomar esas decisiones; es una grave responsabilidad ‘juzgar para Jehová’ (2 Crónicas 19:6). Intentan por todos los medios tener misericordia, pues saben que Dios está “listo para perdonar” (Salmo 86:5). Pero también deben mantener limpia la congregación, y para ello la Biblia manda que se expulse a los pecadores impenitentes (1 Corintios 5:11-13). En muchos casos, el mismo pecador acepta la decisión. Es posible que la disciplina sea justo lo que necesita para entrar en razón. Si nosotros, sus seres queridos, somos sumisos y aceptamos la decisión, tal vez le ayudemos a beneficiarse de la disciplina (Hebreos 12:11).
‘Denles consideración más que extraordinaria’
14, 15. a) ¿Por qué merecen consideración los ancianos según 1 Tesalonicenses 5:12, 13? b) ¿Por qué puede decirse que los ancianos ‘trabajan duro entre nosotros’?
14 También demostramos que apreciamos a las “dádivas en hombres” al tenerles consideración. Pablo aconsejó a los cristianos de la congregación de Tesalónica: “Respeten a los que trabajan duro entre ustedes y los presiden en el Señor y los amonestan; y [denles] consideración más que extraordinaria en amor por causa de su trabajo” (1 Tesalonicenses 5:12, 13). “Trabajan duro”, ¿no reflejan estas palabras la labor de los dedicados ancianos que altruistamente dan de sí mismos en favor nuestro? Pensemos por un momento en la pesada carga que estos queridos hermanos llevan.
15 En muchas ocasiones son hombres casados que trabajan seglarmente para mantener a su familia (1 Timoteo 5:8). Si el anciano tiene hijos, estos necesitan tiempo y atención del padre. Quizá tenga que ayudarles con las tareas escolares, así como programar algún tiempo para que consuman su energía juvenil en recreación sana (Eclesiastés 3:1, 4). Lo que es más importante, atiende las necesidades espirituales familiares, dirigiendo regularmente el estudio bíblico de familia, saliendo con ella al ministerio del campo y llevándola a las reuniones cristianas (Deuteronomio 6:4-7; Efesios 6:4). No olvidemos que además de estas responsabilidades comunes a muchos de nosotros, los ancianos tienen otras obligaciones: preparar partes de la reunión, hacer visitas de pastoreo, cuidar del bienestar espiritual de la congregación y, de ser necesario, atender casos judiciales. Algunos tienen además responsabilidades en las asambleas de circuito o de distrito, en la construcción de Salones del Reino y en los Comités de Enlace con los Hospitales. Sin lugar a dudas, estos hermanos “trabajan duro”.
16. ¿De qué maneras podemos tener consideración a los ancianos?
16 ¿Cómo podemos tenerles consideración? Un proverbio bíblico dice: “Una palabra a su tiempo apropiado, ¡oh, cuán buena es!” (Proverbios 15:23; 25:11). De modo que las palabras sinceras de agradecimiento y ánimo pueden mostrarles que no damos por sentado su duro trabajo. También debemos ser razonables en lo que esperamos de ellos. Por una parte, debemos sentirnos libres de acercarnos a ellos para pedirles ayuda. En ocasiones quizá ‘nuestro corazón esté con dolor fuerte’ y necesitemos que los que están ‘capacitados para enseñar’ la Palabra de Dios nos den ánimo, guía o consejo basado en las Escrituras (Salmo 55:4; 1 Timoteo 3:2). También debemos recordar que los ancianos solo pueden dedicarnos cierta cantidad de tiempo, pues no pueden descuidar las necesidades de su propia familia u otros miembros de la congregación. Si ‘compartimos sentimientos como compañeros’ con estos hermanos que trabajan duro, no exigiremos demasiado de ellos (1 Pedro 3:8). Antes bien, agradezcamos el tiempo y la atención que razonablemente puedan dedicarnos (Filipenses 4:5).
17, 18. ¿Qué sacrificios hacen muchas hermanas cuyos esposos son ancianos, y cómo podemos demostrar que valoramos a estas hermanas fieles?
17 ¿Y qué decir de las esposas de los ancianos? ¿No merecen también nuestra consideración? Al fin y al cabo, ellas comparten a su esposo con la congregación, lo que a menudo requiere sacrificios de su parte. En ocasiones, los ancianos tienen que dedicar horas por la noche, que podrían pasar con su familia, a atender asuntos de la congregación. En muchas congregaciones las cristianas fieles están dispuestas a hacer esos sacrificios para que sus esposos puedan cuidar de las ovejas de Jehová (compárese con 2 Corintios 12:15).
18 ¿Cómo podemos demostrar que valoramos a estas fieles hermanas cristianas? No exigiendo demasiado de sus esposos. Y no olvidemos la fuerza que tienen las palabras sencillas de agradecimiento. Proverbios 16:24 dice: “Los dichos agradables son un panal de miel, dulces al alma y una curación a los huesos”. He aquí una experiencia. Una pareja casada se acercó a un anciano después de una reunión cristiana para hablarle sobre su hijo adolescente. Mientras el anciano conversaba con la pareja, su esposa lo aguardó pacientemente. Al terminar, la madre se acercó a la esposa del anciano y le dijo: “Quiero agradecerle el tiempo que su esposo se tomó para ayudar a mi familia”. Esas palabras de agradecimiento, sencillas y dulces, conmovieron a la esposa del anciano.
19. a) ¿Qué objetivos están cumpliendo fielmente los ancianos en conjunto? b) ¿Qué debemos estar resueltos a hacer todos nosotros?
19 La provisión de ancianos que se interesan por las ovejas constituye una de las ‘buenas dádivas’ de Jehová (Santiago 1:17). No, estos hombres no son perfectos; como todos nosotros, cometen errores (1 Reyes 8:46). Sin embargo, en conjunto, los ancianos de las congregaciones de todo el mundo están cumpliendo fielmente los objetivos que Jehová tenía presentes para ellos, a saber, reajustar, edificar, unificar y proteger al rebaño. Que todos los ancianos estén resueltos a seguir cuidando tiernamente a las ovejas de Jehová, demostrando de ese modo que son una dádiva, o bendición, para sus hermanos. Y que todos nosotros evidenciemos que valoramos las “dádivas en hombres” siendo obedientes y sumisos a ellas y teniéndoles consideración por su duro trabajo. Debemos estar muy agradecidos de que Jehová haya suministrado amorosamente a hombres que, en esencia, están diciendo a las ovejas: “Nuestra tarea es ayudarles a servir a Dios con gozo”.
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