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¿Señales de que hay problemas?¡Despertad! 2008 | agosto
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¿Señales de que hay problemas?
“Veu Lesa, aldeano de 73 años de las islas Tuvalu, no necesita de informes científicos para saber que el nivel del mar está subiendo: las playas donde creció están desapareciendo, el agua salada ha envenenado los cultivos con que alimentaba a su familia, y en abril [de 2007] tuvo que dejar su casa, cuando una marea viva la cubrió y la llenó de grava y sedimentos.” (The New Zealand Herald)
PARA los pobladores de Tuvalu, archipiélago cuyo relieve no sobrepasa los 4 metros (13 pies) sobre el nivel del mar, el calentamiento global no es un asunto de ciencia abstracta, sino “una realidad cotidiana”, dice el Herald.a Miles ya han emigrado y muchos más se preparan para ello.
Robert, que vive en la ciudad australiana de Brisbane, solo puede regar el jardín en determinados días y con balde, no con manguera. Y a menos que lleve el auto a un lavacoches que recicle el agua, solo puede lavar los espejos, las ventanillas y las placas. ¿A qué obedecen estas restricciones? A que vive en una zona que sufre la peor sequía en cien años. Y hay regiones donde la situación es aún peor. ¿Son las crisis de Australia y Tuvalu un síntoma del calentamiento del planeta?
Lo que prevén los expertos
Muchos consideran que las actividades humanas son una de las causas fundamentales del calentamiento global, cuyos efectos sobre el clima y el medio ambiente podrían ser catastróficos. Por ejemplo, al derretirse las masas de hielo continental y al dilatarse los océanos por el calentamiento del agua, aumentaría drásticamente el nivel del mar. Las islas bajas, como Tuvalu, desaparecerían, así como también grandes zonas de los Países Bajos y de Florida (Estados Unidos), solo por nombrar dos lugares más. Millones de habitantes de ciudades como Shangai y Calcuta y de algunas áreas de Bangladesh se verían obligados a marcharse.
Al mismo tiempo, el alza de las temperaturas intensificaría las tormentas, las inundaciones y las sequías. Causaría la desaparición de los glaciares del Himalaya —que alimentan siete sistemas hidrográficos—, reduciendo las fuentes de agua dulce para el 40% de la población mundial. También corren peligro miles de especies de animales, entre ellos los osos polares, cuyos terrenos de caza están principalmente en el hielo; de hecho, ya hay informes de que muchos osos están perdiendo peso y que otros están muriendo de hambre.
El incremento de las temperaturas también favorecería la propagación de enfermedades infecciosas, pues los organismos que las transportan, como mosquitos, garrapatas y hongos, llegarían a lugares donde hoy no se conocen. “Los peligros que plantea el cambio climático son casi tan calamitosos como los planteados por las armas nucleares —advierte el Boletín de Científicos Atómicos—. Sus efectos pueden ser menos dramáticos en un futuro próximo [...], pero durante las siguientes tres a cuatro décadas podría causar un daño irremediable a los hábitats de los cuales las sociedades humanas dependen para su supervivencia.” Algunos científicos, aún más pesimistas, creen que los cambios atribuidos al calentamiento global se están acelerando mucho más de lo esperado.
¿Cómo debemos tomarnos estos pronósticos? ¿Está realmente amenazada la vida en la Tierra? Los escépticos sostienen que estas predicciones son infundadas. Otros no están tan seguros. ¿Cuál es la verdad? ¿Peligra el futuro de la Tierra y, por ende, el nuestro?
[Nota]
a Calentamiento global se refiere a un ascenso generalizado de la temperatura de la atmósfera y los océanos.
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¿Está amenazada la Tierra?¡Despertad! 2008 | agosto
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¿Está amenazada la Tierra?
EL CALENTAMIENTO global ha sido calificado como la mayor amenaza para la humanidad. A los expertos les inquieta “la posibilidad de que hayamos iniciado un lento pero implacable alud de cambios”, dice la revista Science. Por otro lado, hay quienes cuestionan esta afirmación. Aunque reconocen que la Tierra se está calentando, no están seguros de las causas ni de las consecuencias. Admiten que las actividades humanas pueden ser un factor, pero no que sea necesariamente el principal. ¿Por qué la diferencia de opiniones?
Para empezar, los procesos físicos que intervienen en los sistemas climáticos son complejos y no se comprenden del todo. Además, es común que los grupos de interés interpreten tendenciosamente los datos científicos, como los que se usan para explicar el ascenso de las temperaturas.
¿Es real el aumento de la temperatura?
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), dependiente de la ONU, deja claro que el calentamiento global es “inequívoco” y que “muy probablemente” se debe a la acción del hombre. Quienes cuestionan dicha opinión, sobre todo en lo referente al factor humano, admiten que el calentamiento de las ciudades se debe a su crecimiento; además, el concreto y el acero absorben con facilidad el calor y tardan en liberarlo por la noche. Sin embargo, argumentan que las mediciones de temperatura en las zonas urbanas no reflejan la realidad de las zonas rurales y pueden distorsionar las estadísticas mundiales.
Por su parte, Clifford, un anciano que vive en una isla del mar de Chukchi, frente a las costas de Alaska, dice haber observado cambios con sus propios ojos. Su aldea suele desplazarse por el hielo marino hacia el continente para cazar alces y caribúes, pero el aumento de las temperaturas le está imposibilitando seguir su forma de vida tradicional. “Las corrientes han cambiado, las condiciones del hielo han cambiado y los períodos de congelación del mar de Chukchi han cambiado”, explica él. Antes, el mar se congelaba a finales de octubre, pero ahora no se congela hasta bien entrado diciembre.
En 2007, el calentamiento también se hizo patente en el paso del Noroeste (ruta que une los océanos Atlántico y Pacífico a través del polo Norte), cuando se abrió completamente a la navegación por primera vez en la historia. “Lo que hemos visto este año cuadra con los datos que indican que las épocas de deshielo son cada vez más largas”, puntualizó un destacado científico del Centro Nacional de Datos sobre la Nieve y el Hielo.
El efecto invernadero, esencial para la vida
Una de las causas a las que se atribuyen tales cambios es la intensificación del efecto invernadero, fenómeno natural esencial para el sostén de los seres vivos. Nuestro planeta absorbe el 70% de la energía solar que llega hasta él, con la cual se calientan el aire, el suelo y el mar; de no ser por este mecanismo, la temperatura media en la superficie rondaría los 18 °C bajo cero (0 °F). Luego, la Tierra se desprende del calor absorbido liberándolo hacia el espacio en forma de radiación infrarroja, lo que evita el recalentamiento. Pero cuando los contaminantes alteran la composición de la atmósfera, escapa menos calor y se elevan las temperaturas.
Entre los gases que contribuyen al efecto invernadero figuran el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano, así como el vapor de agua. La concentración de estos gases en la atmósfera se ha incrementado significativamente en los últimos doscientos cincuenta años con la revolución industrial y con el aumento en el consumo de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo. A estos factores se añade la creciente población de animales de granja, que en el proceso de digestión liberan metano y óxido nitroso. Algunos especialistas mencionan otras causas del calentamiento que, según ellos, son anteriores a la interferencia humana en el clima.
¿Una de tantas otras fluctuaciones?
Quienes dudan que el calentamiento global sea inducido por el hombre sostienen que las temperaturas han experimentado grandes fluctuaciones en el pasado. Aluden a las llamadas glaciaciones, períodos durante los cuales la Tierra supuestamente era mucho más fría que ahora. Y en apoyo de la teoría de un calentamiento natural, se remiten a las pruebas que indican que en regiones gélidas, como Groenlandia, creció en un tiempo vegetación propia de climas cálidos. Por supuesto, los científicos admiten que cuanto más se retrocede en el tiempo, más cuesta determinar con precisión las condiciones climáticas.
¿Qué pudo ocasionar cambios tan pronunciados en las temperaturas antes de que el hombre interviniera? Entre las posibles causas están las manchas y erupciones solares, que guardan relación con las fluctuaciones de energía. Además, la órbita terrestre se mueve en ciclos que duran muchos miles de años y que afectan la distancia del planeta con respecto al Sol. Otros factores pudieron haber sido el polvo volcánico y los cambios en las corrientes oceánicas.
Modelos climáticos
¿Qué impacto tendrá en nosotros y en el medio ambiente el alza de las temperaturas, cualquiera que sea su causa? Es difícil predecirlo con certeza. Sin embargo, hoy los científicos disponen de poderosas computadoras con las que simulan el sistema climático. En sus modelos incorporan leyes físicas, datos sobre el clima y fenómenos naturales que inciden en este.
Tales simulaciones permiten realizar experimentos que de otro modo serían imposibles, como “modificar” la intensidad de la energía solar para observar sus efectos en el hielo polar, las temperaturas del aire y el mar, los índices de evaporación, la presión atmosférica, la formación de nubes y los patrones del viento y las precipitaciones. También pueden “crear” erupciones volcánicas para estudiar los efectos del polvo volcánico en el tiempo atmosférico y examinar el impacto del crecimiento demográfico, la deforestación, la utilización del suelo, los cambios en la emisión de gases de efecto invernadero, etc. Los científicos confían en que sus modelos serán cada vez más precisos y fiables.
¿Cuál es el grado de precisión de los modelos actuales? Como es lógico, mucho depende de la exactitud y cantidad de los datos que se introduzcan en las máquinas; de ahí que los pronósticos vayan desde moderados hasta catastróficos. Aun así, como destaca la revista Science, “el sistema climático [natural] podría darnos sorpresas”. Y ya lo ha hecho: la inusitada rapidez del deshielo ártico ha dejado perplejos a los climatólogos. Con todo, tener aunque solo sea una idea aproximada de las consecuencias de las acciones o inacciones del hombre, permitiría a los líderes mundiales trazar hoy políticas encaminadas a reducir los problemas de mañana.
Con este objetivo en mente, el IPCC creó seis escenarios virtuales que iban desde la emisión ilimitada de gases de efecto invernadero hasta las restricciones más severas, pasando por los niveles de emisión actuales. Cada modelo arrojó resultados climáticos y ambientales distintos. A la luz de estos pronósticos, los analistas están instando a que se adopten medidas urgentes, como fijar límites obligatorios a las emisiones de combustibles fósiles, sancionar a los infractores, fomentar el uso de la energía nuclear y adoptar más tecnologías amigables con el medio ambiente.
¿Son fiables los modelos?
Los actuales métodos de predicción “simplifican en exceso aquellos procesos climáticos que no se entienden bien” y “simplemente pasan por alto otros”, argumentan los críticos, quienes también señalan las contradicciones de los pronósticos por computadora. Un científico que participó en los debates del IPCC comentó: “A algunos, la tarea de medir y comprender el complejísimo sistema climático nos obliga a ser humildes, al grado de hacernos dudar de nuestra capacidad para entender por qué se comporta como lo hace”.a
Algunos creen que utilizar la duda para justificar la falta de acción es jugar con el futuro. “¿Cómo se lo explicaremos a nuestros hijos?”, preguntan. Independientemente de la precisión de los modelos climáticos, hay algo de lo que sí estamos seguros, y es que la Tierra se halla en graves apuros. Los sistemas que sostienen la vida están siendo atacados por la contaminación, la deforestación, la urbanización y la extinción de especies, por citar solo algunos factores que son innegables.
Sobre la base de la experiencia, ¿cabe esperar que la humanidad en general dé un giro radical para preservar nuestro hermoso hogar y nuestro propio futuro? Y lo que es más, si la actividad humana es responsable del calentamiento planetario, quizás solo nos queden años, y no siglos, para realizar los cambios necesarios. Lo menos que podría hacerse es atacar cuanto antes las raíces del problema, a saber, la codicia, el egoísmo, la ignorancia, la mala administración y la apatía. ¿Es cosa de ilusos creer que se conseguirá? ¿Hay alguna esperanza? Lea las respuestas en el siguiente artículo.
[Nota]
a John R. Christy, director del Earth System Science Center de la Universidad de Alabama en Huntsville (EE.UU.), según The Wall Street Journal del 1 de noviembre de 2007.
[Ilustración y recuadro de la página 5]
CÓMO SE MIDE LA TEMPERATURA DE LA TIERRA
Para ilustrar las dificultades, imagine que debe medir la temperatura de un salón. ¿Dónde pondrá el termómetro? Como el calor asciende, cerca del techo la temperatura es más alta que a nivel del piso. Los resultados también variarán dependiendo de si pone el termómetro junto a una ventana, al sol o a la sombra. Asimismo, el color de la habitación incidirá en el resultado, pues las superficies oscuras absorben más calor.
Por lo tanto, no bastará con una sola medición: tendrá que hacer varias y luego calcular el promedio. Pero los valores pueden cambiar de día en día y de estación en estación. De manera que para obtener una media exacta, deberá efectuar múltiples lecturas durante un largo período de tiempo. ¿Entiende por qué es tan complicado medir la temperatura general de la superficie, la atmósfera y los océanos de la Tierra? Y, sin embargo, estos datos son indispensables para evaluar con exactitud el cambio climático.
[Reconocimiento]
NASA photo
[Recuadro de la página 6]
¿ES LA ENERGÍA NUCLEAR UNA SOLUCIÓN?
El consumo de energía en el mundo sigue batiendo marcas. Dado que el petróleo y el carbón producen gases de efecto invernadero al arder, algunos gobiernos tienen la vista puesta en la energía nuclear como una alternativa más limpia. Pero también esta conlleva serios peligros.
Francia, uno de los países más dependientes de la energía nuclear, requiere anualmente 19.000 millones de metros cúbicos (670.000 millones de pies cúbicos) de agua para enfriar sus reactores, según informa el International Herald Tribune. Durante la ola de calor de 2003, el agua caliente que normalmente expulsan los reactores amenazó con elevar la temperatura de los ríos franceses a niveles peligrosos para el medio ambiente, por lo que varias centrales fueron cerradas. Si las temperaturas del planeta aumentan, es probable que la situación empeore.
“Tendremos que remediar el problema del cambio climático si vamos a producir energía nuclear”, sostiene David Lochbaum, ingeniero nuclear de la Unión de Científicos Preocupados.
[Recuadro y mapa de la página 7]
CATÁSTROFES CLIMÁTICAS EN 2007
El año 2007 vio un récord en la cifra de catástrofes climáticas, las cuales motivaron catorce llamadas de emergencia por parte de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, cuatro más que el anterior máximo, registrado en 2005. He aquí una muestra. Recuérdese, sin embargo, que los sucesos aislados no necesariamente indican una tendencia a largo plazo.
◼ Gran Bretaña. Las peores inundaciones en más de sesenta años dejaron más de 350.000 damnificados. En Inglaterra y Gales, los meses de mayo a julio fueron los más lluviosos desde que se empezó a llevar registro en 1766.
◼ África occidental. Las inundaciones afectaron a 800.000 personas en catorce países.
◼ Lesoto. Las altas temperaturas y la sequía arruinaron los cultivos. Unas 553.000 personas necesitaron ayuda alimentaria.
◼ Sudán. Alrededor de 150.000 personas perdieron sus casas debido a las lluvias torrenciales. Se enviaron socorros a por lo menos 500.000.
◼ Madagascar. Ciclones y lluvias intensas obligaron el desplazamiento de 33.000 isleños y arrasaron los cultivos de 260.000.
◼ Corea del Norte. Grandes inundaciones, derrumbes y aludes de barro perjudicaron a 960.000 personas.
◼ Bangladesh. Las inundaciones afectaron a 8.500.000 personas y ocasionaron la muerte de más de 3.000, así como la de 1.250.000 animales de granja. Cerca de 1.500.000 viviendas sufrieron daño o fueron destruidas.
◼ India. Las inundaciones dejaron 30.000.000 de damnificados.
◼ Pakistán. Un saldo de 377.000 personas sin hogar y centenares de muertos dejaron las lluvias ciclónicas.
◼ Bolivia. Más de 350.000 personas fueron afectadas por las inundaciones y 25.000 fueron desplazadas.
◼ México. Al menos 500.000 personas perdieron sus casas y más de 1.000.000 se vieron perjudicadas por las inundaciones en diversas regiones.
◼ República Dominicana. Torrenciales aguaceros ocasionaron inundaciones y corrimientos de tierra, dejando 65.000 desplazados.
◼ Estados Unidos. Los incendios que asolaron la seca región del sur de California obligaron el desplazamiento de 500.000 personas.
[Reconocimiento]
Basado en NASA/Visible Earth imagery
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¿En manos de quién está el futuro de la Tierra?¡Despertad! 2008 | agosto
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¿En manos de quién está el futuro de la Tierra?
“EL CALENTAMIENTO global presenta el mayor reto que hayamos afrontado los humanos”, aseguró la revista National Geographic de octubre de 2007. Y agregó que podremos resolverlo “sólo si nos movemos con celeridad y decisión, además de una madurez que pocas veces hemos demostrado como sociedad o como especie”.
¿Cabe esperar que la humanidad despliegue tal madurez? Hay muchos factores que juegan en contra: la apatía, la codicia, la ignorancia, los intereses creados, la gran disputa por la riqueza en los países en desarrollo y la actitud de millones de personas que desean continuar su estilo de vida sin importar que consuma grandes cantidades de energía.
Un antiguo profeta de Dios evaluó de forma realista la capacidad de los humanos para solucionar los problemas éticos, sociales y de gobierno que nos afligen. Escribió: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23). La trágica historia de la humanidad confirma estas palabras. Y hoy, pese a los considerables adelantos que hemos alcanzado en la ciencia y la tecnología, nos hallamos ante amenazas nunca imaginadas. ¿Qué confianza podemos tener, entonces, de que el mañana será mejor?
Es cierto que se ha hablado mucho sobre la necesidad de combatir el cambio climático y otros problemas que nos afectan, pero es poco lo que se ha hecho. Por ejemplo, ¿cómo reaccionaron las naciones cuando el paso del Noroeste quedó abierto a la navegación por primera vez en 2007? “Se enzarzaron en una vergonzosa pelea por los pedazos de plataforma continental que quedaron expuestos para poder perforar en busca de petróleo y gas”, responde un editorial de la revista New Scientist.
Hace casi dos mil años, la Biblia predijo con exactitud que los humanos llegarían al punto de estar “arruinando la tierra” (Revelación [Apocalipsis] 11:18). Es obvio que el mundo necesita, por un lado, un líder con la sabiduría y el poder requeridos para llevar a la práctica los objetivos propuestos y, por otro, súbditos que se sometan libremente a su autoridad. ¿Habrá algún político o científico sincero y brillante que desempeñe ese papel? La Biblia contesta: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna” (Salmo 146:3).
El futuro de la Tierra está en buenas manos
Hay solo un Líder capaz de resolver la difícil situación por la que atraviesa el mundo. Refiriéndose a este personaje, la Biblia predijo: “Sobre él tiene que asentarse el espíritu de Jehová [Dios], el espíritu de sabiduría y de entendimiento, el espíritu de consejo y de poderío, el espíritu de conocimiento y del temor de Jehová [...;] con justicia tiene que juzgar a los de condición humilde, [...] y con el espíritu de sus labios dará muerte al inicuo” (Isaías 11:2-5).
¿Quién es él? Nada menos que Jesucristo, quien por amor ofreció su vida a favor nuestro (Juan 3:16). Ahora es un espíritu poderoso, y ha sido facultado por Dios para gobernar la Tierra (Daniel 7:13, 14; Revelación 11:15).
Algo que hace a Jesús idóneo para esta función es el vasto conocimiento que tiene de la creación de Dios, el cual acumuló antes de venir a la Tierra; de hecho, cuando Dios hizo el universo físico, hace muchísimo tiempo, él fue su “obrero maestro” (Proverbios 8:22-31). Imagínese: el mismo que ayudó a hacer la Tierra y todos los seres vivos será quien repare el daño causado por la insensatez humana.
¿Y quiénes serán sus súbditos? Personas realmente mansas y justas, que conocen al verdadero Dios, Jehová, y obedecen a Cristo como Rey (Salmo 37:11, 29; 2 Tesalonicenses 1:7, 8). Estas, dijo Jesús, “heredarán la tierra”, la cual será transformada en un paraíso (Mateo 5:5; Isaías 11:6-9; Lucas 23:43).
¿Cómo puede usted beneficiarse de las promesas bíblicas? El propio Jesús responde: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo” (Juan 17:3).
Puede que nuestro planeta parezca estar en peligro, pero su existencia como el perpetuo hogar de la humanidad está asegurada. Quienes están en peligro son los que no respetan la creación de Dios y no obedecen a Jesucristo. Por esa razón, estimado lector, los testigos de Jehová lo invitamos a adquirir el conocimiento que lo llevará a la vida eterna.
[Recuadro de la página 8]
FUERA DEL ALCANCE DE LA CIENCIA
A pesar de que son plenamente conscientes de los riesgos que corren, millones de personas estropean su mente y su cuerpo consumiendo estupefacientes, alcohol y tabaco. Para ellas, la vida es todo menos un regalo sagrado procedente de Dios (Salmo 36:9; 2 Corintios 7:1). Lamentablemente, la misma actitud irreverente hacia la Tierra es lo que ha contribuido a los graves problemas que la golpean.
¿Dónde está la solución? ¿En la ciencia? ¿En la educación secular? No. Lo que en esencia es un problema espiritual requiere una solución espiritual. Así lo reconoce la Biblia al prometer que llegará un tiempo en que los humanos “no harán ningún daño ni causarán ninguna ruina” en la Tierra porque esta “ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar” (Isaías 11:9).
[Ilustración de las páginas 8 y 9]
Bajo el reinado de Cristo, los justos transformarán la Tierra en un paraíso
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