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El sintoísmo... Japón busca a DiosEl hombre en busca de Dios
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Aquellos pueblos primitivos concibieron numerosos dioses de la naturaleza, y los reverenciaron.
5. a) ¿Qué punto de vista tienen los sintoístas sobre los muertos? b) ¿Qué diferencia hay entre ese punto de vista sintoísta y lo que dice la Biblia respecto a los muertos?
5 Además de esta reverencia, el temor a las almas de los difuntos dio origen a ritos con que se procuraba apaciguarlas. De esto con el tiempo se desarrolló la adoración de los espíritus ancestrales. Según el sintoísmo, un alma “que ha partido” todavía tiene su personalidad y se mancha con la contaminación de la muerte inmediatamente después de morir. Cuando los que están de duelo ejecutan ritos de conmemoración, purifican el alma del que ha muerto hasta el punto de librarla de toda inclinación al mal, y esa alma adquiere un carácter apacible y benévolo. Con el tiempo el espíritu del antepasado asciende a la posición de una deidad ancestral o guardiana. Así descubrimos que el creer en un alma inmortal es elemento básico de una religión más, y acondiciona las actitudes y acciones de los creyentes. (Salmo 146:4; Eclesiastés 9:5, 6, 10.)
6, 7. a) ¿Qué pensaban sobre sus dioses los sintoístas? b) ¿Qué es un shintai, y por qué es significativo en el sintoísmo? (Compárese con Éxodo 20:4, 5; Levítico 26:1; 1 Corintios 8:5, 6.)
6 Se creía que los dioses de la naturaleza y los dioses ancestrales eran espíritus que “flotaban” en el aire y lo llenaban. Durante las festividades la gente invocaba a los dioses para que descendieran a los lugares que específicamente hubieran sido santificados para aquella ocasión. Se decía que los dioses habitaban temporalmente en shintai... objetos de adoración como árboles, piedras, espejos y espadas. Los chamanes, o médium, presidían en los ritos en que se invocaba a los dioses.
7 Gradualmente los “lugares de aterrizaje” de los dioses, lugares purificados temporalmente para las fiestas, adquirieron carácter más permanente como tales. La gente construía santuarios para los dioses benévolos, los que aparentemente bendecían a sus adoradores. Al principio la gente no tallaba imágenes de los dioses, sino que adoraba los shintai, en los cuales se decía que residían los espíritus de los dioses. Hasta una montaña entera, como el monte Fuji, podía servir de shintai. Con el tiempo los dioses fueron tantos que los japoneses desarrollaron la expresión yaoyorozu-no-kami, que literalmente significa “ocho millones de dioses” (“kami” significa “dioses” o “deidades”). Hoy esa expresión se usa para significar “un sinnúmero de dioses”, pues la cantidad de deidades sintoístas sigue aumentando.
8. a) Según la mitología sintoísta, ¿cómo fue formada Amaterasu Omikami y obligada a esparcir luz? b) ¿Cómo llegó a ser la deidad nacional Amaterasu Omikami, y qué relación había entre los emperadores y ella?
8 A medida que las ceremonias sintoístas fueron concentrándose en santuarios, cada clan veneró a su propia deidad guardiana. Sin embargo, en el siglo VII E.C., cuando la familia imperial unificó a la nación, elevó a su diosa-Sol, Amaterasu Omikami, a la posición de deidad nacional y la hizo la figura central de los dioses del sintoísmo. (Véase el recuadro de la página 191.) Con el tiempo se presentó el mito de que el emperador era descendiente directo de la diosa-Sol. Para fortalecer esa creencia, en el siglo VIII E.C. se compilaron dos prominentes escritos del sintoísmo, el Kojiki y el Nihon shoki. Estos libros contenían mitos que ensalzaban a la familia imperial como descendientes de los dioses, lo que ayudó a establecer la supremacía de los emperadores.
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[Recuadro de la página 191]
La diosa-Sol de la mitología sintoísta
Un mito sintoísta dice que mucho tiempo atrás el dios Izanagi “se lavó el ojo izquierdo, y así nació la gran diosa Amaterasu, la diosa del Sol”. Más tarde, Susanowo, el dios de los mares extensos, asustó tanto a Amaterasu que ella “se escondió en una cueva rocosa del Cielo, y cerró la entrada con un peñón. El mundo quedó sumido en la oscuridad”. De modo que los dioses idearon un plan para hacer que Amaterasu saliera de la cueva. Juntaron gallos cacareadores que anuncian la mañana e hicieron un espejo grande. En los árboles sakaki colgaron joyas y tiras de tela. Entonces la diosa Ama no Uzume empezó a bailar y a golpear una tina con los pies. En su danza desenfrenada se quitó la ropa, y los dioses se echaron a reír. Toda esta actividad despertó la curiosidad de Amaterasu, quien se asomó y se vio en el espejo. El reflejo la hizo salir de la cueva, e inmediatamente el dios de la Fuerza la tomó firmemente de la mano y la sacó de donde estaba. “Una vez más el mundo se iluminó con los rayos de la diosa-Sol.”—New Larousse Encyclopedia of Mythology. (Compárese con Génesis 1:3-5, 14-19; Salmo 74:16, 17; 104:19-23.)
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