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Eunice y Loida, educadoras ejemplaresLa Atalaya 1998 | 15 de mayo
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No obstante, Eunice no era la única que abrigaba esas creencias. Parece ser que a Timoteo le enseñaron “los santos escritos” tanto su madre como su abuela materna, Loida.a El apóstol Pablo exhortó a Timoteo del siguiente modo: “Continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste, y que desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:14, 15).
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Eunice y Loida, educadoras ejemplaresLa Atalaya 1998 | 15 de mayo
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A Timoteo le habían “persuadido a creer” las enseñanzas de las Escrituras. Según cierto léxico griego, la palabra que Pablo empleó en este caso significa “ser persuadido firmemente de; ser convencido de” algo. Seguramente se necesitó mucho tiempo y empeño para hacer que arraigara tal firme convicción en el corazón de Timoteo, ayudarle a razonar basándose en la Palabra de Dios y tener fe en ella. Por tanto, al parecer tanto Eunice como Loida se aplicaron con empeño a enseñar a Timoteo las Escrituras. Y la recompensa que obtuvieron fue grande. Pablo escribió sobre Timoteo: “Recuerdo la fe que hay en ti sin hipocresía alguna, y que moró primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, pero la cual —estoy seguro— también se halla en ti” (2 Timoteo 1:5).
¡Qué papel tan fundamental desempeñaron Eunice y Loida en la vida de Timoteo! El escritor David Read dice al respecto: “Si el apóstol hubiera pensado que lo único que importaba era la experiencia personal de conversión de Timoteo, se lo habría recordado de inmediato. Pero lo primero que dice sobre la fe de Timoteo es que ya ‘existía en Loida [...] y Eunice’”. Las palabras de Pablo sobre la fe de Loida, Eunice y Timoteo indican que, por lo general, la enseñanza bíblica que a temprana edad imparten en el hogar los padres, e incluso los abuelos, es de importancia capital para determinar las perspectivas espirituales de los jóvenes. ¿No debería ese hecho hacer pensar seriamente a los miembros de la familia en cómo están cumpliendo con esta responsabilidad para con Dios y con sus hijos?
Tal vez Pablo también estaba pensando en el ambiente que Loida y Eunice habían creado en el hogar. Puede que el apóstol hubiera visitado su casa durante su primera estancia en Listra, alrededor de los años 47 y 48 E.C. Es probable que las dos mujeres se convirtieran al cristianismo por entonces (Hechos 14:8-20). La relación feliz y afectuosa que existía en ese hogar quizá influyó en la palabra que Pablo escogió para “abuela” al referirse a Loida. Según el helenista Ceslas Spicq, el término griego que utilizó (mám·me, en lugar del clásico y más respetuoso té·the) es “la palabra cariñosa que usaría un niño” para llamar a su abuela, que en este contexto transmite un “matiz de confianza y afecto”.
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