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¿Qué está sucediendo con los abuelos?¡Despertad! 1995 | 8 de julio
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¿Qué está sucediendo con los abuelos?
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN ITALIA
“Nunca pensé que cuando fuera abuelo mis nietos me tratarían con tanta ternura. Son una joya: embajadores dulces e inocentes en favor del fortalecimiento de los lazos afectivos.”—Ettore, el abuelo.
AUNQUE hoy en día existen relaciones sanas como la mencionada arriba, el trato entre abuelos, padres y nietos no siempre es cordial. En vez de cooperar, con frecuencia las tres generaciones se enfrentan. ¿Con qué resultados? Los abuelos, normalmente los miembros de la familia más vulnerables y aislados, a quienes a veces se recurre si hay problemas económicos, se sienten aún más solos y desdichados. ¿Cuál es la situación en su familia? ¿Se tiene a los abuelos en gran estima?
En los últimos decenios se han producido importantes cambios sociales a nivel mundial que han repercutido en la familia y en las relaciones entre las diferentes generaciones que la integran, acabando prácticamente con el modelo de familia patriarcal. En Europa solo un 2% de los ancianos vive con sus hijos. Aun así, en las naciones industrializadas la proporción de ancianos aumenta incesantemente debido al incremento en la esperanza media de vida y la disminución de la natalidad. Los abuelos representan el 26% de la población europea, y, según un estudio publicado por la Unión Europea, la cifra “está destinada a aumentar”. Los japoneses, dice el diario Asahi Evening News, “se enorgullecen de su tradición de cuidar a los ciudadanos de la tercera edad”. No obstante, está extendiéndose entre ellos la costumbre, sobre todo en los centros urbanos, de ingresar a los abuelos en hospitales y clínicas especializadas, incluso sin que haya necesidad. En África del Sur, donde las personas mayores han recibido tradicionalmente un trato digno, existe ahora la deplorable tendencia a rechazarlas, según el periódico de Ciudad del Cabo The Cape Times. El artículo menciona que las familias quieren “disfrutar de la vida al máximo”, y “se engañan al pensar que recluyendo a la abuela en una residencia de ancianos confiable ya han cumplido con su deber”.
El mismo periódico menciona el caso concreto de una anciana a la que sus tres hijos internaron en un buen centro geriátrico, “con promesas de que la apoyarían y visitarían regularmente”. Pero ¿qué ha sido de ella? “Al principio las visitas fueron diarias. Después de algunas semanas se redujeron a tres semanales, y luego a una. Al cabo de un año la visitaban dos o tres veces al mes, más adelante cinco o seis veces al año y, finalmente, apenas la visitan.” ¿Cómo pasa esta anciana sus largos e interminables días? Se da la siguiente penosa explicación: “Sus únicos compañeros son los estorninos y las palomas que se posan en un árbol que ve desde la ventana de su habitación. Espera su llegada con tanta ilusión como si fueran sus familiares más cercanos”.
Lo mismo está ocurriendo en las familias tribales como consecuencia de la occidentalización del estilo de vida sudafricano, que induce a muchos a buscar trabajo en las ciudades. Además de los cambios sociales, otras razones por las cuales se abandona a los abuelos son la desaparición de las cualidades humanas que promueven una vida social y familiar feliz —bondad, respeto al prójimo, cariño familiar— y la difusión de un espíritu egoísta, hedonista, orgulloso y rebelde. Según las Escrituras, tal degradación moral es una señal de que vivimos en “los últimos días”. (2 Timoteo 3:1-5.) Por consiguiente, en vez de considerar a los abuelos una fuente de estabilidad y de enriquecimiento de la personalidad, muchos hijos y nietos los ven como una molestia porque no van al paso de los rápidos cambios sociales.a
La brecha entre generaciones, cada vez más profunda, causa mucha tensión, sobre todo cuando los ancianos viven con su familia. No obstante, los abuelos pueden hacer una aportación inestimable al círculo familiar. ¿Cuáles son, entonces, algunos de los principales problemas generacionales que obstaculizan las relaciones afectuosas entre abuelos, padres y nietos? Y, ¿cómo pueden recuperar los abuelos su valioso papel en el círculo familiar?
[Nota a pie de página]
a Debe reconocerse que en algunos casos de senilidad y problemas de salud graves, una residencia o asilo de ancianos con personal competente puede ser la solución más amorosa y práctica.
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¿Cuáles son algunos de los problemas?¡Despertad! 1995 | 8 de julio
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¿Cuáles son algunos de los problemas?
Abuelos, padres y nietos: tres generaciones separadas en edad por solo unos cuantos decenios, pero en espíritu a menudo por un abismo.
MUCHOS abuelos sufrieron los horrores de la II Guerra Mundial y sus devastadoras secuelas. Sus hijos seguramente vivieron su juventud durante los años sesenta, la época de los movimientos de protesta y de la prosperidad económica. Sus nietos habitan en un mundo carente de valores. Con los rápidos cambios que se producen actualmente en los modelos de conducta públicos, no es fácil para una generación inculcar en la siguiente aprecio por la experiencia de los mayores. Falta algo que impela a las diferentes generaciones a cooperar entre sí y respetarse mutuamente. ¿Qué puede ser?
Muchos abuelos bienintencionados se entrometen en los asuntos familiares de sus hijos casados, quejándose de que estos son o muy estrictos o muy blandos con los nietos. Por otro lado, como dice un proverbio español, “castigo de abuelos, no hace buenos nietos”, pues los abuelos tienden a ser indulgentes. Tal vez intervienen porque les gustaría que sus hijos evitaran ciertos errores que ahora perciben claramente gracias a su propia experiencia. Sin embargo, pudieran ser incapaces de revaluar e interpretar equilibradamente el cambio que ha tenido lugar en la relación con sus hijos casados. Estos han alcanzado al casarse la tan deseada independencia, y no están dispuestos a aceptar ninguna intromisión en su vida. Ahora que son ellos los que trabajan para mantener a la familia, no toleran que se pongan trabas a su derecho a tomar decisiones. Los nietos, quienes a veces creen que ya lo saben todo, se molestan cuando se les imponen reglas, y consideran a sus abuelos unos anticuados. En la sociedad moderna, los abuelos parecen haber perdido su encanto. Apenas se tiene en cuenta su experiencia.
Cuando cesa la conversación
Aun cuando vivan con sus hijos, a veces los abuelos están separados del resto de la familia por una barrera infranqueable de falta de entendimiento mutuo. Por desgracia, esto ocurre precisamente cuando los abuelos tienen más necesidad de cariño porque el peso de los años empieza a abrumarlos. No hay que estar solo para sentirse solo. Cuando cesa la conversación, y el respeto y el afecto son sustituidos por el paternalismo o la irritación, los abuelos se sienten totalmente desamparados y muy decepcionados. Les duele mucho que los traten así. El educador Giacomo Dacquino escribe: “El amor familiar, que alguien comparó recientemente a un modelo de auto pasado de moda, sigue siendo el mejor fármaco geriátrico. Una mirada comprensiva, una sonrisa amable, una palabra de ánimo o una caricia ayudan más que muchos medicamentos”. (Libertà di invecchiare [La libertad de envejecer].)
El ejemplo de los padres puede ser determinante
La tensión que generan las malas relaciones familiares también origina quejas constantes de una generación respecto a la otra. Quizás a un miembro de la familia le parece mal todo lo que hace otro. Pero todos se resienten de los efectos adversos. Los niños observan el trato que sus padres dan a los abuelos, así como las reacciones de estos. Aunque la mayor parte de los ancianos sufra en silencio, los nietos ven, oyen y recuerdan; de modo que tales vivencias moldearán sus patrones de conducta futuros. Cuando sean adultos, probablemente traten a sus padres como estos trataron a los abuelos. El principio bíblico: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará”, siempre se cumple. (Gálatas 6:7.)
Si los nietos ven a sus padres tratar a los abuelos con desdén —ridiculizándolos, mandándolos callar rudamente o incluso explotándolos—, cuando ellos crezcan tal vez traten a sus padres de igual modo. No basta con tener una foto enmarcada de los abuelos sobre un mueble: hay que respetarlos y amarlos. Los nietos imitarán esa actitud con el tiempo. Se dice que cada vez está más generalizado el maltrato de personas mayores. En algunos países europeos se han puesto en funcionamiento líneas telefónicas para acudir en ayuda de ancianos maltratados, algo parecido a lo que ya existe para la protección de menores.
El egoísmo, el orgullo y la falta de amor fomentan la incomprensión, circunstancia que está incrementando la cantidad de abuelos a quienes sus familiares internan en residencias de la tercera edad para deshacerse de ellos. Los que no reparan en gastos con tal de librarse de la carga de cuidar a los ancianos los envían a centros especializados que cuentan con el equipo tecnológico más avanzado, o bien a poblados construidos especialmente para jubilados, como los que se hallan en Florida o California (E.U.A.), provistos de una infinidad de supermercados e instalaciones recreativas, pero carentes de las sonrisas y caricias de los seres amados y los abrazos de los nietos. Es en la época de vacaciones principalmente cuando muchos buscan un lugar donde “estacionar” a los abuelos. En la India la situación es a veces mucho peor, pues hay quienes abandonan a los ancianos a su suerte.
Las dificultades para mantener relaciones familiares estrechas empeoran con el divorcio. Solo en una de cada cuatro familias británicas viven juntos ambos cónyuges. Los divorcios aumentan en todo el mundo. En Estados Unidos se divorcian más de un millón de parejas al año. De modo que los abuelos se encuentran súbitamente cara a cara con las crisis matrimoniales de sus hijos y los consecuentes cambios drásticos en la relación con los nietos. Al apuro de tener que tratar con un ex yerno o una ex nuera, se añade el problema “de la llegada repentina de nietos ‘adquiridos’” en caso de que, como indica el semanario italiano Corriere Salute, “la nueva pareja del hijo o la hija tenga niños de un anterior matrimonio”.
“Nos alegra la existencia”
Las relaciones afectuosas y tiernas con los abuelos, tanto si viven con el resto de la familia como si no, son muy beneficiosas para todos. “Hacer algo por nuestros hijos y nietos —dice Ryoko, una abuela de Fukui (Japón)—, nos alegra la existencia.” Los resultados de una investigación publicados en Corriere Salute, incluyen el siguiente comentario de un grupo de expertos estadounidenses: “Cuando abuelos y nietos tienen la dicha de disfrutar de una relación afectuosa e intensa, el beneficio es grande no solo para los niños, sino para toda la familia”.
¿Qué puede hacerse, entonces, para superar las diferencias personales, las brechas generacionales y las tendencias egoístas innatas que tanto perjudican las relaciones familiares? El siguiente artículo contesta esta pregunta.
[Comentario en la página 6]
“Lo terrible de envejecer es que ya no lo escuchen a uno.”—Albert Camus, escritor francés
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La convivencia con amor¡Despertad! 1995 | 8 de julio
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La convivencia con amor
Queridos abuelitos:
¿Están bien? Creo que yo me estoy resfriando.
Gracias por jugar conmigo el otro día y por llevarme al parque y a la piscina. Me divertí mucho.
El 11 de febrero del año que viene tenemos el concierto de la escuela. Si pueden, vengan otra vez, por favor.
Nos sentimos muy contentos cuando ustedes vienen, abuelitos.
Por favor, cuídense. Quiero que siempre estén bien. Pronto va a hacer frío. Tengan cuidado para que no se resfríen.
Tengo muchas ganas de que vuelvan a visitarnos y jueguen conmigo. Saludos a Yumi y a Masaki.
Mika (niña japonesa)
¿ALGUNA vez ha recibido una carta como esta de su nieto o nieta? En ese caso, seguro que le dio una gran alegría. Tales cartas evidencian una bonita y afectuosa relación entre abuelos y nietos. Pero, ¿qué se necesita para forjar, mantener y fortalecer este tipo de relación? Y, ¿cómo puede beneficiar a las tres generaciones?
El amor: “un vínculo perfecto de unión”
Roy y Jean, una pareja de abuelos británicos, dicen: “Los principios básicos, a nuestro parecer, son reconocer la jefatura y llevarse bien con amor”. Estos dos testigos de Jehová citaron el texto bíblico de Colosenses 3:14, que describe el amor cristiano como “un vínculo perfecto de unión”. El amor genera respeto, consideración, cariño y unidad familiar. Cuando papá llega a casa del trabajo, toda la familia corre a su encuentro para darle un caluroso recibimiento. Si hay amor en la familia, lo mismo ocurre cuando se recibe la visita de los abuelos. “¡Han llegado los abuelitos!”, exclama un niño con entusiasmo. Por la noche, todos se sientan a la mesa para cenar, y el abuelo, siguiendo la tradición local, ocupa el asiento reservado para él en la cabecera de la mesa. ¿Se imagina a sí mismo y a su familia en esta tierna escena? ¿Disfruta de esta bendición?
“La canicie es corona de hermosura”
Obviamente, el amor y el respeto a los abuelos debe mostrarse siempre, no solo en ocasiones especiales. Por eso es necesario educar constantemente a los niños. En la familia los pequeños aprenden a amar a los parientes y al prójimo en general, siguiendo la pauta fijada por los padres. El ejemplo de estos es fundamental, como mencionaron muchas personas entrevistadas. Un padre de Benín City (Nigeria) llamado Macaiah dice: “Creo que mi ejemplo al respetar a mis suegros también ha ayudado a mis hijos a ser humildes y respetuosos. Yo llamo a mis suegros ‘papá’ y ‘mamá’. Mis hijos oyen y ven que los respeto como a mis propios padres”.
Si los nietos no guardan el debido respeto a sus abuelos, estos pueden ofenderse, no tanto por la falta en sí, sino porque los padres no los corrigen. Demetrio, un abuelo de Roma (Italia), comenta: “Veo el amor que mi hija y mi yerno nos tienen por el modo como educan a nuestros nietos para que nos honren y nos respeten”. De vez en cuando puede darse el caso de que los nietos se tomen demasiadas confianzas con los abuelos, como si estos fueran meros compañeros de juego de su misma edad, o que los traten con aires de superioridad. Los padres tienen la responsabilidad de corregir tales tendencias. Un Testigo nigeriano de nombre Paul dice: “Hace como un año los niños empezaron a tratar despectivamente a mi madre. Cuando me di cuenta, les leí Proverbios 16:31: ‘La canicie es corona de hermosura’. Les recordé asimismo que la abuelita es mi madre, y que tal como me respetan a mí, también tienen que respetarla a ella. Además, estudié con ellos el capítulo 10 del libro Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera,a titulado ‘¿Qué piensas de tus padres?’. Ahora respetan a su abuela sin ninguna dificultad”.
Los beneficios de cultivar buenas relaciones familiares
El cariño mutuo se puede cultivar aun cuando los familiares vivan distantes unos de otros. Stephen, un abuelo nigeriano, cuenta: “Nos escribimos con cada uno de nuestros nietos. Es una tarea que exige mucho tiempo, pero el premio ha sido muy grande, pues mantenemos una relación íntima con ellos”. La labor de los padres al respecto es esencial. Otros se mantienen en comunicación por teléfono, dependiendo de las circunstancias.
Giuseppe, quien vive en la ciudad italiana de Bari y tiene once nietos, explica cómo cultiva una amistad cordial con sus parientes más cercanos: “Al presente, tres de las seis familias que componen mi ‘clan’ viven lejos. Pero eso no impide que tengamos buenas relaciones y agradables encuentros. Tenemos la costumbre de reunirnos los veinticuatro miembros de la familia al menos una vez al año”.
Cuando los abuelos viven solos, el trato con los familiares puede volverse muy impersonal si no se visitan, se llaman o se escriben con regularidad. Deben mostrarse afecto mutuo constantemente. Algunos abuelos que son de mediana edad o que gozan de buena salud, prefieren vivir solos mientras aún están fuertes y pueden valerse por sí mismos. No obstante, si se aíslan totalmente del resto de la familia, cuando necesiten más cariño tal vez no lo obtengan enseguida.
Un abuelo nigeriano llamado Michael ofrece otro consejo práctico: “Yo aplico la regla áurea que dio Jesús: hacer a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros. Por eso mis hijos me quieren tanto. Tenemos muy buena comunicación”. Añade: “Cuando alguno de mis nietos hace algo que me molesta, hablo con él o ella si es necesario. Pero si es algo que puedo pasar por alto, normalmente me olvido del asunto”.
Los regalos y gestos pequeños de parte de los abuelos producen una reacción positiva. Las palabras amables y animadoras, a diferencia de las quejas constantes, hacen placentera la vida familiar. Dedicar tiempo a los nietos, enseñarles juegos divertidos y pequeñas labores prácticas, y contarles historias bíblicas y anécdotas familiares crea recuerdos entrañables y duraderos. Estas cosas pequeñas pero importantes hacen la vida más agradable.
Beneficios del respeto mutuo
“Los abuelos —dice el doctor Gaspare Vella— no deben oponerse a la autoridad pedagógica de los padres o competir con ella.” Añade: “Si no, se extralimitan en su papel de abuelos y se convierten en abuelos-padres”. Este consejo está en armonía con lo que dicen las Escrituras: que la responsabilidad principal de educar a los hijos recae sobre los padres. (Proverbios 6:20; Colosenses 3:20.)
La experiencia que han adquirido a lo largo de la vida les facilita a los abuelos dar consejo. Sin embargo, deben tener cuidado de no dar sugerencias no deseadas y, en algunas ocasiones, inoportunas. Roy y Jean dicen: “Es importante entender que los padres son los principales responsables de la educación y disciplina de sus hijos. Unas veces podemos pensar que son muy severos, y otras, que no lo son lo suficiente. De ahí que sea necesario luchar contra la tentación de inmiscuirse”. Lo mismo opinan Michael y Sheena, otra pareja de abuelos británicos: “Si nuestros hijos nos piden consejo, se lo damos; pero no creemos que forzosamente deban aceptarlo, ni nos enfadamos si no lo hacen”. Es bueno que los ancianos tengan confianza en sus hijos casados. Cuando así sucede, mejoran las relaciones entre las tres generaciones.
Vivian y Jane, un matrimonio que vive con su hijo y su nuera en el sur de Inglaterra, procuran respaldar en todo momento la disciplina que estos imparten a sus nietos: “No tratamos de imponer nuestras ideas cuando nosotros pensamos de otra forma. Al darse cuenta de que apoyamos a su mamá y su papá, los niños ni siquiera intentan enfrentarnos contra ellos”. Aun en ausencia de los padres, los abuelos deben tener cuidado a la hora de disciplinar a los nietos. Harold, de Gran Bretaña, dice: “Si los abuelos creen que es necesario disciplinar a los niños en ausencia de los padres, deben haber tratado antes el asunto con estos”. Harold añade que normalmente basta con hablar a los nietos en tono bondadoso pero firme, o simplemente recordarles “lo que sus padres esperarían”.
Cuando un abuelo nigeriano de nombre Christopher observa alguna deficiencia en sus hijos, se abstiene de comentarla delante de los nietos. “Doy el consejo que estimo oportuno cuando estoy a solas con los padres”, dice. Los padres, a su vez, cumplen con su deber ocupándose de que se respete el papel de los abuelos. Carlo, un padre que vive en Roma (Italia), afirma: “Es muy importante no quejarse nunca de los fallos de los abuelos u otros familiares delante de los niños”. Una madre japonesa llamada Hiroko dice: “Cuando surge algún problema con mi familia política, hablo de ello primero con mi esposo”.
El papel educativo de los abuelos
Cada familia tiene su propia historia, costumbres y experiencias que la distinguen de las demás. Por lo general, los abuelos son el nexo con el pasado familiar. Un proverbio africano dice que “cada viejo que muere es una biblioteca que se quema”. Los abuelos transmiten los recuerdos de los antepasados y de los acontecimientos familiares importantes, así como los valores fundamentales que mantienen a las familias unidas. Sin tener en cuenta la dirección moral que da la Biblia, un experto dijo que “los jóvenes que no tienen memoria de su pasado familiar crecen sin la base de la experiencia que los ha precedido, privados de valores, indecisos e inseguros”. (Gaetano Barletta, Nonni e nipoti [Abuelos y nietos].)
A los nietos les gusta escuchar historias de los tiempos en que mamá, papá y otros familiares eran jóvenes. Mirar juntos un álbum de fotos puede ser muy instructivo y entretenido. ¡Cuánto afecto y ternura puede generarse cuando los abuelos relatan la historia de las escenas del pasado representadas en las fotografías!
Reg y Molly, dos abuelos británicos que son testigos de Jehová, cuentan: “Nos hace felices estar con los nietos y realizar actividades con ellos, sin entrometernos en su relación íntima con sus padres; contestamos sus muchas preguntas, jugamos con ellos, leemos juntos, les enseñamos a escribir, los escuchamos leer y seguimos su progreso escolar con tierno interés”.
Un grave error que cometen muchos abuelos y padres es el de preocuparse solo por el bienestar físico de los hijos y los nietos. Los últimos abuelos mencionados, Molly y Reg, dicen: “La mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos y nietos es la crianza en el conocimiento verdadero de la Palabra de Dios”. (Deuteronomio 4:9; 32:7; Salmo 48:13; 78:3, 4, 6.)
Cuando se obra en armonía con la enseñanza divina
La Santa Biblia, la Palabra de Dios, “ejerce poder” en las personas. Puede ayudarlas a controlar o eliminar características divisivas, como el egoísmo y el orgullo. (Hebreos 4:12.) Quienes ponen en práctica sus enseñanzas, por lo tanto, disfrutan de paz y unidad familiar. Uno de los muchos pasajes que ayuda a las tres generaciones a cerrar la brecha que pueda existir entre ellas es Filipenses 2:2-4, donde se anima a todos a manifestar amor y humildad mental, a mantener la unidad, “no vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás”.
Los hijos y los nietos que obran en armonía con la enseñanza divina toman muy en serio la exhortación de “seguir pagando la debida compensación a sus padres y abuelos” en sentido material, emocional y espiritual. (1 Timoteo 5:4.) El temor saludable a Jehová los impulsa a manifestar profundo respeto a los abuelos, pues recuerdan Sus palabras: “Ante canas debes levantarte, y tienes que mostrar consideración a la persona del envejecido, y tienes que estar en temor de tu Dios”. (Levítico 19:32.) Los abuelos manifiestan bondad al mirar por el bienestar de sus descendientes: “El que es bueno deja una herencia a los hijos de los hijos”. (Proverbios 13:22.)
Abuelos, padres y nietos, ya sea que vivan juntos o separados, pueden beneficiarse mutuamente de tener relaciones afectuosas fundadas en el amor y el respeto, como dice Proverbios 17:6: “La corona de los viejos son los nietos, y la hermosura de los hijos son sus padres”.
[Nota a pie de página]
a Publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
[Fotografía en la página 8]
Las reuniones de familia contribuyen a la unidad de sus miembros
[Fotografía en la página 9]
Los abuelos se animan con las cartas de los nietos
[Fotografía en la página 10]
Hojear un álbum de fotos de la familia con los nietos puede ser una experiencia enriquecedora
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