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Los últimos días... tiempo de siegaLa Atalaya 1988 | 1 de enero
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Juan nos dice lo que vio: “¡Miren!, una nube blanca, y sobre la nube alguien sentado semejante a un hijo del hombre, con una corona de oro sobre su cabeza y una hoz aguda en su mano”. (Revelación 14:14.) Como en la visión de Daniel, aquí se ve a Jesús sobre una nube y se le identifica como “alguien [...] semejante a un hijo del hombre”. Lleva la corona de la gobernación real, pero en su mano no tiene un cetro, sino la hoz de un segador. ¿Por qué?
6. ¿En qué obra ha de participar Jesús por mandato de Jehová al recibir su corona?
6 Juan continúa: “Y otro ángel salió del santuario del templo, clamando con voz fuerte al que estaba sentado sobre la nube: ‘Pon dentro tu hoz y siega, porque ha llegado la hora de segar, porque la mies de la tierra está cabalmente madura’”. Jesús, aunque Rey, todavía obedece instrucciones que se le transmiten desde Jehová en el “santuario del templo”. Por eso, cuando Jehová le da las instrucciones de participar en una obra de siega o cosecha durante los últimos días, él obedece. Jesús “metió su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada”. (Revelación 14:15, 16; Hebreos 9:24; 1 Corintios 11:3.)
7. a) ¿Qué es “la mies de la tierra”? b) ¿Cómo comenzó esta “siega”?
7 ¿Qué es “la mies de la tierra”? Es gente que sale de este sistema de cosas satánico para servir a Jehová y a Su Rey nombrado.
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Los últimos días... tiempo de siegaLa Atalaya 1988 | 1 de enero
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Pero entonces, según informa Juan, ve “una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero”. (Revelación 7:9-17.) De modo que la siega continúa a medida que muchas otras personas de “los pueblos, grupos nacionales y lenguajes” empiezan a servir a Jesús como Rey.
9. ¿Quiénes son estos nuevos, y qué otras profecías mencionan que aparecerían durante “la parte final de los días”?
9 Estos recién venidos esperan disfrutar de la vida en una Tierra paradisíaca bajo el Rey nombrado por Jehová. (Salmo 37:11, 29; 72:7-9.) La recolección de estos se predijo en varias otras profecías. Por ejemplo, Isaías predijo que en “la parte final de los días” las naciones afluirían a la casa de Jehová. (Isaías 2:2, 3.) Ageo profetizó un sacudimiento de las naciones durante el cual “las cosas deseables de todas las naciones tienen que entrar”. (Ageo 2:7.) Zacarías habló de “diez hombres de todos los lenguajes de las naciones” que se unirían al pueblo de Dios. (Zacarías 8:23.)
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