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  • En búsqueda de predicciones confiables
    La Atalaya 1999 | 15 de julio
    • En búsqueda de predicciones confiables

      POCO después de ascender al trono en el año 336 a.E.C., el rey macedonio que llegó a conocerse como Alejandro Magno visitó el oráculo de Delfos, en el centro de Grecia. Sus ambiciosos planes para el futuro eran nada menos que conquistar gran parte del mundo de aquel tiempo. Pero deseaba tener la garantía divina de que podría llevar a cabo aquella enorme empresa. Según la leyenda, el día que visitó Delfos no se podía consultar al oráculo. Dado que no quería partir sin una respuesta, Alejandro insistió y obligó a la pitonisa a pronunciar una predicción. Debido a su frustración, ella exclamó: “¡Eres invencible, hijo mío!”. El joven rey tomó sus palabras como un buen agüero y pensó que le esperaba una victoriosa campaña militar.

  • Por qué podemos confiar en las profecías bíblicas
    La Atalaya 1999 | 15 de julio
    • Por qué podemos confiar en las profecías bíblicas

      EL REY Pirro de Epiro, región situada en el noroeste de Grecia, había estado implicado en un conflicto con el Imperio romano durante mucho tiempo. Puesto que anhelaba desesperadamente saber en qué acabaría todo, fue a consultar el oráculo de Delfos. La respuesta que recibió podía interpretarse de dos maneras: 1) “Te digo que tú, hijo de Éaco, puedes vencer a los romanos. Irás, regresarás, nunca perecerás en la guerra”. 2) “Digo que los romanos pueden vencerte, hijo de Éaco. Irás, nunca regresarás, perecerás en la guerra.” Él prefirió entender el oráculo de la primera forma y, por lo tanto, emprendió la guerra contra Roma. Pirro sufrió una gran derrota.

  • Por qué podemos confiar en las profecías bíblicas
    La Atalaya 1999 | 15 de julio
    • El sello característico de los oráculos era su ambigüedad. En Delfos, por ejemplo, las respuestas constituían sonidos ininteligibles que los sacerdotes tenían que traducir, para lo que creaban versos que se prestaban a interpretaciones contradictorias. Un clásico ejemplo de ambigüedad es la respuesta que recibió Creso, rey de Lidia, cuando consultó al oráculo: “Si Creso cruza el Halis, destruirá un poderoso imperio”. De hecho, el “poderoso imperio” destruido fue el suyo. Cuando cruzó el río Halis para invadir Capadocia, sufrió la derrota a manos de Ciro el Persa.

  • Por qué podemos confiar en las profecías bíblicas
    La Atalaya 1999 | 15 de julio
    • EL ORÁCULO DE DELFOS

      fue el más famoso de la antigua Grecia.

      La pitonisa pronunciaba sus oráculos sentada sobre un trípode

      Unos vapores embriagadores conducían a la pitonisa al éxtasis

      Se creía que los sonidos que ella articulaba contenían revelaciones del dios Apolo

  • Por qué podemos confiar en las profecías bíblicas
    La Atalaya 1999 | 15 de julio
    • Las predicciones que se daban en el oráculo de Delfos no eran en absoluto confiables

      [Reconocimiento de la página 7]

      Delfos (Grecia)

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