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  • ¿Son útiles los consejos de la Biblia?
    La Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
    • Un astronauta, un avión, una científica, una familia y un hombre leyendo la Biblia

      ¿Son útiles los consejos de la Biblia?

      ALGUNOS AFIRMAN QUE NO. Un médico dijo que usar la Biblia para buscar guía era como usar un libro de texto de 1920 para dar una clase de Química. Alguien escéptico hasta podría preguntarle si usted consultaría el manual de una computadora obsoleta para saber cómo usar una nueva. En otras palabras, algunos piensan que la Biblia está irremediablemente desfasada.

      ¿Para qué querría alguien utilizar una guía tan antigua en un mundo tan moderno y tecnológico? Al fin y al cabo, existen muchos sitios de Internet y blogs que ofrecen constantemente consejos y recomendaciones. También hay programas de opinión y de entrevistas donde aparecen psicólogos expertos, gurús de estilo de vida y escritores. Y las editoriales nos inundan con libros de autoayuda, que alimentan una industria multimillonaria.

      Con tanta información actualizada al instante, ¿para qué recurrir a la Biblia, un libro que se escribió hace casi dos mil años? ¿Tendrán razón los escépticos al decir que la Biblia es como un libro de química desfasado o como el manual de una computadora obsoleta? A decir verdad, la comparación es errónea. La ciencia y la tecnología cambian muy rápido, pero ¿ha cambiado la naturaleza humana? Las personas siguen queriendo ser felices, sentirse seguras y tener vidas con sentido, familias unidas y buenos amigos.

      La Biblia, a pesar de ser tan antigua, habla de esas necesidades y muchas más. También afirma que ha sido inspirada por nuestro Creador. Ofrece consejos para todo aspecto de la vida y nos prepara para afrontar los desafíos más importantes (2 Timoteo 3:16, 17). Lo que es más, afirma que sus consejos son eternos, que nunca quedarán obsoletos. La Biblia misma dice: “La palabra de Dios es viva” (Hebreos 4:12).

  • La eterna sabiduría de la Biblia
    La Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
    • Personas de diferentes razas

      La eterna sabiduría de la Biblia

      IMAGÍNESE que está visitando un museo lleno de obras antiguas. Casi todas están agujereadas, desgastadas y erosionadas. A algunas les faltan fragmentos grandes. Sin embargo, hay una que está increíblemente intacta. Su intrincado diseño se percibe en todos los detalles. “¿Es más nueva que las demás?”, le pregunta al guía. “No —responde—, es una de las más antiguas y nunca ha sido restaurada”. “¿Ha estado siempre guardada en algún sitio?”, dice usted. “No —contesta de nuevo el guía—, esta es la que ha soportado los peores embates del viento y la lluvia, y ha sido objeto de muchos actos vandálicos”. Entonces usted quizás piense: “Pero ¿de qué está hecha?”.

      En cierto sentido, la Biblia es como esa sorprendente obra. Es un libro muy antiguo, más que la mayoría. Es verdad que existen otros escritos antiguos, pero al igual que esas desgastadas obras, muchos de ellos se han deteriorado con el paso del tiempo. Las afirmaciones de estos escritos sobre temas científicos, por ejemplo, han sido refutadas por nuevos conocimientos basados en hechos probados. Sus consejos sobre medicina parecen, con frecuencia, más peligrosos que beneficiosos. Y de muchos de esos escritos antiguos solo quedan fragmentos, pues algunas partes se han perdido o están muy dañadas.

      La Biblia, en cambio, es completamente diferente. Tiene más de tres mil quinientos años de antigüedad, pero permanece intacta. Y, aunque ha sufrido ataques constantes a lo largo de los siglos —ha sido quemada, proscrita y desprestigiada—, sus afirmaciones han salido ilesas. Lejos de quedar obsoleta por los nuevos conocimientos, la Biblia hace afirmaciones que demuestran que se adelantó mucho a su época (vea el recuadro “¿Anticuada, o adelantada para su tiempo?”).

      LOS VALORES QUE NECESITAMOS HOY

      Aun así, puede que usted se pregunte: “¿De verdad siguen siendo prácticos los consejos de la Biblia?”. Para hallar la respuesta, piense en los peores problemas que afronta la humanidad. ¿Cuáles son los más aterradores? Quizás piense en la guerra, la contaminación, la violencia o la corrupción. Ahora analice algunas enseñanzas básicas de la Biblia y, al hacerlo, pregúntese: “¿Estaría mejor el mundo si todos nos rigiéramos por estos valores?”.

      EL AMOR A LA PAZ

      “Felices son los pacíficos, puesto que a ellos se les llamará ‘hijos de Dios’” (Mateo 5:9). “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres” (Romanos 12:18).

      LA MISERICORDIA Y EL PERDÓN

      “Felices son los misericordiosos, puesto que a ellos se les mostrará misericordia” (Mateo 5:7). “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehováa los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes” (Colosenses 3:13).

      LA UNIDAD RACIAL

      Dios “hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra” (Hechos 17:26). “Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35).

      EL RESPETO POR NUESTRO PLANETA

      “Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara” (Génesis 2:15). Dios causará “la ruina de los que están arruinando la tierra” (Revelación [Apocalipsis] 11:18).

      ODIAR LA CODICIA Y LA INMORALIDAD SEXUAL

      “Guárdense de toda suerte de codicia, porque hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee” (Lucas 12:15). “Que la fornicación y la inmundicia de toda clase, o la avidez, ni siquiera se mencionen entre ustedes, tal como es propio de personas santas” (Efesios 5:3).

      LA HONRADEZ Y EL TRABAJO DURO

      “Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18). “El que hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga trabajo duro” (Efesios 4:28).

      AYUDAR A QUIENES LO NECESITAN

      “Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14). Debemos “cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación” (Santiago 1:27).

      La Biblia no se limita a enumerar estos valores, nos enseña a apreciarlos y a regirnos siempre por ellos. Si más personas los tuvieran, ¿no cree que eso tendría un efecto directo en los problemas más graves de la humanidad? A decir verdad, los consejos bíblicos son ahora más útiles y oportunos que nunca. Pero ¿qué puede hacer la Biblia por usted?

      ¿CÓMO PUEDE AYUDARLE LA BIBLIA HOY?

      El hombre más sabio de la historia dijo: “La sabiduría queda probada justa por sus obras” (Mateo 11:19). ¿No le parece lógico? La mejor manera de saber si un consejo es bueno es poniéndolo en práctica y viendo los resultados. Por eso, es normal que usted se pregunte: “Si la Biblia es útil de verdad, ¿no deberían sus consejos mejorar mi vida? ¿Realmente puede ayudarme a solucionar los problemas que tengo ahora mismo?”. Veamos un ejemplo.

      Dianab tenía una vida ocupada, feliz y gratificante, pero, de la noche a la mañana, sufrió una serie de pérdidas trágicas: su hija adolescente murió, su matrimonio se rompió y pasó por graves apuros económicos. Ella explica: “Ya no sabía ni quién era; me quedé sin hija, sin esposo y sin casa. Perdí todo: mi identidad, las fuerzas y la esperanza”.

      Diana comprendió, como nunca antes, la veracidad de estas palabras: “Los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que pasar rápidamente, y volamos” (Salmo 90:10).

      Para afrontar todas esas dificultades, Diana recurrió a la Biblia, y el resultado fue sorprendente. Como veremos en los siguientes tres artículos, muchas personas han comprobado que seguir los consejos de la Biblia para solucionar los problemas de la vida ha sido lo mejor que podían haber hecho. Se han dado cuenta de que la Biblia es como la obra que describimos al principio de este artículo. No se parece en nada a los incontables libros que, con el paso de los años, se quedan obsoletos.

  • 1. Nos ayuda a evitar problemas
    La Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
    • Una mujer que abusa del alcohol y luego analiza los principios bíblicos

      1. Nos ayuda a evitar problemas

      La Biblia afirma que sus consejos son inspirados y provechosos “para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas” (2 Timoteo 3:16). ¿Es eso verdad? Veamos cómo la sabiduría de la Biblia ha ayudado a la gente a evitar que algunos de los peores problemas de la vida se agraven.

      EL ABUSO DEL ALCOHOL

      Diana, mencionada en el artículo anterior, sintió que la ansiedad la estaba empujando a beber cada vez más. La Biblia no prohíbe el consumo moderado de bebidas alcohólicas, pero sí dice: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso” (Proverbios 23:20). El abuso del alcohol se asocia con problemas graves de salud, relaciones dañadas o rotas, y millones de muertes prematuras todos los años. Si las personas siguieran los sabios consejos de la Biblia, podrían evitarse muchas de esas consecuencias.

      Eso hizo Diana, quien ahora dice: “Me di cuenta de que la bebida no calmaba mi ansiedad. Puse en práctica el buen consejo de Filipenses 4:6, 7: ‘No se inquieten por cosa alguna, sino que [...] dense a conocer sus peticiones a Dios’. Todas las noches, cuando mis pensamientos iban a mil por hora, oraba a Jehová y le contaba cómo me sentía: mi rabia, mi dolor, mi desesperación... y le pedía que me ayudara a ser más positiva. Al día siguiente, hacía todo lo posible por dejar atrás esos sentimientos negativos. Orar a Jehová me ayudaba a concentrarme en lo que tenía y no en lo que no tenía. Decidí no volver a beber alcohol nunca más porque valoraba mucho la paz que había encontrado y no estaba dispuesta a perderla”.

      LA INMORALIDAD SEXUAL

      Hay pocas cosas que causen más dolor y sufrimiento que la inmoralidad sexual. Sin embargo, los principios bíblicos pueden evitarnos todo ese dolor porque tratan algunas de las causas, como el coqueteo inapropiado o la pornografía. Un hombre joven llamado Samuel comenta: “Coquetear era tan fácil... A veces, la otra persona ni siquiera me atraía, pero notaba que yo sí le gustaba, y eso lo hacía divertido”. Al final, como le acusaban tanto de coquetear, incluso cuando no era su intención, Samuel decidió hacerlo a propósito, pero le remordía la conciencia. Ahora dice: “Coquetear es dañino, hace que te vuelvas muy egoísta”.

      Samuel leyó un artículo para los jóvenes en el sitio de Internet jw.org. También pensó en Proverbios 20:11, que dice: “Hasta por sus prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta”. ¿Cómo le ayudó este consejo? Samuel se dio cuenta de que coquetear no era ni puro ni recto. Él añade: “Aprendí que quien actúa así terminará siendo un mal esposo. Me puse a pensar en lo que sentiría mi futura esposa si me viera coquetear con otra mujer. Eso hizo que me diera cuenta de que no es un hábito inofensivo. Que coquetear sea fácil no lo convierte en algo bueno”. Samuel cambió, y eso le ayudó a no caer en la inmoralidad.

      La situación de Antonio era aún más peligrosa: era adicto a la pornografía. Aunque amaba muchísimo a su esposa, caía vez tras vez en esta práctica. Reconoce que lo ayudó mucho el principio de 1 Pedro 5:8: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. Antonio explica: “Estamos rodeados de imágenes pornográficas, que pueden quedarse grabadas en la mente. Aquel versículo me ayudó a pensar en el origen de esas tentaciones. Tenía que lograr que mi mente asociara de manera automática esas imágenes sucias con su detestable originador. Ahora sé que solo Jehová puede ayudarme a ser sabio y a estar alerta para proteger mi mente, mi corazón y mi matrimonio”. Antonio recibió la ayuda que necesitaba y por fin logró dejar ese mal hábito. Gracias a eso, evitó problemas aún mayores.

  • 2. Nos ayuda a resolver los problemas
    La Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
    • Una mujer que se preocupa demasiado y que luego sale a pasear con sus hijos

      2. Nos ayuda a resolver los problemas

      A veces, hay problemas en la vida que persisten, quizás durante años; es posible que echen raíces antes de que nos demos cuenta. ¿Puede ayudarnos la Biblia a solucionar esos problemas que persisten y nos causan frustración? Veamos algunos ejemplos.

      LA PREOCUPACIÓN EXCESIVA

      Rosi comenta: “Me obsesionaba con algunos problemas porque no dejaba de darles vueltas y de imaginarme siempre lo peor”. ¿Qué textos bíblicos la ayudaron? Uno de ellos fue Mateo 6:34: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad”. Rosi dice que estas palabras de Jesús la ayudaron a dejar de preocuparse por lo que quizás suceda al día siguiente. Y añade: “Ya tenía bastantes problemas como para preocuparme por cosas que aún no habían sucedido y que posiblemente nunca sucederían”.

      Yasmín también sentía que ya no podía controlar su ansiedad. Cuenta: “Lloraba todas las semanas y algunas noches no podía dormir. Los pensamientos negativos me estaban consumiendo”. ¿Qué versículo de la Biblia la ayudó? Ella cita 1 Pedro 5:7, donde dice: “A la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes”. Yasmín añade: “Seguí orando a Jehová y, con el tiempo, él contestó mis oraciones. Sentí como si me hubieran quitado un gran peso de encima. Todavía tengo pensamientos negativos de vez en cuando, pero ahora sé cómo manejarlos”.

      POSTERGAR LAS COSAS

      Una mujer joven llamada Isabella dice: “Creo que la tendencia a postergar las cosas es hereditaria, porque mi padre también lo hace. A veces pospongo las cosas importantes simplemente para no hacer nada, para ver la televisión o descansar. Es una mala costumbre porque te estresas más y, al final, terminas haciendo las cosas mal”. Un principio bíblico que la ayudó a mejorar mucho es el de 2 Timoteo 2:15, que dice: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse”. Isabella confiesa: “No quería que Jehová se avergonzara de mi trabajo por esperar hasta el último momento”.

      Por otra parte, Kelly explica: “Cuando tenía un trabajo que entregar, lo dejaba para el último segundo. Entonces me ponía a llorar, dormía poco y me angustiaba. No me hacía ningún bien”. El consejo de Proverbios 13:16 la ayudó mucho: “El que es sagaz [o precavido] actúa con conocimiento, pero el que es estúpido disemina tontedad”. Ella cuenta lo que aprendió al meditar en ese versículo: “Es bueno ser precavido y hacer planes con antelación. Ahora tengo una agenda en el escritorio para programar mis actividades; me ayuda a estar organizada y a no dejarlo todo para el último minuto”.

      LA SOLEDAD

      “Mi esposo me abandonó y me dejó sola con cuatro niños pequeños”, relata Cristina. ¿Qué principio bíblico la ayudó? Proverbios 17:17 dice: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia”. Ella buscó el apoyo de otros siervos de Dios. ¿Cómo le fue? “Mis amigos me apoyaron de muchas maneras. Algunos nos llevaron comida y flores. Las tres veces que tuvimos que cambiarnos de casa, mis hijos y yo contamos con la ayuda de un grupo grande de amigos. Además, alguien me ayudó a encontrar trabajo. Mis amigos siempre estuvieron a mi lado”.

      Diana, mencionada antes, también se enfrentó a la soledad. Ella recuerda cómo se sintió después de todas las desgracias que le habían ocurrido: “Era como si la vida fuera una película que veía pasar ante mis ojos y yo fuera una simple espectadora. Me sentía muy sola”. Un texto bíblico que la ayudó fue Salmo 68:6: “Dios está haciendo morar en casa a los solitarios”. Diana explica: “Sabía que ese versículo no podía referirse únicamente a que Dios nos da una casa literal donde vivir. Comprendí que Dios nos ofrece un hogar espiritual, un lugar donde sentirnos realmente seguros, arropados y unidos a quienes aman a Jehová. Pero sabía que, para sentirme cerca de los demás, primero tenía que acercarme a Dios. El Salmo 37:4 me ayudó a darme cuenta de eso. Ahí dice: ‘Deléitate exquisitamente en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón’”.

      Diana termina diciendo: “Me di cuenta de que necesitaba aferrarme más a Jehová. No hay nadie mejor que él. Preparé una lista de las actividades que podía realizar en grupo para hacer amigos que tuvieran los mismos valores espirituales que yo. Aprendí a ver lo bueno en los demás y a pasar por alto sus defectos”.

      Por supuesto, quienes sirven a Dios siguen siendo imperfectos. Los testigos de Jehová también tenemos problemas, como todo el mundo. Pero quienes siguen las enseñanzas bíblicas se esfuerzan por ayudar a otros siempre que pueden. Así que tener a esa clase de personas como amigos es lo mejor.

  • 3. Nos ayuda a sobrellevar los problemas
    La Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
    • Una mujer llorando en un cementerio; una mujer en silla de ruedas escuchando el mensaje de la Biblia

      3. Nos ayuda a sobrellevar los problemas

      Hay problemas que por ahora no se pueden ni evitar ni resolver. Por ejemplo, si usted ha perdido a un ser querido o padece una enfermedad crónica, quizás no le quede más remedio que buscar formas de sobrellevar su dolor. ¿Puede ayudarnos la Biblia en estas circunstancias?

      LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS

      Rosa dice: “Tengo una enfermedad hereditaria que me genera un dolor agudo y constante. Mi calidad de vida se ha deteriorado muchísimo”. Una de sus mayores preocupaciones era que le costaba concentrarse cuando estudiaba la Biblia y temas bíblicos. Pero la reconfortaron mucho las palabras de Jesús registradas en Mateo 19:26: “Para Dios todas las cosas son posibles”. Rosa descubrió que hay más de una manera de estudiar. Como a veces casi no podía leer por el dolor, comenzó a escuchar grabaciones de la Biblia y de publicaciones bíblicas.a “Si no hubiera tenido esa opción —comenta—, no habría podido cuidar mi salud espiritual”.

      Cuando Rosa se siente triste por no poder hacer tanto como antes, la consuelan las palabras de 2 Corintios 8:12: “Si primero está allí la prontitud [o la buena disposición], es especialmente acepto según lo que tiene la persona, no según lo que no tiene”. Esto le recuerda que Dios está contento con lo que ella hace, porque hace todo lo que puede dentro de sus limitaciones.

      LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO

      Diana, ya mencionada, recuerda: “La muerte de mi hija, de solo 18 años, fue tan dolorosa que pensé que no podría seguir viviendo. Nada volvería a ser igual”. A Diana la animó mucho el Salmo 94:19, donde el salmista cantó a Dios: “Cuando mis pensamientos inquietantes llegaron a ser muchos dentro de mí, tus propias consolaciones empezaron a acariciar mi alma”. Ella agrega: “Le pedí a Jehová que me ayudara a encontrar alguna actividad que calmara mi dolor”.

      Diana se dedicó a trabajar de voluntaria en una obra que le produjo mucha satisfacción. Con el tiempo, llegó a verse como los crayones de colores que usan los niños para pintar: hasta los que están rotos sirven para colorear. Ese también era su caso: aunque se sentía como esos crayones rotos, todavía podía ayudar a otros. Ella explica: “De repente me di cuenta de que, cuando yo consolaba a mis estudiantes de la Biblia con principios y razonamientos bíblicos, Jehová también me estaba consolando a mí”. Se hizo una lista de personajes bíblicos que pasaron por períodos de angustia. ¿Qué descubrió? “Todos ellos fueron personas de oración”. También aprendió que “si no abres la Biblia, no obtendrás ninguna respuesta”.

      Pero la Biblia le ha enseñado a Diana algo más: a concentrarse en el futuro y no en el pasado. La anima mucho la esperanza que aparece en Hechos 24:15: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos”. ¿Realmente cree que Jehová resucitará a su hija? Dejemos que ella responda: “Estoy segura de que veré a mi hija. Mi Padre celestial ya tiene apuntada en su ‘agenda’ la fecha de nuestro reencuentro. Puedo verme con ella en nuestro jardín con la misma claridad con la que recuerdo la ternura que sentí cuando la vi el día que nació”.

      a Muchas de esas grabaciones están disponibles en el sitio de Internet jw.org.

      La Biblia puede darnos consuelo incluso en los peores momentos

      ¿CÓMO PUEDE AYUDARNOS DIOS?

      La respuesta de la Biblia es muy sencilla: “Jehová está cerca de todos los que lo invocan, de todos los que lo invocan en apego a la verdad. Ejecutará [o cumplirá] el deseo de los que le temen, y oirá su clamor por ayuda, y los salvará” (Salmo 145:18, 19). ¡Qué palabras tan conmovedoras! Pero ¿cómo nos contesta Dios cuando le suplicamos que nos ayude?

      DÁNDONOS FUERZAS

      Los problemas pueden desanimarnos y agotarnos física, emocional y espiritualmente (Proverbios 24:10). Pero Jehová “está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía” (Isaías 40:29). El apóstol Pablo, que aguantó pruebas muy duras, dijo: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder” (Filipenses 4:13). Dios lo fortaleció mediante su espíritu santo y lo mismo puede hacer por usted si se lo pide (Lucas 11:13).

      DÁNDONOS SABIDURÍA

      ¿Qué puede hacer usted si necesita ayuda para entender y seguir un consejo bíblico? El discípulo Santiago escribió: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos, y sin echar en cara; y le será dada” (Santiago 1:5). Para actuar en conformidad con sus oraciones, usted debe leer la Biblia y poner en práctica sus enseñanzas (Santiago 1:23-25). Si lo hace, comprobará lo sabios que son sus consejos.

      DÁNDONOS PAZ

      Incluso si usted pasa por momentos de profunda ansiedad, Jehová puede ayudarlo a estar tranquilo. Su Palabra dice: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:6, 7). ¿Por qué no le pide a Jehová que le dé paz?

      Pero ¿y si sus problemas no se resuelven enseguida? No piense que Dios se ha olvidado de usted. De hecho, cuando los problemas persisten, Jehová puede darnos las fuerzas y el valor que necesitamos para aguantar (1 Corintios 10:13). Además, la Biblia promete que llegará el día en el que todos nuestros problemas desaparecerán para siempre.

  • La Biblia y nuestro futuro
    La Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
    • Una mujer lee la Biblia en el tren

      La Biblia y nuestro futuro

      IMAGINE que va caminando de noche por una senda oscura. Aunque hace un rato que se ocultó el Sol, no se siente completamente perdido porque lleva en la mano una potente linterna. Cuando la apunta hacia abajo, ve con claridad lo que tiene justo delante. Y, cuando la apunta hacia el frente, su intensa luz ilumina un largo tramo del camino.

      En varios sentidos, la Biblia es como esa linterna. Tal como vimos en los artículos anteriores, la Palabra de Dios nos ayuda a afrontar lo que tenemos justo ante nosotros: los problemas cotidianos que todos encaramos en este mundo impredecible. Pero logra algo más. También ilumina nuestro futuro, pues nos permite ver la senda que nos conduce a la felicidad permanente y nos ayuda a seguirla (Salmo 119:105). ¿Cómo lo hace?

      Veamos dos maneras prácticas como la Biblia nos ayuda a tener un futuro mejor: 1) Dándole sentido a nuestra vida y 2) enseñándonos a cultivar una amistad eterna con el Creador.

      1. UNA VIDA CON SENTIDO

      La Biblia nos ofrece buenos consejos para hacer frente a los problemas, pero es mucho mejor que un simple libro de autoayuda. Nos enseña a no pensar solo en nuestras preocupaciones, sino también en las de los demás. Si lo hacemos, tendremos una vida con sentido.

      Piense, por ejemplo, en este principio bíblico: “Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20:35). ¿Alguna vez ayudó a alguien que tenía problemas económicos? ¿O escuchó con atención a un amigo que necesitaba desahogarse? ¿Verdad que se sintió bien al alegrarle el día a otra persona?

      Cuando damos algo desinteresadamente, somos más felices. Un escritor señaló: “Es casi imposible dar de nosotros mismos a otros sin recibir más de lo que damos, siempre y cuando lo hagamos sin esperar nada a cambio”. Pero, cuando nos sacrificamos por los demás—en particular por los que no pueden devolvernos el favor—, sí recibimos algo a cambio. Tenemos el privilegio de colaborar estrechamente con el mismísimo Creador, quien se considera en deuda con nosotros por nuestros actos de bondad (Proverbios 19:17). Dios valora mucho lo que hacemos por los demás y promete pagárnoslo con algo tan maravilloso como la vida eterna en un paraíso en la Tierra. ¡Qué magnífica esperanza! (Salmo 37:29; Lucas 14:12-14).a

      Sin embargo, la Biblia nos enseña que para darle auténtico sentido a nuestra vida tenemos que adorar al único Dios verdadero, Jehová. Su Palabra nos anima a alabarlo, honrarlo y obedecerlo como él se merece (Eclesiastés 12:13; Revelación 4:11). Cuando lo hacemos, logramos algo extraordinario: alegramos al Creador. De hecho, él nos lo pide: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón” (Proverbios 27:11). ¿Había pensado en esto alguna vez? Al tomar buenas decisiones siguiendo los consejos de la Biblia, alegramos a nuestro cariñoso Padre celestial. ¿Por qué? Porque él se preocupa por nosotros y quiere que sigamos sus consejos para que nos vaya bien (Isaías 48:17, 18). ¿Puede haber algo que dé más sentido a nuestra vida que adorar al Soberano del universo y alegrar su corazón?

      2. NUESTRA AMISTAD CON EL CREADOR

      La Biblia también nos enseña cómo podemos ser amigos de nuestro Creador. Por ejemplo, dice: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:8). Quizá nos cueste creer que podemos ser amigos del Creador todopoderoso. Pero la Biblia nos asegura que, si buscamos a Dios, lo hallaremos, porque “no está muy lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:27). Seguir el consejo bíblico de hacernos amigos de Dios es una manera muy práctica de prepararnos para el futuro. ¿Por qué?

      Piense en esto: por más que lo intentemos, no podemos escapar de la muerte, nuestro mayor enemigo (1 Corintios 15:26). Sin embargo, Dios es eterno. Él nunca morirá y quiere que sus amigos también vivan para siempre. Jehová expresa sus deseos para quienes lo buscan con estas sencillas y hermosas palabras: “Vivan para siempre los corazones de ustedes” (Salmo 22:26).

      ¿Y cómo puede usted cultivar una amistad eterna con Dios? Continúe aprendiendo sobre él en las páginas de su Palabra, la Biblia (Juan 17:3; 2 Timoteo 3:16). Pídale ayuda para entenderla. La Biblia nos asegura que, si seguimos pidiendo sabiduría a Dios de todo corazón, él nos la daráb (Santiago 1:5). Y, por último, esfuércese por poner en práctica lo que aprenda; de ese modo, la Palabra de Dios será “una lámpara” que ilumine sus pasos ahora y “una luz” que alumbre su camino para siempre (Salmo 119:105).

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