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Aspectos sobresalientes del año pasadoAnuario de los testigos de Jehová 2005
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Los hermanos de Haití enfrentan pruebas
A lo largo del año 2004, la nación insular de Haití experimentó disturbios políticos, violencia, falta de artículos de primera necesidad y una inflación galopante.
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Aspectos sobresalientes del año pasadoAnuario de los testigos de Jehová 2005
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La sucursal de Haití se mantenía al corriente de los acontecimientos a fin de suministrar instrucciones a las congregaciones. Por citar un ejemplo: dado que la violencia no dejaba de aumentar en la capital, Puerto Príncipe, el Comité de Sucursal aconsejó a los ancianos que adelantaran un día las reuniones programadas para el domingo 29 de febrero. Tal recomendación fue muy oportuna, pues ese mismo día, el asediado presidente haitiano dimitió y escapó al exilio. “Reinaba el caos en la capital, se oían disparos por todas partes”, señaló un parte de prensa. La sucursal informa: “Nadie podía imaginarse lo que iba a pasar. Ir a las reuniones ese domingo hubiera sido imposible. Gracias a Jehová, nuestros hermanos no corrían peligro”.
Durante ese inestable período, tanto la policía como el ejército rebelde y los asaltantes montaban controles de carretera, y el gobierno declaró el toque de queda durante la noche. Pero antes de que dicha medida se pusiera en práctica, las congregaciones ya habían modificado los horarios de las reuniones para poder regresar a sus hogares sin problemas antes de que oscureciera. De hecho, en muchas congregaciones aumentó la asistencia.
Los hermanos también seguían ocupados en el ministerio del campo, lo que impresionó a los vecinos. “Ver a los Testigos ahí fuera predicando como siempre resulta tranquilizador”, comentaron algunos. Claro está, los publicadores extremaban la cautela y se mantenían al tanto de cuáles eran las zonas seguras.
Nuestra identidad cristiana: una protección
La sucursal de Haití informa: “Ser bien conocidos en el vecindario y tener la reputación de ser neutrales en cuestiones políticas ha protegido a muchos de nuestros hermanos, pues ha impedido que fueran golpeados y asaltados”. Por ejemplo, grupos de matones armados pararon en tres controles de carretera a una pareja de misioneros. Estos hicieron dos cosas: se identificaron como testigos de Jehová y oraron en silencio y en voz alta. En las tres ocasiones, alguien salió en su defensa diciendo que los Testigos eran gente buena y que no se metían en política. La pareja llegó sana y salva a su casa.
Varios grupos armados detuvieron también a miembros de la familia Betel. Al igual que los misioneros, los hermanos se identificaron como Testigos y luego oraron, con idéntico resultado. Una vez, un asaltante dijo: “¡Vayan en paz, y recen por nosotros!”. A otro betelita lo detuvieron en un control de la policía porque los agentes querían registrar su vehículo en busca de armas. “Las únicas armas que llevo conmigo son la Biblia y las revistas La Atalaya y ¡Despertad!”, explicó. Los agentes sonrieron y le indicaron que siguiera adelante. A partir de entonces reconocían su automóvil a lo lejos y lo dejaban pasar sin hacerle preguntas.
Según la sucursal, las cosas se calmaron un poco en los siguientes meses. Sin embargo, los problemas continuaban y la tensión no desaparecía, de ahí que los hermanos no dejaran de tomar precauciones.
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