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¡Un Dios feliz, un pueblo feliz!La Atalaya 1987 | 15 de marzo
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La felicidad es una meta que la mayoría de la gente nunca alcanza. No obstante, existe un pequeño grupo de personas para quienes la felicidad es un modo de vivir. ¿Cuál es la clave de esa felicidad? ¡La adoración verdadera! Los Salmos nos convencen de que Jehová es un Dios feliz y, por lo tanto, podemos ser felices si lo adoramos. Como prueba de esto, veamos el Libro Quinto de los Salmos, es decir, los Salmos 107 a 150.
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¡Un Dios feliz, un pueblo feliz!La Atalaya 1987 | 15 de marzo
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Los Salmos patentizan esta verdad: Para ser verdaderamente felices, necesitamos una buena relación con Jehová. De ese modo, la entera meta del pueblo de Dios y el propósito de nuestra existencia pueden resumirse en la invitación final del salmista: “Toda cosa que respire [...] alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!”. (Salmo 150:6.)
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