“Y vi lo que parecía ser un mar vítreo mezclado con fuego, y, de pie al lado del mar vítreo, a los que salen victoriosos de la bestia salvaje y de su imagen y del número de su nombre, y estos tenían arpas de Dios”. (Revelación 15:2.)

Tienen “arpas de Dios”, y por lo tanto los asociamos con los 24 ancianos y los 144.000, puesto que estos grupos también cantan acompañados por arpas. (Revelación 5:8; 14:2.) Los cantantes a quienes Juan ve “salen victoriosos de la bestia salvaje y de su imagen y del número de su nombre”. Por eso, tienen que ser aquellos de los 144.000 que viven en la Tierra durante los últimos días. Como grupo, estos ciertamente salen victoriosos. Por unos 90 años desde 1919 han rehusado aceptar la marca de la bestia salvaje o acudir a su imagen como la única esperanza del hombre para la paz. Muchos de ellos ya han perseverado en fidelidad hasta la muerte, y no hay duda de que estos, ahora en el cielo, siguen con deleite especial el canto de sus hermanos que todavía están en la Tierra. (Revelación 14:11-13.)

7. ¿Cómo se usaba el arpa en el Israel antiguo, y cómo debe afectarnos la presencia de arpas de Dios en la visión de Juan?

⁷ Estos vencedores leales tienen arpas de Dios. En esto son como los levitas del templo de la antigüedad, quienes adoraban a Jehová con canción y acompañamiento de arpas. Algunos también profetizaban con acompañamiento de arpa. (1 Crónicas 15:16; 25:1-3.) Los hermosos acordes del arpa embellecían los cánticos de gozo y las oraciones de alabanza y acción de gracias de Israel a Jehová. (1 Crónicas 13:8; Salmo 33:2; 43:4; 57:7, 8.) En tiempos de abatimiento o cautiverio no se oía el arpa. (Salmo 137:2.) La presencia de arpas de Dios en esta visión debe llenarnos del deseo de cantar una gozosa canción de victoria en alabanza y acción de gracias a nuestro Diosa.