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  • Cristo dirige activamente a Su congregación
    La Atalaya 1987 | 1 de agosto
    • Cristo dirige activamente a Su congregación

      “El Dios de nuestro Señor Jesucristo [...] lo hizo cabeza sobre todas las cosas en cuanto a la congregación.” (EFESIOS 1:17, 22.)

      1. ¿Cómo contestarían la pregunta: ‘¿Quién es su caudillo?’ algunos miembros de las iglesias de la cristiandad, pero cómo contestan los testigos de Jehová?

      LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ no reconocen a ningún hombre como caudillo. En la estructura de su organización no hay nadie que equivalga al papa de la Iglesia Católica Romana, a los patriarcas de las Iglesias Ortodoxas orientales, ni a los líderes de otras iglesias y sectas de la cristiandad. Son leales a Jesucristo, el Cabeza de la congregación cristiana, quien declaró: “Su Caudillo es uno, el Cristo”. (Mateo 23:10.)

      2. ¿Por qué reconocen a Cristo como el Cabeza de la congregación cristiana los testigos de Jehová?, pero ¿qué preguntas pudieran hacerse?

      2 En el Pentecostés el apóstol Pablo testificó: “David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies”’. Por lo tanto, sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero”. (Hechos 2:34-36.) Pero, aunque reconocemos que en 33 E.C. Jesús fue hecho Señor y Cabeza de la congregación, ¿tendemos a pensar que él ha estado sentado pasivamente a la diestra de Jehová, esperando su entronización en 1914? ¿Estamos plenamente al tanto de que desde el mismo principio Cristo ha estado dirigiendo activamente a su congregación?

      Medio divino de gobernar activamente

      3. ¿Qué prometió enviar Jesús a sus discípulos, y cómo sabemos que no se refería a una persona?

      3 La noche antes de su muerte, Jesús dijo a sus discípulos fieles: “Es para provecho de ustedes por lo que me voy. Porque si no me voy, el ayudante de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, lo enviaré a ustedes”. (Juan 16:7.) Iba a enviar, no a una persona, sino una fuerza activa. Hizo esto explícito precisamente antes de ascender al cielo, cuando dijo a sus discípulos reunidos: “Envío sobre ustedes lo que está prometido por mi Padre. Ustedes, sin embargo, permanezcan en la ciudad hasta que lleguen a estar revestidos de poder desde lo alto”. (Lucas 24:49.)

      4. ¿Cómo fue utilizado el espíritu santo desde el Pentecostés en adelante?

      4 Los discípulos fieles de Jesús permanecieron en el área de Jerusalén hasta el Pentecostés. Aquel día “se llenaron de espíritu santo”, como se había prometido. Pedro testificó: “Debido a que [Jesús] fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen”. (Hechos 2:4, 33.) Así Jehová engendró a aquellos primeros cristianos como hijos espirituales suyos. (Gálatas 4:6.) También, Jesús recibió el espíritu de su Padre como medio de gobernar activamente a su congregación en la Tierra desde su posición celestial a la diestra de Dios.

      5, 6. a) ¿Qué otro medio se le ha dado a Cristo para gobernar a su congregación en la Tierra? b) Dé ejemplos específicos de cómo Jesús usó este medio o instrumento a favor de sus discípulos y en apoyo de la predicación.

      5 Además, el apóstol Pablo escribió lo siguiente acerca de Jesús: “Él está a la diestra de Dios, porque siguió su camino al cielo; y ángeles y autoridades y poderes fueron sujetados a él”. (1 Pedro 3:22.) Por lo tanto, los ángeles son otro medio que Jehová puso a la disposición de Cristo para dirigir activamente a la congregación cristiana.

      6 Por consiguiente, cuando leemos en el libro de Hechos que “el ángel de Jehová” o “un ángel de Dios” obró en apoyo de la obra de predicar cristiana o intervino a favor de los miembros de la congregación cristiana, podemos estar seguros de que aquellos ángeles actuaron bajo la supervisión de Cristo Jesús. (Hechos 5:19; Hch 8:26; Hch 10:3-7, 22; Hch 12:7-11; Hch 27:23, 24.) Como “Miguel el arcángel”, Cristo tiene ángeles a su mando, y los utilizó para dirigir activamente a la congregación cristiana en el primer siglo E.C. (Judas 9; 1 Tesalonicenses 4:16.)

      Un cuerpo gobernante visible

      7. ¿Qué otro medio utilizó Cristo para dirigir a su congregación, y qué textos bíblicos hablan de este “puesto de superintendencia”?

      7 Las Escrituras también indican que Jesucristo utilizó a un grupo de hombres como cuerpo gobernante o junta administrativa para dar dirección a su congregación en la Tierra. Para comenzar, parece que este cuerpo gobernante estuvo compuesto de solo los 11 apóstoles. Cuando procuraban conocer la voluntad de Jehová respecto al reemplazo de Judas Iscariote, Pedro citó Salmo 109:8, que declara: “Su puesto de superintendencia tómelo otro”. Entonces, en su oración a Jehová, Pedro y sus compañeros le pidieron a Dios que designara al hombre que habría de ‘tomar el lugar de este ministerio y apostolado, del cual Judas se desvió’. Matías fue nombrado para servir “junto con los once apóstoles”. (Hechos 1:20, 24-26.)

      8. ¿Qué dos ejemplos de los comienzos muestran que Cristo utilizó a los miembros del cuerpo gobernante visible?

      8 El primer caso registrado del ejercicio de este “puesto de superintendencia” por los 12 apóstoles como cuerpo gobernante fue cuando nombraron a hombres que estaban capacitados espiritualmente para servir a sus hermanos dentro de la congregación primitiva. (Hechos 6:1-6.) El segundo caso fue cuando Felipe empezó a predicar acerca de Cristo a los samaritanos. Como resultado de esto, “los apóstoles que estaban en Jerusalén [...] les despacharon a Pedro y a Juan”. Solo después que estos miembros representativos del cuerpo gobernante impusieron las manos a los samaritanos ‘empezaron a recibir espíritu santo ellos’. (Hechos 8:5, 14-17.)

      La dirección personal de Cristo

      9. ¿Actuó siempre Cristo mediante ángeles o el cuerpo gobernante? Dé un ejemplo.

      9 Así, desde los mismísimos comienzos de la congregación cristiana Cristo tuvo a su disposición el espíritu santo, a ángeles y a un cuerpo gobernante visible para dirigir activamente a sus discípulos en la Tierra. A veces hasta actuó personalmente. Por ejemplo, Cristo convirtió personalmente a Saulo de Tarso. (Hechos 9:3-6.) Tres días después Jesús habló directamente a “cierto discípulo” llamado Ananías. Jesús le reveló la misión de tres aspectos que tenía para Saulo, al declarar: “Este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel”. (Hechos 9:10-15.) Cristo llamó a Saulo para una obra particular. Así, Saulo llegó a ser un apóstol, o un enviado, mejor conocido como el apóstol Pablo.

      10. ¿Cómo supervisó personalmente Cristo la obra de predicar?

      10 Cristo supervisó la predicación personalmente. Mediante el espíritu santo recibido de su Padre, Jehová, dio comienzo a los viajes misionales de Pablo y se interesó personalmente en ellos. Leemos: “El espíritu santo dijo: ‘De todas las personas apártenme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado’. [...] Por consiguiente, estos hombres, enviados por el espíritu santo, bajaron a Seleucia, y de allí se embarcaron” en el primer viaje misional. (Hechos 13:2-4.) Por supuesto, el espíritu santo, la fuerza activa de Jehová, no podía ‘decir’ nada ni ‘enviar’ a nadie por sí mismo. Obviamente el que utilizó al espíritu para dirigir lo que acontecía fue Cristo, el Cabeza de la congregación.

      11. ¿Qué sucedió durante el segundo viaje misional de Pablo, y cómo muestra esto claramente que Jesús utilizó el espíritu para dirigir la predicación?

      11 En el relato del segundo viaje misional de Pablo se muestra claramente este uso del espíritu por Jesús al dirigir activamente a los primeros cristianos. Parece que después de haber revisitado congregaciones de Licaonia (una región de Asia Menor) fundadas durante la primera gira misional, Pablo y sus compañeros de viaje tenían la intención de dirigirse hacia el oeste por la provincia romana de Asia. ¿Por qué no hicieron lo que habían planeado? “Porque el espíritu santo les había prohibido hablar la palabra en el distrito de Asia.” (Hechos 15:36, 40, 41; 16:1-6.) Pero ¿quién utilizaba el espíritu santo de Jehová para guiarlos? El versículo siguiente contesta. Muestra que cuando se dirigieron hacia el norte, con la intención de predicar en Bitinia, “el espíritu de Jesús no se lo permitió”. (Hechos 16:7.) Sí, Jesucristo estaba empleando el espíritu que había recibido de su Padre para dirigir activamente la predicación. Él y su Padre Jehová deseaban que las buenas nuevas se esparcieran en Europa, de modo que Pablo recibió una visión que indicaba eso. (Hechos 16:9, 10.)

      Cristo respaldó a los miembros del cuerpo gobernante

      12, 13. Al tiempo de la primera visita de Pablo a Jerusalén como cristiano, ¿qué suceso mostró que Cristo respaldaba las decisiones que tomaban los hermanos responsables de aquella ciudad?

      12 Cuando el apóstol Pablo por primera vez se comunicó con los discípulos en Jerusalén, ellos, como fácilmente se puede entender, vacilaron en cuanto a reunirse con él. “De modo que Bernabé vino en socorro de él y lo condujo a los apóstoles.” (Hechos 9:26, 27.) Pablo pasó 15 días con el apóstol Pedro. También conoció al medio hermano de Jesús, Santiago, que para entonces era uno de los ancianos de la congregación de Jerusalén. (Gálatas 1:18, 19.) Pasajes subsiguientes de Hechos muestran que los ancianos de Jerusalén llegaron a ser parte del cuerpo gobernante de la congregación cristiana primitiva, junto con los 12 apóstoles. (Hechos 15:2; 21:18.)

      13 Pablo testificó a los judíos de habla griega durante las dos semanas que pasó en Jerusalén, pero “éstos hicieron esfuerzos por eliminarlo”. Lucas añade que “cuando los hermanos descubrieron esto, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso”. (Hechos 9:28-30.) Pero ¿quién estuvo detrás de aquella sabia decisión? Años después, cuando estuvo relatando este mismo episodio de su vida, Pablo dijo que Jesús se le había aparecido y le había dado la instrucción de salir rápidamente de Jerusalén. Cuando Pablo objetó, Jesús señaló: “Ponte en camino, porque yo te enviaré a naciones lejanas”. (Hechos 22:17-21.) Desde el cielo Cristo seguía cuidadosamente lo que estaba sucediendo, y actuó tanto por medio de los hermanos responsables de Jerusalén como directamente al hablar a Pablo.

      14. ¿Qué comparación entre los relatos de Hechos y Gálatas muestra que Cristo dirigió los asuntos relacionados con la reunión del cuerpo gobernante acerca de la circuncisión?

      14 De manera similar, una lectura cuidadosa de las Escrituras muestra con claridad que Cristo estuvo detrás de la importante reunión del cuerpo gobernante que se celebró para resolver la cuestión de si los cristianos gentiles deberían someterse a la circuncisión y a la Ley de Moisés o no. El libro de Hechos declara que cuando surgió aquella cuestión, “ellos [sin duda, los miembros responsables, o ancianos, de la congregación de Antioquía], hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a los apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa”. (Hechos 15:1, 2.) Pero cuando Pablo relata las circunstancias que condujeron a que él fuera a Jerusalén para ver resuelta la cuestión de la circuncisión, declara: “Subí como resultado de una revelación”. (Gálatas 2:1-3; compárese con Gál 1:12.) Como Cabeza activo de la congregación, Cristo quería que este importante asunto doctrinal fuera resuelto por el entero cuerpo gobernante visible. Mediante espíritu santo, guió la mente de aquellos hombres devotos cuando tomaron su decisión. (Hechos 15:28, 29.)

      Una decisión extraña

      15, 16. a) ¿Qué requirió de Pablo el cuerpo gobernante tras de su regreso del tercer viaje misional? b) ¿Por qué pudiera parecer raro que le dieran esta instrucción, y por qué la siguió Pablo? c) ¿Qué pregunta surge?

      15 Otro ejemplo interesante de cómo Cristo dirige activamente los asuntos desde el cielo es lo que aconteció después de la tercera gira misional de Pablo. Lucas relata que Pablo, al regresar a Jerusalén, dio un informe completo a los miembros del cuerpo gobernante que allí se hallaban. Lucas escribió: “Pablo entró con nosotros a ver a Santiago; y estaban presentes todos los ancianos. Y él los saludó y se puso a hacerles un relato detallado de las cosas que Dios había hecho entre las naciones mediante su ministerio”. (Hechos 21:17-19.) Después de escuchar a Pablo, el cuerpo reunido le dio instrucciones claras, diciendo: “Haz esto que te decimos”. Le ordenaron ir al templo y demostrar públicamente que no estaba “enseñando a todos los judíos entre las naciones una apostasía contra Moisés, diciéndoles que ni circunciden a sus hijos ni anden en las costumbres solemnes”. (Hechos 21:20-24.)

      16 Pudiera parecer cuestionable lo prudente de aquella instrucción. Como hemos visto, años antes Santiago y quizás otros ancianos que estuvieron presentes en ambas ocasiones habían hecho que Pablo saliera de Jerusalén porque los “judíos de habla griega” eran una amenaza para la vida de Pablo. (Hechos 9:29.) A pesar de esto, Pablo obedeció la orden, en armonía con lo que ya había dicho en 1 Corintios 9:20. Pero causas semejantes producen efectos similares. “Judíos de [la provincia romana de] Asia” causaron un alboroto y trataron de matar a Pablo. Pero la rápida acción de los soldados romanos lo salvó de que lo mataran. (Hechos 21:26-32.) Puesto que Cristo es el Cabeza activo de la congregación, ¿por qué hizo que el cuerpo gobernante requiriera que Pablo entrara en el templo?

      17. ¿Cómo resultó providencial aquella extraña decisión, y qué indica esto?

      17 Lo que ocurrió la segunda noche después del arresto de Pablo nos da la respuesta. Él había dado un excelente testimonio a la chusma que procuraba matarlo y, el día siguiente, al Sanedrín. (Hechos 22:1-21; 23:1-6.) Por segunda vez, poco faltó para que lo mataran. Pero aquella noche Jesús se le apareció y le dijo: “¡Ten buen ánimo! Porque como has estado dando testimonio cabal de las cosas acerca de mí en Jerusalén, así también tienes que dar testimonio en Roma”. (Hechos 23:11.) Recuerde la misión triple que Cristo había predicho para Pablo. (Hechos 9:15.) Pablo había llevado el nombre de Cristo a “las naciones” y a “los hijos de Israel”, pero ahora había llegado el tiempo para que testificara “a reyes”. Debido a la decisión del cuerpo gobernante, Pablo pudo testificar a los procuradores romanos Félix y Festo, al rey Herodes Agripa II, y, finalmente, al emperador romano, Nerón. (Hechos, capítulos 24-26; Hch 27:24.) ¿Quién puede dudar que Cristo estuvo detrás de todo aquello?

      Cristo todavía dirige activamente a Su congregación

      18. ¿Qué declaró Jesucristo antes de ascender al cielo?

      18 Antes de dejar a sus discípulos para ascender a la diestra de su Padre, Jesucristo declaró: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 28:18-20.)

      19. ¿Cómo ejerció Cristo en el primer siglo la autoridad que Dios le había dado, y qué se considerará en el artículo siguiente?

      19 El libro de Hechos, que relata la historia de los primeros años del cristianismo, muestra más allá de toda duda que Cristo ejerció su autoridad para dirigir activamente a su congregación en la Tierra. Lo hizo por medio del espíritu santo, los ángeles y el cuerpo gobernante compuesto de los 12 apóstoles y los ancianos de la congregación de Jerusalén. Jesús dijo que estaría con sus discípulos hasta la misma conclusión del sistema de cosas, el tiempo en que nos hallamos ahora. En el artículo siguiente veremos cómo él es todavía el Cabeza activo de la congregación cristiana y cómo dirige a sus “ovejas” hoy.

  • La dirección activa de Cristo hoy día
    La Atalaya 1987 | 1 de agosto
    • La dirección activa de Cristo hoy día

      “Estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” (MATEO 28:20.)

      1. ¿De qué manera encomendó Cristo sus “bienes” a sus discípulos?

      CUANDO Cristo se disponía a dejar a sus discípulos y regresar al cielo en 33 E.C., “les encargó sus bienes”. Esto implicaba ser “embajadores en sustitución de Cristo” y emprender la obra de predicar que él había comenzado, extendiéndola hasta “la parte más lejana de la tierra”. Antes de dejarlos, él les había dado la instrucción de ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones’. ¿Tenemos evidencia de que él prestara atención a cómo cumplían esta comisión? ¡Ciertamente la tenemos! (Mateo 25:14; 2 Corintios 5:20; Hechos 1:8; Mateo 28:19.)

      2. ¿Qué muestra que Cristo vigilaba cuidadosamente las actividades de las congregaciones del primer siglo?

      2 Unos 60 años después de haber ascendido Cristo al cielo, mostró que había estado vigilando con atención las actividades de las congregaciones cristianas en la Tierra. En la revelación que dio al apóstol Juan, miembro del cuerpo gobernante del primer siglo, Jesucristo envió mensajes a siete congregaciones ubicadas en Asia Menor. A cinco de ellas dijo: “Conozco tus hechos”. Y mostró que estaba bien familiarizado con lo que estaba sucediendo dentro de las otras dos, Esmirna y Pérgamo. Dio estímulo y consejo específicos a cada congregación. No podía haber duda en la mente de ellos en cuanto a quién era su Caudillo activo. (Revelación 1:11; 2:1–3:22.)

      3. ¿A quiénes realmente fueron dirigidos los siete mensajes, y qué prueba hay de ello?

      3 En realidad aquellos siete mensajes no estaban limitados en su alcance a las siete congregaciones de Asia. El excelente consejo y las advertencias que contenían aplicaban a todas las congregaciones, desde el primer siglo hasta “el día del Señor”, en el cual vivimos ahoraa. Los ojos de Cristo, asemejados a una “llama de fuego”, han vigilado continuamente lo que sucede dentro de “todas las congregaciones”. (Revelación 1:10; 2:18, 23.)

      El Amo y su esclavo

      4. ¿Cómo ‘viajó al extranjero’ Cristo y entonces regresó “después de mucho tiempo”?

      4 Después de haberse asemejado a “un hombre que, estando para emprender un viaje al extranjero, mandó llamar a sus esclavos y les encargó sus bienes”, Cristo añadió: “Después de mucho tiempo vino el amo de aquellos esclavos y ajustó cuentas con ellos”. (Mateo 25:14, 19.) En 33 E.C. Cristo “siguió su camino al cielo” donde se sentó “a la diestra de Dios”. (1 Pedro 3:22.) “Después de mucho tiempo”, tras su entronización en 1914, Cristo empezó ‘a sojuzgar en medio de sus enemigos’ arrojando a Satanás y sus demonios abajo a la Tierra. (Salmo 110:1, 2; Revelación 12:7-9.) Entonces dirigió su atención a sus esclavos. Había llegado el tiempo para ajustar cuentas con ellos. Como nunca antes, era su Caudillo activo.

      5. ¿Cuándo vino el tiempo de ajustar cuentas, y cómo se recompensó a los fieles?

      5 La historia moderna del pueblo de Dios muestra que este tiempo de ajustar cuentas vino en 1918-1919. La parábola de los talentos ilustra cómo el Amo ajustaría cuentas con el resto de sus esclavos ungidos. Ellos tendrían que dar cuenta, individualmente, de cómo habían usado las pertenencias de él, “cada uno según su propia habilidad”, o posibilidades espirituales. Los que habían sido productivos entraron en el gozo de su Amo, quien les dijo: “Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas”. (Mateo 25:15, 20-23.)

      6. ¿Qué formaban, colectivamente, aquellos fieles cristianos ungidos, y qué les encomendó a su cuidado su Amo?

      6 Se halló que estos cristianos ungidos individuales eran embajadores fieles del Rey ahora en funciones, dispuestos a hacer discípulos para su Amo. Vistos colectivamente, se halló que eran el “esclavo” de quien el Amo había dicho: “¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento al tiempo apropiado? Feliz es aquel esclavo si su amo, al llegar, lo hallara haciéndolo así. En verdad les digo: Lo nombrará sobre todos sus bienes”. (Mateo 24:45-47.)

      7. a) ¿Cómo han aumentado desde 1914 los “bienes” de Cristo? b) ¿Qué muestra que Cristo es también el Caudillo activo de las “otras ovejas”?

      7 Los “bienes” de Cristo se han hecho más numerosos desde 1914. Él ha sido investido con “poder real”, lo que implica más autoridad y mayores responsabilidades. (Lucas 19:11, 12.) Primero procedió a recoger a la cantidad restante de “los hijos del reino”, los 144.000 cristianos ungidos que han sido “comprados de entre la humanidad” para llegar a ser reyes y sacerdotes con él en el cielo. (Mateo 13:38; Revelación 14:1-4; 5:9, 10.) Entonces, como se ha manifestado históricamente desde 1935, ha estado recogiendo a “una gran muchedumbre” de “otras ovejas” de las cuales dijo: “A ésas también tengo que traer”. (Revelación 7:9, 10; Juan 10:16.) Sí, él es Aquel que trae a estas “ovejas”, y llega a ser su Caudillo activo. Un dato interesante es que el texto griego significa literalmente: “Y a ésas es necesario [que] yo conduzca”. ¿Cómo conduce o dirige activamente a todas sus “ovejas” hoy?

      Superintendentes en la mano derecha de Cristo

      8, 9. a) ¿Qué visión recibió el apóstol Juan? b) ¿Qué fue representado por los siete candelabros y las siete estrellas?

      8 El apóstol Juan, miembro del cuerpo gobernante de la congregación cristiana primitiva, recibió una visión en la que ‘vio siete candelabros de oro, y en medio de los candelabros a alguien semejante a un hijo de hombre. Y en su mano derecha tenía siete estrellas’. Jesucristo le explicó a Juan: “En cuanto al secreto sagrado de las siete estrellas que viste sobre mi mano derecha, y de los siete candelabros de oro: Las siete estrellas significan los ángeles de las siete congregaciones, y los siete candelabros significan siete congregaciones”. (Revelación 1:12-20.)

      9 En un comentario sobre este pasaje, el libro “Entonces queda terminado el misterio de Dios” declara: “¿Son esos ‘ángeles’ invisibles? No. El apóstol Juan recibió toda la Revelación de Jesucristo por medio de un ángel celestial, y no sería razonable que él estuviera escribiendo de vuelta a ángeles en el cielo, en regiones invisibles. Ellos no necesitan los mensajes escritos de las siete congregaciones de Asia. El significado básico del título ‘ángel’ es ‘mensajero; portador de mensajes’. [...] Puesto que se ve que estas siete estrellas simbólicas están en la mano derecha de Jesús, están a su cuidado y a su cargo y bajo su dirección; su ‘mano derecha’ de poder aplicado puede dirigirlas y protegerlas [...] Tal como los ‘siete candelabros’ en el ‘día del Señor’ de la visión representaron a todas las congregaciones cristianas verdaderas en este ‘día del Señor’ actual y verdadero desde 1914 E.C., así las ‘siete estrellas’ simbolizan a todos los superintendentes semejantes a ángeles, engendrados del espíritu, ungidos, de esas congregaciones de hoy día”b (páginas 110-112).

      10. ¿Qué nuevos “bienes” han sido encomendados al cuidado del esclavo?

      10 Todos estos superintendentes ungidos en la mano derecha de Cristo son parte del “esclavo” colectivo a quien Él ha nombrado “sobre todos sus bienes”. Puesto que el mismo Amo del esclavo ha sido investido con mayores responsabilidades desde 1914, para el esclavo la expresión “todos sus bienes” debe implicar muchas cosas más que en el pasado. Para empezar, como “embajadores en sustitución de Cristo” los del resto están activos ahora como embajadores de un Rey en funciones que gobierna sobre un Reino establecido. (2 Corintios 5:20.) Han sido puestos a cargo de todas las cosas espirituales que pertenecen al Amo en la Tierra. Tienen que servir en cumplimiento de las profecías que aplican desde el establecimiento del Reino. Esto incluye predicar “estas buenas nuevas del reino [...] en toda la tierra habitada para testimonio”. (Mateo 24:14.) Como nunca antes, deben seguir haciendo “discípulos de gente de todas las naciones”, y así juntar a la “gran muchedumbre”, cuyo número de miembros se desconoce. (Mateo 28:19, 20; Revelación 7:9.) Sí, estas “cosas deseables de todas las naciones” son parte de los nuevos “bienes” de Cristo en la Tierra. (Ageo 2:7.)

      11. a) Debido a estos nuevos “bienes”, ¿qué se necesita? b) ¿Quién está dirigiendo la obra, y cómo lo hace?

      11 Todo esto significa más trabajo para el “esclavo” colectivo, un campo de actividades más amplio, que se extiende literalmente a “toda la tierra habitada”. También requiere mayores oficinas centrales y edificios e instalaciones de sucursal para la supervisión de la obra y para imprimir y distribuir literatura para la predicación y el estudio personal. Como en el primer siglo, esta obra se efectúa bajo la dirección activa de Jesucristo, quien figurativamente se halla “en medio de los candelabros”, o congregaciones. Él las dirige mediante superintendentes ungidos, a quienes sostiene, simbólicamente, “en su mano derecha”. (Revelación 1:13, 16.) Como en los tiempos del cristianismo primitivo, un grupo de estos superintendentes ungidos componen el Cuerpo Gobernante visible de la congregación de Cristo en la Tierra. La “mano derecha” de poder aplicado de Cristo dirige a estos hombres fieles mientras supervisan la obra del Reino.

      Mediante el espíritu

      12, 13. a) En vista del gran aumento, ¿qué pregunta surge? b) ¿Cómo utiliza Cristo el espíritu para satisfacer la necesidad de superintendentes entre sus discípulos en la Tierra?

      12 Ahora que las “otras ovejas” son más de tres millones, organizadas en unas 52.000 congregaciones, es obvio que el resto ungido necesita ayuda para atender los bienes terrestres del Amo. Menos de 9.000 personas —y muchas de estas personas son hermanas— participan de los emblemas de la Conmemoración, de modo que ni siquiera hay un superintendente ungido por congregación. ¿Significa esto que Jesucristo no está a cargo de las congregaciones donde no hay ningún “ángel”, o ‘estrella’, ungido por espíritu?

      13 ¡De ninguna manera! Como hemos visto en el artículo anterior, en el primer siglo Cristo dirigió activamente a su congregación mediante espíritu santo. Hoy utiliza a los miembros del Cuerpo Gobernante, engendrados por espíritu, para nombrar superintendentes que son escogidos de entre las “otras ovejas”. Estos tienen que satisfacer los mismos requisitos de los ancianos ungidos, como se delinean en textos como 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9. Estos requisitos bíblicos se escribieron bajo la dirección del espíritu santo. Las recomendaciones y los nombramientos se hacen después de haberse orado y bajo la guía del espíritu santo. A esos ancianos no ungidos aplica con igual vigor el consejo de Pablo: “Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes”. (Hechos 20:28.)

      14. a) ¿Cómo está cumpliéndose ya la profecía de Isaías 32:1, 2? b) ¿Cómo deben someterse todos los ancianos a la “mano derecha” de Cristo?

      14 Así, en decenas de miles de congregaciones el justo Rey en funciones, Jesucristo, emplea a “otras ovejas” como “príncipes” para proteger a sus “ovejas” del viento, la tempestad de lluvia y la sequía espirituales. (Isaías 32:1, 2.) Como lo hizo David en la antigüedad, los ancianos, sean de los ungidos o de las “otras ovejas”, oran a Jehová: “Tu espíritu es bueno; que me guíe en la tierra de la rectitud”. (Salmo 143:10.) Y Jehová oye su oración. Mediante su Hijo, les concede Su espíritu, y Jesús lo utiliza activamente para dirigir a sus discípulos en la Tierra. Naturalmente, todos los ancianos deben someterse a la “mano derecha” de control, guía y dirección de Cristo, que él ejerce mediante el espíritu y los miembros engendrados por espíritu del Cuerpo Gobernante.

      Por medio de ángeles

      15. ¿De qué otro medio dispone Cristo para dirigir activamente a sus discípulos en la Tierra?

      15 El artículo anterior mencionó que en el primer siglo se utilizó a ángeles para guiar y librar a los cristianos primitivos y ayudarles a efectuar su predicación. ¿Sería lógico pensar que nuestro Rey en funciones, Jesucristo, ya no emplea a los ángeles para dirigir activamente a sus discípulos hoy día? Eso no solo sería ilógico; también sería antibíblico.

      16, 17. ¿Qué prueba tenemos de que Cristo utiliza a ángeles en la siega de “los hijos del reino” y en la obra de juntar a las “otras ovejas”?

      16 Según la parábola de Jesús sobre el trigo y la mala hierba, la siega vendría en “la conclusión del sistema de cosas”, que empezó en 1914. Durante la siega o cosecha, “los hijos del reino” serían separados de “los hijos del inicuo”. ¿A quiénes utilizaría el Amo para efectuar la siega? “Los segadores son los ángeles.” Cristo añadió: “El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero”. (Mateo 13:37-41.) Cristo utiliza a ángeles para proteger a sus hermanos en la Tierra.

      17 Pero ¿qué hay de las “otras ovejas”? ¿Emplea Cristo a ángeles para juntarlas? ¡Sí! Su parábola de las ovejas y las cabras dice: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras”. (Mateo 25:31, 32.) Cristo utiliza a sus ángeles para efectuar esta separación. Tal como un ángel dirigió los pasos de Felipe hacia el eunuco etíope, así hoy día hay abundante evidencia de que Cristo emplea a sus ángeles para dirigir los pasos de sus Testigos hacia las personas que son mansas como ovejas. Muchas personas han testificado que habían orado por ayuda precisamente antes de que un Testigo tocara a la puerta de su casa. (Hechos 8:26, 27.)

      Confianza absoluta en la guía de Cristo

      18, 19. Sobre la base de lo que sucedió en el primer siglo, ¿en qué confiamos?

      18 En el primer siglo las circunstancias no se prestaban siempre a que Cristo utilizara al cuerpo gobernante, que se hallaba en Jerusalén, para resolver algún problema específico. Cuando Pablo estuvo aislado en Asia Menor septentrional y necesitaba saber en qué territorio empezar su obra después, Cristo obró mediante el espíritu. (Hechos 16:6-10.) Hoy día los testigos de Jehová confían en que cualesquiera de sus hermanos que temporalmente queden aislados del Cuerpo Gobernante por persecución todavía están bajo la dirección activa de Cristo, mediante el espíritu y el apoyo de los ángeles.

      19 Allá en los comienzos del cristianismo puede haber sido difícil entender algunas decisiones del cuerpo gobernante cuando se tomaron. Indudablemente así fue cuando Pablo fue enviado de regreso a Tarso o cuando fue enviado al templo después de su tercer viaje misional. (Hechos 9:30; 21:23-25.) Sin embargo, en realidad Cristo estaba tras aquellas decisiones. (Hechos 22:17-21; 23:11.) Hoy podemos confiar en que tras todo lo que Cristo permita que suceda entre sus discípulos en la Tierra hay algún propósito elevado, como sucedió en el primer siglo.

      20. ¿De qué estamos convencidos, y a qué nos resolvemos?

      20 Por eso, cuando leemos en la Biblia que Cristo “es la cabeza del cuerpo, la congregación”, estamos convencidos de que él no es simplemente un Cabeza titular. (Colosenses 1:18.) Por experiencia sabemos que es un Cabeza real, activo. Cuando en el libro de Hechos leemos y vemos cómo Cristo dirigió los asuntos entre los cristianos primitivos, podemos observar que hoy día está utilizando los mismos medios. Vemos evidencia de que Cristo emplea el espíritu santo, a los ángeles y al “esclavo fiel y discreto” y su Cuerpo Gobernante, para nombrar a los ancianos que califican en sentido espiritual. Confiando en que Cristo dirige activamente lo que sucede, estamos resueltos a seguir “hablando la verdad” y creciendo por amor “en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo”. (Efesios 4:15.)

      [Notas a pie de página]

      a Para una explicación completa de estos siete mensajes y su aplicación, vea el libro “Entonces queda terminado el misterio de Dios”, capítulos 7 a 14, publicado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

      b El número del 15 de febrero de 1972 de La Atalaya hizo más claro este punto, al declarar: “Sin duda, no fue a un anciano, presbítero, superintendente o pastor individual, sino al entero ‘cuerpo de ancianos’ al que el glorificado Señor, Jesucristo, llamó el ‘ángel’ que fue simbolizado por una estrella celestial. [...] El ‘cuerpo de ancianos’ (o presbiterio) allí en Éfeso había de desempeñar el papel de una estrella al arrojar luz celestial, espiritual, sobre la congregación sobre la cual el espíritu santo los había hecho pastores”.

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