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Sanar, curarPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Está escrito de Jehová que puede herir y sanar, y lo hace literal y figuradamente. Por esta razón, para Él hay un tiempo de herir y un tiempo de sanar. (Dt 32:39; compárese con Ec 3:1, 3.) Por ejemplo: Jehová castigó a Jehoram, el infiel rey de Judá, con un trastorno incurable de los intestinos. (2Cr 21:16, 18, 19.) Moisés reconoció que fue Jehová quien había herido a Míriam con lepra, y por eso suplicó al Único que podía curarla, diciendo: “¡Oh Dios, por favor! ¡Sánala, por favor!”. (Nú 12:10, 13.) Y por último, en relación con la facultad de procreación, Jehová sanó al rey Abimélec, a su esposa y a sus esclavas después que pasó la situación crítica en la que se vio envuelta Sara y que hubiese afectado a la descendencia prometida. (Gé 20:17, 18.)
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