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  • ¿Ha tomado un nuevo rumbo el cuidado de la salud?
    ¡Despertad! 2000 | 22 de octubre
    • ¿Ha tomado un nuevo rumbo el cuidado de la salud?

      Pocos temas despiertan más interés en la gente que el de la salud. A veces parece haber tantas opiniones como profesionales de la medicina. Con esta serie de artículos, ¡Despertad! no se decanta por ninguna opción terapéutica; solo trata de informar sobre el creciente uso de tratamientos comúnmente calificados de alternativos. No respaldamos ninguna terapia en particular. A continuación analizaremos algunas, pero existen varios tipos de tratamiento que ni siquiera mencionamos, unos bastante populares y otros un tanto controvertidos. A nuestro entender, suele ser provechoso documentarse sobre cuestiones de salud, y cualquier decisión al respecto debe tomarla la persona interesada.

      TODOS queremos estar sanos. No obstante, en vista del sinnúmero de personas con problemas de salud, no parece muy fácil conseguirlo. A muchos les da la sensación de que hoy día hay más enfermos que nunca.

      Para combatir la enfermedad, muchos médicos piensan que lo mejor es recetar medicamentos producidos por empresas farmacéuticas que los anuncian con insistencia. Cabe mencionar que el mercado internacional de fármacos se ha disparado en las últimas décadas, de tan solo unos miles de millones de dólares al año a cientos de miles de millones de dólares anuales. ¿Cuál ha sido una de las consecuencias?

      Los fármacos prescritos por los facultativos han ayudado a mucha gente. Sin embargo, hay personas que toman medicamentos, y su salud no mejora o hasta empeora. De ahí que últimamente haya quienes recurran a otros métodos terapéuticos.

      A qué recurren muchos

      En lugares donde la medicina convencional moderna ha sido la habitual, se está recurriendo cada vez más a terapias alternativas, o complementarias. “El muro de Berlín que por bastante tiempo ha mantenido las terapias alternativas al margen de la medicina tradicional parece estar desmoronándose”, dijo la revista Consumer Reports de mayo de 2000.

      En su número del 11 de noviembre de 1998, la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) hizo la siguiente observación: “Las terapias médicas alternativas —que se conocen funcionalmente como intervenciones y que por lo general ni se enseñan en las facultades de Medicina ni se ofrecen en los hospitales de Estados Unidos— están captando cada vez más la atención, a escala nacional, de los medios informativos, la comunidad médica, las agencias estatales y el público en general”.

      Sin embargo, en 1997, la publicación Journal of Managed Care Pharmacy dijo lo siguiente tocante a las nuevas tendencias: “En el pasado, los profesionales de la medicina convencional acogieron con escepticismo las prácticas médicas alternativas, pero actualmente hay veintisiete facultades estadounidenses [75, según un informe más reciente] donde se imparten clases optativas de medicina alternativa. Entre ellas figuran las de las universidades de Harvard, Stanford, Arizona y Yale”.

      JAMA indicó lo que multitud de pacientes hacen para mejorar su salud: “En 1990, cerca de 1 de cada 5 personas (el 19,9%) que acudió al médico por una enfermedad seria utilizó también una terapia alternativa. Este porcentaje aumentó a casi 1 de cada 3 (el 31,8%) en 1997”. Y añadió: “Las encuestas nacionales llevadas a cabo fuera de Estados Unidos señalan que la medicina alternativa es popular en todo el mundo industrializado”.

      De acuerdo con esta misma revista, en un período reciente de doce meses utilizaron terapias alternativas el 15% de la población de Canadá, el 33% de la de Finlandia y el 49% de la de Australia. JAMA reconoció: “La magnitud de la demanda de terapias alternativas es notable”. Y particularmente lo es en vista de que pocas veces están incluidas en las pólizas de seguros. De ahí que el artículo concluyera diciendo: “Es muy posible que el uso que se da hoy por hoy a estos tratamientos sea inferior al que se les daría si los seguros cubrieran más terapias alternativas en el futuro”.

      En diversos países existe desde hace tiempo la tendencia a combinar las terapias alternativas con las convencionales. El doctor Peter Fisher, del Royal London Homeopathic Hospital, indicó que los principales tipos de medicina complementaria se han vuelto “prácticamente convencionales en muchos lugares. Ya no hay dos clases de medicina, la ortodoxa y la complementaria —afirmó—. Solo hay medicina buena y medicina mala”.

      Por eso, hoy día, numerosos profesionales del campo de la medicina reconocen el valor de ambas vertientes, tanto la ortodoxa como la alternativa. En lugar de insistir en que se acepte un tipo de medicina u otro, recomiendan escoger de las diversas modalidades terapéuticas todo lo que pueda beneficiar al paciente.

      ¿Cuáles son algunos de los métodos terapéuticos que ofrece la medicina alternativa, o complementaria? ¿Cuándo y dónde se originaron? ¿Y por qué recurren a ellos tantas personas?

  • Por qué recurre mucha gente a las terapias alternativas
    ¡Despertad! 2000 | 22 de octubre
    • Por qué recurre mucha gente a las terapias alternativas

      LA MEDICINA alternativa, o complementaria, abarca una amplia gama de técnicas y terapias. Muchas están englobadas en lo que se conoce como naturopatía: el tratamiento de enfermedades mediante el empleo de agentes naturales o medios físicos destinados a preparar al cuerpo para que se cure por sí mismo. Un número considerable de estas terapias llevan siglos utilizándose comúnmente, pero la medicina moderna las tiene abandonadas o dejadas a un lado desde hace tiempo.

      Por ejemplo, la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) del 27 de agosto de 1960 indicó que la acción de aplicar frío a las quemaduras era una práctica “conocida por los antiguos, pero que tanto médicos como legos en la materia han prescindido de ella. Aunque en las publicaciones hay referencias aisladas que alaban de manera unánime este tipo de tratamiento, hoy día su uso no está generalizado. De hecho, la mayoría de los facultativos dicen que ‘no se practica’, aunque nadie sabe realmente por qué”.

      Sin embargo, en las últimas décadas, la medicina convencional ha vuelto a recomendar la aplicación de agua o compresas frías a las quemaduras. En su número de septiembre de 1963, la revista The Journal of Trauma publicó lo siguiente: “Los informes presentados por Ofeigsson y Schulman en 1959 y 1960 han despertado el interés por el uso de agua fría en la primera cura de las quemaduras. Aplicamos a los pacientes dicho método durante el año pasado, y los resultados clínicos han sido alentadores”.

      El tratamiento con agua fría es relativamente inocuo, y desde luego proporciona un gran alivio. Una rama de la medicina alternativa, la hidroterapia —algunas de cuyas modalidades ya reconoce la medicina moderna—, utiliza agua de diversas maneras con fines terapéuticos.a

      Los especialistas en medicina alternativa suelen valerse también de plantas para tratar las enfermedades. En algunas partes del planeta, esta es una práctica centenaria, y hasta milenaria. En la India, por ejemplo, el uso de hierbas ha sido un pilar de la medicina desde hace mucho tiempo. Hoy día, prácticamente en el mundo entero, muchos profesionales de la salud reconocen el poder curativo de ciertas plantas.

      Una experiencia notable

      Hace más o menos un siglo, un niño de 10 años llamado Sepp Schwab pasó por una experiencia que influyó en su gran amigo Richard Willstätter para que este posteriormente se dedicara al estudio de la bioquímica de las plantas. Sepp tenía una grave infección en una pierna, y el médico decía que si no se la amputaban, moriría. Pero los padres del niño pospusieron la operación hasta la mañana siguiente. Mientras tanto, buscaron a un pastor que tenía fama de saber utilizar remedios a base de hierbas. Este recogió una variedad de plantas, las fue picando hasta convertirlas en una masa parecida a la espinaca cocida y cubrió con ello la herida.

      A la mañana siguiente, la infección había bajado, y la operación volvió a posponerse. Continuaron con el tratamiento hasta que la herida al fin cicatrizó. Willstätter estudió química en la Universidad de Munich (Alemania) y con el tiempo ganó el premio Nobel por sus descubrimientos tocante a los pigmentos de las plantas, en particular la clorofila. Es de interés que aproximadamente el veinticinco por ciento de los fármacos utilizados hoy día proceden, por entero o en parte, de sustancias químicas que se encuentran en estado natural en las plantas.

      La importancia de ser equilibrados

      Debe reconocerse, sin embargo, que en lo que a tratamientos médicos se refiere, lo que hace maravillas para unos tal vez no sea muy efectivo en el caso de otros. La eficacia de toda terapia depende de muchos factores, entre ellos la clase de enfermedad y su gravedad, y el estado general de salud del paciente. También puede influir el momento que se elige para iniciar el tratamiento.

      Dado que los métodos alternativos suelen ser más lentos que los ortodoxos, una enfermedad que podría haberse frenado si se hubiera diagnosticado y tratado antes, tal vez progrese hasta el punto de que se necesiten fármacos potentes —o incluso una operación quirúrgica— para salvar la vida del paciente. Por ello, no sería sensato aferrarse a una clase particular de terapia, como si esta fuera la única forma de tratar un problema de salud.

      La medicina alternativa difiere de la convencional en su planteamiento de la salud. Por lo general, sus métodos van dirigidos a la prevención, y se centran en el estilo de vida de la persona, el ambiente que la rodea y en cómo influye todo ello en su salud. En otras palabras, los especialistas en terapias alternativas suelen dirigir la atención a la persona entera y no solo al órgano afectado o a la enfermedad en sí.

      Un gran atractivo de este tipo de medicina lo constituyen sus métodos terapéuticos y los productos naturales que utiliza, más suaves y menos peligrosos que los de la medicina convencional. En vista del creciente interés por encontrar tratamientos médicos que sean seguros y eficaces, en el siguiente artículo presentamos algunos ejemplos de terapias alternativas.

      [Nota]

      a Véase la revista ¡Despertad! del 22 de junio de 1988, págs. 25, 26.

  • Ejemplos de terapias alternativas
    ¡Despertad! 2000 | 22 de octubre
    • Ejemplos de terapias alternativas

      “A fin de mejorar la atención sanitaria prestada a los pacientes que optan por terapias alternativas, es de crucial importancia que se abra el diálogo entre los médicos y los profesionales de la medicina alternativa.”

      ESTAS palabras se publicaron en la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) del 11 de noviembre de 1998. El artículo añadía: “Podemos contar con que esta necesidad [de diálogo] aumentará con el uso de las terapias alternativas, particularmente cuando los seguros de enfermedad las incluyan en su cobertura”.

      Cada vez son más los pacientes que utilizan estos métodos al tiempo que se valen de tratamientos más convencionales. Pero algunos no informan de ello a su médico. De ahí que el boletín Tufts University Health & Nutrition Letter de abril de 2000 aconsejara: “Si coopera con el médico en lugar de actuar por su cuenta, le irá mejor”. Y agregó: “Tanto si el facultativo aprueba su modo de abordar el problema como si no, al comunicárselo, usted saldrá beneficiado”.

      La razón de informar al médico estriba en que la combinación de ciertas hierbas con terapias convencionales encierra riesgos. Muchos profesionales de la salud, por el bien de sus pacientes y sabiendo que algunos de ellos han optado por terapias alternativas, procuran no dejar que sus opiniones sobre el cuidado de la salud les impidan colaborar con especialistas en tales métodos.

      Para dar a nuestros lectores una idea de algunas terapias alternativas a las que hoy recurren cada vez más personas en muchos países, pasaremos a describirlas brevemente. Tengan presente, no obstante, que ¡Despertad! no recomienda ningún tratamiento en particular, sea alternativo o convencional.

      Remedios a base de hierbas

      Estos tratamientos son tal vez los más comunes de la medicina alternativa. Pese a que las plantas medicinales se han utilizado por siglos, los científicos solo han estudiado con detenimiento una cantidad limitada de especies. Y aún menor es el número de hierbas y sus extractos que han sido objeto de una investigación lo bastante rigurosa como para que se publiquen datos sobre su seguridad y eficacia. Casi toda la información disponible al respecto se basa en el uso que se les ha dado a lo largo de la historia.

      Sin embargo, en los últimos años se han efectuado varios estudios científicos que muestran la utilidad de ciertas hierbas en el tratamiento de la depresión leve, la pérdida de memoria relacionada con la edad, los síntomas del engrosamiento benigno de la próstata y otros trastornos. Una de las investigaciones se centró en la Cimicifuga racemosa, conocida por diversos nombres comunes como cimicífuga, serpentaria negra o hierba sonajero. Los amerindios hervían las raíces y utilizaban el líquido así obtenido para paliar los trastornos menstruales y del parto. Según el boletín Harvard Women’s Health Watch de abril de 2000, estudios recientes indican que un extracto estandarizado de cimicífuga que se comercializa en Alemania puede ser eficaz para “aliviar las molestias de la menopausia”.

      Parece que gran parte de la demanda de tales remedios naturales obedece a que se consideran más seguros que los medicamentos sintéticos. Si bien eso es cierto en muchos casos, también lo es el hecho de que algunas hierbas tienen efectos secundarios, particularmente si se combinan con otros medicamentos. Por ejemplo, cierta hierba popular que se promociona como descongestionante natural y adelgazante puede aumentar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco.

      También hay hierbas que tienen efectos hemorrágicos. Si se toman en combinación con fármacos anticoagulantes, pudieran presentarse problemas graves. Quienes padezcan enfermedades crónicas —como la diabetes o la hipertensión— o quienes tomen algún otro medicamento deben tener cuidado con los remedios a base de hierbas (véase el recuadro adjunto).

      Otro factor preocupante relacionado con las plantas medicinales es que su producción no ofrece una garantía de calidad constante. En los últimos años ha habido noticias de productos contaminados con metales pesados y otras sustancias tóxicas. Además, algunos preparados de hierbas contienen pocos o ninguno de los ingredientes que aparecen en la etiqueta. Estos ejemplos subrayan la importancia de comprar las hierbas y cualquier otro producto medicinal a fuentes confiables y acreditadas.

      Suplementos dietéticos

      Se dice que los suplementos dietéticos, como las vitaminas y los minerales, han ayudado a prevenir y tratar diversos problemas de salud (como la anemia y la osteoporosis) e incluso a impedir ciertos defectos congénitos. Las dosis diarias de vitaminas y minerales recomendadas por fuentes oficiales se consideran relativamente inocuas y útiles.

      Por otro lado, las dosis masivas que se sugieren para el tratamiento de ciertas enfermedades pueden ser peligrosas para la salud. Existe el riesgo de que obstaculicen la absorción o la actividad de otros nutrientes y también de que produzcan graves efectos secundarios. No debería pasarse por alto ni esta posibilidad ni la carencia de pruebas de peso que avalen la administración de grandes dosis de vitaminas.

      Homeopatía

      La homeopatía surgió en el siglo XVIII como un tratamiento más benigno y moderado que las terapias populares de la época. Se basa en el principio de que “lo semejante se cura con lo semejante” y en la teoría de la dosis mínima. Los remedios homeopáticos se preparan diluyendo repetidas veces un agente curativo; a veces en tal grado que ni siquiera queda una molécula entera de la sustancia original.

      Se ha comprobado, sin embargo, que los remedios homeopáticos, a diferencia de los placebos, tienen cierto grado de efectividad en casos de asma, alergias y diarrea infantil. Además, al estar tan diluidos, se consideran bastante inocuos. En un artículo publicado en la revista JAMA del 4 de marzo de 1998 se hizo la siguiente observación: “La homeopatía sería una importante y útil opción para muchos pacientes con trastornos crónicos sin un diagnóstico específico. Utilizada dentro de sus límites, podría complementar la medicina moderna, como una terapia más”. Ahora bien, en casos en los que peligre la vida del paciente, sería más sensato recurrir a tratamientos médicos más convencionales.

      Quiropráctica

      Existen varias terapias alternativas que abarcan la manipulación del cuerpo del paciente. Los tratamientos quiroprácticos se cuentan entre los más comunes de la medicina alternativa, sobre todo en Estados Unidos. Se basan en la idea de que la corrección del desalineamiento de la columna vertebral fomenta la curación. De ahí que los quiroprácticos se especialicen en la técnica de ajustar las vértebras.

      La medicina convencional no siempre mitiga las molestias lumbares. Por otro lado, algunos pacientes que se someten a tratamientos quiroprácticos están muy satisfechos. Hay pocas pruebas de que la quiropráctica, aparte de aliviar el dolor, sea efectiva para tratar dolencias.

      Cabe destacar la baja incidencia de efectos secundarios que tiene este procedimiento a manos de un especialista hábil. Pero al mismo tiempo, el paciente debe ser consciente de que la manipulación del cuello puede ocasionar graves complicaciones, incluidas la apoplejía y la parálisis. A fin de reducir el riesgo, algunos expertos recomiendan que la persona se someta a un examen médico completo para saber si cierto tipo concreto de manipulación pudiera perjudicarle.

      Masaje

      Casi todas las culturas reconocen desde hace mucho tiempo los beneficios del masaje. Hasta la Biblia lo menciona (Ester 2:12). La revista BMJ (British Medical Journal) del 6 de noviembre de 1999 publicó el siguiente comentario: “Las técnicas de masaje desempeñan un papel importante en la medicina tradicional china e india. En Europa lo sistematizó a principios del siglo XIX Per Henrik Ling, quien desarrolló lo que actualmente se conoce como masaje sueco”.

      Al masaje se le atribuye el poder de relajar los músculos, mejorar la circulación de la sangre y eliminar toxinas acumuladas en los tejidos. Actualmente, los médicos recetan masajes para dolores de espalda, dolores de cabeza y trastornos digestivos. La mayoría de las personas que los reciben dicen que se sienten muy bien después del tratamiento. Según la doctora Sandra McLanahan, “el 80% de las enfermedades están relacionadas con el estrés, y el masaje lo reduce”.

      “La mayor parte de las técnicas de masaje comportan un leve riesgo de efectos perjudiciales —informó la revista BMJ—. Las contraindicaciones las dicta mayormente el sentido común (por ejemplo, no friccionar las quemaduras ni masajear una extremidad afectada de trombosis venosa profunda) [...]. No hay indicios de que los masajes practicados a enfermos de cáncer fomenten la metástasis.”

      “En vista de que los masajes están ganando aceptación, los consumidores empiezan a interesarse por las credenciales de los masajistas, y deberían hacerlo”, comentó E. Houston LeBrun, ex presidente de la American Massage Therapy Association. La revista BMJ aconsejó que, para evitar cualquier comportamiento contrario a la ética profesional, “los pacientes deberían asegurarse de que el masajista posea un título de algún organismo regulador reconocido”. Un informe del año pasado indicó que veintiocho estados de Estados Unidos otorgan licencias oficiales de masaje terapéutico.

      Acupuntura

      La acupuntura es una técnica médica que se ha hecho bastante popular en todo el mundo. Aunque el término acupuntura engloba varias modalidades, normalmente se refiere a la inserción de agujas finas en puntos específicos del cuerpo para conseguir una respuesta terapéutica. Según las investigaciones realizadas durante las últimas décadas, parece que la acupuntura actúa, en algunos casos, liberando sustancias neuroquímicas, como las endorfinas, cuya función es amortiguar el dolor y la inflamación.

      Hay informes de que la acupuntura es eficaz para tratar bastantes dolencias y que es una alternativa segura a los anestésicos. La Organización Mundial de la Salud reconoce su uso en el tratamiento de 104 afecciones. Y un comité seleccionado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos citó testimonios que la defendían como terapia aceptable para mitigar los dolores postoperatorios, musculares y menstruales, así como las náuseas y los vómitos relacionados con la quimioterapia o el embarazo.

      Aunque la acupuntura rara vez produce efectos secundarios graves, el paciente puede sentir algunas molestias, entumecimiento u hormigueo. La debida esterilización de las agujas o el uso de modelos desechables reduce el riesgo de infección. Muchos acupuntores no tienen los conocimientos médicos necesarios para hacer un buen diagnóstico o para recomendar otras terapias más indicadas. No sería sensato pasar por alto este hecho, especialmente si se recurre a la acupuntura para tratar de aliviar los síntomas de enfermedades crónicas.

      Hay muchas opciones

      En este artículo se presenta solamente una muestra de las muchas terapias que en algunos lugares reciben el calificativo generalizado de alternativas. Quizá en el futuro, algunas de estas, y otras que no hemos reseñado aquí, se consideren convencionales, como ya sucede en algunas partes del mundo. Otras, por supuesto, tal vez caigan en desuso o hasta en descrédito.

      Por desgracia, el dolor y la enfermedad son parte integrante de la experiencia humana, como indica la Biblia con tanta claridad: “Sabemos que toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora” (Romanos 8:22). Es natural que el ser humano busque remedios. Pero ¿adónde podemos dirigirnos? Tenga la bondad de analizar algunas observaciones que pueden serle útiles a la hora de escoger tratamiento médico.

      [Ilustración y recuadro de la página 8]

      ¿Qué riesgos encierra la combinación de hierbas y medicamentos?

      Se dan frecuentes advertencias sobre los peligros de combinar ciertos fármacos recetados con otros o con bebidas alcohólicas. ¿Comporta riesgos también tomar simultáneamente ciertas hierbas y medicamentos recetados? ¿Es muy común hacerlo?

      Un artículo que apareció en la revista JAMA (The Journal of the American Medical Association) habló sobre “el uso simultáneo de fármacos recetados y hierbas”, y especificó: “Entre el 44% de los adultos que dijeron tomar regularmente medicamentos recetados, casi 1 de cada 5 (el 18,4%) reconoció que complementaba su tratamiento con por lo menos un producto de herboristería, elevadas dosis de vitaminas, o ambos”. Por tanto, se ve la necesidad de informarse de los posibles peligros de tal práctica.

      También deberían preocuparse por los riesgos quienes tengan que someterse a algún procedimiento médico que requiera anestesia y estén tomando ciertas hierbas medicinales. El doctor John Neeld, presidente de la American Society of Anesthesiologists, explicó: “Hay informes anecdóticos de que algunas hierbas populares, entre ellas el ginseng y el hipérico [Hypericum perforatum, conocido también como corazoncillo o hierba de San Juan], pueden provocar grandes fluctuaciones en la presión sanguínea, lo cual podría ser muy peligroso durante la anestesia”.

      Y añadió: “Otras plantas medicinales, como el ginkgo biloba, el jengibre y la matricaria [Tanacetum parthenium, llamada también migranela], pueden interferir en la coagulación sanguínea, lo que resultaría particularmente peligroso durante la anestesia epidural, pues una hemorragia cerca de la médula espinal podría provocar parálisis. El hipérico también puede intensificar los efectos de algunos fármacos narcóticos o anestésicos”.

      Desde luego, es de vital importancia conocer los peligros potenciales de tomar al mismo tiempo ciertas hierbas y medicinas. Las mujeres embarazadas y las que estén lactando deben ser especialmente conscientes de los riesgos que corren sus hijos si ellas mezclan ciertas hierbas con algunos medicamentos. Por ello se aconseja a todos los pacientes que comuniquen al profesional que los atienda la medicación que toman, sea esta alternativa o convencional.

      [Ilustraciones de la página 7]

      Ciertas hierbas han resultado útiles para tratar problemas de salud

      Cimicífuga

      Hipérico

      [Reconocimiento]

      © Bill Johnson/Visuals Unlimited

      [Ilustración de la página 7]

      Para obtener los mejores resultados, debe haber colaboración entre los pacientes y los profesionales de la salud

  • La selección de tratamiento
    ¡Despertad! 2000 | 22 de octubre
    • La selección de tratamiento

      EN SU libro sobre medicina alternativa, el doctor Isadore Rosenfeld subrayó lo siguiente: “Toda acción o intervención terapéutica llevada a cabo a un grupo de personas escogidas al azar que estén convencidas de que les irá bien, puede resultar en mejoría en el 50% de los casos”.

      Es lo que se llama el efecto placebo, según el cual, hasta una píldora de azúcar puede ser eficaz si así lo cree la persona. Dicho efecto es capaz de aliviar síntomas subjetivos como el dolor, las náuseas, la fatiga, el mareo, la ansiedad y la depresión. ¿Qué nos demuestra este hecho?

      Por un lado, indica que la confianza en cualquier tratamiento que uno reciba contribuye, en muchos casos, a la mejoría. Al mismo tiempo, sería sensato comprobar si la terapia en cuestión ataca la raíz del problema y no solo los síntomas. Para ello se aconseja medir sus efectos con métodos objetivos, como los análisis de laboratorio y los rayos X.

      Pero hay más pasos que dar a la hora de escoger un tratamiento médico.

      Pasos importantes que deben darse

      Es prudente investigar antes de tomar una decisión. Plantéese preguntas como: ¿qué resultados pueden esperarse? y ¿cuáles son las ventajas, las desventajas, el costo previsto y la duración del tratamiento? Hable con personas que se hayan sometido al tratamiento en cuestión. Pregúnteles si les ayudó. Recuerde, no obstante, que los datos anecdóticos por sí solos pueden inducir a error.

      Una terapia alternativa tal vez no sería aconsejable si por ella el paciente pospusiera un tratamiento convencional de eficacia probada, aunque el porcentaje de curación de este último fuese limitado. La revista The New England Journal of Medicine habló de los efectos perjudiciales de tal proceder. Narró la evolución del cáncer en el caso de dos pacientes jóvenes que rechazaron terapias convencionales y optaron por remedios alternativos, y dijo que uno de ellos murió.

      Las personas que padecen enfermedades crónicas o mortales deben ser prudentes y reconocer que pueden ser blancos vulnerables de charlatanes que promocionan terapias fraudulentas. No hay que confiar en ningún producto que prometa curar diversas dolencias. Un ejemplo reciente de ello lo tenemos en una nueva vitamina que se decía que había “ayudado a eliminar todo tipo de males, desde problemas respiratorios y falta de energía hasta enfermedades mortales”. Un análisis de la “vitamina” descubrió que no era más que agua salada.

      No cabe duda de que algunas terapias alternativas pueden contribuir a la buena salud. Pero, sea realista en sus expectativas. Coma alimentos nutritivos, duerma lo necesario, haga suficiente ejercicio y sea cauto a la hora de escoger un tratamiento médico.

      La búsqueda ha terminado

      Es obvio que ninguna terapia humana es capaz de poner fin a todas las enfermedades e impedir que finalmente nos sobrevenga la muerte. La razón es que las hemos heredado de nuestro progenitor original, el primer hombre, Adán (Job 14:4; Salmo 51:5; Romanos 5:12). Hay muchos tratamientos médicos —de una clase u otra— que tal vez resulten eficaces, pero no son más que medidas provisionales que quizás nos extiendan la vida y la hagan más agradable por un tiempo limitado. Sin embargo, existe un remedio seguro para la mala salud, y millones de personas ya lo han descubierto.

      Dicho remedio proviene de nuestro Creador, Jehová Dios, el Gran Médico. Todo el que tenga fe en él y se beneficie del valor expiatorio del sacrificio redentor de su Hijo, Jesucristo, podrá gozar de salud perfecta y vida eterna en un mundo sin enfermedades (Mateo 20:28). La Biblia promete que en ese nuevo mundo “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’” (Isaías 33:24).

      [Comentario de la página 12]

      Millones de personas han hallado la única esperanza segura de conseguir salud perfecta

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