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  • ¿Cuándo disfrutará de salud toda la humanidad?
    ¡Despertad! 1987 | 8 de mayo
    • ¿Cuándo disfrutará de salud toda la humanidad?

      “Los servicios públicos de sanidad de los 67 países en desarrollo más pobres, con la excepción de China, gastan menos en el conjunto de atenciones sanitarias de lo que gastan los países ricos únicamente en sedantes.” (Health Crisis 2000.)

      “SALUD para todos en el año 2000.” Ese eslogan se ha venido repitiendo especialmente desde la Conferencia Internacional sobre la Asistencia Sanitaria Básica, patrocinada en 1978 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la UNICEF (Fondo Internacional de las Naciones Unidas para el Socorro a la Infancia). Esa conferencia, a la que asistieron delegados de unas 134 naciones, dirigió la atención internacional a la gran deficiencia que hay en el campo de la sanidad mundial.

      El entonces director ejecutivo de la UNICEF, Henry R. Labouisse, dijo: “Una de las razones por las que nos reunimos aquí hoy es la profunda convicción de que ya no se pueden tolerar más las escandalosas disparidades que existen entre las oportunidades sanitarias disponibles en diferentes partes del mundo, así como también dentro de los mismos países”.

      Antes de la conferencia, se presentó un informe sobre la enorme brecha mundial entre lo que tienen las naciones más ricas en el campo de la sanidad y lo que no tienen las demás. En un informe de ese año la UNICEF dijo que en algunos de los países más pobres “solo el 10% de las personas tienen posibilidades de atención sanitaria aceptable”. Además: “Es posible que tan solo el 20% beba agua no contaminada”.

      La conferencia pidió que se “suministrasen el alimento y la nutrición apropiada, un abastecimiento adecuado de agua potable y medidas sanitarias básicas; atención sanitaria a las madres y los niños, [...] provisiones de medicamentos esenciales”.

      Todas esas medidas son muy caras, especialmente para las personas de las naciones pobres. ¿Dónde se podrían encontrar los recursos para satisfacer tales necesidades? La conferencia dijo que la “paz, la distensión y el desarme” podrían liberar enormes sumas de dinero para tales propósitos. Por consiguiente, la revista World Health, publicada por la OMS, se sintió impelida a comentar: “¡Imagínense un mundo ideal en el que todo el ingenio, el dinero y los recursos humanos y materiales que actualmente se derrochan en armamento militar, se dedicaran por el contrario a mejorar la salud del mundo!”.

      Pero, en los años que han transcurrido desde 1978, ¿ha visto usted que se haya logrado la paz, la distensión y el desarme? ¿Acaso no van las naciones precisamente en la dirección contraria mientras el problema de la salud sigue agravándose?

      [Fotografía en la página 3]

      Niños vacunados en una escuela de Colombia

      [Reconocimiento]

      P. Almasy/OMS

  • Salud para todos... una necesidad básica
    ¡Despertad! 1987 | 8 de mayo
    • Salud para todos... una necesidad básica

      LA MEDICINA moderna ha progresado de manera sobresaliente. Las causas de las grandes plagas del pasado ya no son un misterio. Adelantos asombrosos han conducido a los milagros modernos de la medicina.

      Pero los problemas relacionados con la salud todavía son abrumadores. Para cuando se celebró la Conferencia Internacional de 1978 sobre la Asistencia Sanitaria Básica, el 80% de la población rural y de la población urbana pobre del mundo no tenía acceso aún a ningún servicio de sanidad, y de cada 31 niños menores de cinco años que morirían ese año, 30 vivían en los países más pobres. No obstante, en los países “desarrollados”, la destrucción progresiva del medio ambiente, la contaminación y los desechos perjudiciales también representan una creciente amenaza para la vida.

      La sede europea de la OMS ha predicho que para el año 2000 no se habrá conseguido la salud para todos sino que posiblemente el mundo se enfrentará a una crisis sanitaria. En 1983 patrocinó un libro de Peter O’Neill —Health Crisis 2000— que habla de lo “escalofriante que es darse cuenta” de que un sinnúmero de “enfermedades nuevas” se han ido introduciendo sigilosamente en el mundo civilizado. ¿De qué enfermedades se trata? Enfermedades causadas por el ambiente que nos rodea, tales como: cáncer, enfermedades cardiacas, toxicomanía, enfermedades mentales, enfermedades de transmisión sexual, “el impulso autodestructivo del fumador y el bebedor” y “la ‘epidemia de accidentes de carretera’, que expolia vidas y agota nuestros recursos económicos”. Estas “enfermedades de sociedades acaudaladas” también se están propagando en las naciones pobres.

      Problemas modernos

      Consideremos algunos de estos problemas modernos:

      EL CÁNCER es la segunda causa principal de muertes en los Estados Unidos. Ataca a uno de cada cuatro estadounidenses. Por todo el mundo hay probablemente 40 millones de personas que sufren de esta enfermedad. Las substancias cancerígenas abundan.

      LA CONTAMINACIÓN. El medio ambiente está contaminado por productos peligrosos y desechos perjudiciales. Se han encontrado pesticidas en los alimentos. Los ríos y los mares han sido contaminados. En algunos lugares hasta el agua que se saca de los pozos está contaminada.

      LA TOXICOMANÍA. El libro Health Crisis 2000 llama a la toxicomanía “el lento descenso hacia el infierno”. Dice que el “proceso de destrucción de la mente y el cuerpo jóvenes [...] es tan temible, y el proceso de rehabilitación es tan largo y difícil tanto para el paciente como para los que tratan de ayudarle, que es algo que merece un estudio especial”.

      LAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL. Con el colapso de la moralidad, la propagación de las enfermedades venéreas ha llegado al punto de ser llamada pandémica, es decir, una epidemia a escala mundial. La revista World Health dice que “la propagación de estas enfermedades entre la población está actualmente tan generalizada que cualquier persona con una vida sexual activa [con diferentes parejas] corre el riesgo de infectarse”.

      EL ABUSO DEL ALCOHOL. En muchos lugares tanto las mujeres como los adolescentes y hasta los niños están engrosando las filas de los alcohólicos. Se dice que las bebidas alcohólicas son uno de los factores que contribuyen al 40% de todos los accidentes de carretera. Hasta los bebedores habituales que no llegan al grado de emborracharse pueden destruir una familia tratando de demostrar su habilidad al volante de un automóvil.

      LOS MEDIOS DE TRANSPORTE MODERNOS. La conveniencia de los medios de transporte modernos ha hecho posible la rápida propagación de las epidemias por todo el mundo. Tanto el SIDA como ciertos tipos de gonorrea resistentes a la penicilina han sido propagados por todo el mundo por personas que viajan, y se dice que estas enfermedades “se han aprovechado del continuo desplazamiento de gente, característico de este siglo veinte”.

      LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA. Tanto la explosión demográfica como el desplazamiento constante de la población rural a las ya superpobladas ciudades, complican aún más los problemas relacionados con la sanidad del mundo. En 1983 había 26 ciudades con una población de por lo menos cinco millones de personas. Para el año 2000 es posible que haya 60 ciudades de este tamaño. La revista World Health dice que para entonces es posible que haya más de mil millones de personas “viviendo en zonas urbanas sumidas en una pobreza extrema”. El señor Robert McNamara, anterior presidente del Banco Mundial, advirtió: “Si las ciudades no comienzan a ocuparse de manera más constructiva de la pobreza, esta puede comenzar a ocuparse de manera más destructiva de las ciudades”.

      Por consiguiente, a pesar de los esfuerzos de muchas personas industriosas y dedicadas, la meta de “salud para todos” parece estar fuera del alcance. En realidad, este eslogan no debe tomarse literalmente. No se pretendía dar a entender con esas palabras que todo ser humano disfrutaría de salud sino que por lo menos todos podrían acceder a asistencia sanitaria básica. Según un folleto de la OMS, la meta es que “los recursos sanitarios estén distribuidos equitativamente [...], que la asistencia sanitaria esencial sea accesible a todos [...] y que las personas tomen medidas mejores que las de ahora” para prevenir y aliviar la enfermedad y la incapacidad física.

      [Reconocimiento en la página 4]

      P. Almasy/OMS

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