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Cultivemos un carácter razonableLa Atalaya 1994 | 1 de agosto
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Mientras que la obsesión de los fariseos era procurar el control de las personas valiéndose de un sinnúmero de reglas, Jesús trataba de llegar al corazón. Por ejemplo, sabía muy bien que era imposible ceder cuando hay implicadas leyes divinas como la de ‘huir de la fornicación’. (1 Corintios 6:18.) Por ello, previno a la gente contra los pensamientos que podrían llevar a la inmoralidad. (Mateo 5:28.) Se precisaba mucha más sabiduría y comprensión para formular esta enseñanza que para simplemente elaborar rígidas prescripciones.
13. a) ¿Por qué no deben formular los ancianos leyes y reglas inflexibles? b) ¿Cuáles son algunos de los campos en los que es importante respetar la conciencia personal?
13 De igual modo, los hermanos que ocupan posiciones de responsabilidad están interesados en llegar al corazón de las personas. Por ello se guardan de imponer normas arbitrarias e inflexibles y de convertir sus opiniones en leyes. (Compárese con Daniel 6:7-16.)
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Cultivemos un carácter razonableLa Atalaya 1994 | 1 de agosto
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Si bien es cierto que Jesús animó a sus seguidores a ‘esforzarse vigorosamente’ (Lucas 13:24), nunca los presionó a hacerlo. Los animó, les puso el ejemplo, llevó la delantera y trató de llegarles al corazón. Confiaba en que el poder del espíritu de Jehová haría el resto. De igual modo, los ancianos han de animar al rebaño a servir a Jehová de todo corazón, pero no deben intimidarlo con un sentimiento de culpabilidad o vergüenza, dando a entender que lo que hacen en el servicio de Jehová es insuficiente o inaceptable. Tener la actitud rígida de un capataz que no deja de repetir: “¡Hagan más, más y más!”, puede desanimar a los que ya hacen todo lo que pueden. ¡Qué lamentable sería que un anciano se ganase la reputación de ser ‘difícil de complacer’, el polo opuesto del carácter razonable! (1 Pedro 2:18.)
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