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Libro bíblico número 27: Daniel“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Daniel y sus tres compañeros hebreos están entre los jóvenes de la realeza de Judá que son escogidos para un adiestramiento de tres años en el palacio del rey. Resuelto en el corazón a no contaminarse con los manjares exquisitos ni el vino paganos del rey, Daniel propone una prueba de diez días con un régimen de vegetales. La prueba resulta a favor de Daniel y sus compañeros, y Dios les da conocimiento y sabiduría. Nabucodonosor asigna a los cuatro para que estén delante de él como consejeros.
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Libro bíblico número 27: Daniel“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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El rey se enfurece y ordena que se dé muerte a los sabios. Dado que ese decreto incluye a los cuatro hebreos, Daniel pide tiempo para revelar el sueño. Daniel y sus compañeros oran a Jehová por guía. Jehová revela el sueño y su significado a Daniel, quien se presenta entonces ante el rey y dice: “Existe un Dios en los cielos que es un Revelador de secretos, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de ocurrir en la parte final de los días” (2:28).
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Libro bíblico número 27: Daniel“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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A los tres compañeros de Daniel se les hace administradores en el reino (2:47, 48).
9. ¿Qué resultado tiene la valerosa postura de los tres hebreos contra la adoración de imágenes?
9 Los tres hebreos salen con vida del horno ardiente (3:1-30). Nabucodonosor erige una tremenda imagen de oro, de 60 codos (27 metros [88 pies]) de altura, y ordena a los gobernantes del imperio que se reúnan para dedicarla o inaugurarla. Al sonido de música especial, todos han de caer al suelo y adorar la imagen. Cualquiera que no lo haga ha de ser arrojado en el ardiente horno de fuego. Se informa que Sadrac, Mesac y Abednego, los tres compañeros de Daniel, no han obedecido. Por eso se les lleva a donde el rey, que los recibe encolerizado, y ellos dan este valeroso testimonio: “Nuestro Dios a quien servimos puede rescatarnos. [...] La imagen de oro que has erigido ciertamente no adoraremos” (3:17, 18). Hirviendo de furor, el rey ordena que el horno sea calentado siete veces más de lo acostumbrado, y que se ate a los tres hebreos y se les arroje dentro. Cuando los que obran como ejecutores hacen esto, la llama los mata a ellos. Nabucodonosor se asusta. ¿Qué es esto que ve en el horno? Hay cuatro hombres paseándose sin daño en medio del fuego, y “la apariencia del cuarto se asemeja a un hijo de los dioses” (3:25). El rey les pide a los tres hebreos que salgan del fuego. Ellos salen, y resulta que no están ni siquiera ligeramente quemados, y no tienen sobre sí el olor del fuego. Como resultado de la posición que con valor adoptaron a favor de la adoración verdadera, Nabucodonosor proclama libertad de adoración para los judíos por todo el imperio.
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