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Introducción¿Por qué debemos adorar a Dios con amor y verdad?
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Introducción
¡La bendición de Dios! Millones de hindúes, jainas y sijs la desean con fervor. A fin de obtenerla, realizan todos los días sus devociones y cultos. ¿Tiene usted ese ardiente deseo?
2 Los sabios de la India llevan siglos enseñando la importancia de las bendiciones divinas. En el Brahma Purana, por citar un ejemplo, preguntaron: “¿A qué divinidad adorará el devoto que desea liberación [...]? ¿De dónde viene la suprema dicha? [...] ¿Quién es el dios de dioses?”.1 De igual modo, el gurú Nanak hizo posteriormente esta otra pregunta: “¿Cómo se hará fiel el hombre ante Dios?”.2 Es patente que si resolvemos estas interrogantes podemos esperar que Dios nos colme de bendiciones a nosotros y a nuestras familias.
3 El Bhagavad Gita explica que lo único que nos pide Dios es la ofrenda de nuestro amor. Dice: “Mediante un infinito amor [...] se puede llegar a este Espíritu supremo”.3 El Granth Sahib de los sijs concuerda con la afirmación anterior: “Si los piadosos reflexionan sobre ello, servir a Dios es amarle”.4
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Amar a Dios con acciones y con verdad¿Por qué debemos adorar a Dios con amor y verdad?
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Capítulo 1
Amar a Dios con acciones y con verdad
“Dirige a Mí [...] tu mente, tu amor, [...] tus actos de adoración”, dice la divinidad en el Bhagavad Gita. Llama a esta manera de actuar “la [palabra o verdad] más secreta” en lo que respecta a la religión suprema.1 Pero ¿cómo demostramos amor y devoción a Dios?
2 ‘La devoción lleva aparejada la obediencia a la voluntad divina’, comenta el swami S. Radhakrishnan, pues toda otra ofrenda que hagamos a Dios ya Le pertenece.2 Igualmente, el gurú Nanak afirma que el que ‘oye, obedece y ama a Dios en su corazón’ tiene más mérito que la persona que se limita a dar limosna o llevar una vida ascética.3
3 ¿Está usted de acuerdo con estos comentarios? La mayoría de las personas sinceras lo estarían. Sin embargo, para obedecer a Dios necesitamos saber cuál es su voluntad. ¿Dónde hemos de buscar la verdad divina?
¿Se accede a la verdad mediante el yo?
4 Algunos sabios hindúes sostienen que la verdad espiritual yace oculta en el corazón y se revela mediante la meditación yogui o con el canto de mantras. Por su parte, el swami Satprakashananda mantiene que la meditación sin conocimiento previo de Dios “probablemente dependa de la fantasía, que no puede eliminar la ignorancia ni revelar la Verdad”.4
5 El siguiente comentario del swami Vivekananda destaca las limitaciones del conocimiento humano: “[Las] preguntas de si hay un alma inmortal [...] [y] si existe una mente suprema que rija el universo exceden al ámbito de la razón. La razón nunca puede contestar estas interrogantes. [...] Sin embargo, estas cuestiones son de suma importancia para nosotros. Si no reciben respuestas adecuadas, la vida del hombre carece de propósito”.5 En vista de que no podemos resolverlas con el razonamiento humano, ¿adónde podemos acudir?
Las escrituras sagradas
6 Los sabios hindúes más eminentes siempre han dicho que la escritura es el medio por el cual Dios revela su verdad. ‘La escritura es la única fuente de verdades en lo que respecta a lo suprasensible’, dice Sankaracarya.6 El Gita también dice: “Sean las Escrituras tu norma en la determinación de lo que debe y no debe hacerse. Obra siempre en este mundo de conformidad con las Escrituras cuyos preceptos conoces”.7
7 Tal como la abeja que desea néctar ha de hallar una flor, el que ama a Dios debe buscar Su verdad. El swami Prabhavananda explica: “Por encima de todo, Dios es verdad. Por consiguiente, el hombre que ama la verdad tiene que amar, a fin de cuentas, a Dios; el que no ama la verdad, nunca amará a Dios”.8
8 Al buscar la verdad, ¿bastará con que mire a sí mismo para hallar la respuesta? ¿Por qué no mira más allá de usted y examina la escritura? No obstante, hay muchos textos sagrados que dicen provenir de Dios. ¿Cómo puede identificarse el que contiene Su verdad?
[Recuadro en la página 5]
¿Pueden los ritos perfeccionar nuestro amor a Dios?
“No debemos confundir [la gauni bhakti] con los ritos mismos, como la repetición de los nombres de Dios, los himnos, las plegarias y el culto que realizan los que siguen la Senda del Deseo. [...] Ellos buscan algo del mundo de los sentidos a cambio de su adoración. El amor no es un fruto que crezca de este trueque.” (Hinduism at a Glance, del swami Nirvedananda, 1979, página 94.)
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