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  • Perfeccionemos la santidad en el temor de Dios
    La Atalaya 1989 | 1 de junio
    • El Dios santo, Jehová, requirió que los israelitas de la antigüedad, su pueblo en la Tierra, también fueran santos. No solo se exigió esto de los sacerdotes y los levitas, sino también de toda la nación. Jehová dijo a Moisés: “Habla a la entera asamblea de los hijos de Israel, y tienes que decirles: ‘Deben resultar santos, porque yo Jehová su Dios soy santo’”. (Levítico 19:2.) Con ese fin, Jehová les dio leyes para ayudarles a permanecer limpios en sentido espiritual, moral, mental, físico y ceremonial, este último aspecto con relación a su adoración en el tabernáculo y, después, en el templo.

      Un pueblo separado

      4, 5. a) ¿Cómo fue una nación santificada el Israel carnal? b) ¿Qué se requiere de los israelitas espirituales, y cómo confirma esto el apóstol Pedro?

      4 Hasta el grado que los israelitas seguían las leyes de Dios, contrastaban con las naciones depravadas que los rodeaban. Se distinguían como pueblo que había sido separado o santificado para servir al Dios santo, Jehová. Moisés les dijo: “Tú eres un pueblo santo a Jehová tu Dios. Es a ti a quien Jehová tu Dios ha escogido para que llegues a ser su pueblo, una propiedad especial, de entre todos los pueblos que están sobre la superficie del suelo”. (Deuteronomio 7:6.)

  • Perfeccionemos la santidad en el temor de Dios
    La Atalaya 1989 | 1 de junio
    • Limpieza espiritual

      8. ¿Qué razones había para que los israelitas se mantuvieran separados de las religiones de Canaán?

      8 Los israelitas carnales tenían que mantenerse escrupulosamente separados de las inmundas prácticas religiosas de otras naciones. Jehová, hablando mediante Moisés, dijo a Israel: “Cuídate para que no celebres un pacto con los habitantes de la tierra a la cual vas, por temor de que resulte ser un lazo en medio de ti. Pero los altares de ellos ustedes los han de demoler, y sus columnas sagradas [usadas con relación a repugnante adoración sexual] las han de hacer añicos, y sus postes sagrados los han de cortar. Pues no debes postrarte ante otro dios, porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, él es un Dios celoso [o: “un Dios que exige devoción exclusiva”, nota de la Biblia con Referencias (Traducción del Nuevo Mundo)]; por temor de que celebres un pacto con los habitantes de la tierra, puesto que ellos ciertamente tendrán ayuntamiento inmoral con sus dioses y harán sacrificios a sus dioses”. (Éxodo 34:12-15.)

      9. ¿Qué instrucciones precisas se dieron al resto fiel que salió de Babilonia en 537 a.E.C.?

      9 Siglos después, Jehová hizo que por inspiración Isaías dirigiera estas palabras proféticas al resto fiel que regresaría de Babilonia a Judá: “Apártense, apártense, sálganse de allí, no toquen nada inmundo; sálganse de en medio de ella, manténganse limpios, ustedes los que llevan los utensilios de Jehová [que se usarían para restablecer la adoración pura en el templo de Jerusalén]”. (Isaías 52:11.)

  • Perfeccionemos la santidad en el temor de Dios
    La Atalaya 1989 | 1 de junio
    • Mediante el pacto de la Ley, Jehová elevó la condición moral de los israelitas muy por encima de la degradación de las naciones circundantes. El matrimonio y la vida familiar eran instituciones protegidas en Israel. El séptimo de los Diez Mandamientos prohibía el adulterio. Tanto el adulterio como la fornicación se castigaban severamente. (Deuteronomio 22:22-24.) Las vírgenes disfrutaban de protección bajo la Ley. (Deuteronomio 22:28, 29.) Las reglas relativas al matrimonio eran particularmente estrictas en el caso de los sacerdotes. En cuanto al sumo sacerdote, se exigía que él escogiera por esposa a una virgen casta. (Levítico 21:6, 7, 10, 13.)

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