BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • La homosexualidad: ¿qué puedo hacer para evitarla?
    ¡Despertad! 2007 | febrero
    • Como joven, seguramente sientes emociones muy diversas. Entonces, ¿qué ocurre si te atrae alguien de tu propio sexo? ¿Quiere decir automáticamente que eres homosexual? No. Recuerda que estás en “la flor de la juventud”, una etapa de la vida en la que la excitación sexual involuntaria tiene mucha fuerza (1 Corintios 7:36). Puede que por un tiempo te llame la atención alguien de tu mismo sexo, pero eso no significa que seas gay. Las estadísticas indican que por lo general esas inclinaciones terminan desapareciendo. Aun así, quizás te preguntes: “De todas formas, ¿por qué tengo estos deseos?”.

      Hay quienes alegan que la homosexualidad viene escrita en los genes, mientras que otros señalan que se trata de un comportamiento aprendido. Este artículo no entra en el debate sobre qué influye más en nosotros, si es la naturaleza o la educación. Lo que parece innegable es que sería simplista atribuir la homosexualidad a una sola causa. Como en el caso de otras formas de conducta, es algo muchísimo más complejo.

      Independientemente de cuál sea la causa, es importante comprender que lo que condena la Biblia son los actos homosexuales. Así que quien lucha con la atracción hacia su mismo sexo tiene en sus manos una opción realista: no llevar a la práctica sus deseos. A modo de ejemplo, pensemos en un hombre “dado a la cólera” (Proverbios 29:22). En un tiempo acostumbraba dar rienda suelta a la furia. Pero al estudiar la Palabra de Dios, comprende que debe aprender a controlarse. ¿Quiere decir eso que nunca más lo invadirán los sentimientos de ira? No. Sin embargo, como ahora sabe lo que dicen las Escrituras acerca de la cólera descontrolada, se niega a ceder a ella. Lo mismo pasa con quien siente atracción por personas de su propio sexo y llega a aprender el criterio bíblico sobre las prácticas homosexuales. En un momento dado quizás le venga un mal deseo. No obstante, se niega a hacerlo realidad porque obedece los consejos bíblicos.

      Hay que admitir que los deseos homosexuales pudieran ser muy persistentes. Pero, por arraigados que estén, no son invencibles (1 Corintios 9:27; Efesios 4:22-24). En última instancia, es uno mismo el que determina cómo quiere vivir (Mateo 7:13, 14; Romanos 12:1, 2). Así que, digan lo que digan, es posible dominar tales impulsos, o por lo menos no obedecerlos.

  • La homosexualidad: ¿qué puedo hacer para evitarla?
    ¡Despertad! 2007 | febrero
    • Los jóvenes preguntan...

      La homosexualidad: ¿qué puedo hacer para evitarla?

      “Cuando tenía 12 años, me gustaba una chica de la escuela. Estaba confundida y me inquietaba la posibilidad de ser lesbiana.”—Ana.a

      “En la adolescencia estuve luchando con la atracción hacia otros hombres. Algo dentro de mí me decía que esos sentimientos no eran normales.”—Óscar.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir