BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • He sentido la bondad amorosa y el cuidado de Jehová
    La Atalaya 2004 | 1 de febrero
    • Mantuvimos correspondencia por cinco meses, y luego yo viajé a Hong Kong. Nos casamos el 5 de octubre de 1965.

      Ambos queríamos casarnos y permanecer en el servicio de tiempo completo, y como nos estábamos haciendo mayores, sentíamos la gran necesidad de tener compañerismo. Llegué a amar a Harold, y él se ganó mi profundo respeto por su manera bondadosa y considerada de tratar a las personas y de abordar los problemas relacionados con nuestro servicio. Gozamos de un matrimonio muy feliz durante veintisiete años y recibimos abundantes bendiciones de la mano de Jehová.

      Los chinos son industriosos, y los quiero muchísimo. En Hong Kong se habla el cantonés, dialecto chino que tiene muchos más tonos o inflexiones que el mandarín, y por ello es muy difícil de aprender. Harold y yo comenzamos nuestra vida juntos en el hogar misional de la sucursal de los testigos de Jehová, y luego se nos asignó a servir en diversas zonas del territorio. Estábamos muy contentos, pero en 1976 tuve un grave problema de salud.

      Hacemos frente a las enfermedades

      Sufrí hemorragias durante varios meses, y mi recuento sanguíneo bajó muchísimo. Tenía que someterme a una intervención quirúrgica, pero los médicos del hospital no querían operarme sin transfusiones de sangre porque si lo hacían, probablemente moriría de un shock. Cierto día, cuando los médicos comentaban mi caso, las enfermeras intentaron hacerme cambiar de parecer diciendo que no tenía derecho a terminar así con mi vida. De las doce operaciones que se habían programado para ese día, diez de ellas eran abortos, pero observé que nadie objetó a que las mujeres embarazadas acabaran con la vida de sus criaturas.

      Finalmente, Harold redactó una carta librando al hospital de toda responsabilidad en caso de que yo falleciera, y los médicos concordaron en realizar la intervención. Me llevaron al quirófano y me prepararon para la anestesia. No obstante, en el último momento, el anestesista no quiso proceder con la operación, y el hospital tuvo que darme de alta.

      A continuación, consultamos con un ginecólogo independiente. Al ver la gravedad de mi estado, se ofreció a operar a un precio módico, con la condición de que no le dijéramos a nadie cuánto nos había cobrado. La operación fue un éxito, y no se utilizó ni una gota de sangre. En ese momento, Harold y yo sentimos la bondad amorosa y el cuidado de Jehová.

      Harold enfermó de muerte en 1992. Nos trasladamos a la sucursal y allí se nos atendió a ambos con amor. Mi querido esposo terminó su vida en la Tierra en 1993 a la edad de 81 años.

  • He sentido la bondad amorosa y el cuidado de Jehová
    La Atalaya 2004 | 1 de febrero
    • [Ilustraciones de la página 26]

      El día de nuestra boda en Hong Kong, el 5 de octubre de 1965

      [Ilustración de la página 26]

      Con miembros del Betel de Hong Kong: los Liang en el centro y los Gannaway a la derecha

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir