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HonraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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El principal término hebreo que significa “honra” es ka·vóhdh, cuyo significado literal es “peso”. (Compárese con el uso de términos relacionados en 1Sa 4:18 y 2Sa 14:26.) De modo que a la persona a la que se honra se la considera de peso, de valía. En griego, el nombre ti·mḗ transmite la idea de “honra”, “estima”, “valor”, “preciosidad”. El verbo ti·má·ō también puede significar “poner precio” (Mt 27:9); el nombre ti·mḗ puede tener el sentido de “precio”, “valor” (Mt 27:6; Hch 4:34), y el adjetivo tí·mi·os puede significar “estimado”, “querido, o preciado” y “precioso”. (Hch 5:34; 20:24; 1Co 3:12.)
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HonraPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Otras personas a las que ha de honrarse. Aunque Jehová Dios y Jesucristo merecen la mayor honra, los seres humanos también deben honrarse entre sí. Los hijos deben honrar a sus padres con su obediencia. (Dt 5:16; Ef 6:1, 2.) Cuando los padres están necesitados, sus hijos adultos pueden honrarlos con ayuda material. (Mt 15:4-6; 1Ti 5:3, 4.) El esposo honra a su esposa al tratarla con amor y dignidad, y la esposa honra a su esposo por su sujeción y respeto. (1Pe 3:1-7.) Los ancianos que trabajan duro en enseñar son tenidos por dignos de “doble honra”, lo que puede incluir ayuda material. (1Ti 5:17, 18.) Los esclavos cristianos debían honrar a sus amos realizando con respeto las tareas asignadas. (1Ti 6:1, 2.) Debe honrarse, o respetarse, a los gobernantes y otras autoridades, según requiera su posición. (Ro 13:7.) Independientemente de su posición social, toda persona merece honra por ser creación de Dios. (1Pe 2:17.)
Los cristianos deben llevar la delantera en mostrar honra a sus compañeros de creencia (Ro 12:10), lo que incluye buscar, no solo su propia ventaja, sino la de los demás (1Co 10:24), y estar dispuestos a realizar tareas humildes. (Lu 22:26; Jn 13:12-17.) Puede mantenerse este buen espíritu recordando que todos los creyentes son preciosos a la vista de Dios y que los cristianos se necesitan unos a otros, tal como cada miembro del cuerpo humano depende de los demás. (1Co 12:14-27.)
Aunque los cristianos no buscan la gloria, se preocupan de mantener una posición honorable ante Jehová Dios y su Hijo, lo que exige que se guarden de compañías que podrían corromperlos y que resistan los deseos de la carne pecaminosa. El hombre solo puede seguir siendo un vaso honorable para el servicio de Dios si permanece limpio en sentido moral y espiritual. (1Te 4:3-8; 2Ti 2:20-22; Heb 13:4.) En esto consiste la verdadera honra.
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