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Demos honra a quien la mereceLa Atalaya (estudio) 2017 | marzo
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QUIÉNES MÁS MERECEN HONRA
13. ¿Quiénes merecen especialmente honra y respeto, y por qué?
13 Desde luego, nuestros hermanos merecen que les mostremos honra y respeto, en especial los ancianos, que están al frente de la congregación (lea 1 Timoteo 5:17). Les damos honra sin importar su nacionalidad, nivel educativo, posición social o situación económica. La Biblia los llama “dádivas en hombres”, y Dios los utiliza de manera sobresaliente para atender las necesidades de su pueblo (Efes. 4:8). Pensemos en los ancianos de las congregaciones, en los superintendentes de circuito, en los miembros de los comités de las sucursales y en el Cuerpo Gobernante. Valoramos mucho a los hermanos nombrados, igual que hicieron los cristianos del primer siglo. Pero no idolatramos a los representantes de la congregación cristiana que son muy conocidos. Y, cuando nos encontramos con ellos, no actuamos como si estuviéramos al lado de ángeles, aunque sí los respetamos y honramos por su duro trabajo y humildad (lea 2 Corintios 1:24 y Revelación 19:10).
14, 15. ¿Qué diferencia hay entre los verdaderos pastores cristianos y los falsos?
14 Reconocemos que estos ancianos son pastores humildes porque, entre otras cosas, no quieren que se les trate como a los famosos. Son diferentes de muchos líderes religiosos de hoy y de aquellos sobre los que Jesús dijo: “Les gusta el lugar más prominente en las cenas y los asientos delanteros en las sinagogas, y los saludos en las plazas de mercado” (Mat. 23:6, 7).
15 Los verdaderos pastores cristianos obedecen con humildad estas palabras de Jesús: “No sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial. Tampoco sean llamados ‘caudillos’, porque su Caudillo es uno, el Cristo. Pero el mayor entre ustedes tiene que ser su ministro. El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado” (Mat. 23:8-12). Está claro por qué los ancianos de todas las congregaciones merecen nuestro amor, respeto y honra.
Los ancianos que sirven con humildad se ganan el cariño, el respeto y la honra de los demás. (Vea los párrafos 13 a 15).
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Demos honra a quien la mereceLa Atalaya (estudio) 2017 | marzo
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18, 19. ¿Por qué es importante que honremos de forma apropiada a los ancianos?
18 Por supuesto, los principios perfectos y sabios de la Palabra de Dios deben guiarnos para dar la honra apropiada a los ancianos (lea Hebreos 13:7, 17). Podemos y debemos felicitarlos por su duro trabajo y esforzarnos por seguir las instrucciones que nos dan. Al hacerlo, seguramente los ayudaremos a continuar cumpliendo con sus deberes con alegría. Pero eso no quiere decir que trataremos de copiar la manera de vestir, discursar o incluso hablar de un anciano “prominente”. Si lo hiciéramos, podríamos dar una idea equivocada. No debemos olvidar que ellos también son imperfectos y que solo seguimos e imitamos a Cristo.
19 Ayudamos a los ancianos mostrándoles la honra y el respeto debidos y no tratándolos como si fueran celebridades. Les hacemos más fácil no caer víctimas del orgullo, de sentirse superiores o más justos que los demás.
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