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“Sigan la senda de la hospitalidad”La Atalaya 1996 | 1 de octubre
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“Sigan la senda de la hospitalidad”
“Compartan con los santos según las necesidades de estos. Sigan la senda de la hospitalidad.” (ROMANOS 12:13.)
1. ¿Qué necesidad básica tienen los seres humanos, y cómo se manifiesta?
CAMINAR a altas horas de la noche por una calle solitaria en una zona desconocida puede ser una experiencia espantosa hoy día; pero igualmente angustioso puede resultar encontrarse entre una multitud de personas que no conocemos ni nos conocen. De hecho, la necesidad de sentir que se nos ama y se nos necesita forma parte integral de la naturaleza humana; a nadie le gusta que lo traten como a un extraño o un intruso.
2. ¿Cómo ha satisfecho Jehová nuestra necesidad de compañerismo?
2 Jehová Dios, el Hacedor, el Creador de todas las cosas, conoce bien la necesidad de compañerismo que tiene el ser humano. El Artífice de la creación humana sabía desde el principio que ‘no era bueno que el hombre continuara solo’, y obró en consecuencia. (Génesis 2:18, 21, 22.) El relato bíblico abunda en ejemplos de actos de bondad de Jehová y sus siervos para con la gente, los cuales nos enseñan a ‘seguir la senda de la hospitalidad’ para deleite de los demás y satisfacción propia. (Romanos 12:13.)
Afecto a los extraños
3. Explique el significado básico de la palabra “hospitalidad”.
3 La palabra “hospitalidad”, tal como se usa en la Biblia, traduce el vocablo griego fi·lo·xe·ní·a, compuesto de dos raíces que significan “amor” y “extraño”, por lo que designa, en esencia, el “amor a los extraños”. No se trata, empero, de simples formalismos o de pura cortesía, sino que implica los sentimientos y el cariño. De acuerdo con James Strong, el verbo fi·lé·o quiere decir “ser amigo de (tener afecto a [una persona o cosa]); es decir, tener cariño a (indicando apego personal, una cuestión de sentimientos)”. (Exhaustive Concordance of the Bible.) En consecuencia, la hospitalidad rebasa el amor que se funda en principios y que tal vez se muestre por obligación. Normalmente es una expresión de cariño, afecto y amistad sinceros.
4. ¿Con quiénes hay que ejercer la hospitalidad?
4 El objeto del afecto o cariño es el “extraño” (griego, xé·nos). ¿Quién podría ser este? La citada obra define xé·nos como ‘extranjero (literalmente forastero, o, en sentido figurado, nuevo); implícitamente, un huésped o (viceversa) un extraño’. De manera que la hospitalidad, como se ilustra en la Biblia, refleja las bondades dispensadas a alguien a quien queremos o también a un total desconocido. Jesús dijo: “Si aman a los que los aman, ¿qué galardón tienen? ¿No hacen también la misma cosa los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué cosa extraordinaria hacen? ¿No hace la misma cosa también la gente de las naciones?”. (Mateo 5:46, 47.) La auténtica hospitalidad trasciende las divisiones y la discriminación impuestas por el temor y el prejuicio.
Jehová, el ejemplo perfecto de hospitalidad
5, 6. a) ¿En qué pensaba Jesús cuando dijo: “Su Padre celestial es perfecto”? b) ¿Cómo se evidencia la generosidad de Jehová?
5 Tras señalar las deficiencias del amor que los humanos se muestran unos a otros, Jesús añadió esta sentencia: “Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. (Mateo 5:48.) Por supuesto, Jehová es perfecto en todo sentido. (Deuteronomio 32:4.) No obstante, Jesús estaba destacando un aspecto concreto de la perfección de Jehová, pues había dicho antes que “[Dios] hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos”. (Mateo 5:45.) Cuando se trata de mostrar bondad, Jehová no conoce la parcialidad.
6 Por ser el Creador, Jehová es dueño de todo. Él dice: “[A mí] me pertenece todo animal silvestre del bosque, las bestias sobre mil montañas. Conozco bien toda criatura alada de las montañas, y los tropeles de animales del campo abierto están conmigo”. (Salmo 50:10, 11.) Aun así, no retiene nada egoístamente, y en su generosidad atiende a las necesidades de sus criaturas. El salmista dijo de Jehová: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente”. (Salmo 145:16.)
7. ¿Qué aprendemos del trato que Jehová da a los extraños y los necesitados?
7 Jehová satisface las necesidades de la gente, incluso de los que no lo conocen, que le son extraños. Pablo y Bernabé recordaron a los idólatras de la ciudad de Listra que Jehová ‘no se había dejado a sí mismo sin testimonio, por cuanto había hecho el bien, dándoles lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría’. (Hechos 14:17.) Jehová es bondadoso y generoso, sobre todo con los necesitados. (Deuteronomio 10:17, 18.) Tenemos mucho que aprender de él en lo que toca a mostrarnos bondadosos y generosos, es decir, hospitalarios, con los demás.
8. ¿Cómo ha mostrado Jehová su generosidad al ocuparse de nuestras necesidades espirituales?
8 Además de satisfacer con prodigalidad las necesidades materiales de sus criaturas, Jehová también se ocupa de sus necesidades espirituales. Incluso antes de que alguno de nosotros comprendiera la situación espiritual desesperada en que nos encontrábamos, Jehová actuó con suma magnanimidad en favor de nuestro bienestar espiritual. Leemos en Romanos 5:8, 10: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. [...] Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo”. Esta provisión hace posible que a los seres humanos pecadores se nos introduzca en una dichosa relación de familia con nuestro Padre celestial. (Romanos 8:20, 21.) Jehová se ha encargado igualmente de suministrarnos la guía y dirección adecuadas para que nos vaya bien en la vida a pesar de nuestro estado pecaminoso e imperfecto. (Salmo 119:105; 2 Timoteo 3:16.)
9, 10. a) ¿Por qué podemos decir que Jehová es el ejemplo perfecto de hospitalidad? b) ¿Cómo deben los adoradores verdaderos imitar esta cualidad de Jehová?
9 En vista de lo anterior, podemos decir que Jehová es verdaderamente el ejemplo perfecto de hospitalidad en múltiples sentidos. No pasa por alto a los menesterosos ni a los humildes; muestra genuino interés y preocupación por los extraños, aun por sus enemigos, y no espera recompensa alguna. En todo esto, ¿no es él el modelo supremo de hospitalidad?
10 Jehová es un Dios sumamente amoroso y generoso, y desea que sus adoradores lo imiten. Por toda la Biblia hallamos ejemplos notables de esta virtud. La Encyclopaedia Judaica comenta que “en el antiguo Israel la hospitalidad no era solamente cuestión de buenos modales, sino una institución moral [...]. La costumbre bíblica de acoger al viajero cansado y recibir en el hogar al extraño fue el molde en el que la hospitalidad, con todos sus aspectos tributarios, tomó forma y se convirtió en una virtud tan estimada de la tradición judía”. Más que constituir el sello de una nación o de un grupo étnico en particular, la hospitalidad debe caracterizar a todos los adoradores verdaderos de Jehová.
Hospeda a ángeles
11. ¿Qué ejemplo notable muestra que la hospitalidad reporta bendiciones inesperadas? (Véase también Génesis 19:1-3 y Jueces 13:11-16.)
11 Una de las narraciones bíblicas más conocidas sobre la práctica de la hospitalidad es la de Abrahán y Sara cuando acampaban entre los árboles grandes de Mamré, cerca de Hebrón. (Génesis 18:1-10; 23:19.) Seguramente, el apóstol Pablo estaba pensando en este episodio cuando recomendó: “No olviden la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles”. (Hebreos 13:2.) Un examen de este relato nos ayudará a ver que la hospitalidad no es sencillamente una cuestión de costumbres o educación, sino que, más bien, se trata de una cualidad piadosa que reporta maravillosas bendiciones.
12. ¿Cómo mostró Abrahán amor a los extraños?
12 Génesis 18:1, 2 indica que Abrahán no conocía a los hombres ni esperaba su visita; eran, como si dijéramos, solo tres forasteros que iban de paso. Según algunos comentaristas, la costumbre oriental establecía que el forastero tenía el derecho de esperar que se le ofreciera hospitalidad aun cuando no conociera a nadie en el lugar por el que viajaba. Pero en vez de esperar que aquellos extraños se valieran de tal derecho, Abrahán tomó la iniciativa; a pesar del “calor del día” y de sus 99 años, “echó a correr” a su encuentro mientras se hallaban a cierta distancia. ¿No explica este hecho el porqué Pablo nos puso a Abrahán de modelo? En eso consiste la hospitalidad: en mostrar amor a los extraños y preocuparse por sus necesidades. Es una cualidad positiva.
13. ¿Por qué se ‘inclinó’ Abrahán ante los visitantes?
13 El relato también nos cuenta que al encontrar a los extraños, Abrahán “procedió a inclinarse a tierra”. ¿Inclinarse ante unos perfectos desconocidos? Pues bien, una reverencia, como la que Abrahán hizo, era el saludo que se dispensaba a un invitado de honor o a una persona de rango superior, y no debe confundirse con un acto de adoración, el cual está reservado exclusivamente a Dios. (Compárese con Hechos 10:25, 26; Revelación [Apocalipsis] 19:10.) Al postrarse “a tierra”, en lugar de solo inclinar la cabeza, Abrahán confirió honor e importancia a estos extraños. Con ser el cabeza de una numerosa y próspera familia patriarcal, estimó que estos desconocidos eran dignos de más honra que él. ¡Qué diferente del temor y el recelo con que se acostumbra ver a los extraños! Abrahán demostró el verdadero significado de esta exhortación: “En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera”. (Romanos 12:10.)
14. ¿Qué trabajos y sacrificios supuso la hospitalidad que Abrahán ofreció a los extraños?
14 El resto del relato muestra lo genuino de los sentimientos de Abrahán. La comida de por sí fue extraordinaria. Incluso en una casa grande con mucho ganado, “un toro joven, tierno y bueno” no es un plato de todos los días. Sobre los usos predominantes en la región, John Kitto dice: “Nunca se permiten lujos salvo en determinadas fiestas o a la llegada de un extraño; y es únicamente en tales ocasiones cuando comen carne, incluso los dueños de grandes rebaños y vacadas”. (Daily Bible Illustrations.) El clima cálido no permitía guardar el alimento perecedero, por lo que servir una comida así requería prepararlo todo en el acto. Es comprensible, pues, que en este breve relato aparezca tres veces la palabra “apresúrate” o “apresurándose”, y que Abrahán literalmente ‘corriera’ a preparar la comida. (Génesis 18:6-8.)
15. Según lo ilustró Abrahán, ¿cuál es el punto de vista correcto de las provisiones materiales al practicar la hospitalidad?
15 Sin embargo, el objetivo no es hacer un festín para impresionar a nadie. Aunque Abrahán y Sara se esforzaron mucho por preparar y servir la comida, observe lo que él había dicho antes al respecto: “Que se traiga un poco de agua, por favor, y se les tiene que lavar los pies. Entonces recuéstense debajo del árbol. Y permítaseme traer un pedazo de pan, y refresquen sus corazones. Después de eso pueden pasar adelante, porque por eso han pasado por este camino a donde su siervo”. (Génesis 18:4, 5.) El “pedazo de pan” resultó ser un banquete que consistió en un ternero cebado acompañado de tortas redondas de flor de harina, mantequilla y leche: un convite digno de un rey. ¿Qué lección extraemos de esto? Que al practicar la hospitalidad, el factor importante, o lo que hay que acentuar, no es lo suculento del alimento y la bebida, lo complicado del agasajo, etc. La hospitalidad no significa obsequiar a una persona con lujos; más bien, se basa en el interés sincero por el bienestar ajeno y el deseo de hacer bien al prójimo en la medida de lo posible. “Mejor es un plato de legumbres donde hay amor que un toro cebado en pesebre y, junto con él, odio”, reza un proverbio bíblico, y en ello radica la clave de la auténtica hospitalidad. (Proverbios 15:17.)
16. ¿Cómo mostró lo que Abrahán hizo por los visitantes que apreciaba las cosas espirituales?
16 Debe observarse también que en el entero episodio hay un matiz espiritual. De algún modo, Abrahán percibió que los visitantes eran mensajeros de Jehová, como lo indican sus palabras al dirigirse a ellos: “Jehová, si he hallado favor a tus ojos, sírvete no pasar de largo a tu siervo”.a (Génesis 18:3; compárese con Éxodo 33:20.) El patriarca no sabía de antemano si portaban un mensaje para él o si solo iban de paso. Sea como fuere, comprendió que se estaba llevando a cabo una faceta del propósito de Jehová. Estos personajes cumplían una misión divina, y si él podía contribuir en algo a su realización, lo haría gustoso. Abrahán tenía presente que los siervos de Jehová merecen lo mejor, y daría lo mejor dadas sus circunstancias. Hacerlo resultaría en bendiciones espirituales, bien para él o para otra persona. Al final, se bendijo abundantemente a Abrahán y Sara por su hospitalidad sincera. (Génesis 18:9-15; 21:1, 2.)
Un pueblo hospitalario
17. ¿Qué requería Jehová de los israelitas en su trato con los extraños y los necesitados?
17 La nación que descendió de Abrahán no habría de olvidar el sobresaliente ejemplo del patriarca. La Ley que Jehová dio a los israelitas incluyó disposiciones sobre el ejercicio de la hospitalidad para con los extraños. “El residente forastero que reside como forastero con ustedes debe llegar a serles como natural suyo; y tienes que amarlo como a ti mismo, porque ustedes llegaron a ser residentes forasteros en la tierra de Egipto. Yo soy Jehová el Dios de ustedes.” (Levítico 19:34.) El pueblo tendría que dar especial consideración a los necesitados y evitar tratarlos con desdén. Cuando Jehová los bendijera con abundantes cosechas, cuando se regocijaran en sus fiestas, cuando reposaran de sus labores en los años sabáticos, y en otras ocasiones, habrían de recordar a los menos afortunados, a saber, las viudas, los huérfanos y los residentes forasteros. (Deuteronomio 16:9-14; 24:19-21; 26:12, 13.)
18. ¿Cuánta importancia tiene la hospitalidad para recibir el favor y la bendición de Jehová?
18 La importancia de ejercitar la bondad, la generosidad y la hospitalidad, sobre todo con los menesterosos, se ve en el trato que Jehová dio a los israelitas cuando olvidaron dichas cualidades. Jehová explicó claramente que la bondad y la generosidad para con los extraños y los necesitados figuraban entre los requisitos para que su pueblo recibiera de él constantes bendiciones. (Salmo 82:2, 3; Isaías 1:17; Jeremías 7:5-7; Ezequiel 22:7; Zacarías 7:9-11.) Cuando la nación fue solícita en el cumplimiento de estos y otros requisitos, prosperó y gozó de riqueza material y espiritual; pero cuando se absorbió completamente en sus intereses personales y egoístas y se abstuvo de practicar estas virtudes con los necesitados, Jehová la condenó, y finalmente ejecutó la sentencia contra ella. (Deuteronomio 27:19; 28:15, 45.)
19. ¿Qué vamos a examinar más adelante?
19 Es muy importante, pues, que nos examinemos para determinar si estamos viviendo a la altura de lo que Jehová espera de nosotros a este respecto. Tal autoexamen es especialmente necesario hoy día en vista del espíritu egoísta y divisivo que reina en el mundo. ¿Cómo podemos mostrar hospitalidad cristiana en este mundo dividido? Trataremos esta cuestión en el siguiente artículo.
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La hospitalidad cristiana en un mundo divididoLa Atalaya 1996 | 1 de octubre
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La hospitalidad cristiana en un mundo dividido
“Nosotros, por lo tanto, estamos obligados a recibir hospitalariamente a tales personas, para que lleguemos a ser colaboradores en la verdad.” (3 JUAN 8.)
1. ¿Qué dádivas sumamente deseables hizo el Creador a la humanidad?
“LA HUMANIDAD no tiene nada mejor bajo el sol que comer y beber y regocijarse, y que esto los acompañe en su duro trabajo durante los días de su vida, que el Dios verdadero les ha dado bajo el sol.” (Eclesiastés 8:15.) Con estas palabras, el antiguo congregador hebreo nos dice que Jehová Dios no solo desea que su creación humana disfrute y sea feliz, sino que, además, le concede los medios para conseguirlo. A lo largo de la historia, la humanidad parece haber tenido el deseo de gozar y divertirse.
2. a) ¿Cómo ha abusado la humanidad del propósito de Dios para ella? b) ¿Cuál ha sido el resultado?
2 Hoy vivimos en una sociedad hedonista, en la que los hombres buscan con afán el placer y la diversión. La mayoría son “amadores de sí mismos, [...] amadores de placeres más bien que amadores de Dios”, como predijo la Biblia. (2 Timoteo 3:1-4.) Esto, desde luego, es una burda tergiversación de lo que Jehová Dios se proponía. Cuando la búsqueda del placer se constituye en un fin, o cuando el único objetivo es la autocomplacencia, no hay verdadera satisfacción y ‘todo es vanidad y un esforzarse tras viento’. (Eclesiastés 1:14; 2:11.) De ahí que el mundo esté lleno de individuos solitarios y fracasados, lo que, a su vez, origina muchos de los problemas que afectan a la sociedad. (Proverbios 18:1.) La gente se vuelve recelosa y se suscitan divisiones raciales, étnicas, sociales y económicas.
3. ¿Cómo podemos encontrar gozo y satisfacción genuinos?
3 ¡Qué diferente sería todo si los hombres imitaran la forma en que Jehová trata a los demás, siendo bondadosos, generosos, hospitalarios! Dios dejó bien claro que el secreto de la verdadera felicidad no estriba en procurar la satisfacción de los propios deseos; antes bien, he aquí la clave: “Hay más felicidad en dar que en recibir”. (Hechos 20:35.) Para encontrar gozo y satisfacción genuinos, debemos eliminar las barreras y las divisiones que pudieran restringirnos y tender la mano a los que sirven a Jehová en compañía nuestra. Es indispensable que sigamos este consejo: “Nosotros, por lo tanto, estamos obligados a recibir hospitalariamente a tales personas, para que lleguemos a ser colaboradores en la verdad”. (3 Juan 8.) Mostrar hospitalidad a los merecedores, hasta donde las circunstancias lo permitan, es beneficioso de dos maneras: tanto para el que da como para el que recibe. Ahora bien, ¿quiénes se cuentan entre los merecedores a quienes hemos de “recibir hospitalariamente”?
‘Cuidemos de los huérfanos y de las viudas’
4. ¿Qué cambios se observan en la estructura familiar, incluso entre miembros del pueblo de Jehová?
4 Hoy día es raro ver familias estables y matrimonios felices. La creciente tasa de divorcios y el aumentante número de madres solteras por todo el mundo han provocado cambios drásticos en la familia tradicional. En consecuencia, muchos que se han hecho testigos de Jehová en los últimos años provienen de hogares deshechos: son divorciados, separados o viven en familias monoparentales. Además, como predijo Jesús, la verdad que él enseñó ha ocasionado divisiones en el seno de muchas familias. (Mateo 10:34-37; Lucas 12:51-53.)
5. ¿Qué dijo Jesús que puede ser fuente de ánimo para los que viven en familias divididas?
5 Nos alegra el corazón ver que los nuevos adoptan una postura firme en favor de la verdad, y frecuentemente los consolamos con la alentadora promesa de Jesús: “En verdad les digo: Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas, que no reciba el céntuplo ahora en este período de tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna”. (Marcos 10:29, 30.)
6. ¿Cómo podemos hacernos ‘hermanos, hermanas, madres e hijos’ de ‘los huérfanos y las viudas’ que hay entre nosotros?
6 ¿Quiénes son estos ‘hermanos y hermanas y madres e hijos’? El simple hecho de ver a una gran cantidad de personas reunidas en el Salón del Reino (a menudo más de cien) que se tratan de hermano y hermana, no hace automáticamente que alguien sienta que son sus hermanos, hermanas, madres e hijos. Pensemos en esto: El discípulo Santiago nos recuerda que para que nuestra adoración agrade a Jehová, debemos ‘cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenernos sin mancha del mundo’. (Santiago 1:27.) Esto significa que no hay que dejar que una actitud mundana de orgullo, por gozar de buena posición económica o pertenecer a una clase social alta, nos haga cerrar la puerta de la compasión a ‘los huérfanos y a las viudas’. Al contrario: debemos tomar la iniciativa en mostrarnos amigables y hospitalarios con ellos.
7. a) ¿Cuál es el verdadero propósito de ser hospitalarios con ‘los huérfanos y las viudas’? b) ¿Quiénes también pueden mostrar hospitalidad cristiana?
7 Ejercer hospitalidad para con ‘los huérfanos y las viudas’ no siempre presupone cubrir sus posibles carencias materiales. Las familias monoparentales o los hogares divididos por la religión no necesariamente pasan estrecheces. Sin embargo, la sana compañía, el ambiente de familia, el compañerismo con personas de distintas edades y el intercambio de cosas buenas en sentido espiritual son aspectos muy preciados de la vida. Por lo tanto, teniendo presente que lo que cuenta no es lo complicado de la ocasión, sino el espíritu de amor y unidad, qué bueno es que a veces hasta ‘los huérfanos y las viudas’ muestren hospitalidad a sus compañeros cristianos. (Compárese con 1 Reyes 17:8-16.)
¿Hay extranjeros entre nosotros?
8. ¿Qué cambio se observa en muchas congregaciones de los testigos de Jehová?
8 Vivimos en una época de migraciones masivas de la población humana. “En el mundo, más de cien millones de personas habitan en países de los que no son ciudadanas y veintitrés millones han sido desplazadas dentro de sus propios países”, informa la revista World Press Review. Una consecuencia directa de este fenómeno es que en muchas zonas, sobre todo en las grandes urbes, las congregaciones del pueblo de Jehová que antaño constaban en su mayoría de gente de una raza o nacionalidad, ahora cuentan con personas de diferentes partes del globo. Puede que ese sea el caso en su localidad. ¿Cómo deberíamos ver a estos “emigrantes” o “extranjeros”, como quizás los llame el mundo, cuya lengua, costumbres y forma de vida tal vez difieran de las nuestras?
9. ¿En qué grave error de juicio podríamos caer con respecto a los “emigrantes” y “extranjeros” que entran en la congregación cristiana?
9 Simplemente no debemos dejar que las tendencias xenófobas nos lleven a creer que de alguna manera somos más merecedores del privilegio de conocer la verdad que los que vienen de un país extraño o llamado “pagano”; tampoco debemos sentir como si estos recién llegados estuvieran usurpando el Salón del Reino o cualquier otra propiedad. El apóstol Pablo tuvo que recordar a ciertos cristianos judíos del siglo I que abrigaban sentimientos de esta naturaleza que, en realidad, no había nadie merecedor; la salvación era posible gracias únicamente a la bondad inmerecida de Dios. (Romanos 3:9-12, 23, 24.) Debe alegrarnos el que la bondad inmerecida de Dios esté llegando a tanta gente a quien, de una u otra forma, se le había negado la oportunidad de oír las buenas nuevas. (1 Timoteo 2:4.) ¿Cómo podemos mostrar que les tenemos cariño genuino?
10. ¿Cómo mostramos que de verdad somos hospitalarios con los “extranjeros” que hay entre nosotros?
10 Sigamos la admonición de Pablo: “Recíbanse con gusto unos a otros, así como el Cristo también nos recibió con gusto a nosotros, con gloria a Dios en mira”. (Romanos 15:7.) Puesto que las personas de otros países o culturas muchas veces viven marginadas, debemos mostrarles bondad e interesarnos por su bienestar hasta donde podamos. Debemos acogerlas, tratarlas a todas como si fuesen ‘naturales’ del país y ‘amarlas como a nosotros mismos’. (Levítico 19:34.) Tal vez no nos resulte fácil hacerlo, pero lo lograremos si recordamos el consejo: “Cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios”. (Romanos 12:2.)
Compartamos con los santos
11, 12. ¿Qué consideraciones especiales se tuvieron con algunos siervos de Jehová en a) el antiguo Israel? b) el siglo I?
11 Entre las personas verdaderamente dignas de recibir consideración y hospitalidad figuran los cristianos maduros que se afanan por nuestro bienestar espiritual. Jehová dictó ordenanzas especiales en favor de los sacerdotes y levitas del antiguo Israel. (Números 18:25-29.) Asimismo, en el siglo I se instó a los cristianos a cuidar de aquellos que les rendían servicios especiales. El pasaje de 3 Juan 5-8 nos da una visión del estrecho vínculo de amor que existía entre los primeros cristianos.
12 El envejecido apóstol Juan estimó altamente la bondad y hospitalidad que Gayo mostró a ciertos hermanos itinerantes enviados a visitar la congregación. Aunque todos ellos, incluido Demetrio —quien fue seguramente el portador de la epístola—, eran extraños o desconocidos para Gayo, los recibió hospitalariamente porque “fue a favor del nombre de [Dios] que salieron”. Juan dijo: “Nosotros, por lo tanto, estamos obligados a recibir hospitalariamente a tales personas, para que lleguemos a ser colaboradores en la verdad”. (3 Juan 1, 7, 8.)
13. ¿Quiénes, particularmente, merecen ser ‘recibidos hospitalariamente’ hoy día?
13 En la organización de Jehová existen hoy día muchos que laboran vigorosamente en favor de la entera asociación de hermanos, como son los superintendentes viajantes, que semana a semana dedican su tiempo y energías a edificar a las congregaciones; los misioneros, que dejan atrás a sus familias y amigos a fin de predicar en el extranjero; los que sirven en las sucursales, u hogares Betel, que ofrecen voluntariamente sus servicios para apoyar la predicación mundial, y los precursores, que invierten la mayor parte de su tiempo y energías en el ministerio del campo. En esencia, todos ellos trabajan duro, no para cubrirse de gloria ni con afán de lucro, sino animados por el amor a Jehová y a la hermandad cristiana. Son dignos de imitar por su devoción de toda alma y merecen que se les ‘reciba hospitalariamente’.
14. a) ¿Cómo llegamos a ser mejores cristianos cuando mostramos hospitalidad a los fieles? b) ¿Por qué dijo Jesús que María había escogido “la buena porción”?
14 Si ‘recibimos hospitalariamente a tales personas, llegamos a ser colaboradores en la verdad’, señaló el apóstol Juan. En cierto sentido, con ello llegamos a ser mejores cristianos, pues las obras cristianas incluyen practicar el bien con los hermanos en la fe. (Proverbios 3:27, 28; 1 Juan 3:18.) Además, existe otro tipo de recompensa. Cuando Marta y María recibieron a Jesús en su casa, Marta quiso portarse como una buena anfitriona preparándole “muchas cosas”; María, en cambio, mostró hospitalidad de otra forma: “se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra”, y Jesús la elogió por haber escogido “la buena porción”. (Lucas 10:38-42.) Las conversaciones con los que tienen muchos años de experiencia suelen ser lo más interesante de una velada. (Romanos 1:11, 12.)
En ocasiones especiales
15. ¿Qué acontecimientos especiales pueden ser ocasiones alegres para el pueblo de Jehová?
15 Si bien los cristianos verdaderos no siguen las costumbres populares ni observan fiestas mundanas, a veces se reúnen para tener compañerismo. Jesús, por ejemplo, asistió a unas bodas en Caná y contribuyó al goce de la ocasión obrando su primer milagro. (Juan 2:1-11.) Igualmente, el pueblo de Jehová de la actualidad se junta para disfrutar de acontecimientos especiales similares, y los festejos apropiados los hacen más placenteros. Ahora bien, ¿qué queremos decir por apropiados?
16. ¿Qué pautas de conducta apropiada debemos seguir aun en celebraciones especiales?
16 En nuestro estudio de la Biblia aprendemos qué es conducta apropiada para los cristianos y nos apegamos a esa norma siempre. (Romanos 13:12-14; Gálatas 5:19-21; Efesios 5:3-5.) Las reuniones sociales, tanto si se trata de una boda como de otro tipo de celebración, no nos dan licencia para abandonar los principios cristianos ni para hacer algo que normalmente evitaríamos. Tampoco estamos obligados a observar todas las costumbres del país donde vivimos; muchas de ellas se basan en prácticas religiosas falsas o supersticiones, y otras incluyen actos obviamente inaceptables para el cristiano. (1 Pedro 4:3, 4.)
17. a) ¿Qué demuestra que las bodas de Caná contaron con buena organización y supervisión apropiada? b) ¿Qué indica que Jesús aprobó dicha celebración?
17 De la lectura de Juan 2:1-11 se colige fácilmente que la boda fue preparada con mucho detalle y que a ella acudió una gran cantidad de convidados. Jesús y sus discípulos asistieron porque fueron “invitados”; no se presentaron allí sin más ni más, aunque, probablemente, por lo menos algunos de ellos eran parientes del anfitrión. También observamos que había personas que “ministraban” y un “director” que disponía qué servir o hacer. Todo esto es indicativo de buena organización y supervisión apropiada. El relato cierra diciendo que lo que Jesús hizo “puso de manifiesto su gloria”. ¿Habría elegido él esta ocasión para tal fin si hubiera sido una fiesta estrepitosa y desenfrenada? Indudablemente que no.
18. ¿Qué asuntos debemos considerar seriamente tocante a las reuniones sociales?
18 Pues bien, ¿qué debemos tener presente si organizamos una reunión con motivo de una ocasión especial? Conviene recordar que el propósito de recibir a otros hospitalariamente es que todos “lleguemos a ser colaboradores en la verdad”. Así pues, no basta con afirmar que se trata de una reunión “de Testigos”. Cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Constituye, en verdad, un testimonio de lo que somos y lo que creemos? Nunca debemos ver tales ocasiones como oportunidades para probar hasta dónde podemos competir con el mundo en sus maquinaciones o entregarnos al “deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno”. (1 Juan 2:15, 16.) Más bien, estas ocasiones deben reflejar adecuadamente nuestro papel como testigos de Jehová, y debemos asegurarnos de que nuestra conducta redunde en gloria y honra para Jehová. (Mateo 5:16; 1 Corintios 10:31-33.)
‘Seamos hospitalarios sin rezongar’
19. ¿Por qué debemos ‘ser hospitalarios unos para con otros sin rezongar’?
19 Mientras la situación mundial sigue deteriorándose y los pueblos se dividen cada vez más, es preciso hacer todo lo posible por fortalecer el lazo íntimo que existe entre los auténticos cristianos. (Colosenses 3:14.) Con este fin, debemos tener “amor intenso unos para con otros”, como nos instó el apóstol Pedro. A continuación, el apóstol dijo en términos prácticos: “Sean hospitalarios unos para con otros sin rezongar”. (1 Pedro 4:7-9.) ¿Estamos dispuestos a tomar la iniciativa en mostrar hospitalidad a nuestros hermanos, en tomarnos la molestia de ser bondadosos y serviciales? ¿O rezongamos cuando surgen tales oportunidades? Si lo hacemos, anulamos el gozo que pudiéramos sentir y, además, perdemos la recompensa de la felicidad que proporciona hacer el bien. (Proverbios 3:27; Hechos 20:35.)
20. ¿Qué bendiciones nos aguardan por practicar la hospitalidad en este mundo dividido?
20 Trabajar estrechamente con nuestros compañeros cristianos y ser bondadosos y hospitalarios con ellos nos traerá incontables bendiciones. (Mateo 10:40-42.) Sobre los que lo hagan, Jehová promete ‘extender su tienda. Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed’. Estar bajo la tienda de Jehová significa disfrutar de su protección y hospitalidad. (Revelación 7:15, 16; Isaías 25:6.) Sí, nos aguarda la perspectiva inminente de gozar de la hospitalidad de Jehová por la eternidad. (Salmo 27:4; 61:3, 4.)
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