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  • ¿Qué le ha sucedido a la naturaleza humana?
    La Atalaya 1990 | 1 de noviembre
    • ¿Qué le ha sucedido a la naturaleza humana?

      “¿Por qué se abusa cruelmente de los niños en estos tiempos? ¿Por qué se abusa igualmente de los animales? ¿A qué se debe la violencia? [...] ¿Qué empuja a algunos al terrorismo? ¿Por qué se dan otros a las drogas? [...] ¿Por qué, cuando lo tienen todo, algunos regresan a las prácticas fundamentales que socavan toda la civilización?”

      LA PRIMERA ministra de Gran Bretaña hizo esas preguntas en voz alta. Puede que usted se haya hecho preguntas similares en muchas ocasiones. ¿Ha hallado respuestas satisfactorias?

      La primera ministra enmarcó de este modo sus preguntas: “Por años, cuando yo empezaba mis actividades políticas con todas mis esperanzas y sueños y ambiciones, me parecía, como les parecía a muchos de mis contemporáneos, que si conseguíamos una era de buena vivienda, buena educación, una norma de vida razonable, entonces todo estaría bien y tendríamos un futuro aceptable y mucho más cómodo. Ahora sabemos que eso no es así. Nos vemos frente a los problemas de la naturaleza humana misma”. (Cursivas nuestras.)

      Se ha dicho que la naturaleza humana es “el complejo de las disposiciones y características fundamentales de los seres humanos”. Es obvio que disposiciones y características en conflicto pueden causar problemas de tipo personal, nacional o hasta internacional. Pero ¿hasta qué grado debe culparse realmente a la naturaleza humana de las peligrosas tendencias actuales de violencia, terrorismo, narcotráfico y cosas similares?

      ¿Se debe culpar solo a la naturaleza humana de las condiciones que amenazan ‘socavar toda la civilización’, o habrá otros factores que debamos considerar como explicación de por qué se sume la gente tan fácilmente en prácticas degradantes y egoístas cuando pudiera aspirar a actividades más elevadas y nobles?

  • Transformación de la naturaleza humana
    La Atalaya 1990 | 1 de noviembre
    • Con demasiada frecuencia la naturaleza humana tiende hacia lo indeseable y destructivo.

      Por ejemplo, en Gran Bretaña recientemente el crimen aumentó en 11%. La primera ministra británica dice: “Tenemos que hallar medidas limitativas para que la gran civilización pueda adelantar”. Pero ¿pueden las leyes y la presión política, por bien intencionadas que sean, realmente hacer que cambie la tendencia de la gente a hacer lo malo? El hecho de que el desafuero existe y aumenta frente a la legislación, y hasta frente a la aplicación rígida de la ley, habla por sí solo. Se necesita más que simplemente restricción legal. La mismísima naturaleza de la gente tiene que cambiar.

      La Biblia adopta un punto de vista honrado y sincero cuando describe las malas características del hombre. Por ejemplo, el apóstol Pablo escribió a compañeros cristianos de Galacia acerca de “acciones inmorales, sucias e indecentes [...] Hay enemistad entre la gente, y pelean unos contra otros; se dejan dominar por los celos, se encolerizan y [...] codician, se emborrachan, celebran orgías y hacen cosas como estas”. Según la versión de la Biblia en inglés Today’s English Version, de la cual acabamos de presentar una traducción, todas estas prácticas degradantes son “lo que la naturaleza humana hace”. (Gálatas 5:19-21.)

      La raíz del problema

      Sin embargo, esa versión en inglés es una traducción libre, y la expresión “lo que la naturaleza humana hace” es simplemente una paráfrasis de lo que Pablo en realidad dijo. La palabra griega que usó Pablo, sarx, significa “carne”, no “naturaleza humana”. Por esa razón las traducciones literales mencionan aquí “las obras de la carne”, para comunicar con exactitud en nuestro idioma moderno la expresión de Pabloa.

      El relato bíblico de cómo entró en el escenario humano el pecado es claro y sencillo... de hecho, tan sencillo que la mayoría de las personas optan por no creerlo. Así lo describe Pablo: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado”. (Romanos 5:12.) Aquí Pablo alude a Génesis, el primer libro de la Biblia, y a la creación del primer hombre, Adán, y su esposa, Eva. La desobediencia intencional de ellos es un hecho bien conocido. Por eso, fueron sentenciados a muerte. Su prole heredó sus imperfecciones y también murió. De ese modo, “todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”. Por esta razón básica, hoy día la naturaleza humana es, cuanto más, un mal reflejo de lo que era al principio, cuando Dios creó perfecto al hombre. (Romanos 3:23; Génesis, capítulos 2 y 3.)

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