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HungríaAnuario de los testigos de Jehová 1996
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Cuando Sándor Völgyes fue encarcelado, pidió a su esposa que le hiciera pastelillos y pusiera dentro artículos de La Atalaya. Una hermana copiaba un artículo completo de estudio de La Atalaya en dos hojas delgadas de papel. Sin embargo, cuando el hermano Völgyes recibía su pastel, no podía “comerlo” inmediatamente porque compartía la celda con gente del mundo. Lo abría al día siguiente en el lavabo de su lugar de trabajo. Después se hacían copias en letra más grande en papel higiénico doblado. Por lo general esto se hacía los sábados por la tarde y los domingos, cuando había más calma y tranquilidad en la prisión.
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HungríaAnuario de los testigos de Jehová 1996
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El hermano Völgyes recuerda: “En el bosque, entre las colinas, había un claro circular de unos 30 metros de diámetro donde se reunían los hermanos. Los alrededores eran preciosos, y el canto de los pájaros alegraba la tranquilidad del ambiente. El cielo estaba despejado, y el aroma de las hierbas perfumaba el aire. Era un lugar ideal, donde se manifestaba por todas partes la alabanza a nuestro Magnífico Creador.
”Allí se celebraban regularmente la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio. Si llovía, nos poníamos los impermeables. No solo se celebraban allí las reuniones de congregación, sino también las asambleas.
”Como medida de precaución, se designó a varios hermanos como vigilantes para que avisaran si se acercaba alguien sospechoso. Pese a las precauciones, un día de finales del verano de 1984 se presentaron sin previo aviso varios policías vestidos de paisano.
”Estos objetaron a que tuviéramos los altavoces clavados en los árboles, diciendo que los clavos los dañaban, y pusieron otras objeciones sobre el posible daño al medioambiente. Un hermano asumió la responsabilidad a fin de que no se involucrara a los demás.
”Después de explicarles que se trataba de una reunión de los testigos de Jehová, uno de los policías preguntó por qué no pedíamos permiso a las autoridades para celebrar nuestras reuniones. ‘Porque no lo conseguiríamos de ningún modo’, le respondimos. ‘Prueben’, recomendó el policía.” Y eso hicimos.
Se levanta la proscripción
Los hermanos Völgyes y Oravetz, miembros del comité del país, se reunieron con los funcionarios de más alto rango del Ministerio del Interior. Mencionaron la visita de los policías y su recomendación de pedir permiso para celebrar las reuniones. Este encuentro tuvo lugar el 23 de octubre de 1984. A partir de esa fecha, las congregaciones de todo el país empezaron a pedir permiso para celebrar las reuniones, y a veces lo consiguieron.
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HungríaAnuario de los testigos de Jehová 1996
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[Fotografía en la página 107]
Ilona Völgyes enviaba alimento espiritual a su esposo dentro de pastelillos mientras este estuvo en la cárcel
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